Categoría: Política-DDR

Otra visión de la RDA

 

 

ddrbrigadeakggjpg100__v-gseapremiumxl

 

Lejos de la deformada propaganda occidental, en este documental se muestran diversos aspectos de la capital, Berlín Este, de Karl Marx-Stadt, de la industria química-farmacéutica y la salud y de la nueva ciudad Halle-Neustadt que se construyó a partir de 1964, fundamentalmente para los miles de trabajadores de la planta química de Buna Werke Schkopau. Los documentales fueron producidos por la DEFA, la productora de cine y TV de la RDA. Los correspondientes a Karl-Marx Stadt, La industria química-farmacéutica y Enfermedad y su tratamiento pertenecen a la serie Das sind wir (Lo que somos), de 1969.


Al final de los documentales de la DEFA, he añadido unas entrevistas a ciudadanos de la ex RDA que realizó el año pasado la Kommunistische Organisation y que sirven como contrapeso a la inagotable propaganda demonizadora, ignorante y revanchista contra el que fue Estado de obreros y campesinos, el único Estado comunista en suelo alemán. Frente a la propaganda demonizadora y difamadora de Occidente, una visión diferente de la RDA, la que se correspondía con una realidad que han pretendido ocultar durante décadas. La música que acompaña al documental sobre Karl Marx-Stadt es de la compositora de la RDA, Brigitte Unterdörfer.

CLICAR ABAJO A LA DERECHA en 1080p, para mayor resolución del video, en el caso de que no salga por defecto.

La guerra de Occidente contra la RDA (y 3). El Plan DECO II para invadir y “liberar” Alemania Oriental

PLAN DE ATAQUE DECO II CONTRA LA RDA

En una declaración del gobierno de EEUU, de 12 de octubre de 1949, se dijo que la fundación de la RDA (República Democrática Alemana), cinco días antes, era “ilegal”. La hipocresía amnésica de Washington le impedía recordar que unos meses antes, el 23 de mayo, se había constituido unilateralmente como Estado la República Federal de Alemania (RFA), en una clara violación de los acuerdos de Potsdam y con la autorización de EEUU.

La creación de la RDA, el 7 de octubre, fue la respuesta justa, necesaria y proporcionada a la fundación del estado separatista de Alemania Occidental. El territorio que estaba bajo control de la autoridad militar soviética esperaba que a corto o medio plazo la unificación con la otra Alemania se llevase a efecto bajo criterios de estricta neutralidad política. Pero la RFA y EEUU no estaban dispuestas a permitirlo. Tenían otros planes más agresivos.

Por su parte, la fundación de Alemania Federal fue un acto de provocación ilegítimo que iba a servir como piedra de toque de la guerra fría iniciada por Occidente y cuyo objetivo era hacer retroceder la influencia soviética en Europa. Se descartaba de ese modo una Alemania unida, a pesar de que Stalin, en la famosa nota de 1952, propuso (varias veces durante ese mismo año) la unificación alemana bajo bandera neutral, algo que era inaceptable para EEUU quien quería expandir su dominio imperialista por toda Europa.

Como se ha comentado en las dos entradas anteriores, desde el minuto uno de la creación del Estado de obreros y campesinos (RDA) la finalidad de Washington, el Reino Unido y la Alemania de Adenauer fue atacar por todos los flancos a la RDA mediante un amplio abanico de actos injerencistas que no cesaron hasta noviembre de 1989, cuando se produjo el movimiento contrarrevolucionario que dio lugar a la apertura de la frontera estatal de Berlín (el “Muro”) y a la posterior disolución de la RDA.

El más ambicioso y arriesgado intento de Occidente para apoderarse por la fuerza de la RDA, que finalmente no se llevó a cabo gracias a la construcción de la barrera antifascista de Berlín en 1961, fue el que tuvo como objetivo “liberar” a la RDA a través del llamado Plan DECO II, orquestado en la primavera de 1955. Este episodio, decisivo para entender todas las medidas de defensa que adoptó la RDA a partir de 1961, ha sido censurado y relegado totalmente en los libros de historia de Occidente mientras, a sensu contrario, se ha denigrado, difamado, caricaturizado y calumniado a la RDA con interminables falsedades e historias truculentas.

En la primera década de los años 50, ya el canciller de la República Federal de Alemania, Konrad Adenauer, hizo unas declaraciones al periódico conservador de Koblenz, Rheinischer Merkur (el 20 de julio de 1952), donde dejaba clara la estrategia de guerra de la RFA contra la RDA. Adenauer dijo entonces: Lo que se encuentra al este de los ríos Werra y el Elba son provincias “no redimidas” de Alemania. Por lo tanto, la tarea no es la reunificación sino la liberación. La palabra reunificación debería desaparecer puesto que ya ha traído demasiados desastres; la liberación es la consigna”.

Más que en cualquier otro estado socialista del Este europeo, la RDA se convirtió en objetivo prioritario de las potencias occidentales para ejecutar una “política de rescate” del comunismo. Occidente, en particular EEUU y Reino Unido, encomendaron a Alemania Federal la tarea de realizar operaciones desestabilizadoras contra la RDA a través de Berlín Occidental, aprovechando que había “libre tránsito de personas” hacia Berlín Este.

Como ya se mencionó en la entrada anterior, además de la organización terrorista neonazi KgU (Kampfgruppe gegen Unmenschlichkeit o Grupo de Combate contra la Inhumanidad -sic-), el Servicio Técnico de la Federación Alemana de la Juventud y la Organización Gehlen (grupos que ideológicamente se solapaban entre sí y cuyos integrantes eran antiguos nazis de la Wehrmacht, las SS y la Gestapo), Alemania Occidental utilizó la agresiva emisora norteamericana radicada en Berlín Oeste, RIAS, (Rundfunk im amerikanischen Sektor) para poner en marcha una “subversión constructiva” contra la RDA, invadiendo su espacio radioeléctrico mediante el uso masivo de propaganda anticomunista.

Las entonces estaciones de radio anticomunistas creadas por la CIA en Europa occidental, como la RIAS o Radio Free Europe/Radio Liberty, constituían potentes herramientas de manipulación y propaganda para llamar a la rebelión de los ciudadanos en los países del Este socialista. Después del fracaso temporal de esta política, el 17 de junio de 1953, con el fallido intento de golpe contrarrevolucionario en la RDA, se consideró cada vez más la opción de utilizar la “liberación del exterior” y, por lo tanto, recurrir a las fuerzas armadas de la República Federal de Alemania para “recuperar” la RDA.

Los antecedentes directos de la Operación DECO II se encuentran en el Acuerdo de Garantía celebrado el 29 de septiembre de 1954 en Londres, entre los Gobiernos de los Estados Unidos de América y la República Federal de Alemania, en virtud del cual EEUU se comprometía a cooperar en una operación de largo alcance con el objetivo exclusivo de reunificar Alemania, mediante el inicio de acciones militares contra el territorio de la RDA.

Un documento fechado en 1955, en posesión del Ministerio para la Seguridad del Estado (MfS, la satanizada “Stasi”) de la RDA, a través de una fuente denominada “Kohle”, fue obtenido en el mismo año. “Kohle” tenía conexiones con una empleada que trabajaba en la oficina del General ex nazi Hans Speidel, que también se menciona en la lista de distribución del documento DECO.

Recordemos, antes de entrar en materia, el historial de Speidel, un criminal de guerra de Hitler que fue integrado, como tantos otros nazis, en las estructuras militares de la RFA y en la propia OTAN. Speidel, durante el III Reich, fue jefe de gabinete del mariscal Erwin Rommel, además de un fascista y nacionalista convencido. Las biografías blanqueadoras sobre Speidel nos dicen que conspiró para atentar contra Hitler (pero extrañamente no fue ejecutado por el dictador) y, supuestamente, no era partidario de las leyes raciales, además de ser encarcelado por la Gestapo. Este expediente «amable» sobre Speidel no se corresponde con la realidad.

Speidel participó activamente en la maquinaria de guerra de exterminio del III Reich, tanto en la invasión de Francia en 1940 como en el Frente Oriental, donde desempeñó el cargo de Jefe de Estado Mayor del 5º Cuerpo del Ejército y Jefe de Estado Mayor del 8º Ejército en 1943, siendo ascendido a general. En el Frente Oriental (Unión Soviética), aunque también en Francia, es donde se produjeron las mayores atrocidades contra civiles en la II Guerra Mundial por parte del Ejército nazi.

Durante la posguerra, al igual que otros criminales de guerra que eran generales de alto rango de Hitler, como Adolf Heusinger o Erich Von Mannstein, Speidel fue llamado para desempeñar un papel clave como fundador del nuevo ejército alemán (el Bundeswehr), así como en el rearme de la RFA  e integración alemana en la OTAN.

Speidel fue uno de los autores del memorándum Himmerod que abordó el tema del rearme (Wiederbewaffnung) de la RFA después de la Segunda Guerra Mundial.  Como importante asesor militar del gobierno federal de Konrad Adenauer, Speidel fue ascendido a general de cuatro estrellas (el primero en ser galardonado con este rango, junto con Adolf Heusinger).

LOS PREPARATIVOS DE LA INVASIÓN DE LA RDA: UN CRIMINAL DE GUERRA LLAMADO ADOLF HEUSINGER 

Pero volvamos a la guerra «caliente» contra la RDA. En el año 1956, la inteligencia de la RDA a través de su servicio exterior, el HVA (Hauptverwaltung Aufklärung) descubrió la línea de comunicaciones BASA, una red telefónica que conectaba todas las estaciones de ferrocarril de la RDA y cuya autoría había que buscarla, obviamente, en los servicios secretos de Occidente.

