Categoría: Femifascismos

La agenda feminista del progretariado: de la igualdad al neofascismo cultural de género

 

 

Llevamos varios años, pero especialmente en los dos últimos, padeciendo una verdadera ola de cargante y reaccionario postmodernismo feminista tanto en los medios (en todos, sin excepción, da igual su color ideológico, lo cual es un indicador de por dónde van los tiros) como en declaraciones institucionales, aquí a cuenta, fundamentalmente, de la “violencia de género”. Sincronizadamente, no hay día donde no aparezca un político/a, una campaña, programa televisivo, noticia o estrella mediática del feminismo progre-neocon-pop para hablarnos de “machismo” y “patriarcado”, los dos mantras y sancta sanctorum con los que englobar todo lo que no guste a las heraldas feministas de género (tonto), esas que van predicando que los hombres han de ir perdiendo sus privilegios históricos para ganárselos ellas (ya de por sí privilegiadas). Toda esta gran multinacional del victimismo es una mentira interminable que escenifican, un día sí y otro también, las bon vivant feministas de las sociedades occidentales.

Ciñéndonos a España,  podemos señalar una serie de puntos que desmontan esa teoría victimista del feminismo como «colectivo vulnerable»:

A. El feminismo se ha convertido en una herramienta de control social del Estado y de Fundaciones privadas de multimillonarios (Open Society, Rockefeller, Ford, Friedrich Ebert..) que se propaga insistentemente en medios de comunicación, a través de la clase política, con el apoyo del sistema judicial y la colaboración del entorno académico cediendo sus recintos universitarios para la propaganda de género.

B. Las feministas, que tienen la nociva costumbre de hablar en nombre de todas las mujeres, gozan del privilegio de tener leyes específicas a su favor, como es el caso de la LVIOGEN (Ley Integral Contra la Violencia de Género) que, después de 14 años de su entrada en vigor, no sólo no ha “resuelto” el problema de la llamada “violencia de género” (una cuestión que admite muchas variables difícilmente controlables y que ha supuesto matar moscas a cañonazos, creando nuevas injusticias) sino que, paradójicamente, la ha incrementado.

C. La llamada “perspectiva de género” en la Justicia, que demandan las feministas, para “combatir” la que llaman “justicia patriarcal”, ya la tienen de facto establecida en la propia LVIOGEN, con Juzgados específicos de violencia contra la Mujer e innumerables sentencias a su favor en los casos de separaciones y divorcios.

D. Las asociaciones feministas reciben cuantiosas subvenciones públicas del que llaman Estado “patriarcal opresor” (progre-neoliberal), quien mantiene boyante la industria de género a través de sus organismos públicos estatales (Observatorios, Instituto de la Mujer…), autonómicos y locales, sin contar las ayudas que reciben de Entidades privadas u organismos como la Comisión Europea.

E. La mujer tiene hoy día acceso preferente, por el sistema de cuotas, en detrimento de principios constitucionales como los de mérito y capacidad, a empleos públicos o privados.

Que el feminismo se ha viralizado a nivel global con un indubitado carácter fundamentalista e inquisidor, de eso no hay la menor duda.  Para ello utiliza sus emblemas principales del arsenal semántico postmoderno (“yo si te creo”, “techo de cristal”, “cultura de la violación”, “espacios seguros no mixtos”, “sororidad”, “cosificación”, “masculinidad tóxica” etc.). Un ejemplo de cómo se las gastan las neofascifeministas es el siguiente: una histérica feminista responde agriamente en la página Headstuff (Irlanda) a un hombre que discrepa educadamente de los espacios exclusivos para mujeres. Este es exactamente, parámetros lingüísticos incluidos, el “modus operandi” del feminismo de este país (España):

 

Spasmolytic  • a year ago

No tengo ningún problema con los espacios solo para mujeres. A decir verdad, hay ocasiones en que socializar exclusivamente con otros hombres es beneficioso desde el punto de vista intelectual y emocional. Por otro lado, socializar periódicamente exclusivamente con hombres no tiene nada que ver con ningún «problema» que tenga con las mujeres. A la autora de este artículo, en cambio, parecen gustarle espacios exclusivamente para mujeres, en parte porque considera que los hombres son problemáticos. Afortunadamente, la mayoría de las mujeres no piensan de esa manera.

Andrea Cuccaro  > Spasmolytic • a year ago

Usted lo que necesita es educarse sobre sus privilegios masculinos y la opresión que sufren las mujeres. ¿Quién domina las estructuras de poder y los espacios sociales en su mayoría? Hombres. No insulte a las feministas o su actitud será considerada como una reacción masculina violenta a nuestro progreso. ¡Edúcate a ti mismo y hasta que lo hagas, cállate! Realmente causa rechazo y molestia comprobar cómo de venenoso es tu comentario después de leer este artículo increíble que es absolutamente acertado y con el que la mayoría de las mujeres estaría de acuerdo. Tal vez esas mujeres no lo verbalizarían en tu presencia al ver como reivindicas tus derechos masculinos y tu masculinidad tóxica.

 

La contestación a un comentario ponderado y razonado es: cállate…edúcate….mira tus privilegios…tienes que ver cuán opresión femenina existe…posees masculinidad tóxica. Todo argumento contra el sacrodogma feminista se convierte, automáticamente, en una ofensa. Y la izquierda botarate de aliados-guiñoles asintiendo toda esta porquería.

No cabe duda de que hay en marcha una agenda globalista feminista que, al igual que sucede con la migratoria tiene unos preclaros patrocinadores y colaboradores, con unos objetivos que conectan con los del Nuevo orden capitalista, grandes financistas billonarios y agencias de inteligencia como la CIA para utilizarla como instrumento de fragmentación social. Esto sucedió a finales de los años 60 en los campus universitarios norteamericanos con los movimientos “anti-guerra” de Vietnam donde marionetas bajo control del FBI y la CIA eran  manipuladas para los intereses del imperio y para provocar la división entre los más combativos. Con el feminismo hicieron lo mismo en aquellos años. Gente como la lunática Valerie Solanas (la del manifesto SCUM), la militante hembrista Andrea Dworkin, la troskista negra Angela Davis o la agente de la CIA Gloria Steinem han servido de modelo para el feminismo occidental.

En este feminismo, creado y publicitado por los grandes medios, donde predomina la intolerancia, el dogmatismo, el puritanismo y la censura el papel del hombre (blanco heterosexual) ha adquirido una nueva dimensión histórica: y es que en la “lucha” feminista de género el hombre no debe traspasar la línea roja de un nuevo concepto, el de “aliado”, debiendo postrarse inexcusablemente ante la mágica verborrea de las sumas sacerdotisas feministas. Por tanto, no debes dar lecciones de feminismo, no debes interpelar a una feminista, no debes interrumpirla. Tampoco debes ir en la cabecera de las algaradas feministas callejeras sino hacia el final de la mismas, escondido y semioculto, pidiendo perdón por ser un bulto sospechoso….además de abrirte, sin rechistar, de un espacio feminista no mixto si se te ocurre aparecer por allí.

En todo este esperpéntico sainete feminista postmoderno hay algo que cruje: y es que se echa en falta una perspectiva crítica de izquierdas contra toda esta impostura feminista-involucionista que no admite réplica intelectual a su discurso sin que te caiga encima el sambenito ya conocido de “machista”. De este modo, los liberales, neoconservadores y/o personajes situados en la órbita de la extrema derecha política o religiosa (católica) están haciendo su agosto desmontando con habilidad y acierto las falacias feministas, pero al mismo tiempo aprovechan para sacar el fantasma del comunismo o “izquierdismo” como un atributo exclusivo de este intolerante feminismo, cuando la realidad es que su raíz conecta con las sociedades capitalistas y sus principales instigadores, que son las élites neoliberal-progres.

Es una estrategia fácilmente reconocible: si la sociedad está dividida gana el que tiene el poder, por lo que no hay nada mejor que infectar artificialmente las relaciones hombre-mujer, introduciendo debates de parvulario y protagonistas acusadamente antagónicos, a la par que se neutraliza a la inoperante izquierda (supuestamente) anti-imperialista, perdida completamente en los identitarismos de género, la multiculturalidad y la diversidad sexual.

 

REPASO A LAS MEDIÁTICAS PIJAS PROGRE-FASCI-FEMINISTAS: BARBIJAPUTA, IRANTZU VARELA, LETICIA DOLERA Y TOWANDA REBELS

 

Voy a centrarme en estos cinco personajes que gozan de gran predicamento en los medios (incluidos conservadores) y redes sociales, puesto que la nómina sería inabarcable e incluiría periodistas más o menos conocidas (como la marquesa de los invent, Ana Pardo de Vera, directora del diario Público, Ana Isabel Bernal, Cristina Fallarás, etc), y decenas de “activistas”  en redes sociales con marchamo progre-pseudocomunista, vinculadas bastantes de ellas a formaciones políticas como Podemos y, menos, al PSOE, e igualmente obviando canales mediáticos pijo-feministas del tipo Buzzfeed Lola, claramente manufacturados con tiralíneas de feminismo postizo.

 

1. BARBIJAPUTA: LA GO-GÓ FEMINISTA DE IGNACIO ESCOLAR

 

 

El anonimato ha sido una de las claves de la gran popularidad de la andaluza de pseudónimo Barbijaputa, catapultada al “éxito” feminista-radical gracias al tabloide progre de Ignacio Escolar y George Soros, ElDiario (gran propagandista de los crímenes de la OTAN, a través de su mentor, el rusófobo The Guardian), donde ha ido dejando incendiarios discursos del odio contra los varones utilizando toda suerte de tópicos demonizadores mezclados torticeramente con charadas giliprogres. Son incontables las “joyas” literarias de esta demagoga de pedorreta pero me he molestado solamente en buscar algunas en una de sus últimas entrevistas (no pueden quejarse del exquisito tratamiento que los medios dan al feminismo más integrista).

Dice la Barbi que “los hombres son causantes y beneficiarios del patriarcado”, un sesgo totalitario habitual de este personaje es el de culpabilizar a los hombres de todos los males históricos del planeta. Satanizar a otros es lo que han hecho doctrinas religiosas como la católica cuando los curas, históricamente, han echado la culpa a los demás de cometer pecados mientras ellos se regocijaban en los propios. O la misma religión islámica fundamentalista llamando infieles a los demás, o buscando un símil igualmente apropiado, cuando los nazis echaban la culpa a otros de no ser arios o ser judíos. Las mujeres siempre son víctimas de algo…pero por culpa del hombre.

Otros prodigios inenarrables de la Barbi son del siguiente tipo “Espero que llegue un día en el que diga que me gustan mis piernas con pelo, pero todavía no ha llegado ese día”. Sin comentarios. A la pregunta de ¿Hay mujeres machistas? Barbijaputa responde: Me parece importante que tratemos diferente al hombre machista que a las mujeres colaboracionistas. Es decir, esta selectividad, esta distinción de inclinar la balanza de la «maldad machista», per se, hacia el hombre, hace que se excluya de toda falta a la mujer, ya que esta será, como mucho, “colaboradora” en el “machismo”, vamos, que su opción de “aliada machista” lo es por accidente o mediante sometimiento a la voluntad patriarcal del hombre.

Barbijaputa nos da las claves de por qué el feminismo no debe ni puede ser ideología criticable, refutable, situándose así al nivel del dogma de infabilidad del Papa: «Aquí no hay ganas de autocrítica, aquí hay ganas de putear y denostar el feminismo». El nivel de Barbi es tan sectario e indigente que a la pregunta de la entrevistadora ¿qué recomendarías a los hombres que quieren ser nuestros aliados? Barbi, responde: Tienen que callarse, sobre todo. El derecho a contraargumentar, expresarse libremente, simplemente no existe en el ideario-imaginario de la fascista Barbijaputa. Pero qué es eso de que haya hombres llevándome la contraria…La pregunta de la entrevistadora tiene, igualmente, tela porque ese “maternalismo” de “nuestros aliados” suena a algo así como “nuestros perritos falderos”, esos a los que vamos a enseñarles lo malvados que han sido desde que fueron un embrión y a llevarles por el buen peregrinar feminista.

Remata Barbi la entrevista diciendo que “Hay muchos que ya han entendido que ser aliado pasa por hacer autocrítica, desaprender todos esos privilegios, deconstruir su masculinidad y llevar consigo el feminismo. Pero advierte: los hombres nunca pueden liderar nuestra lucha”. Ya, por descontado que ellas son poseedoras de la verdad revelada por….ellas mismas. Y, si te apartas de su “verdad” o cuestionas la monserga pseudointelectual de las teresianas feministas…te dan rápidamente el carnet de “machista”.

Que le aproveche a la misándrica Barbijaputa, a su rebaño de borregos-aliados, a sus enloquecidas seguidoras y a sus libros sobre sharia feminista, de los que podrá vivir del cuento y de la paguita de Escolar unas buenas temporadas.

 

2. IRANTZU VARELA: YO SOY LA JUSTICIA, LOS HOMBRES SON MIS ENEMIGOS

 

 

Si Barbijaputa suele poner el listón muy alto de la insania feminista, la Varela lo suele subir unos cuantos peldaños más. Varela se dedica a dar conferencias antimasculinas en foros respetables como los universitarios (por tanto, con dinero público pagado por todos), dejando mensajes agresivos y de odio en redes sociales como Youtube (Katana y cóctel molotov en mano) o lllamando a la guerra contra los hombres en Twitter, mofándose de ellos con el término “señoro”. Tiene un tenderete ultrafeminista llamado Faktoría Lila y también colabora en la revista Pikara Magazine subvencionada por Emakunde (el Instituto Hembrista de la Mujer en el País Vasco que deniega subvenciones a entidades feministas mixtas -hombres y mujeres-, lo que indica la clase de fascismo de género que gastan). Para la masculinófoba Varela, al igual que para todas las militantes del feminismo más fanático, la violencia (masculina) contra las mujeres ya no es sólo física, es simbólica, telepática, virtual, transversal, económica, judicial, organizada, cósmica…Las mujeres nunca han dejado rastro de maldad alguna en la historia.

Veamos algunas de las perlas de la Varela en sus entrevistas. Me voy a ceñir a la del progre-anarco-trosko ELSALTO, quien abre la misma con una declaración llamativa de la ínclita Varela: “A quien no le gusta negociar, le gusta violar”.  La barbaridad se comenta por sí sola. Ahora una relación sexual, según esta elementa, es un contrato mercantil previo. De lo contrario el hombre estará violando, así por sus tetas orondas. Dicho y hecho. El gobierno giliprogre feminista de Sánchez está estudiando una “ley del consentimiento”, dicen que en consonancia con otros países europeos capitalistas de nuestro “entorno” (el babeo rastrero de siempre, para quedar muy “europeos”), que padecen epidemias de violaciones como es el caso de la multicultural y abolicionista (prostitución) Suecia o Alemania.

Suecia, a todo esto, ha pasado de ser un modelo de convivencia y prosperidad social durante largos años, dentro de los márgenes que ha dado un Estado de Bienestar más allá del capitalismo, a ser un lugar de conflictos, recintos “no go zone” y agresiones sexuales. ¿Por qué ha ocurrido este cambio repentino?. ¿Se han convertido los civilizados varones nórdicos suecos en violadores de la noche a la mañana? No, la mayoría de las agresiones sexuales que ocurren en Suecia, moleste o no los progres, han sido perpetradas mayoritariamente por etnias de otros países, cuyo flujo se ha incrementado exponencialmente durante los últimos años al calor de las políticas favorables de inmigración masiva y buenrrollismo izquierdoso. Huelga decir que la industria de género en Suecia es muy potente y ha servido de “ejemplo” para el feminismo más tóxico del resto de Europa.

En España, al calor de casos manipulados y capitalizados por el lobby feminista y sus palmeros políticos y mediáticos (el de la “manada” o el de la secuestradora Juana Rivas) y después de décadas de (al parecer) violaciones consentidas dentro o fuera del matrimonio, el sexo se va a definir por un contrato de consentimiento donde puede quedar al albur de una sujeta si queda o no satisfecha en una relación sexual y, en caso negativo, proceder a denunciar por violación. El presupuesto de la presunción de inocencia quedará, en la práctica, ilegible, y la ley de “consentimiento” como un instrumento punitivo en contra de los hombres.

Dice Varela que: La masculinidad hegemónica se basa en convencer a los hombres de que pueden conseguir todo lo que desean y la feminidad en convencernos de que nos van a querer cuando más deseos satisfagamos. Una lesbiana permitiéndose el lujo de impartir clases de la malvada heterosexualidad,…y con amenazas veladas: Seducir, ligar y follar tienen que ser intercambios entre iguales, con negociación y consenso, no una conquista, y a quien le baje la líbido negociar, es que no le gusta el sexo, le gusta violar. Y violaciones no vamos a tolerar. Hay que aplicar estrictamente el Convenio colectivo del Buen Follar según la lesbo-nazi-normatividad de la bildutarra.

Pregunta la periodista y responde la Varela: ¿Algún consejo para ellos? Que no violen. Eso de que (todos) los hombres sean potenciales violadores nunca falla en el discurso del odio feminista. Mientras tanto, hay que incentivar la cultura del pánico a lo masculino ya que como dice la Varela: “Tenemos miedo de los hombres. La mitad de la población tiene miedo”. Un invent delirante y demonizador que está haciendo fortuna entre las más piradas de sus seguidoras que quieren que el conjunto de mujeres interioricen el hecho de que el hombre es un potencial “violador” en la calle, en la casa, en sueños, con la mirada, con el gesto…con su sóla presencia-existencia.

La última perla de la ínclita. Pregunta ¿Por qué crees que tantos hombres se ofenden al oírlo e incluso reaccionan de forma colectiva como ha sucedido con el hashtag #notallmen? Respuesta: Porque a nadie le gusta ser un sujeto opresor. Y menos ser el sujeto opresor de tu hija, de tu mujer, de tus compañeras, de tu madre. ¿Pero en qué mundo de esquizofrenia vive esta chalada que puede marcarse una licencia tan cochambrosa como es que los hombres oprimen a sus hijas, a sus mujeres, a sus compañeras de trabajo o a sus madres? ¿Alguien sabe si está en tratamiento psiquiátrico esta mujer? Igual no lo pillo pero las alusiones de esta tipa son siempre generalizar por sistema y en una única dirección. Nunca individualiza determinados comportamientos. Varela es un caso de androfobia patológica intratable mezclada con delirium tremens.

 

3. LETICIA DOLERA: CÓMO COMPRAR UNA FEMINISTA EN LAS REBAJAS DE EL CORTE INGLÉS

 

 

Juro que en mi vida había oído hablar de esta señora que dicen es actriz. Uno, cuyos gustos cinéfilos fueron siempre los del cine clásico y estaba prendado del glamour de las grandes actrices del Hollywood de los años 30, 40 y 50, nunca perdió un mísero segundo de su vida en el cine español (salvo el de los años 60 de Berlanga-Bardem y algunas joyas sueltas) y menos en el de ahora que es pura pestilencia postmoderna directamente asesinable (que diría el Boyero).