La red BASA estaba compuesta por circuitos de línea, relojes, luces intermitentes, interruptores, conmutadores y otros dispositivos para ser utilizados en caso de llamadas de emergencia. Todas estos actos de sabotaje fueron conservados por los conspiradores, algo que fue verificado con fotos auténticas hechas por ellos mismos. Con la línea BASA se pretendía organizar más eficazmente, en el día X, el Plan DECO II y provocar disrupciones y caos en la RDA de acuerdo con dicho plan.

El 22 de abril de 1956, los soviéticos hicieron otro descubrimiento espectacular que demostró que la invasión de la RDA estaba en una fase avanzada. Se halló un túnel subterráneo de 300 metros de largo que conducía directamente desde una estación de radio del ejército estadounidense en Berlin Oeste-Rudow, por debajo de lo que era la frontera de la RDA, hasta Alt-Glienicke. El túnel, situado a cinco metros bajo tierra, estaba hecho con un aislamiento especial, paredes de hormigón armado de casi 2 metros de espesor y había sido recubierto con más de 160 pares de cables de comunicaciones.

Esta compleja red de comunicaciones debía ser monitoreada por el servicio secreto estadounidense y, en caso de ser descubiertos, dichas comunicaciones deberían ser interrumpidas con instrucciones incorrectas. Las expectativas de guerra de los fascistas Allen Dulles (Director de la CIA) y Konrad Adenauer (canciller de la RFA), fueron frustradas y ridiculizadas en la escena internacional. Como dice el Washington Post, “los americanos tenían un túnel  pero los soviéticos un topo”. Ese topo no fue otro que el gran espía inglés, recientemente fallecido, George Blake, quien hizo un trabajo excepcional para el servicio secreto de la Unión Soviética, el KGB (Comité para la Seguridad del Estado).

El descubrimiento del túnel berlinés por los soviéticos no fue un acto de espionaje enmarcado dentro de la pugna entre dos contendientes antagónicos en la mal llamada «guerra fría» (creada por Occidente contra la URSS), como pretende distorsionar la historiografía occidental, sino que se trató del más grave caso de agresión imperialista contra la soberanía de un país ocurrido en Europa desde el final de la II Guerra Mundial. Dicho hallazgo no detuvo los planes de Occidente para atacar a la RDA. De 1959 a 1961, con el Plan DECO II listo para ser ejecutado contra la RDA, el Bundeswehr (ejército de la RFA) fue reforzado con más de 40.000 hombres y proporcionó el contingente principal de las fuerzas terrestres en el área del comando central para Europa de la OTAN.

Militares de la RFA ocuparon posiciones de liderazgo en los puestos de mando de la Alianza Atlántica, mientras la República Federal de Alemania exigía cada vez más enfáticamente armamento atómico para el Bundeswehr. En agosto de 1960, los jefes militares de las Fuerzas Armadas de la República Federal de Alemania publicaron un memorándum en el que se decía: “el Bundeswehr no puede renunciar ni al servicio militar obligatorio general, ni a la adhesión a la OTAN, ni a poseer armamento nuclear”.

En la primavera de 1961, estas fuerzas estaban cada vez más decididas a prepararse para la guerra contra la RDA. El ex General de Hitler, criminal de guerra e Inspector General (el más alto rango) de las Fuerzas Armadas de Alemania Federal y Presidente del Comité Militar de la OTAN, Adolf Heusinger, incluso planteó la demanda provocativa de estacionar misiles nucleares en la frontera con la RDA.

Vamos a detenernos, brevemente, en torno al perfil criminal del ideólogo (o uno de ellos) del Plan DECO II, Heusinger. Este alto mando militar con Hitler y luego con el canciller Konrad Adenauer, en la RFA, fue uno de los generales del III Reich que bajo las órdenes directas de Hitler coordinó la lucha contra los partisanos en la II Guerra Mundial. Estuvo destinado en el departamento de operaciones del Estado Mayor desde 1937 y era responsable, al igual que Reinhard Gehlen, luego director del Servicio federal de inteligencia de la RFA (BND), de la gestión estratégica y operativa de las unidades del ejército nazi contra la Unión Soviética.

La planificación operativa de Heusinger y los hallazgos de Gehlen sirvieron a las unidades de combate del carnicero genocida de las SS, Erich von dem Bach-Zelewski, para rodear áreas enteras de territorio soviético «infestadas» de lo que llamaban los nazis «bandidos» (partisanos) y se registraron en listas los lugares que se consideraban «sujetos a las pandillas» o que estaban en mora con la entrega forzosa de productos agrícolas a los ocupantes alemanes. Luego vino el «peinado»: casas enteras fueron destruidas y la mayoría de los residentes locales fueron asesinados.

Las directrices genocidas de Heusinger sirvieron para perpetrar masacres en las localidades francesas de Tulle y Oradur Sur Glane, en junio de 1944, donde el criminal nazi rehabilitado por la RFA, el general Heinz Lammerding, y sus unidades de la División Panzer de las SS, Das Reich, de la Wehrmacht, llevaron a cabo el asesinato de prácticamente toda la población civil de Oradur (642 personas, sobrevivieron seis), después de ser encerrados en la iglesia del pueblo; mientras que en Tulle, Lammerding y sus sicarios nazis asesinaron a sangre fría a 117 civiles y otros tantos fueron deportados a campos de concentración, donde fueron asesinados.

En diciembre de 1961, la Unión Soviética exigió sin éxito la extradición de Heusinger de los Estados Unidos por crímenes de guerra en la Segunda Guerra Mundial. Al contrario, en agosto de 1963, Adolf Heusinger recibió la Gran Cruz al Mérito con Estrella y Cinta al hombro de la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania. Por su parte, el gobierno alemán federal protegió al asesino masivo Lammerding y se negó repetidamente a extraditarlo a Francia, país que había exigido su entrega para ser juzgado por las masacres de las localidades francesas de Tulle y Oradur Sur Glane.

Así pues, al mismo tiempo que la amenaza imperialista se cernía sobre la RDA, el gobierno de la RFA intensificó la guerra económica contra Berlín Este, cancelando todo acuerdo comercial que existiese con el país socialista a finales de 1960.  De esta manera, la economía de la RDA debía verse debilitada para avivar las dificultades de suministro y, en última instancia, provocar la insatisfacción y rebelión de la población. Esta estrategia criminal de bloqueo económico para asfixiar a la RDA fue el principal motivo de la fuerte emigración de ciudadanos de la RDA  a la RFA desde 1949 a 1961.

En el verano de 1961, se llevaron a cabo nuevamente maniobras de la OTAN cerca de la frontera con la RDA. Dichos ejercicios tenían como objetivo ensayar una guerra limitada contra la RDA y otros estados socialistas.  En los primeros días de agosto de 1961, los militares de la RFA iniciaron los últimos preparativos militares para la agresión contra la RDA. A principios de agosto, el entonces Ministro de Defensa Federal, el ultraderechista Franz Josef Strauss, del partido CSU, durante una visita a EEUU, dijo al presidente John F. Kennedy y a los funcionarios del Departamento de Defensa de los Estados Unidos que un “levantamiento popular” era inminente en la RDA.

El gobierno de la RFA quería aprovechar esta oportunidad para conquistar la RDA en el curso de una “acción militar” para resolver un “conflicto interno alemán”. En apoyo de este plan, las tropas de la OTAN estacionadas en Europa fueron puestas en alerta.  El comandante de las Fuerzas Terrestres de la OTAN en Europa Central, el ex general de Hitler, Hans Speidel, realizó un recorrido por la frontera estatal de la RDA para supervisar la invasión.

La preparación militar para la guerra fue acompañada por una ola de embestidas propagandísticas contra la RDA, de tal forma que los ciudadanos de la RFA creyesen que la mayoría de la gente de la RDA estaba en contra del socialismo y que sería un requisito “humanitario” eliminar el poder de los trabajadores y campesinos

El objetivo de la Operación DECO II, como se ha dicho al comienzo, era proceder a la “liberación” (eufemismo utilizado en la RFA) de la zona de ocupación soviética y reunificar Alemania invadiendo militarmente la RDA, desde Alemania Central hasta la línea Oder-Neisse (es decir, hasta la línea que marcaba la frontera entre Alemania Oriental y Polonia) y preveía una intervención relámpago conjunta entre unidades militares terrestres, aéreas y marítimas, así como unidades de propaganda que se identificarían antes del comienzo de las operaciones militares en Berlín Oriental y puntos estratégicamente importantes de la Zona Soviética.

De los documentos sobre el Plan DECO II que obraban en poder del Ministerio para la Seguridad del Estado de la RDA, se pueden observar al detalle todos los preparativos de la invasión y anexión de la RDA, como se puede ver en los ocho documentos de la imagen siguiente, rubricados con un Geheime Bundessache (Asunto Federal secreto). La firma del Plan corresponde a Adolf Heusinger (señalado con una flecha roja), a fecha de 2 de marzo de 1955:

Por ejemplo, en el punto clave “E”, unidades de EEUU y la RFA, desplegadas en Berlín Oriental ocuparían por la fuerza, es decir, de forma violenta, todos los puestos de servicio y de mando militar soviéticos, así como emisoras de telégrafos, estaciones de ferrocarril estatales y transporte urbano, estaciones de radio, medios de comunicación, depósitos de suministros estatales, instalaciones industriales y portuarias, carreteras principales y puntos de control fronterizo.