Con el respaldo de ser “actriz” la Dolera salió a la palestra feminista de la nada, no hace tanto tiempo, montando shows públicos pro-feministas que pronto llamaron la atención de los medios, siempre ávidos por vender share aunque sea a costa de ilustres desconocidos. Dolera, lanzada al estrellato feminista, ya es asidua a programas de entrevistas televisivas y radiofónicos utilizando los mismos reclamos y manuales de feminismo cutre que las anteriores (Barbijaputa, Varela), aunque resulta ser en apariencia menos “agresiva”, de perfiles menos “misándricos” que las dos locas del coño mencionadas.

No podía, faltaría más, en el repentino curriculum feminista-burgués de Dolera un libro (Morder la manzana), una suerte de tebeo victimista de medio pelo para ganarse adeptas, o sea tontas útiles fácilmente sugestionables y aliados en proceso de inmolación masculinista. He leído a sus fans decir que este folleto debería ser “obligatorio” en las escuelas. La diarrea mental está haciendo más estragos de los previstos en este país.

La aparición más reciente y comentada de Dolera ha sido en la telebasura de un programa llamado Chester donde el narrador o ideador del mismo empezaba diciendo lo siguiente: Leticia Dolera llega a ‘Chester’ para hablar de lo que pocos se atreven: el machismo. La carcajada se ha oído en Liberia. Es verdad que nadie había hablado del “machismo” en este país después de años apareciendo masivamente en los platós televisivos, en los noticieros, en las columnas periodísticas, en las redes sociales. Venga….¿Y qué dice Dolera en el progre Huffington Post?. Que “todos y todas somos hijos del machismo. Estamos educadas y socializadas en un sistema llamado patriarcado que educa en la desigualdad”. Un sistema que no cuestiona Dolera, sino que apela a la vaguedad calculada de un “sistema patriarcal” difuso cuyas bases ideológicas de clase las deja intactas, como buena pija de diseño feminista que es.

Luego Dolera exhibe su ignorancia y deshonestidad intelectual llegando a cotas difícilmente superables. Lean: «Si a un hombre le salen canas es sexy y si le salen a una mujer es una vieja, eso es violencia machista«. El todo es “violencia machista” es un comodín utilitarista que se ha vuelto insustituible en el argot del feminismo-pop donde es posible construir todo un mundo de infinitas perversidades masculinas. Otro recurso (bastante pobre) de Dolera es eludir el bulto de las supuestas agresiones o acosos sexuales en la industria del cine, en concreto, en España, donde dijo ser una de sus supuestas víctimas. Le preguntan: .¿Por qué en España ninguna actriz ha querido dar nombres? Respuesta En mi caso, porque el delito ya había prescrito y no quise poner el foco en esa persona, sino en la cultura de la violación. Una excusa peregrina para marcarse un invent más falso que las piezas que examina la familia Harrison de la Casa de Empeños de Las Vegas.

En definitiva, Dolera, icono del feminismo (sic) según el Huffington, quiere ganarse la vida con la profesión de feminista (más algún papel que consiga en el cine con la fama adquirida de guerrera anti-patriarcal) ya que el feminismo está de moda, es un negocio próspero y como dicen por ahí, como actriz vale lo justito y menos.

 

4. TOWANDA REBELS:  ULTRAFEMINISMO POP DESDE UN BOOK DE MODELOS

 

 

Towanda Rebels son dos actrices de poca monta, llamadas Zúa Méndez y Teresa Lozano, que han sido encumbradas como nadie al feminismo pop como quien dice sospechosamente y de la noche a la mañana. Si buscas en Google “entrevista Towanda Rebels” verás que este dúo de feministas trazadas con escuadra y cartabón aparecen en prácticamente todos los grandes medios españoles. Desde ABC, hasta El Mundo, La Vanguardia o El Español, pasando por el ELPAIS o El Periódico. La creme de la creme de la manipulación periodística se ha hecho eco de los alegatos feministas de estas dos neomonjas de género cuyo “combativo” feminismo, en sintonía con el de las citadas anteriormente, está vendiéndose como rosquillas en los grandes medios.

Dos personajes, caras bonitas, que estaban en el anonimato cinematográfico, vagando con más pena que gloria, pasan repentinamente a ser emblemáticas “activistas” feministas con un discurso grosero y supuestamente “rompedor”, básicamente a través del video Hola Putero, incorporando a su mensaje-denuncia las habituales arengas del post-feminismo: violencia machista, “cultura” de la violación, prostitución, brecha salarial, pornografía, cosificación, etc. Todo ello en un lapso de tiempo relativamente corto que ha culminado, como en el caso de Barbijaputa o Dolera, en la materialización de un panfleto feminista, llamado Hola Guerrera, que seguro les proveerá más emolumentos dinerarios que su poca fortuna como actrices. Cabe recordar que una de las Towanda, Teresa Lozano, fue coordinadora de gogós en una discoteca (las gogós son chicas que exhiben su cuerpo a los ojos masculinos, subidas a una tarima, y ejecutan bailes o posturitas sensuales). Pero ahora toca ser neomonja y hablar contra los puteros (los hombres). Me lo creo.

El famoso video de las Towanda, Hola Putero, es una…puta mierda. Es un teatrillo demagógico, repleto de frases impactantes y basura sensacionalista, con pinta de haber sido manufacturado previamente en algún Departamento de ingeniería social feminista, donde se sesga el mensaje de forma arbitraria y no se tiene en cuenta la opinión de las mujeres que ejercen la prostitución, ni se plantean a las mismas qué posibilidades tendrían de inserción laboral después de abandonar lo que para muchas de ellas es una vía fácil de ingresos económicos y les permite vivir por encima de la media. Las feministas (pop) no estamos contra los hombres, pero siempre que podamos estamos contra ellos.

Resulta cuanto menos curioso que hablen sin decoro alguno de “violación” contra las prostitutas cuando son éstas (hablo de las que practican el oficio individualmente y con plena autonomía no dependiente de proxenetas y redes de puticlubs) quiénes ofertan libremente sus servicios de forma pública y el hombre se limita a aceptar las condiciones impuestas por la chica, abonando el servicio correspondiente. Pero las feministas pop son así de imbéciles y previsibles. Esto es el capitalismo, a mi no me gusta nada, tampoco que una mujer venda su cuerpo y se prostituya, pero si tan “guerreras” sóis (¿guerra contra quién, podéis explicarlo de una puta vez vosotras y la neurótica vasca?) no sé a qué coñó esperáis para asaltar el Palacio de Invierno burgués (sin los hombres, claro) y abolir la prostitución sabiendo que en el sistema capitalista imperante seguiría existiendo clandestinamente la prostitución, tal vez en peores condiciones para las mujeres y con más riesgo para todos, incluído el aumento de violaciones. ¿Me equivoco si todo ello, las consecuencias del abolicionismo, no sería un motivo para incrementar la pasta gansa que el Estado heteropatriarcal suministra a las feministas todos los años en función de las estadísticas de los casos de violencia contra las mujeres?

La disertación feminista de estas rebeldes de plastilina llamadas Towanda Rebels (La Vanguardia, El Periódico) sigue el hilo conductor de las anteriores. Dicen que «Estamos cansadas de estar cansadas, ya basta. Tenemos que pasar del ‘estamos cansadas’ al ‘estamos rabiosas’ y movilizarnos”.  Pero yo sólo veo dos tías viviendo de puta madre, haciendo bolos por los medios y quejándose de vicio, mientras trabajadoras luchan a diario, en solitario o codo con codo con los hombres, desde el anonimato y el silencio, sin el apoyo mediático que tienen estas pijas sin glamour y sin apelar a los sermones neofeministas de estas dos fracasadas profesionales.

Pero hoy rentabilizar, como hacen estas Towanda, los mantras “yo si te creo” (te creo porque eres mujer y mando a la mierda la presunción de inocencia), hablar de masculinidades tóxicas (considerándote a ti misma divina y libre de toda toxicidad por ser mujer), dar la puta brasa con la “empatía” y el “empoderamiento” (dos términos importados de la cultura feminista empresarial norteamericana) o repetir hasta dar arcadas el término “machista” como una suerte de estigma a aplicar indiscriminadamente a todo lo que no les gusta, es entendible ya que sirve para ganarse la vida y obtener un status social antes impensable.

Según las “towanditas”, Se necesita formación con perspectiva de género, porque es una cuestión de perspectiva, de dónde miramos la realidad. Es importante que las mujeres estemos en esa realidad, y nuestras particularidades tienen que estar en la perspectiva general. Y si no lo entienden, lo tendrán que entender a la fuerza. No, guapas, ) la “perspectiva” de género implica, según vuestro criterio, que las cosas se hagan como a las feministas les salga del coño, sazonado para unas “particularidades” que nadie sabe que cojones son, aunque se intuyen; por tanto, si se utiliza el “prisma de género” para, por ejemplo, la justicia, pasaría a convertirse en un instrumento en favor de un grupo de presión totalitario y dejaría de ser justicia. Y 2º) lo de que “tendrán que entenderlo a la fuerza”, se llama aquí y en Aquisgrán FASCISMO.

 

 

ESTE ARTÍCULO SE PUEDE REPRODUCIR POR CUALQUIER MEDIO, SIEMPRE QUE SE CITE LA FUENTE ORIGINAL (BERLÍN CONFIDENCIAL) TAL COMO ESTABLECE LA LICENCIA CREATIVE COMMONS. DE LO CONTRARIO, QUEDA PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

EEUU está promoviendo una agresiva ingeniería social feminista a nivel global

 

 

Una búsqueda simple por Google, buceando por los grandes y menos grandes medios hegemónicos norteamericanos y europeos (que son los que conforman la opinión pública del sistema capitalista de dominación global), nos muestra abundantes ejemplos, muy ilustrativos, de cómo EEUU y sus vasallos europeos, están construyendo una nueva y agresiva retórica “feminista” que se está expandiendo como un incendio forestal a campus universitarios, a la clase política, a medios de comunicación, a redes sociales e incluso se han sumado al negocio feminista muchas empresas que ya están utilizando criterios de “género” acorde con las directrices de los gobiernos y las presiones de los lobbys feministas.

Da igual el color político o afinidad ideológica, lo feminista está de moda y mola la hostia, tanto que Ana Botín puede llegar a ser tan antiheteropatriarcal como Barbijaputa. Todos han sumado fuerzas para entrar en una espiral de fanatismo militante panfeminista que al mundo unipolar manufacturado por Washington y Bruselas le está viniendo de perlas para afianzar su espectro geopolítico. Ya no digamos al calor de los últimos acontecimientos de todos conocidos en este país o los que habitualmente ocurren en EEUU, y que sirven para reforzar las posiciones de un rebaño dividido y enfrentado mientras el Estado totalitario de seguridad sigue engrasando su maquinaria represiva, por si ya no tenía suficientes excusas con los atentados islamistas de falsa bandera organizados por Occidente.

Términos como deconstrucción masculina, masculinidad tóxica, espacios seguros no mixtos, heteropatriarcado, empoderamiento (que ya se utiliza como comodín universal), sororidad, heteronormatividad, privilegios masculinos, cisgénero, lenguaje inclusivo, techo de cristal, brecha salarial, “mansplaning” (cuando un hombre, supuestamente, no deja hablar a una mujer), perspectiva de género, masculinidad hegemónica, cultura de la violación, “hermana yo si te creo”, etc han sido diseñados enteramente en las factorías de género de EEUU y exportados sin derechos arancelarios a Europa occidental. Añádanle la correspondiente coreografía cartelera con sus consignas-leyendas y logotipos copiados al pie de la letra de las «hermanas feministas americanas», marionetas en la agenda de George Soros y la CIA.

Todo el anterior glosario de majaderías postmodernas reverbera una y otra vez en los medios controlados espaňoles y en los que llaman “alternativos” (progres) que hacen causa común con los anteriores (qué sorpresa). Y, cómo no, en los inevitables círculos políticos de la progresía-neoliberal. Breves ejemplos de lo anterior, tomando el referente uno de los caballos de batalla de las feministas y sus confederados varones: la masculinidad «tóxica». 1, 2, 3 y hasta un simposium en la universidad inglesa de la islamizada Birmingham.

España no iba a ser una excepción a toda esta deprimente, metódica, neurótica y estudiada terminología, que la ha hecho suya, como no podía ser de otra manera, el “Afrika korps” feminista español más dogmático e intolerante junto a sus aliados, los nuevos hombres en fase de reprogramación mental antimasculinista, todas ellas/ellos muy activas/os en redes sociales o bien publicando panfletos profeministas, impartiendo cursos, talleres y simposiums desde un enfoque exclusivista de género. No podían faltar, lógicamente, sus altavoces, medios progres y no tan progres como Público, Telecirco, Antena 3, La Sexta o El Diario, conocidos, sobre todo, por orquestar una campaña de mentiras masivas sin precedentes contra Rusia y el conflicto de Siria.

A los anteriores medios, referentes “ético-morales” del feminismo, se han unido otros más conservadores o moderadamente socialprogres (ELPAIS, ElMundo, ElPeriódico, El Español, El Plural, Hufftington Post, etc) para ganarse nuevas fans del pujante y combativo anti-patriarcado. No hace falta ser muy espabilado para entender que aquí nada es casual, que tiene que haber algo más que un creciente movimiento feminista surgido de la nada. Sólo comprobar la selva de organismos estatales parasitarios de género, el caudal de subvenciones públicas y privadas al feminismo, el concertado apoyo mediático….no, aquí hay de todo menos espontaneidad feminista. Resulta chocante, por otra parte, que Papá Norteamérica, el emblema del capitalismo imperialista mundial, sea el país de donde las femi-progres españolas hayan importado su praxis ideológica y obtenido todo su arsenal teórico de postmodernidad feminista. Muy curioso, sí, sobre todo cuando en su ideario incluyen cuentagotas marxistas como mercancía de contrabando.

La espoleta de todo este marasmo de beligerante, fascista y disgregador feminismo viene de muy atrás pero el 8-m fue, por así decir, una especie de hipnosis colectiva, desde donde medios hegemónicos y sus periodistas millonarias, hasta la Zarzuela, pasando por el conglomerado político neoliberal-progre y llegando al vicario de Cristo en la tierra (madrileña), se sumaron al festival lila, en unas calles pobladas fundamentalmente por niñatas analfabetas repitiendo como loros amaestrados cuatro eslóganes barbijaputenses y cuya mayor opresión en sus vidas es no haber podido comprar un Samsung Galaxy. Luego llegó el vergonzante estallido social populachero-feminista con la “polémica” sentencia de la “manada”. Fue el no va más, ya que también se sumaron a las “condenas” contra los jueces navarros altos cargos públicos como el Legionario de la Muerte, Rafael Catalá, dicen que Ministro de Justicia, los “veredictos sociales” del PSOE y las Carmelitas descalzas de Fuenterrabía.

La siguiente puesta en escena fue el #Cuéntalo en una red social (Twitter) que se utilizó como barómetro probatorio de la «verdad popular», en el que se reunieron miles de testimonios pasados por el filtro canónico del “yo si te creo” porque a algunas les salió de su coño meritocrático. Y el que dijese que un relato sólo se sostiene y tiene validez si está contrastado mediante la confrontación de dos o más actores y a través del análisis de los hechos probatorios ya te caía el correspondiente Auto de Fe de la Hermandad feminista. Creer es lo más fácil decía hace lustros Gustavo Bueno (que no es santo de mi devoción) ya que, según el filósofo, no exige esfuerzo intelectual alguno. Y así, en función de lo que digan las, los, les y lus sumas sacerdotisas de la recua tuitera, hay que creer y legislar en caliente, en frío y en templado.

Todo muy zafio, groseramente narcisista, sibilinamente fascista y callejero en una España que uno creía había evolucionado algo desde aquel putrefacto show nievesherrerista de Alcásser. El tardofeminismo es así. Lástima que no hubiera sogas, antorchas y capirotes del kukluxklan y que las sentencias no se dictaran por la manada de Twitter para ajusticiar reos en serie. La histeria colectiva y el “yo si te creo”  deben sustituir al in dubio pro reo y a la prueba pericial judicial. Ya están tardando en reclamar un sistema penal como el norteamericano donde más de un inocente ha terminado en el corredor de la muerte.

Un país, España, que ya era una mierda político-judicial-mediática resulta que está aún más lleno de mugre de lo que uno pensaba. Más que en aquellos años ochenta del lumpen-navajerismo, la dialéctica de plomo de ETA-GAL-Gladio, las falsas banderas de la Colza y el Restaurante El Descanso o las mafias policiales organizadas por el Estado. ¿Se acuerdan del caso El Nani? Policías se dedicaban a robar joyerías y luego asesinaban a traición a los delincuentes que utilizaban como cebo. Policías que solicitaron a José Barrionuevo, Ministro del Interior del PSOE, la aplicación de la Ley Antiterrorista a un delincuente común, El Nani, para torturarle, asesinarle y hacerle desaparecer (a día de hoy sigue sin aparecer su cuerpo). Del dinero robado por el hampa policial nadie sabe donde fue a parar…si a las cloacas de Interior para sufragar la guerra sucia contra su tentáculo ETA o a la misma Operación Gladio española.

Esta sospechosa y repentina fascinación global por lo “feminista” encubre algo más obvio que ya señalaba el ex Subsecretario del Tesoro de Ronald Reagan, el antiglobalista y antisionista Paul Craig Roberts, en un acertado y oportuno artículo: “los negros gritan a los blancos, las feministas gritan a los hombres y los homosexuales gritan a los heterosexuales. Con este panorama no queda nadie para gritar a los gobernantes”. Bueno sí, quedan los grupos-lobbys identitaristas de género para exigir más y más “perras” al Estado heteropatriarcal opresor, más inclusividad, incluida la lingüística, más normalizar patrones y conductas al socaire feminista, más impulsar cuotas y privilegios de género. Pero nada de cuestionar el actual statu-quo. Dividir la sociedad por géneros y olvidarse de que existen clases o, simplemente, problemas sociales que se encargan de mantener insolubles las élites gobernantes mediante sus ONGs de caridad social.

Hoy el buque insignia semántico del feminismo neocon-progre es el patriarcado, el no va más en el casino de la postverdad feminista. Un cajón de sastre donde cabe de todo para el exacerbado feminismo terceraolista y que es fuertemente promocionado en los medios, de los que tanto se quejan las feministas, a pesar de que son sus principales altavoces. Dice el youtuber de apodo irónico “un tío blanco hetero” que el término “patriarcado” es el resultado de “la proyección de los miedos y frustraciones del feminismo actual”. Yo diría que, suscribiendo esa aserción, esa proyección psicológica es el resultado de una matriz previamente diseñada en la factoría del complejo globalista-capitalista para encapsular y anular otras luchas que puedan poner en peligro al sistema. Una de ellas, la añeja lucha de clases marxista, y lo saben, es una “asustaviejas” que hay que tener en cuenta y controlada ya que podría hacer tambalear, aunque epidérmicamente (tal y como está el patio), el sistema hegemónico capitalista. Si hombres y mujeres luchan juntos con fuerza por una causa común, el sistema empieza a cagarse patas abajo, aunque no se desmoronen sus cimientos.