En el momento señalado como clave “E”, Berlín Oriental debería ser ocupada por grandes destacamentos aerotransportados, cuya tarea sería luchar contra todas las acciones enemigas emergentes, uniéndose a las compañías que se estarían trasladando desde los sectores occidentales a Berlín Oriental.

Después de ocupar las instituciones de radiodifusión y prensa por unidades de propaganda de Occidente, la población de la zona de ocupación soviética debería ser informada inmediatamente del inicio de la operación DECO II y aquélla debería solicitar un pase para recibir cualquier tipo de ayuda, además de abstenerse de efectuar contramedidas (resistencia) contra los ocupantes, permitiendo que los invasores se hicieran con las empresas estatales para proceder a “depurar” políticamente a los responsables de las mismas.

Asímismo, se exigiría a los miembros del Ejército de la Unión Soviética, la policía y otras instituciones de seguridad de la RDA que estuvieran en posesión de armamento para que renunciasen a toda resistencia, depusieran las armas y permaneciesen en sus cuarteles o alojamientos hasta la llegada de las fuerzas armadas de la República Federal de Alemania. Las unidades aerotransportadas se desplegarían al oeste de Berlín ocupando Potsdam (RDA) y las instalaciones del aeropuerto de Werder, estableciendo conexión con las tropas señaladas con la clave AK II en la ciudad de Berlín y avanzarían desde el noroeste hacia el sureste.

Pero, sin duda, una de las partes más siniestras del plan DECO II era la de llevar a cabo asesinatos selectivos previos en la RDA, por parte de equipos especiales de EEUU y la OTAN. Este plan de ataque meticuloso se había basado en una recomendación de la OTAN publicada en el libro “General Military Review» (octubre de 1957, página 339), escrita por el capitán canadiense Donald Jones Goodspeed:

“Se pueden distinguir tres fases en este proceso: la fase preparatoria desde el primer complot hasta las primeras acciones militares, luego la fase del ataque…y finalmente la fase de consolidación. La fase preparatoria es sin duda la más peligrosa y también la más difícil. Apenas conoce reglas estrictas, pero tiene algunas reglas comunes. En esta fase se llevan a cabo varios asesinatos contra personalidades “obstructivas” que deben deben ser eliminadas. Este ataque tiene como objetivo provocar una desorganización total en el enemigo en el menor tiempo posible. Para ello las primeras dos horas son cruciales”.

Algunas de las medidas políticas a implementar con el Plan Deco II, y que figuraban en varios informes secretos que databan de 1953 (coincidiendo con el “putsch” o intento de golpe de Estado en la RDA, de junio de ese año), especificaban la absorción de sectores claves como la agricultura, en concreto, se debería ejecutar la disolución de todas las cooperativas socialistas de producción agrícola para ser devueltas a sus antiguos propietarios nazis. La frase literal decía “lo antes posible”.

Igualmente, en los planes del día después de la invasión de la RDA, se establecía la elaboración de un procedimiento para la “transferencia de la industria estatal a la propiedad privada”, la aniquilación total de la educación popular de la RDA y la abolición del sistema de seguridad social del Estado socialista.

El entonces canciller de la RFA, Konrad Adenauer, ya había declarado el 1 de julio de 1953 con renovado optimismo, tras el fiasco del golpe contrarrevolucionario del mes anterior en la RDA:  “Nuestros planes para el día después de la reunificación se han completado. Los comités de trabajo especiales han preparado medidas de emergencia para el día de la reunificación “.

En definitiva, con el Plan Deco II, o invasión del día X, se pretendía llevar a la RDA a la restauración plena del capitalismo liquidando, mediante una invasión armada, todas sus estructuras políticas, militares y económicas (exactamente el mismo plan que se introdujo tras la anexión de la RDA en 1990, pero en este último caso utilizando la (contra)»revolución pacífica»).

Aunque el gobierno de la RDA, en alianza con la Unión Soviética y otros países socialistas, hizo todo lo posible para tender puentes de coexistencia pacífica con el gobierno de la República Federal de Alemania, quedaba claro que la voluntad de Bonn (y Washington) era no aceptar esas reglas de juego sino lanzar sus propios planes de guerra para anexionar la RDA.

LA REACCIÓN CRUCIAL DE LA RDA

El descubrimiento del Plan DECO II, la línea de comunicaciones BASA y el túnel en Berlín fueron la prueba innegable de que Occidente estaba dispuesta a usar la fuerza militar para anexionar el territorio de la RDA a la RFA, lo que forzó a las autoridades de la RDA a frenar el agresivo expansionismo y rearme de Alemania Occidental con la construcción del llamado «Muro de Berlín» o más exactamente una frontera protectora en Berlín, el 13 de agosto de 1961.

Previamente a la construcción del “muro” antifascista, tuvo lugar en Moscú, del 3 al 5 de agosto de 1961, una reunión de los Primeros Secretarios de los partidos comunistas y obreros de los países del Tratado de Varsovia.  En él, se discutieron y determinaron las medidas necesarias para garantizar una paz que estaba siendo amenazada por las potencias imperialistas de Occidente.

Los países socialistas decidieron que la RDA debería crear en Berlín Este una barrera de protección que sirviera de frontera estatal con Berlín Occidental como medida de precaución necesaria para evitar efectivamente los disturbios contra los países de la comunidad socialista, frenando, de este modo, drásticamente, a los agitadores provenientes de Berlín Oeste, tal y como había ocurrido en junio de 1953. En último término, la barrera de Berlín iba a servir de advertencia a Alemania Federal, EEUU y al resto los países de la OTAN para que desistieran de sus planes criminales belicistas.

De acuerdo con las reuniones celebradas en Moscú, la Cámara del Pueblo de la RDA (Volkskammer) encargó al Consejo de Ministros, el 11 de agosto de 1961, que preparara e implementara urgentemente todas las medidas necesarias para asegurar una frontera estatal con Berlín Oeste.  Por orden del Consejo de Ministros, en la noche del 12 al 13 de agosto de 1961, unidades del Ejército Nacional del Pueblo (NVA), la Policía del Pueblo (Volkspolizei) y Grupos de Combate de la Clase Trabajadora (Kampfgruppen der Arbeiterklasse) fueron puestos en estado de alerta.

En las primeras horas del día 13 de agosto de 1961, trabajadores de la RDA sellaron la frontera estatal que había estado previamente abierta con Berlín Occidental desde 1945. Cuando salió el sol sobre Berlín en la mañana del 13 de agosto, las medidas de seguridad se completaron sustancialmente con éxito. Esta excepcional medida preventiva evitó, con total seguridad, una guerra-agresión que era inminente de Alemania Federal y la OTAN contra la RDA y, en última instancia, una guerra en toda Europa.

La construcción del muro defensivo antifascista, que tuvo lugar a un ritmo acelerado gracias a que cobró especial importancia la disciplina de los Grupos de Combate de la clase trabajadora, sorprendió por completo a las potencias occidentales, al gobierno de la RFA y al Senado de Berlín Occidental.  El día después en la capital de la RDA la vida continuó a un ritmo normal, como siempre había sucedido.

Con el cierre de la frontera no sólo no ocurrieron las esperadas protestas y disturbios de ciudadanos alemanes orientales que ansiaba Occidente, sino que la mayoría de las masas trabajadoras de la RDA, y en particular las de Berlín Oriental, dieron la bienvenida a la Barrera Protectora Antifascista (denominada así por el dirigente del Partido Socialista Unificado, SED, Horst Sindermann, quien era entonces jefe del Departamento de agitación y propaganda). El pueblo alemán oriental, en definitiva,  apoyó las medidas de seguridad ordenadas por el gobierno de Walter Ulbricht.

La bomba de relojería que estaba dispuesta a activar la RFA con el infame Plan DECO II había sido contenida.  El peligro inmediato de la guerra, que habría convertido a Alemania en un infierno dieciséis años después del final de la Segunda Guerra Mundial, fue evitado por la prudencia de la RDA al construir una barrera defensiva. La política de hacer “retroceder el comunismo” había fracasado y la RDA se convirtió en el garante de la Paz en Europa.

Al asegurar las fronteras estatales frente al agresivo neohitlerianismo de la RFA, se evitaba una nada despreciable amenaza de guerra nuclear y el partido SED y el liderazgo estatal de la RDA impidieron, igualmente, con éxito, la ocupación militar de la RDA por las fuerzas imperialistas. A pesar de todos los obstáculos externos (sanciones, embargos, intentos de actos criminales en la frontera de Berlín…), la RDA logró excelentes resultados en la construcción del socialismo.

Si bien la decisión de construir la Barrera Antifascista de Berlín fue fundamentalmente a causa de los planes militares de la OTAN de invadir la RDA y la sistemática campaña de agresiones de Occidente contra la RDA, no hay que olvidar que los motivos económicos fueron otro factor de importancia capital (contrabando y mercado negro) que influyeron también en su construcción.

La propaganda de Occidente de que el “Muro” se hizo para “evitar la huida de ciudadanos de la RDA” es una de las mayores fábulas de la historia que sigue perviviendo con fuerza hasta el día de hoy. El ex funcionario del Departamento de Estado, Willliam Blum, lo describe muy bien en su libro Killing Hope: “antes de que el Muro se edificase miles de alemanes orientales se desplazaban cada día a la parte Oeste de Berlín a trabajar y luego regresaban a Berlín Este por la tarde. Así que se puede decir que esos ciudadanos no estaban precisamente coaccionados para retornar al Este en contra de su voluntad”

EPÍLOGO. LA PROPAGANDA DE LA «HUÍDA» DE CIUDADANOS DE LA RDA A LA RFA…¿Y A LA INVERSA?

Aunque sería merecedora de otra entrada, y se aleja un poco de lo que es el objeto de la presente, voy a hacer una reseña de la tan repetida «ad nauseam» «fuga» (con o sin «Muro») de ciudadanos de la RDA a la RFA, deconstruyendo las mentiras y la desinformación que ha circulado durante décadas sobre este «vidrioso» asunto.

Hubo miles de personas que emigraron (o huyeron según la propaganda occidental) desde la RDA a la RFA a través de Berlín Occidental, antes de que la RDA reforzase las fronteras (no sólo el “Muro”), debido a muchos factores que no caben en esta breve nota final. El motivo fundamental de esa emigración hacia el Oeste, y, en la práctica, diría que casi el único, fueron causas de origen económico. Señalo, resumidamente, algunas de ellas:

    • La RDA tenía un menor tejido industrial que la RFA, debido a que la potencia ocupante norteamericana, tras el fin de la II Guerra Mundial, trasladó (o robó, según se mire) al sector occidental las fábricas más importantes de la Alemania nazi que se encontraban en el sector soviético, antes de que se hiciera efectiva la presencia de tropas del Ejército Rojo en la zona oriental.
    • Por otro lado, la RDA tuvo que hacer frente al pago de las reparaciones de la II Guerra Mundial a la Unión Soviética (las más altas que un país tuvo que costear tras el final de la contienda bélica), lo que debilitó la economía del naciente Estado socialista.
    • La RDA sufrió, desde su constitución como Estado, una serie continuada de campañas de embargos internacionales y sabotajes terroristas en el interior contra su sector productivo (ya indicados en entradas anteriores) por parte de grupos criminales de Berlín Occidental, creados, entrenados y financiados por los servicios secretos de EEUU, Reino Unido y la RFA, los cuales intentaron (y a veces consiguieron) provocar disrupciones en la economía de la RDA.
    • Las agresivas campañas de propaganda desde los medios de la RFA (emisora RIAS de Berlín Oeste), que instaban a los ciudadanos de la RDA a abandonar el país hacia la RFA mediante promesas de un futuro mejor a todos los niveles, incluido el económico.

En su publicación “13 de agosto de 1961. El Muro de Berlín”, Jürgen Rühle y Gunter Holzweissig dieron unas cifras de casi un millón y medio de alemanes orientales que abandonaron la RDA para irse a vivir a Alemania Federal, mientras que Klaus-Dieter Baumgarten (viceministro de Defensa de la RDA y jefe de las tropas fronterizas de 1979 a 1990) afirma que: “de 1961 a 1989, aproximadamente 100.000 personas intentaron cruzar la frontera ilegalmente hacia Berlín Oeste”.

Hay que incidir una vez más en ello. El cruce de Berlín Este a través de la frontera militarizada («Muro») con la RFA estaba prohibido. Era ilegal. A pesar de la narrativa fantasiosa de Occidente sobre la «heroicización» de los que pretendían «saltar el Muro», los motivos de los violadores de la frontera eran muy variables y entre esos infractores se encontraban bastantes criminales que querían evadir la persecución por parte del poder judicial de la RDA. Es más, en los primeros años de vigilancia fronteriza el uso de armas de fuego fue extremadamente raro. Las cifras utilizadas por distintos autores suelen referirse a fuentes locales, rumores o incluso información muy dudosa.

Respecto de los «disparos en la frontera» de Berlín Este (otro capítulo aparte), la falsedad histórica occidental consiste en decir que las tropas fronterizas (Grenztruppen) de la RDA disparaban «a matar», lo cual es mentira (tenían un protocolo estricto y realizaban advertencias previas). Ya desmontaré en su día esta otra fábrica de mentiras.

Pero…¿qué ocurrió a la inversa, es decir, la inmigración desde la RFA a la RDA?  En el libro Las fronteras de la RDA, el profesor Wilfried Hanisch, se señala que desde 1957 a 1959 retornaron a la RDA cerca de 150.000 personas que habían «huido» a la RFA. De 1945 a 1989, se dan cifras de casi un total de 1.000.000 de personas que emigraron desde la RFA a la RDA (500.000 retornados descontentos con la RFA).

Según la RFA, 435.000 de sus ciudadanos «huyeron» a la RDA solo entre 1950 y 1968. Según la información de la RDA, hubo incluso 650.000. Es decir, ya con el «odiado Muro» edificado, miles de ciudadanos de la RFA (y probablemente emigrados de la RDA decepcionados con el «paraíso» occidental) se fueron a la «prisión» de la RDA…

En general, la RDA pudo hacer frente a esos 1,5 millones de emigrantes de la RDA en el período de 40 años que duró la existencia del país ya que, por ejemplo, en los años 50, ciudadanos de la RFA fueron reclutados laboralmente en la RDA (buscaban trabajo estable en la Alemania socialista), mientras que en la RFA, a pesar del «período del milagro económico» (un «milagro»-robo construido exclusivamente con millones de dólares del Plan Marshall) de los años 50, ya se habían publicado los primeros desempleados en gran número.

La conclusión es nítida y no admite discusión. Solo alrededor de 1,5 millones de ciudadanos de la RDA realmente emigraron. Eso es menos del 10% de la población de la RDA en los 40 años de la RDA, en su conjunto. Incluso después de la construcción del «Muro», la mayoría de los emigrantes de la RDA lo hicieron legalmente para establecerse en la RFA.

La emigración entre la RFA y la RDA no fue, por tanto, una calle de un solo sentido, ya que los ideólogos del anticomunismo y la Guerra Fría de Occidente quieren canalizar unilateralmente un discurso hegemónico, abiertamente manipulador. Hubo un movimiento de inmigración o de refugiados en ambas direcciones RDA-RFA. Incluso si el movimiento fue algo más fuerte desde la RDA, no puede haber absolutamente ninguna posibilidad de una «huida unilateral» de la población de la RDA hacia la RFA a pesar del demonizado «Muro». Esto último es, simplemente, propaganda tendenciosa.

El mito difundido incesantemente por la socialdemocracia, la derecha y ultraderecha de Occidente de que la RDA era una «cárcel» (sobre todo tras la construcción del «Muro») se puede calificar de basura indecente, teniendo en cuenta que una gran mayoría de ciudadanos de la RDA, décadas después, siguen opinando lo contrario: el sistema político-social de la RDA era mucho mejor que lo que hoy «disfrutan» en la Alemania «unificada», tanto en materia de justicia social, como en educación, estabilidad laboral, sanidad y seguridad ciudadana.

Por mucho que en Occidente hayan celebrado la “caída del Muro de Berlín” y la disolución de la RDA como un “hito histórico”, el ejemplo global de la RDA y su defensa de protección antifascista de 1961, que evitó una segura tercera guerra mundial, será para siempre ejemplar e imperecedero

ESTE ARTÍCULO SE PUEDE REPRODUCIR POR CUALQUIER MEDIO, SIEMPRE QUE SE CITE LA FUENTE ORIGINAL (BERLÍN CONFIDENCIAL) TAL COMO ESTABLECE LA LICENCIA CREATIVE COMMONS. DE LO CONTRARIO QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

FUENTES:

William Blum, Killing Hope, Capítulo 9 (inglés)

https://sascha313.wordpress.com/2019/11/05/an-einem-tag-im-september-geheime-planungen-fuer-den-tag-x/

https://dietrommlerarchiv.wordpress.com/2015/08/04/die-massnahmen-der-ddr-am-13-august-1961/

Terrorismo contra la RDA: Ernst Benda y el Grupo de Combate contra la Inhumanidad

https://antilobby.wordpress.com/ostdeutschland/gleichnisse/unrechsstaat-ddr/der-rechtsstaat-brd/terrorismus-gegen-die-ddr/

Unter feuer. Die Konterrevolutionen in DDR (Erich Buchholz, Klaus Eichner, Klaus Hesse, Kurt Gossweiler, Dieter Itzerott, Hermann Jacobs, Heinz Kessler, Herrmann Leihkauf, Michael Opperskalski). Hannover 2009. Publicado por “Asociación para la promoción del periodismo democrático” (solo en alemán)

Der kalte Krieg gegen die DDR von seinen Anfängen bis 1961 (La Guerra Fría contra la RDA desde sus inicios hasta 1961). Hans Teller, Akademie Verlag, Berlin, 1979 (solo en alemán)

Die Grenzen der DDR, Geschichte, Fakten, Hintergründe (Las fronteras de la RDA, Historia, hechos, antecedentes, -solo en alemán-). Klaus Dieter Baumgarten, Peter Freitag y otros. ED. Das Neue Berlin, 448 pags. 2004

Headquarters Germany. Die USA-Geheimdienste in Deutschland de Klaus Eichner, Andreas Dobbert; Verlag: Berlin : Ed. Ost,, 2008, 382 pags.

Tod an der Grenze – ein tragisches Kapitel deutscher Geschichte, Horst Liebig – IMAFF™-Taikunedo® Publishing Company Amsterdam, 2017;582 páginas

Unbequeme Zeitzeugen – Eichner, Klaus (Colaborador), Grimmer, Reinhard (Editor); Berlín: Verl. Am Park, 2014; 485 págs.

https://www.washingtonpost.com/outlook/in-cold-war-berlin-the-americans-had-a-tunnel-but-the-soviets-had-a-mole/2019/11/08/d7fa0328-b714-11e9-a091-6a96e67d9cce_story.html

La guerra de Occidente contra la RDA (2): protección, ascenso y rehabilitación de terroristas en Alemania Federal

 

 

 

ERNST BENDA: DE TERRORISTA A PRESIDENTE DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DE LA RFA

El más destacado de los miembros del grupo terrorista KgU (“Grupo de Combate contra la Inhumanidad”) que actuó contra la RDA fue Ernst Benda, no tanto por sus actividades criminales como por su proyección política posterior, ya que tuvo una meteórica carrera en la Administración pública alemana occidental, llegando no solo a Ministro del Interior, sino incluso a la más alta representación en la judicatura de la República Federal Alemana (RFA) como Presidente del Tribunal Constitucional del país.