Hoy, astutamente, los estrategas neoliberales, y sus mamarrachos progres, utilizan el sobado patriarcado para usarlo como pretexto fragmentario, como “divide et impera”, donde el objetivo es provocar un cisma de géneros en el que hay que demonizar al hombre como un ser abyecto en posesión de privilegios históricos. Decálogos como el propuesto por dos feministas de CCOO sobre un nuevo modelo de «escuela feminista» resume el carácter parafascista de los axiomas del feminismo actual. El victimismo feminista encaja como un guante de seda en el sistema que mejor se acomoda a sus intereses: el capitalismo. No buscan la igualdad de clase sino la que sirva a la cuotacracia y al adoctrinamiento de género según su propia perspectiva de feminismo clasista y endocéntrico (la economía, la educación, el sistema político se han de construir sobre parámetros feministas).

Primero nosotras y después nosotras..…los racializados y la diversidad sexual…mientras que el resto (hombres blancos-heteros) sólo pueden ser “aliados” (obsérvese, nuevamente este constructo discriminatorio), es decir, los hombres han de ser una suerte de alfeñiques listos para ser usados a conveniencia y en función de los caprichos feministas. Así funcionaba el segregacionismo en EEUU (¡cielos, el creador de la verdad feminista!) contra otras razas. Eso sí, vamos a tirar de subvenciones a golpe de talonario público estatal, autonómico y local para mantener viva la industria de la victimización feminista y seguir hablando de que el Estado es patriarcal y machista.

Y no, no se crean esa monserga o cuento por entregas del “anticapitalismo feminista”. El feminismo neoliberal-progre y el que se hace llamar feminismo “anticapitalista” (básicamente de tonos morados pero también rojos) entrecruzan sus discursos ideológicos. Su modus operandi es el mismo, su praxis es la misma con pequeñas variables en lo político (más bien difusas en la mayoría de los casos), se alimentan mutuamente del mismo guión y dogmática. Pero en el caso de las “anticapitalistas” de despacho, calle y batucadas ocultan que el dinero que les proporciona el Estado burgués y fundaciones privadas es la base para mantener su industria de género. No buscan cambiar las estructuras del poder bajo la perspectiva de clase sino agrietar las de género y cargar las tintas y las armas de la violencia verbal contra los hombres cis-blancos-heteromachunos.

De este modo, también, y es importante reseñarlo, no sólo esas feministas se enfrentan agresivamente al “privilegiado” género masculino, en global, sino que avivan el discurso de sus supuestos contrincantes ideológicos, hombres y mujeres, situados tradicionalmente en el polo político “opuesto” (iglesia, ultraderecha, neocons, tradicionalistas con tonalidades franquistas, etc) quienes aprovechan esta excelente coyuntura para azuzar el conservadurismo social y las ideas reaccionarias frente a un feminismo postmoderno que, mal que les pese, es de indubitado origen capitalista, eso sí, asumido por todo el espectro ideológico progre.

La “revolución será feminista o no será” es la otra tara semántica de moda, una engañifa que lleva colocada una carga de profundidad dispuesta a ser lanzada por todos esos paletos progres de la diversidad sexual y la multiculturalidad. La única revolución feminista factible, y más vale que se quede ahí, es la que montan a diario en Twitter, Youtube o Facebook fóbicas misándricas como las podemitas Barbijaputa, las cuatro Anas (Pardo de Vera, Requena, Botwin y Triviño), Leticia Dolera, Irantzu Varela, las Magdaleno, Protestonas, Zuriñes y sus aliados en proceso penitencial de deconstrucción de su inveterado machirulismo. Las revoluciones socialistas emancipadoras, exitosas, fallidas o menos fallidas, se hicieron por todos y para todos (hombres y mujeres) y los mayores damnificados en términos de víctimas mortales y colaterales, y esto no es objeto de controversia histórica, fueron los hombres, por cierto. Un privilegio que muchos cederían gustosamente a las vociferantes hembristas.

Entrando ya en el terreno del debate de calle te puedes encontrar con unas arengas feministas que se han vuelto muy previsibles (además de perversas) y que modulan la industria de la victimización feminista como epicentro ideológico: una de ellas es que si no suscribes los postulados de las “jenáricas”, su catecismo feminista, si no expías tus previsibles pecados “machistas”, te deconstruyes bajo juramento coñocrático o entras en catársis transformadora según ritual femi-masónico, en definitiva, si les rebates su indigencia argumental….te sacan toda una artillería de ineptitud intelectual, reduccionista, talibanesca y miserable de “estás conmigo o estás contra mí”, o bien aquello de que “no eres capaz de entender el pensamiento feminista” o a las mismas “mujeres”, considerando esas próceres que en tus argumentos, faltaría más, subyace una “agresión machista invisible” (hey que ya llegó el machismo, el comodín que nunca falla).

Es decir, que a la yihad feminista le refutes su tóxica narrativa o le interpongas leves objeciones ya te convierte en enemigo del feminismo, en un sujeto sin aptitudes discursivas que sólo ofrece “mansplaning” a las mujeres (¿a todas?). Y, además, aunque estés en el panel de semi-aliado o aliado a tiempo completo, pero opongas otros criterios y perfiles dialécticos, discrepantes pero más conciliadores, ello no dejará de ser, según ellas, una forma subterránea de acoso verbal de un “not all men”, ridiculizándote adicionalmente como “señoro”, “machirulo” o un “male tears” (otra acepción americana, vaya..ya es casualidad), o bien la malencarada de turno te dirá: “tú como hombre no me tienes que decir…”. Cualquier crítica a este infecto feminismo de brocha gorda, tocador y peineta es un asunto personal machista-misógino-falocéntrico (o micromachista) contra las mujeres, donde el nivel de paroxismo llega a que el Departamento de Propaganda de las FemiGoebbels, ya en posesión de una autoridad moral fuera de toda duda y ajena a toda crítica, pueda calificar tu propuesta argumental incluso como de “incitación al odio”. Tócate los cojones.

Bajo el inocuo y asumible por todos eslogan universal “igualdad de hombres y mujeres” se esconde el que es verdadero alegato de esos inobjetables seres de luz que son las feministas postmodernas. Para ello no hay más que pasarse por cualquier feminista panfletaria, como una tal Laura Freixas, y verás un sinfín de generalizaciones que demuestran que aquí hay misandria por entregas y supremacismo frentista. Para la señora Freixas la opinión de los hombres sobre aspectos relativos a mujeres no sólo es irrelevante sino que están invadiendo un espacio no reservado para ellos. Obsérvese que este sesgo fascista haría las delicias de los que impusieron el gueto de Varsovia. No es de extrañar este identitarismo cuando este personajillo dijo a propósito del atentado de París, Charlie Hebdo, que aquello era, más o menos, “otro ejemplo del horror masculinista”. Y tan fresca se quedó la majara esta. Y es que en el balneario feminancy todo es posible. Y si no fíjense en el comentario de un tuit a la susodicha que habla de que, bien, “dejaremos a los hombres que opinen”, viene a decir. Cuánta deferencia, oye. Sólo le faltó decir que para opinar sobre asuntos de mujeres o feminismo hace falta un Certificado de Buena Conducta Feminista, como aquel que expedían los curas en el franquismo.

El malvado ser masculino, según las ultraortodoxas feministas, lo que debe hacer es automarginarse en un oscuro y sórdido rincón y dedicarse a visualizar y escuchar por una mirilla el fantasioso discurso feminista que promete transformar la sociedad heteropatriarcal, donde el hombre nuevo sea sazonado al gusto hembrista. En cambio, si las tordas feministas te sermonean con su pútrido dogma pseudointelectual aliñado con catequésis darwinista, tú debes aceptar en silencio su belicoso discurso y no sentirte irritado porque estás ante «santa maría llena eres de Gracia», una “womansplaning” espiritual inmarcesible que te enseñará a caminar por el largo, sinuoso y proceloso mundo de la desprogramación masculinista.

Y así en este plan…Qué tropa….. “Ofendidas profesionales”, les llama el youtuber “un hombre blanco hetero”. Y no le falta razón. De ello hacen su negocio.

 

Caso mediático de Juana Rivas: el disparate nacional

No conozco a fondo las circunstancias del caso en que han estado involucrados este personaje y el que era su marido italiano, de nombre Francesco Arcuri, y que ha generado gran profusión de opiniones encontradas y ácidos debates. Según se ha reflejado en los medios, la señora Juana Rivas sacó a sus hijos de Italia y se los trajo a España sin contar con el padre (acusado de maltrato en su momento) y a partir de ahí se ha ido montando el correspondiente escenario o circo nacional de juicios paralelos y armas arrojadizas.

El disparate y sinsentido al que me refiero consiste básicamente en que desde las instituciones se ha impulsado el desacato judicial  y se ha ido incentivando durante todos estos estos años el derecho a la no presunción de inocencia del hombre en el espinoso y demágogico tema del maltrato. No importa que haya damnificados de por medio (incluidos hijos). La apisonadora de género está por encima de leyes y una cada vez más decadente justicia dependiente del poder político. Admitir esto supone que ya estás demonizado como facha, retrógrado, misógino, izquierdomachista o…, a secas, machista. Les quitas todo este repertorio y el argumento se ha evaporado o, como alguien dijo acertadamente, se queda en modo binario.