Benda fue miembro co-fundador del KgU, en 1948, junto a otros dos fervientes anticomunistas: Rainer Hildebrandt y Günther Birkenfeld. Los tres figuran en los libros de historia y en la Wikipedia como “luchadores de la resistencia anticomunista”. A Benda, sin embargo, en la biografía personal que figura en la enciclopedia virtual, han preferido ocultar su liderazgo en el KgU, tal vez para no manchar su «brillante expediente» como alto representante de la magistratura de la RFA.

Durante su juventud, Benda perteneció a las Juventudes Hitlerianas. En 1943 fue reclutado por la Armada, donde fue empleado como operador de radio en la división Schnellbootlehr de Noruega hasta 1945, siendo ascendido al rango de Obergefreiten (Cabo) en la Wehrmacht. Benda, que se encontraba en el sector soviético tras el final de la guerra, inició su formación académica estudiando Derecho en la Universidad Humboldt de Berlín (Este), pero rápidamente entró en conflicto con las autoridades soviéticas, debido a su actitud hostil contra el comunismo.

En la primavera de 1948, Benda abandona Berlín (Este) y se traslada a la Universidad de Wisconsin Madison, en los Estados Unidos, donde será reclutado por la CIA, quien le ordenará fundar la organización terrorista KgU. Más tarde, Benda se integra en la Universidad Libre de Berlín, el buque insignia académico de todos los anticomunistas y ex nazis de Berlín Occidental. Desde aquí, Benda coordinará, junto a la CIA y la Organización Gehlen, los actos de sabotaje y terrorismo contra la RDA.

Una vez disuelta la KgU a finales de los años 50, Benda empezará su exitosa carrera política. Será nombrado en 1967 Secretario de Estado de Interior y su jefe será otro nazi, el ex oficial de la Wehrmacht, Paul Lücke, quien había sido Ministro de la Vivienda con el canciller Konrad Adenauer y durante cuyo mandato sentó las bases legales para implantar un aumento desorbitado en los precios de los alquileres de las viviendas.

Un año más tarde, en 1968, Benda se convierte en Ministro del Interior por el partido conservador CDU (el refugio político de los ex nazis junto a los liberales del FDP), bajo el gabinete del canciller Georg Kiesinger, para no variar, otro antiguo nazi que recibió el famoso bofetón histórico de la activista cazanazis Beate Klarsfeld.

De todos los altos funcionarios que constituían el departamento de Interior de la RFA, en los años 60, alrededor del 54% habían sido miembros del Partido Nazi, la Gestapo o las SS. El Ministro Federal del Interior era a su vez el jefe directo del Ejército alemán (Bundeswehr) y del BND (el espionaje del Servicio Federal de Inteligencia, también integrado por numerosos criminales de guerra nazis que habían actuado en el frente oriental).

Siendo titular de Interior, Benda ordenó medidas de vigilancia masiva sobre la población a través de la “Ley de Restricción del Secreto de Correspondencia y Telecomunicaciones”. Gracias a esta ley, los servicios de espionaje de la RFA, el BND, y EEUU, la CIA, abrieron e intervinieron millones de paquetes, cartas y llamadas telefónicas dirigidas al Este socialista de Europa, en particular hacia la RDA (la que había liado la “Stasi”).

En el libro de Josef FoschepothÜberwachtes Deutschland, se documenta todo lo anterior, y el autor demuestra, con datos y hechos, que la vigilancia sobre los ciudadanos en la RFA fue muy superior a la de la RDA (teniendo en cuenta que este último país fue objeto, reiteradamente y durante cuarenta años, de acoso y derribo por su vecino, la RFA, y varios países occidentales, por lo que tenía motivos suficientes para desarrollar un sistema avanzado de vigilancia)

Ya en 1971, Benda, el antiguo terrorista del KgU, se desempeñó como Presidente del Tribunal Constitucional alemán federal durante doce años, hasta 1983, siendo galardonado, durante todo ese tiempo, con medallas y órdenes al “Mérito” de la RFA. Benda pasó de ser un ex nazi y terrorista a miembro destacado de la élite política y judicial de Alemania Occidental…¿Qué podría salir mal en la RFA?

 

LOS EJECUTANTES DE LOS CRÍMENES CONTRA LA RDA

Benda fue uno de los ideólogos del KgU que actuó a las órdenes de la contrainteligencia de EEUU, pero los ejecutantes de las acciones de sabotaje y terrorismo contra la RDA fueron sus otros compañeros de “lucha”. Vamos a citar a algunos de ellos.

Gerhard Benkowitz (otro “resistente” contra el “régimen” de la RDA, según la Wikipedia alemana) fue un activo agente terrorista del KgU. La fracasada demolición de la presa de Saale en Schleitz fue preparada al detalle por él.

No solo el suministro de energía para diez distritos habría sido destruido, sino que el maremoto subsiguiente debería haber arrasado ciudades y pueblos en el valle de Saale y toda la vida existente en ellos. Benkowitz fue capturado en Weimar por el Ministerio para la Seguridad del Estado, el MfS (la “Stasi”), en 1955, condenado a muerte y ejecutado el 29 de junio de ese mismo año.

Wolfgang Kaiser, otro miembro del KgU, también fue condenado y ejecutado en 1951. Se probó que Kaiser estaba en posesión de tóxicos en alto porcentaje (cantaridina), artefactos incendiarios y explosivos. La cantaridina que iba a ser diseminada por la KgU estaba destinada a envenenar a la población. También se utilizaría como arma química contra las tropas soviéticas en caso de guerra.

El 29 de febrero de 1952, en el puente ferroviario de Berlín Spindlersfeld, agentes del Ministerio de Seguridad del Estado de la RDA descubrieron a una persona sospechosa que había invadido la noche anterior el área del puente con una caja de explosivos de 30 kilogramos ya conectada a la vía férrea. El criminal que fue capturado y poco después condenado y ejecutado, Johann Burianek, resultó ser un agente del KgU.

Burianek también confesó haber sido el planificador del sabotaje a perpetrar contra el Festival de los Estudiantes y la Juventud de 1957. Miles de jóvenes de todo el mundo visitaron la capital de la RDA, Berlín Este, para participar en el Festival y Burianek encargó a la sede de KgU de Berlín Occidental que provocara incidentes en dicho Festival, siendo él mismo el que llevaría dispositivos incendiarios para hacerlos estallar en dicho festival.

El blanqueo sobre este siniestro personaje (Burianek) no pudo alcanzar mayores cotas de desvergüenza en la revanchista Alemania unificada cuando un tribunal de distrito de Berlín, en una decisión sin precedentes, rehabilitó a Burianek en 2005 por iniciativa del llamado Grupo de trabajo 13 de agosto, una organización fascista de supuestos “represaliados” de la RDA, basándose en la “arbitrariedad” de un «grave incumplimiento de regulaciones penales elementales» de la RDA.

A raíz de la rehabilitación de Burianek, Wolfgang Schmidt, ex coronel del MfS de la RDA, le describió en su sitio de Internet como un «bandido» y como el «líder de una organización terrorista”, por lo que fue denunciado por uno de los personajes más repugnantes de Alemania: el propagador de odio fascista contra la RDA, Hubertus Knabe, ex director del Museo-farsa sobre la “Stasi”, quien interpuso una querella y la ganó, teniendo que pagar Schmidt 1.200 euros de multa.

Dos asesinatos en trenes de pasajeros, donde hubo heridos graves, se atribuyeron al terrorista Albrecht Gessler, especialista en explosivos y armas del KgU, quien utilizó minas de presión procedentes de las reservas del ejército nazi de Hitler, mientras que Heinz Woithe, otro miembro del KgU, destruyó 12 depósitos con medicinas y sacrificó cuantiosas reses de ganado en un mes mediante incendios provocados.

Otro malhechor del KgU que vivía en Leipzig, de profesión veterinario, Walter Schöbe, continuó sin escrúpulos la ominosa tradición de los experimentos de la química IG Farben y los médicos nazis de los campos de concentración. Este criminal fue condenado tan sólo a quince años de cárcel y liberado a los diez. Nunca se arrepintió de sus acciones.

El Servicio Federal de Inteligencia de Alemania Occidental (el BND) reclutó para las operaciones subversivas contra la RDA a individuos con pasado criminal nazi como Hans-Joachim Koch (el BND estaba lleno de ellos).  Koch había pertenecido a las SS con el rango de Unterscharrführer (Subteniente) y había sido entrenado en Berlín Occidental como agente de radio. Koch, estuvo estado involucrado en crímenes de guerra en Francia, Grecia y la Unión Soviética.

No sólo el MfS se dedicó a perseguir terroristas de la RFA sino incluso de otros países del Pacto de Varsovia, como fue el caso del polaco Benedict Schuminski quien pretendía regresar a su tierra natal, a la que había traicionado como criminal en 1953, después de haber ejercido como espía estadounidense. Schuminski había completado un curso en la escuela de espionaje de la CIA, en el centro de subversión anticomunista de «Camp King» alemán de Oberursel, y sus instructores le habían equipado adecuadamente para atravesar el río Oder.