La ínclita Susana Díaz (presidenta autonómica andaluza) y sus correligionarias ideológicas de género, como si de cruzadas pseudofeministas antisistema se tratase, más la progresía tardoizquierdista de turno, han llevado el populismo (el de verdad) del caso Juana Rivas, a un nivel de mendacidad que aterra. Pero es que incluso el mismo partido del neoconservadurismo facha-católico, el PP, nada menos que con el presidente de este país a la cabeza, ha ido en ayuda de la mediática Rivas. Políticos (todos)…además de ineptos y corruptos, populistas.

De partida, y tal y como está el patio de “género” en este país, a la señora Juana Rivas había que creerla, sí o sí, al igual que a su corte de faraonas feministas porque lo dice el consenso sobre la violencia de género, incluso pasándose por el arco del triunfo la ley, esa que raramente está al servicio del pueblo y auxilia siempre a los poderosos. ¿Es imposible que la Rivas haya mentido o sea una tunanta que ha interpuesto denuncias, ad-hoc, por maltrato porque le avala el ser mujer y tiene a su favor una legislación favorable sobre VIOGEN? ¿Y de su ex marido, el italiano Arcuri, no cabe la más leve posibilidad de que haya sido objeto de un chantaje o que, según dicen, fue víctima del comportamiento poco edificante de la señora Rivas (no para justificar maltrato)?

Porque todo parece indicar que el detonante del maltrato hacia la Rivas fue una discusión donde Juana «la alcohólica» llegó a altas horas de la madrugada a su domicilio conyugal (no muy equilibrada etílicamente) y comenzó a destrozarlo todo, por lo que su actitud derivó en enfrentamiento con su pareja. A pesar de estos condicionantes todo se sesga, de forma inmisericorde, hacia el lado favorable de un personaje, el de Juana Rivas, sobre el que no caben objeciones ya que se da por antemano que ella es víctima y el otro el verdugo. El comodín de la violencia de género vale para todo. Hasta para burlar la ley. Eso sí, pronto ha ido la señora Rivas a hacer bolos por los platós televisivos a montar lloriqueos ante vivales acusadas de plagio (apuntadas a última hora a la propaganda de género) a las que sólo les importa el “share” y sus sueldos millonarios, erigiéndose encima en jueces y parte.

Seguramente nadie ha jugado limpio en todo este asunto, pero la señora Rivas sustrayendo a sus hijos menores como si fueran objetos de contrabando, sin agotar otras vías menos drásticas, ha sido la que más sucio ha jugado. ¿Desesperación? Oiga, mercadear con los hijos es un asunto muy serio. Resuelva sus problemas por la vía legal para solventar su conflicto matrimonial y no utilice torticera y hábilmente (porque sabe que tiene un complejo mediático-institucional y una legislación a favor) esa argucia con la que le están justificando sus palmeros. Yo tengo unas deudas con Hacienda y cómo no puedo hacer frente a ellas…desesperadamente me evado a otro país para estar a salvo. ¿Y si el ex de la “heroína” Rivas, a la inversa, se hubiera ido con los hijos qué tratamiento habría tenido este caso entre la clase política y los medios?

Conozco mujeres (o personas, para ser más exactos y no establecer así una espuria disociación artificial hombres-mujeres) que piensan que esto de la “violencia de género” se les ha ido de las manos y opinan, como he leído a una usuaria, que en este país existen muchas Juanas que no tienen reparos en usar la LIVG para joderles la vida a su ex y a su hijos. Y no como excepción, sino como norma. Que la mayor parte de las denuncias falsas sean desestimadas indica el grado de corrupción de las instituciones y de la sociedad. Mientras tanto, las verdaderas mujeres maltratadas son olvidadas por los medios y por el propio feminismo oficial, ya que no les resulta rentable hacerse la foto con ellas

Lo cierto es que con la discriminatoria y asimétrica LVIOGEN (o ley contra la violencia de género) ni se han solventado los problemas ni se espera que lo hagan porque no se puede legislar contra la injusticia para crear otra injusticia. Lo único que se ha conseguido es promover un enorme aparato de propaganda institucional adoctrinador con influyentes consorcios feministas acantonados en organizaciones, Ministerios o Consejerías…que tan bien les ha venido para hacer acopio de votos cautivos.  

El feminismo de cuota y despacho parasitario ha estado recibiendo todos estos años mamandurrias, cuchipandas y organizando francachelas de todo tipo mientras los problemas han ido creciendo, el maltrato continúa, el goteo de mujeres asesinadas prosigue, cómo no, exacerbado y amarilleado por los medios hegemónicos progre-derechistas y los diversos boletines parroquiales de la progresía sindical de caviar y langosta. La religión de género ya está aquí y tiene víctimas colaterales propiciatorias. ¿Un conflicto conyugal como el de Juana Rivas puede ser elevado a la categoría de “asunto de Estado”? ¿Y de esos países donde se legisla contra la mujer –monarquías feudales del Golfo-  que son fieles aliados de nuestra OTAN…qué?

El show mediático-institucional montado en torno a Juana Rivas no sorprende puesto que hay un suculento negocio de fondo que sostener y no puede haber vuelta atrás. Miles de millones de euros dilapidados en organismos inútiles a costa de las mujeres maltratadas. ¿Qué puede subyacer detrás de todo esto? Pues que las fuerzas del capital están ejecutando la consigna más cristalina que pueda existir: divide (por sexos) y…vencerás.

 

Femifascismo en las calles

feminazi

sin-titulo

CHRISTINA H. SOMMERS, FILÓSOFA Y FEMINISTA

Siempre ha habido cierta fobia a los hombres en algunas mujeres del movimiento, eso es innegable. Pero eran marginales. Pero hoy, al menos en las universidades, están siendo las protagonistas del debate. La masculinidad se trata de manera rutinaria como una patología que necesita una cura. Casi todos los libros de los estudios de género culpan de la mayoría de los males de la sociedad a los hombres y al patriarcado.

Las fiestas de este país parece que últimamente se están convirtiendo, a raíz del manoseado episodio (todavía no aclarado) sanferminero pamplonés -donde se produjeron presuntas agresiones sexuales a una joven-, en un escaparate publicista de la ideología de género, donde lejos de convertirse esos espacios festivos en actos lúdicos y recreativos para todos están siendo lo más parecido, además de lo anterior, a un Estado de excepción donde se adoctrina según los cánones impuestos por el cada vez más pujante despotismo feminista español y donde la caza y captura del presunto «agresor machista o masculinista» está llegando a unas cotas de absurdidez verdaderamente patéticas.

Agresiones a mujeres (y no sólo en fiestas) y hombres haberlas haylas, lamentablemente, a lo largo de todo el año y de todos los siglos pasados y venideros (incluidos centros de reclusión, las más impunes por ser del Estado)….Pero una cosa es perseguir un comportamiento delictivo o incorrecto (que algunas pretenden equipararlo, el último, poco menos que con una violación, en un alarde de infumable victimismo) y otra muy distinta es amañar una realidad que nos pretenden vender a golpe de estrategia de tensión contra el llamado heteropatriarcado «opresor» y otras rancias mercancías de contrabando anti-masculinistas que conforman el atrabiliario lenguaje del femitotalitarismo, con denominación de origen Soros. En definitiva, se trata de una ideología hembrista subvencionada generosamente con cuota, euros y despacho por el régimen neoliberal español mediante sus instituciones estatales, autonómicas o locales.

La matraca montada por las empoderadas de todos los círculos feministas del Estado Español se ha expandido como el virus del que hablé en la anterior entrada y han lanzado sus consignas ya conocidas del No es No, «fiestas libres de agresiones machistas» y «tolerancia cero». Está bien. ¿Pero está justificada esta bienintencionada campaña masiva de «concienciación» o «prevención» (sufragada con dinerito público) sobre un problema del que ni siquiera se ha tenido constancia en las localidades donde se ha implantado esta maquinaria de propaganda que roza lo extravagante y sobrepasa lo intimidatorio? Por no hablar de otros supuestos donde se ha magnificado todo este revival sexista hasta el amarillismo más deprimente, medios de desinformación masiva incluidos.

Tengo dos hipótesis en una para justificar todo este carnaval «anti-machista» puesto en práctica en España por el vedettismo feminista. Primero. Que estas machirulas del femifascismo toman por imbéciles a la mayoría de hombres y por retrasados al resto de la población, a los que considera incapaces de reaccionar ante esa alerta de guerra «contra-masculinista» que han lanzado…Si agreden a una mujer, nos vamos a reír y permanecer estáticos, piensan. Por eso demandan que nos pleguemos a su retórica obsesivo-paranoica y nos integremos en su aparato de propaganda uniformizador-hembrista. En segundo término, y enlazando con lo anterior, el Estado español (vía organismos estatales) sirve de necesario intermediario para promover todo el «agit-prop» feminista, haciendo de sostén económico y político necesario para mantener el sofisticado andamiaje de las brigadas femi-moradas.