Otro de los ataques menos conocidos a la soberanía de la RDA, fue el reclutamiento de trabajadores cualificados del país por parte de grupos de traficantes procedentes de la RFA que actuaban como organización criminal y utilizaban una red de sobornos. En particular, esta actividad iba dirigida hacia sectores sensibles, como la atención sanitaria, de modo que repercutiera en la población de la RDA y así provocar el descontento de los trabajadores y campesinos.

Todos los criminales anteriores operaban impunemente porque existía una frontera abierta antes de la construcción en 1961 del “Muro”. Dicha frontera con Berlín Occidental tenía 42,5 kilómetros de largo, con 81 cruces de carreteras y 13 km en el metro de S-Bahn que se utilizaron a diario por Alemania Occidental para imponer una guerra de varios frentes contra la RDA hasta 1961.

A través de todos esos puntos, el KgU, los agentes y los espías de Occidente se movieron sin problemas de un lado a otro de Berlín para realizar, al margen de los estragos cometidos contra infraestructuras de la RDA, operaciones subversivas de tráfico organizado y diversos tipos de agresión económica, como la especulación monetaria y de productos básicos a gran escala.

Estos malhechores robaron anualmente 3.500 millones de marcos de riqueza nacional de la RDA, lo que ocasionaba un daño irreparable tanto a la economía de la RDA como el hecho de que constituía un factor de desestabilización política del país.

Todas las operaciones de violencia organizada, bandidaje y terrorismo, incluidas las revueltas de junio de 1953, y el entrenamiento de grupos subversivos fueron planificadas desde el cuartel general del servicio federal de inteligencia de la RFA, el BND, en su sede de Pullach, cerca de Munich, a cuyo frente estaba el ex general nazi de confianza de Hitler, Reinhard Gehlen, criminal de guerra rehabilitado por los norteamericanos y el gobierno Adenauer. Todo ello se hizo con el conocimiento de las autoridades de Berlín Oeste y Bonn.

 

 

ESTE ARTÍCULO SE PUEDE REPRODUCIR POR CUALQUIER MEDIO, SIEMPRE QUE SE CITE LA FUENTE ORIGINAL (BERLÍN CONFIDENCIAL) TAL COMO ESTABLECE LA LICENCIA CREATIVE COMMONS. DE LO CONTRARIO QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

 

FUENTES:

William Blum, Killing Hope, Capítulo 9 (inglés)

https://sascha313.wordpress.com/2019/11/05/an-einem-tag-im-september-geheime-planungen-fuer-den-tag-x/

https://dietrommlerarchiv.wordpress.com/2015/08/04/die-massnahmen-der-ddr-am-13-august-1961/

https://en.wikipedia.org/wiki/Kampfgruppe_gegen_Unmenschlichkeit

Terrorismo contra la RDA: Ernst Benda y el Grupo de Combate contra la Inhumanidad

https://antilobby.wordpress.com/ostdeutschland/gleichnisse/unrechsstaat-ddr/der-rechtsstaat-brd/terrorismus-gegen-die-ddr/

Unter feuer. Die Konterrevolutionen in DDR (Erich Buchholz, Klaus Eichner, Klaus Hesse, Kurt Gossweiler, Dieter Itzerott, Hermann Jacobs, Heinz Kessler, Herrmann Leihkauf, Michael Opperskalski). Hannover 2009. Publicado por “Asociación para la promoción del periodismo democrático» (solo en alemán)

Der kalte Krieg gegen die DDR von seinen Anfängen bis 1961 (La Guerra Fría contra la RDA desde sus inicios hasta 1961). Hans Teller, Akademie Verlag, Berlin, 1979 (solo en alemán)

La guerra de Occidente contra la RDA (1). La subversión terrorista organizada por EEUU y Alemania Federal

El intento persistente y malintencionado de Occidente de reinterpretar la historia de la República Democrática Alemana (RDA), en su contexto internacional, y difamar su política de seguridad solo puede estar condenado al fracaso, especialmente si oponemos con vehemencia la verdad sobre la base de hechos históricos. Aquí vamos a ir desarrollando algunos de esos hechos que confrontan radicalmente las falsedades difundidas masivamente durante las últimas décadas por historiadores y oligarquías mediáticas que sirven a los intereses de la guerra sucia capitalista.

Los pioneros del anticomunismo ocultan diligentemente las causas reales de las medidas de seguridad fronteriza de la RDA e hipócrita y demagógicamente solo cuentan sus consecuencias y eventos trágicos (víctimas del «Muro»). No dicen una sola palabra sobre los antecedentes políticos y las actividades subversivas controladas por agencias occidentales y organizadas por varios servicios secretos que fueron decisivamente responsables a la hora de sellar la frontera estatal de la RDA (no solo el “Muro”).

Terminada la II Guerra mundial en 1945 y tras la división de Berlín en cuatro sectores, uno soviético y el resto de EEUU, Reino Unido y Francia, Berlín Occidental pasó a convertirse, dentro del propio territorio de la RDA, en el mayor portaaviones de espionaje del mundo con más de 80 agencias de inteligencia occidentales dispuestas a planificar sabotajes, provocaciones, actos terroristas e intentos de golpes de Estado contra la RDA y, por extensión, desencadenar el debilitamiento del Pacto de Varsovia.

Solo en Berlín Occidental, desde 1945, había 117 organizaciones militares alemanas, la mayoría compuestas por antiguos oficiales nazis de la Wehrmacht y las SS, como el «Stahlhelm», el «Kyffhäuser-Bund», la «Asociación de Soldados Alemanes», el «Bund Deutscher Fallschirmjäger» y diversas asociaciones de artilleros. Ex miembros de las SS hitlerianas seguían estando muy activos en Berlín Oeste.

Antes de la construcción del “Muro” antifascista de Berlín, EEUU llevó a cabo el entrenamiento y financiación de grupos criminales compuestos por ex nazis para perpetrar atentados y sabotajes en el interior de la RDA, aprovechando que no había restricciones fronterizas hacia Berlín Este. La relación de actos criminales de la República Federal Alemana (RFA) y EEUU contra la RDA permanecen totalmente ocultos en los libros de historia pero fueron documentados minuciosamente por los órganos de seguridad del Estado de la RDA.

No fue hasta mucho después que se supo que todos esos grupos, capacitados militarmente por Occidente, formaban parte de un complejo entramado de organizaciones “stay behind” (retaguardia) de la conocida red Gladio que diseñaron la CIA, el BND (inteligencia de la RFA) y la OTAN, y que incluso algunas operaban en el territorio de la RDA o desde Berlín Occidental.

La fotografía que se muestra como ilustración para esta entrada es un ejemplo de ello. Es del 5 de enero de 1951. Oficiales norteamericanos y alemanes están entrenando en Berlín Occidental mercenarios para la «guerra contra la RDA» en el ‘Cuartel Roosevelt’ de Berlín-Lichterfelde, Gardeschützenweg (sector estadounidense). La imagen fue captada por la agencia Illus Bilderdienst de la RDA.

Los criminales de guerra nazis buscaron su salvación en Occidente y muchos ciudadanos de la zona de ocupación soviética trasladaron su residencia a Alemania Occidental ya que no encajaban con el desarrollo sociopolítico en el Este. Se trataba, fundamentalmente, de propietarios individuales y corporativos, expropiados y otras fuerzas reaccionarias que organizaron sistemáticamente el robo de materias primas y maquinaria valiosa para llevarla a la zona occidental de Alemania, con la ayuda de EEUU. Esta actividad ilegal se benefició del hecho de que la línea de demarcación, la frontera con las zonas occidentales y Berlín Occidental, constituía una frontera abierta.

Salvo algunas barreras improvisadas y trincheras elevadas, que eran fáciles de sortear, no había un sistema de seguridad tan denso en esta línea que proporcionara un control y protección completos de la frontera. Desde junio de 1948 hasta julio de 1949, soldados soviéticos y policías alemanes de la frontera (de la futura RDA) arrestaron a 214 personas sospechosas de espionaje y sabotaje, así como a 2.418 criminales y confiscaron decenas de toneladas de alimentos y bienes industriales valiosos.

Desde el principio, Alemania Federal, que había sido fundada como nación en mayo de 1949 en violación de los acuerdos de Potsdam, se conjuró para liquidar a cualquier precio el segundo Estado alemán, la RDA, creado el 7 de octubre de ese año en respuesta a la provocación alemana occidental de crear unilateralmente su propio Estado. El KgU (Kampfgruppe gegen Unmenschlichkeit o Grupo de Combate contra la Inhumanidad), fue la banda terrorista más activa que se creó en Berlín Oeste en 1949 para actuar contra la RDA. El KgU recibió mensualmente 220.000 Marcos de la RFA, 1.000.000 de marcos en moneda de la RDA, de la época.

Igualmente, el llamado Servicio Técnico de la Federación Alemana de la Juventud, fue la contracubierta terrorista del KgU. El «Servicio Técnico» estaba compuesto por al menos 2.000 mercenarios, ex oficiales de la Luftwaffe, la Wehmacht y las SS. Sus integrantes recibieron, durante más de un año, y en pequeños grupos, entrenamiento en una base militar de Estados Unidos en Alemania, adiestrándolos en el manejo de armas y explosivos, así como en “instrucción política”.

El Ministro federal para el Estado de Hesse (RFA), el socialdemócrata Georg August Zinn, en 1952, tras descubrirse la organización y los objetivos del «Servicio Técnico» (que incluía una lista negra de políticos de la RFA potencialmente «asesinables»), ordenó la disolución y detención de sus miembros, los cuales serían puestos posteriormente en libertad por presiones de los Estados Unidos.