El esperpento feminista ha alcanzado la idiotez suprema en la Comunidad Autónoma de Castilla La Mancha donde se ha incentivado la creación de unidades paramilitares feministas en las calles para «controlar» a los potenciales descarriados agresores patriarcales. Todo ello con motivo de sus fiestas. Leo en el diario progrenazi de George Soros (Eldiario.es, uno de los que sirve incansablemente de vocero del tinglado feminista, el que fabrica las mentiras sobre Siria vía The Guardian y el que hace de palanganero del timazo político del siglo: Podemos) En la localidad toledana, ha sido una iniciativa ciudadana la que luego ha contado con el apoyo explícito de la administración local. Se trata de la denominada ‘Brigada Violeta de Talavera’, que nace de los distintos colectivos feministas que existen en la localidad toledana. «Las propias chicas cuando salimos por la feria vemos que se producen diversas agresiones machistas, que muchas veces ni te das cuenta que lo son», señalan

Espera, se crea una Brigada paramilitar callejera feminista bendecida por el Estado porque, supuestamente, se producen diversas agresiones machistas que, según las próceres del invento «ni te das cuenta que lo son». Entonces, si no te das cuenta de que lo son…¿cómo puedes decir que son agresiones? ¿En definitiva, cómo se puede calificar de agresión algo que no es constatable ni ha sido denunciado? ¿Sólo porque hay que expandir la auto-victimización?. Por otro lado, las patrullas paramilitares con distintivo-brazalete morado tendrán cometidos como actuar en caso de una agresión y de llamar a la policía. «Siempre que salimos de fiesta sufrimos comentarios o tocamientos, pero en ferias especialmente hemos observado un auge de estos comportamientos, hombres haciendo fotos por debajo de la falda, babosos o quienes se aprovechen de las que se han pasado con el alcohol», dicen las brigadistas.

Un momento…¿a eso no se le llama actuar fuera de la ley? ¿Una patrulla parapolicial apadrinada por el Ayuntamiento de turno atribuyéndose la intervención en una supuesta «agresión machista»? ¿Quién determina que lo es -la agresión-? ¿La palabra de las amenazantes patrulleras moradas frente a la NO presunción de inocencia del supuesto agresor? Perdón, pero comentarios obscenos en unas fiestas siempre los habrá y eso no es categorizable como delito sino como una muestra de mala educación. Punto pelota. Pero para estas macheteras hay que criminalizar lo que huela a «masculino» y todo vale, incluso el ejercer de Einsatzgruppen por Albacete y Talavera.

Es muy fácil, si no quieren ver alcohólicos «metemanos» en las fiestas (que serán, como mucho, anecdóticos) prohiban la venta de esa droga legal llamada alcohol durante su celebración porque, mal que les pese a las femi-machirulas, estando borracho disminuye drásticamente la capacidad de autocontrol del sujeto y provoca efectos como delirium tremens y otras demencias alcohólicas científicamente comprobadas. No, pero es más fácil mantener el negocio hostelero del despiporre festivo-alcohólico (como el macrobotellón sanferminero) y, al mismo tiempo, montar el circo feminista poniendo en la servilleta de un bar «No es No».

La parafernalia del invento es tal que El Ayuntamiento de Talavera se ha mostrado dispuesto a colaborar con la ‘Brigada Violeta’ en esta campaña, asegurando que se han tomado contactos con la Policía Local y los colectivos feministas para «encajar» la iniciativa en los planes de la Junta local de Seguridad. Cualquiera diría que hay una banda organizada de recalcitrantes machistas dispuestos a ir por toda España para cometer delitos sexuales en las fiestas. No sé por qué mi mentalidad va más allá y te dice que todo esto no es más que un evento organizado sincronizadamente, casi tanto como las falsas banderas que todos conocemos con tal de dar de comer al nutrido berenjenal que conforma el lobby de asociaciones feministas españolas y propagar la división de «género» en las sociedad.

Y es que ni tan organizado sería aquél evento que la propia Fiscalía General del Gobierno, de derechas, sí, fachas y tal, colabora en el negocio de género (teóricamente progre) afirmando que sólo hay un porcentaje ínfimo de denuncias falsas a cargo de mujeres por «malos tratos». El alborozo de las feministas ha sido orgásmico (en modo LGBTI) puesto que esa es su tesis principal en el asunto del maltrato del hombre hacia la mujer. ¿Pero a un órgano que representa a la «justicia» teledirigida y es jerárquicamente dependiente del Gobierno español se le puede dar, acaso, un gramo de veracidad, independencia y credibilidad? Yo diría que cero patatero. Que una denuncia falsa sea archivada judicialmente no significa que no sea cierta, sino que podría no validarse su carácter probatorio porque existe tal consenso nacional-feminista, impulsado desde el Estado, que en la práctica resulta imposible que salga adelante.

¿Recuerdan que después de activar previamente los protocolos «anti-agresiones sexistas» en algunas localidades -vascas, sobre todo-, después de arrasar con publicidad de la brunete feminista (Ayuntamientos mediante) y multiplicarse ésta en los mass-mierda de todo el espectro político (a «izquierda» y del conservadurismo derechista) siempre llegan, el día después, supuestos casos de «agresiones machistas» en las fiestas? Dame un machirulo que necesito seguir pillando subvención.

En fin, formaciones progres del régimen como Ganemos-IU (el bodrio parido del 15-m y el CNI más la garzonada de turno), de Valdepeñas, insisten que «todos los años durante las fiestas del vino y otros eventos» se registran «incontables» casos de distintos abusos y que pasan con «total impunidad». ¿Podrían ser tan amables esos «izquierdistas» de datar esos «incontables» (sic) casos de forma clara y precisa, especificando qué clase de abusos se han cometido? ¿Cómo es que esas supuestas tropelías pasan con total impunidad si las mujeres supuestamente agredidas tienen (desde hace bastante tiempo) a su favor incalculables privilegios judiciales, policiales, mediáticos e institucionales para denunciarlos? ¿Por qué apelan a la falsa estrategia del victimismo en lugar de denunciar al presunto acosador?

No hacen esto último porque sigue siendo más rentable vender humo «anti-patriarcal» (viviendo estupendamente de las rentas del capitalismo neoliberal, por cierto), sacar tajada del «sexismo» utilizando los impactantes titulares de unos medios que trabajan a las órdenes del feminismo de Estado y seguir engordando la cuenta monetaria de las empoderadas de género, sin más pruebas que no sean las de ese enfermizo feminismo español patrocinado y coordinado desde las diferentes Administraciones públicas.

La industria viral de las «agresiones sexistas»

 

feminazis

LAS NUEVAS PRÓCERES DE LA DELIRANTE CRUZADA FEMINISTA: NO ES EL MACHISMO SINO EL «MASCULINISMO» (EL HOMBRE) EL CAUSANTE DE TODAS LAS DESGRACIAS DE LA TIERRA, INCLUIDO EL TERRORISMO DE FACTURA «YIHADISTA» (sic)

Parece que últimamente resulta extraordinariamente rentable, en términos de votos y manipulación sensacionalista mediática, promocionar, publicitar, impulsar y adoctrinar institucionalmente sobre la llamada por muchos «ideología de género» y los diversos colectivos que la conforman, desde el lobby feminista subvencionado hasta el siempre omnipresente LGBTI (otra agenda Soros de manual). En particular, se ha puesto en práctica en varias ciudades españolas (en sus fiestas patronales sobre todo), protocolos para evitar, nos dicen, supuestas y potenciales «agresiones sexistas» (o machistas, como gustan decir a las «machofóbicas«). Aunque nunca hayan ocurrido hay «indicios» de que van a ocurrir por lo que el andamiaje feminista quiere cobrar protagonismo lanzando sus soflamas y panfletos ya que, dicen, vivimos poco menos que en una «cultura de la violación».

Todo ello al calor de la última manifestación de horterismo borrachuzo sanferminero, fiesta asquerosa y repugnante donde las haya (similar al Toro de la Vega o a la «tomatina» de Buñol), donde un grupo de cuatro individuos alcohólicos, despreciables, parece ser que se dedicó a acosar (consentidamente, según otras versiones) a una joven, también con cogorza a cuestas, que fue, final y supuestamente, forzada a tener sexo en un episodio que ofrece muchas lagunas y demasiados puntos oscuros. Pese a quien pese y frente a toda apisonadora que intente uniformizar la versión oficial y aplastar el resto.

Porque, cabe recordar, en los últimos sanfermines (y en otras fiestas, como las de Málaga) también se dieron casos de denuncias falsas por «violación» o «tocamientos», cosa que al periodismo amarillista -progre y anti progre-, ávido de obtener pulsiones primarias, no le interesa plasmar en sus tabloides. Prefieren arrastar hacia sus panfletos-basura el mayor número posible de cretinos/as cegados por los instintos básicos y la propaganda acrítica. Un poco como la «charcutería» que mostraba aquel insigne periódico de sucesos llamado ELCASO. El derecho a disentir supone que te encuadren, automáticamente, en la manoseada «violencia de género» (violencia «masculina»), como un machista recalcitrante. Me va a dar igual ya que me resbala totalmente este fascismo de «género», su deplorable maniqueísmo y sus estúpidas epígonas.

Entre los que suelen propagar, sin cesar, el cansino y falaz repertorio «feminista», autocomplaciente, la victimización continua de los «LGBT» o la «denuncia» del heteropatriarcado, se encuentran, entre otros, dos periódicos digitales, el qatarí PÚBLICO (propiedad del multimillonario trotskista Jaume Roures) y ELDIARIO.ES, del castuzo desvergonzado Ignacio Escolar, financiado por George Soros, ambos intoxicadores continuados de países «no amistosos con el imperio» como Rusia (principalmente), Corea del Norte, Irán, Venezuela o Siria. Los dos medios son ejemplo de la más abyecta tergiversación sobre el conflicto sirio apoyando a los terroristas que operan bajo la protección de Occidente. También son favorables a la candidata feminazi-psicópata Hillary Clinton, la abanderada de los gays, LGBT, el descuartizamiento de Gadafi, el montaje simiesco del falso matarile de Bin Laden y el patrocinio del ISIS en Siria…Joder, qué progre es la tía.