Según la manipulable Wikipedia, el KgU se formó con el objetivo de “interrumpir la actividad comunista en la RDA”. Supongo que esta “apreciación” tan «sui generis» fue hecha por algún simpatizante del III Reich. Para «detener el comunismo en la RDA» se utilizó, del mismo modo, la muy influyente estación de radio norteamericana RIAS (Rundfunk im amerikanischen Sektor), como instrumento de guerra psicológica (se instaba a los ciudadanos de la RDA a abandonar el país). Ambos, fueron la puesta a punto de la ofensiva subversiva de Occidente contra la RDA y sus incipientes logros.

Las agencias militares de inteligencia de EEUU, el CIC (Counterintelligence Corps) y el MID (Military Intelligency Division) más la conocida Fundación Ford (una de las fuentes de financiación del feminismo norteamericano y el movimiento LGBTI) fueron las encargadas de ayudar económicamente al KgU para la práctica de sus actividades criminales. Gracias al exitoso trabajo de las fuerzas de seguridad de la RDA (el MfS-“Stasi”) se logró divulgar la misión del KgU y sus prácticas y, lo que es más importante, frustrar muchas de las acciones terroristas que tenían planificadas.

La relación de actos de sabotaje y terrorismo contra la RDA comenzaron nada más constituirse como estado, especialmente en los primeros años de la década de 1950. En 1949, en un momento en que el hambre todavía era omnipresente en todas partes de Alemania, se enviaban trenes enteros con alimentos perecederos hacia la RDA y luego llegaban a la estación de destino con la carga deteriorada. No se puede medir la cantidad de vidas que esto costó a una población hambrienta.

En septiembre de 1951, comenzó la cadena de arrestos en la RDA contra el KgU. Alrededor de 200 miembros de esta organización criminal fueron condenados por espionaje al servicio de la CIA. Diez de ellos habían abandonado la RDA y estaban vinculados a la Universidad Libre de Berlín (Oeste), fundada en 1948 por estudiantes y profesores anticomunistas, muchos de ellos ex nazis .

Del 4 al 8 de septiembre de 1951, el KgU utilizó la táctica de los incendios para cometer sus actos delictivos, como ocurrió en los grandes almacenes de Leipzig donde se utilizaron ampollas de fósforo, incluso en horario de apertura. Muchos de los incendios fueron descubiertos y se apagaron a tiempo.

Un informe capturado al KgU, sobre el intento de quema de un kiosco, decía lo siguiente: “El 22/9/51 alrededor de las 9:00 a.m, el quiosco de periódicos situado entre Bernauerstrasse y Brunnenstrasse detrás del retén de la zona este […] fue incendiado arrojando una ampolla de fósforo. Afortunadamente, el quiosco no se quemó por completo, ya que los bomberos llegaron después de unos 10 minutos con 2 coches. El motivo del ataque: el propietario era “un bolchevique convencido”.

A finales de noviembre de 1951, los tribunales militares soviéticos impusieron la pena de muerte a varios agentes terroristas en 42 juicios secretos y los restantes acusados fueron condenados a entre diez y 25 años en el campo. Las condenas a muerte se llevaron a cabo en Moscú. La captura masiva de terroristas provenientes de Alemania Federal y su posterior ejecución no disuadió a Occidente de persistir en sus actos criminales contra la RDA, a través de la organización KgU.

En mayo de 1952, se planeó volar un puente ferroviario sobre la autopista cerca de Erkner, en Spindlersfeld. Este ataque tenía como objetivo un tren expreso que circulaba en la ruta Berlín-Moscú, que era utilizado por personal militar soviético. Los explosivos fueron entregados al KgU y su origen provenía, con toda seguridad, de los destacamentos militares norteamericanos en Berlín Occidental, a través de la CIA. Fue impedido por miembros de la Volkspolizei de la RDA.

La seguridad del Estado de la RDA (la «malvada» Stasi) descubrió que el KgU, a mediados de diciembre de 1952, también tenía la intención de paralizar la red eléctrica de la RDA mediante la explosión de torres de alta tensión. Obviamente, a los terroristas no les importaba cuántas personas podrían haber muerto congeladas debido a las bajas temperaturas. Otros intentos de atentado terrorista de la época fueron la central eléctrica de Berlín Klingenberg y la prensa de forja de 3.000 toneladas de la fábrica Ernst Thälmann, de Magdeburgo. Ambos sabotajes fueron detenidos a tiempo.

Los actos terroristas fallidos o ejecutados contra la RDA también los detalla el ex funcionario del Departamento de Estado de EEUU, William Blum (1933-2018), en su excelente libro Killing Hope (Matar la esperanza), Alemania años 50, capítulo 8, que resumo brevemente ”los actos criminales iban desde la utilización de explosivos para dañar centrales eléctricas, edificios públicos, astilleros, transporte público o puentes hasta quemar fábricas de azulejos, utilizar venenos como la cantaridina, envenenar animales en cooperativas lácteas (mataron a 7 mil vacas) o añadir jabón a leche en polvo destinada a las escuelas infantiles de la RDA”.

En el matadero de Leipzig, por ejemplo, se frustró lo que debería haber sido uno de los crímenes más espantosos del KgU. Superando el envenenamiento medieval de los Medici y anticipándose a la guerra tóxica estadounidense contra mujeres y niños en Corea y Vietnam, el servicio secreto de los Estados Unidos, el CIC, envenenó ingentes cantidades de carne que estaban destinadas a matar a miles de personas de la ciudad de Leipzig. Pero el culpable pudo ser atrapado y el asesinato en masa ya preparado pudo prevenirse a tiempo.

Otras técnicas empleadas por los terroristas del KgU incluyeron la redacción de falsas instrucciones gubernamentales, operaciones bancarias simuladas y tarjetas de alimentos falsificadas, sin ningún éxito notable ya que fueron abortadas a tiempo por la seguridad del Estado, el MfS-Stasi. Mientras tanto, los preparativos de las organizaciones de inteligencia occidentales y sus agentes diseñaban la guerra radioeléctrica intentando cubrir toda la RDA con una red de radio para facilitar y dirigir las operaciones de ataque contra el Estado socialista.

Una directiva del Partido socialista unificado de la RDA, el SED, de 30 de noviembre de 1956 estableció que la Policía de Fronteras de la RDA (Grenztruppen) tenía la misión de realizar dos tareas: «garantizar la seguridad de la frontera en situaciones convencionales y estar preparados para realizar operaciones de combate en defensa de la frontera estatal».

La Policía Federal de Fronteras, la Policía de Fronteras de Baviera, el Servicio de Aduanas de Fronteras y la policía de Berlín Occidental a menudo brindaron apoyo adicional (a las agencias de inteligencia) a quienes pusieran a prueba la estabilidad de la frontera estatal de la RDA.

Tres años antes de la construcción del “Muro” (1961) se incrementaron notablemente las actividades criminales de Occidente contra el Estado socialista alemán. Veamos algunos datos reveladores, antes de entrar (en la siguiente entrada) con los nombres y apellidos:

  • En 1958, se cometieron hasta 804 provocaciones contra la frontera de la RDA y sus órganos de seguridad desde el territorio de la RFA.
  • Para 1959, ya había se habían contabilizado 1.425 casos en los primeros tres trimestres. Entre ellos se encontraba la grave provocación del 21 de agosto de 1959, cuando fuerzas motorizadas de la Policía Federal de Fronteras (BGS, Bundesgrenzschutz) en Klettenberg invadieron el territorio de la RDA y destruyeron los sistemas de seguridad fronteriza.
  • El 12 de marzo de 1960, dos oficiales de aduanas occidentales prendieron fuego a la frontera cerca de Ahrenshausen, distrito de Heiligenstadt, destruyendo las marcas fronterizas.
  • El 17 de marzo de 1960, miembros de la BGS desplegados en Zugstärke en el área cerca de Salzwedel amenazaron con disparar a una patrulla fronteriza en la RDA.
  • El 19 de marzo de 1960, miembros de la policía fronteriza de la RDA, en Oschersleben, fueron disparados desde la RFA.
  • El 22 de marzo de 1960, el barco de aduanas «Lave» de la RFA, en el km. 491 del río Elba, trató de embestir a un barco de la policía fronteriza de la RDA.
  • El 23 de marzo de 1960 varios miembros de la BGS, en la sección del puente de en Schoenberg, dispararon desde un jeep con una ametralladora en dirección a la frontera estatal de la RDA.
  • En 1960, hubo más de 500 provocaciones, solo en el primer trimestre.

En una reunión de comandantes de las tropas fronterizas el 20 de noviembre de 1964, el ministro de Defensa Nacional de la RDA, general del ejército Heinz Hoffmann, habló sobre la situación político-militar tras la construcción de la barrera defensiva de Berlín.

«Es novedoso para nosotros el comprobar que hay una forma de guerra que se encuentra entre el límite superior de la Guerra Fría y el límite inferior de la guerra convencional, cuyo objetivo principal es la infiltración de comandos en el interior del país para crear bandas de delincuentes entre la población, formar grupos de subversión y propagar el pánico mediante ataques con explosivos a puestos de mando, enlaces de comunicaciones, etc. «

Por tanto, se ordenó a las tropas fronterizas la exigencia inequívoca de que «liquiden todas las acciones de combate encubierto en el área fronteriza y en provocaciones militares o agresiones para garantizar la inviolabilidad de la frontera estatal de la RDA».