A partir de aquí, se ha organizado un negocio viral «anti-sexista» donde no hay fiesta del Estado español en que la ideología de género del lobby feminista no adquiera un exacerbado protagonismo bajo la tutela de las administraciones del Estado y los grupos políticos que se apuntan prestos a la recogida de votos. Pamplona fue el detonante, después Bilbao, Vitoria, San Sebastián, Albacete, Buñol, prácticamente en todas las ciudadades…han recogido el testigo de este nuevo estado de excepción festivo propuesto por el conglomerado feminista-institucional. La plaga está servida. Pero ¿es justificable toda esta campaña propagandística del «miedo a las agresiones sexistas» o tal vez es un instrumento de manipulación tendenciosa en modo estrategia de tensión que no se ajusta a la realidad y sirve a unos intereses demonizadores muy concretos?

A pesar de que con gran publicidad (con apoyo estatal) se han activado «protocolos» previos contra las «agresiones sexistas», utilizando todo un repertorio de propaganda y retórica victimista donde caben folletos, carteles, leyendas, información a pie de calle, talleres de autodefensa, vigilantas con brazaletes «lilas» y demás herramientas de control y adoctrinamiento callejero (donde incluso han contado con camareros, conductores de buses y taxistas),…lo cierto es que, casualidad o no, siempre aparece algún episodio de «violencia machista»…el día después. Eso sí, con una más que sospechosa nebulosa sobrevolando y grandes dudas e interrogantes sobre el carácter de la «agresión» (Bilbao). Parece que no sirvió de mucho gastar dinero del contribuyente para concienciar al personal masculino maltratador

Por ejemplo, en Elorrio (Vizcaya) la monserga del lobby de las «locas del coño» (así se hacen llamar un grupo de feministas – según su página web-, con algo más que delirium tremens en su ideario) ha sido: «Son las agresiones sexistas las que más nos preocupan estos días», afirmando con evidente tono victimario que “Las mujeres no podemos vivir las fiestas con miedo”. Entiendo que hay que visibilizar (el palabrajo de moda entre los colectivos de hembristas) muchas cosas, entre otras dejar en evidencia el garrulismo de algunos catetos y su rancio arsenal de «piropos» (todavía hay imbéciles que se dedican a semejante mentecatez) o comportamientos cargante-agresivos contra algunas mujeres, pero no a costa de intentar sepultar otras evidencias, criminalizar totalitariamente y repetir como cotorras ese mafioso «el miedo va a cambiar de bando» o «si nos tocan a una nos tocan a todas». ¿Dónde está la ponderación de estas sesudas y sectarias feministas de alpargata?

Me recuerda esta homilía de la victimización tanto a los curas como a aquellas películas de Charles Bronson o esas otras donde se inoculaba al espectador la idea de que había un «alarmante aumento de la delincuencia» y se necesitaban tomar medidas ejemplarizantes. Sin llegar a tanto aquí…el elemento discursivo es el mismo: suena a estrategia para manipular a las masas. ¿Acaso hay una epidemia verificable y estadísticamente muestreable de ataques sexistas en el País Vasco y el resto del Estado, o es que realmente quieren que sucedan para seguir engordando vía subvención estatal el negocio de «género» que tienen montado decenas de asociaciones feministas? ¿No será que todo es una burda «alarma social» creada artificialmente al calor de unos hechos, puntuales, ocurridos en el deleznable macrobotellón sanferminero? Si no hay «agresiones machistas», habrá que inventarlas.

La nefasta y antidemocrática Ley Integral contra la Violencia de Género, urdida por el entonces ministro del PSOEGAL, sorpresas da la vida…luego acusado falsamente de maltratador, Juan Manuel López Aguilar, es uno de los pilares sobre el que se sustenta la actual ola de «vigilancia» (al estilo de la fascista NSA norteamericana) contra los «machismos», «micromachismos», «lenguaje inadecuado», «canciones o posters sexistas» y fiestas libres de «machirulos», extendiendo su espectro hacia el mediático colectivo LGBTI. Un despropósito, se mire como se mire, incentivado por la propaganda de la Gestapo feminista de cuota y despacho con sus mamandurrias asociadas: a saber, el chanchullo «paritario», las concejalías de la Mujer, los Observatorios de «violencia de género», los Observatorios de «publicidad sexista», las Consejerías de Igualdad o los Ministerios de turno. A rebufo de estos abigarrados organismos parasitarios han nacido, en los últimos años, un número creciente de Ong’s feministas con diferentes grados de hostilidad e intolerancia, «virtudes» todas ellas importadas de un país, EEUU, que ha ideado todo este postmodernismo feminista.

¿Quién dijo que no existían muertes por violencia de género? Claro que sí, pero también las hay de tráfico, por negligencias médicas, por indigencia en las calles o por accidentes laborales en cuantía infinitamente superior. Y no gozan del estatus privilegiado de las atribuidas a las de «género». Como tampoco se justifica la actual campaña narcotizadora (extremadamente sospechosa) de medios audiovisuales abonados a sacar rentabilidad de la industria del «maltrato» (como el grupo conservador Atresmedia) en contubernio con el Gobierno de España (esa estupidez neoespañolista inventada por el zapaterismo). Educación sí y respeto al otro (o a la otra) también, pero sin imposiciones deformadoras y sesgadas.

CITO TEXTO POLÉMICO (que puede ser compartido total o parcialmente; el antisemitismo, por ejemplo, es un bulo-parapeto sionista):

Todo lo que pase por «feminismo radical» es simplemente fascismo. El feminismo tal y como se conoce hoy día promueve, en iguales términos que el machismo militante, el chovinismo, la censura, el maternalismo, la pseudo-antropología, el hombre como chivo expiatorio, la uniformidad en el pensamiento. La agenda heterofóbica está preparando a las mujeres jóvenes más ingenuas en la visualización de los hombres como su enemigo en la sociedad.
La retórica de las femi-fascistas es de naturaleza similar al racismo, al extremismo religioso, a la homofobia y al antisemitismo. Sin embargo, esta forma sigilosa de fascismo parece aceptable para las autoridades, a pesar de que el impacto en la sociedad y en los hombres es igualmente perjudicial. La mayoría de la opresión llevada a cabo contra las mujeres a largo de la historia se ha hecho en relación con la clase, no con el género. Incluso, la gran mayoría de los hombres han sido tratados mucho peor que las mujeres.
Es importante tener en cuenta la psicología de la activista feminista moderna de Occidente. Muchos miembros (miembras, en lenguaje hembrista) de grupos feministas y organizaciones de mujeres sufren delirios de persecución. Muchas de ellas tienen problemas emocionales y sufren de ansiedad, estrés, depresión y quieren culpar a alguien, pero no miran en su interior para ver la fuente de sus problemas y fracasos. La paranoia es moneda de curso común. Buscan el chivo expiatorio de sus fracasos personales y problemas emocionales al igual que suelen hacer los fascistas, racistas y homófobos. La mentalidad de la fascista feminista es prácticamente la misma.
http://elreporterosf.com/?p=20682

El heteropatriarcado, culpable de la masacre de Orlando (frase acuñada por el ínclito Alberto Garzón), es un mantra de viejo cuño adaptado para el capitalismo feminista de divide y vencerás…Es curioso que estas modernas heraldas del integrismo feminista se posicionen, en muchos casos, como «movimientos alternativos» pero dispongan, al mismo tiempo, de innumerables prebendas políticas públicas ya sea en forma de las ya antedichas Concejalías de la Mujer-LGBT, Consejerías del mismo nombre, Observatorios, legislación proteccionista o Juzgados excepcionales, que ya para sí quisieran muchos afectados por otras violencias.

Como alguien decía…guerra de sexos o guerra de clases. El frente neofeminista es el caballo de Troya de Soros y los globalistas.

No es un secreto que lo que conocemos como movimiento feminista ha sufrido una fuerte crisis por la pérdida de legitimidad de sus reivindicaciones a pesar de tener más simpatizantes que nunca. El feminismo radical que impregna hoy en día todos los espacios de la opinión pública progresista, los movimientos sociales y los partidos políticos lejos de pretender ser un movimiento de liberación es un movimiento que victimiza constantemente a la mujer. Las manipulaciones de la realidad por parte de los portadores del feminismo de “tercera ola” están causando el efecto contrario en la búsqueda de la igualdad creando un continuo estado de alerta y crispación con la extensión de los conceptos de acoso y agresión sexual hasta niveles irracionales.

El feminismo radical incluso se atreve a segregar por sexos los problemas de la sociedad llegando a acusar al género masculino de ser el causante de la mayoría de las injusticias sociales. Mientras en nuestro país existen cinco millones de parados, un 15% de niños bajo el umbral de la pobreza y un continuo retroceso de los derechos sociales los medios de comunicación y redes sociales están abarrotados de artículos sobre los micromachismos, los comentarios sexistas de un político, las opresiones en el lenguaje, patriarcado, sexualidad… En definitiva una sociedad  que se preocupa más por los piropos que por el hambre donde los que rechazamos estas formas de distracción del drama social real que estamos sufriendo en nuestro país tenemos que estar preparados a ser ridiculizados, psicoanalizados y atacados por las hordas de defensores de lo políticamente correcto que no dudan en alzar la voz contra toda injusticia que no sea la de clase

El feminismo radical te permite delirar, someter y despreciar sin la necesidad de ser cuestionados por tus actos y contar siempre con el respaldo de todas las ideologías. Una inmunidad que es otorgada por una demagógica estrategia victimista y que goza de unos dogmas que paradójicamente nadie conoce con exactitud

http://euskalherriasozialista.blogspot.com.es/2016/07/asi-funciona-el-feminismo-radical.html?view=classic