La pregunta es ¿dónde están los archivos que obraban en poder de la Seguridad del Estado de la RDA, que incriminaban a Occidente y sus agencias de inteligencia en todas las anteriores actividades delictivas, y que no salieron a la luz tras la anexión de la RDA por la RFA en 1990?  La respuesta no es tan difícil de encontrar: por una parte, Occidente tenía que ocultar sus crímenes de guerra encubierta contra la RDA y, por otra, había que construir un relato convincente, fuertemente ideologizado y anticomunista, utilizando técnicas de propaganda y falsedades sobre el justificado espionaje de la «Stasi», con el fin de borrar de la memoria histórica los logros de la RDA.

Toda la información comprometedora para las agencias de inteligencia occidentales se trasladó a EEUU y sus huellas fueron desdibujadas, mientras que el resto permanece censurado (o ha desaparecido) y está en manos de las autoridades del BstU, el comisionado alemán encargado de  gestionar los archivos de la «Stasi». Los únicos archivos que permanecen abiertos selectivamente son los que tratan del nunca probado «espionaje masivo» de la «Stasi» a sus ciudadanos». ¿Para cuándo la apertura de los archivos del servicio de inteligencia de la RFA, el BND, y la exposición de sus múltiples delitos cometidos contra la RDA, incluyendo el envío de terroristas a este país?

En todos los 40 años de existencia de la línea de demarcación y la frontera estatal de la RDA con la RFA (especialmente hasta la construcción del “Muro de Berlín”, en el año 1961), hubo miles de provocaciones, ataques, violaciones fronterizas e invasiones desde el lado occidental, ya fuese desde la RFA o desde Berlín Occidental, incluida la línea de comunicaciones BASA y un túnel con una compleja red de transmisiones (de estos dos hechos se hablará en la tercera parte)

¿Qué país podría soportar todo esto sin defenderse con todos los medios posibles a su alcance, incluido el crear un contundente aparato de vigilancia y construir una frontera militarizada, como fue el caso del mal llamado “Muro de Berlín”?

© copyright berlinconfidencial

ESTE ARTÍCULO SE PUEDE REPRODUCIR POR CUALQUIER MEDIO, SIEMPRE QUE SE CITE LA FUENTE ORIGINAL (BERLÍN CONFIDENCIAL) TAL COMO ESTABLECE LA LICENCIA CREATIVE COMMONS. DE LO CONTRARIO QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

FUENTES:

William Blum, Killing Hope, Alemania años 50, Capítulo 8 (inglés)

El último 1º de Mayo multitudinario en Alemania Oriental: ¿Por qué se hundió la RDA seis meses después? (2)

https://berlinconfidencial.com/2015/08/01/el-ultimo-1o-de-mayo-multitudinario-en-alemania-oriental-por-que-se-hundio-la-rda-seis-meses-despues-2/

https://sascha313.wordpress.com/2019/11/05/an-einem-tag-im-september-geheime-planungen-fuer-den-tag-x/

https://dietrommlerarchiv.wordpress.com/2015/08/04/die-massnahmen-der-ddr-am-13-august-1961/

Unter feuer. Die Konterrevolutionen in DDR (Erich Buchholz, Klaus Eichner, Klaus Hesse, Kurt Gossweiler, Dieter Itzerott, Hermann Jacobs, Heinz Kessler, Herrmann Leihkauf, Michael Opperskalski). Hannover 2009. Publicado por “Asociación para la promoción del periodismo democrático» (solo en alemán)

Der kalte Krieg gegen die DDR von seinen Anfängen bis 1961 (La Guerra Fría contra la RDA desde sus inicios hasta 1961). Hans Teller, Akademie Verlag, Berlin, 1979 (solo en alemán)

Kalter Krieg gegen die DDR, Wie ihn die BRD entfesselte, führte, Prof. Georg Grasnick

El plan de Hungría y Alemania Federal para crear un éxodo planificado de ciudadanos de la RDA en el verano de 1989

 

 

Uno de los acontecimientos que adquirió especial relevancia, dentro de la vorágine de las llamadas eufemísticamente “revoluciones de terciopelo” que acontecieron en el Este europeo durante el año 1989, y que la propaganda anticomunista occidental utilizó como prueba incuestionable de la superioridad moral y política de las democracias capitalistas sobre el comunismo, fue cuando miles de ciudadanos de la RDA abandonaron su país en el verano de ese año mediante un éxodo que en realidad fue orquestado desde varios países.

Lo primero que hay que decir es que a finales de los años 80 la resistencia de la República Democrática Alemana (RDA) para mantener cohesionado el Estado de obreros y campesinos se estaba debilitando. El hecho de que la RDA tuviera que estar compitiendo contra todo tipo de adversidades con su vecina capitalista para garantizar un nivel de vida óptimo para sus ciudadanos, hizo que una parte de éstos (siempre minoritaria), y gracias en buena medida a la propaganda de las estaciones de radio y TV de la República Federal de Alemania (RFA), vieran en la «hermana» capitalista de Alemania del Oeste un lugar más atrayente para satisfacer sus expectativas.

Cada vez más ciudadanos en la RDA creían que la RFA era el país de mejores oportunidades. Que la RDA fuese un estado obrero y campesino no lo sabían y no les interesaba. En consecuencia, no hubo actitud reflexiva alguna e ideas por parte de esa población para llevar a cabo cambios en la RDA de tal manera que la RDA permaneciese como un estado socialista. Prefirieron huír, sobre todo hacia Hungría y Checoslovaquia en lugar de regresar, arremangarse, continuar trabajando y encontrar soluciones.

¿Entonces, qué motivó realmente que en aquel verano de 1989, en plena Centroeuropa, miles de alemanes del Este dejaran el país (la mayor parte de ellos estaban fuera de él, de vacaciones) para ir hacia Hungría, Austria y Checoslovaquia y entrar en la RFA? Se hizo evidente, desde el principio, que estos factores fueron influenciados por la propaganda occidental, en particular, cuando miles de esos ciudadanos llegaron a la conclusión de que un cambio notable, rápido y permanente en sus condiciones de vida, especialmente en lo que respecta a la satisfacción de sus necesidades personales, sólo podría realizarse en Alemania Occidental o en Berlín Occidental.

Un impulso crucial para que se hiciese efectiva la contrarrevolución de 1989 en la RDA y la previa “fuga” de miles de ciudadanos de la RDA hacia Hungría y Checoslovaquia, se debió, según algunos, a problemas de origen interno (economía de escasez, servicios inadecuados, opciones restringidas para viajar fuera y dentro de la RDA, condiciones de trabajo insatisfactorias a nivel de sueldos y salarios, burocracia de autoridades, empresas e instituciones, etc..) frente a los cuales la dejadez de las autoridades provocó gran malestar en el pueblo.

Beneficios del socialismo, como los derechos sociales ampliamente consolidados, ya no se consideraban factores decisivos en comparación con las deficiencias y problemas generados ya que en parte aquéllos también se dieron por sentados y, por lo tanto, no se incluyeron en la evaluación o incluso se negaron por completo. La inaplicabilidad de eficientes medidas correctoras frente a todo ello pudo influir en el desarrollo de los acontecimientos, pero hay que decir que la suerte ya estaba echada para la RDA (y del resto del bloque soviético), reformaran o no el sistema socialista.

Porque, independientemente del malestar ciudadano de la RDA, que no debería haber sido, ni mucho menos, determinante para forzar la huida de su país, la desestabilización contra la RDA fue llevada a cabo por un conjunto de decisivos actores externos e internos. En concreto, el peso contrarrevolucionario en el exterior lo llevaron países como Hungría, Alemania Federal y una de sus cuñas ideológicas, que utilizaron como palanganeros para aquellos eventos: la llamada “Unión Paneuropea”, un movimiento fuertemente europeísta, federalista y anticomunista creado para la unificación de Europa y fundado por el conde Richard von Coudenhove-Kalergi, sí, el del famoso “plan Kalergi” que tanto está en boca de las teorías de la conspiración de grupos de extrema derecha. Imposible no señalar a EEUU, de cuyas maniobras y complots, en aquel año de 1989, apenas se sabe nada, aunque hay datos bastante consistentes que apuntan a que jugó un papel importante en todos aquellos procesos.

Los eurodiputados paneuropeos de Kalergi habían abogado por la introducción de un pasaporte europeo único, por el desmantelamiento de los controles fronterizos o por el establecimiento de las doce estrellas sobre un fondo azul como símbolo europeo oficial, dejando bien claro que no aceptaban las líneas impuestas en Yalta y la creación de “un telón de Acero”, como una frontera de Europa, por lo que pronto establecieron contactos con grupos clandestinos del antiguo bloque oriental para ir socavando los países socialistas. Al final, el «Plan Kalergi» era esto.

Parte de las contrarrevoluciones de 1989 que condujeron a diversos «cambios de régimen» (técnicamente disfrazados de «revoluciones») en los países del Este socialista, en particular en la RDA, fueron organizadas por la mencionada Unión Paneuropea y el opositor Foro Democrático Húngaro, bajo el patrocinio del archiduque Otto von Habsburg, que era miembro del partido ultraconservador alemán CSU, y el político húngaro Imre Pozsgay. Así pues, Hungría fue, literalmente, la puerta de entrada a la contrarrevolución en todos los países socialistas de Europa y, en particular, al desfondamiento de la RDA.

El 27 de junio de 1989 fue la fecha emblemática donde el Ministro de Relaciones Exteriores de Hungría, Gyula Horn, junto al de Austria, Alois Mock, y un gran contingente de medios, escenificaron la ruptura del llamado “telón de acero” que separaba la frontera entre ambos países cortando el alambre de púas con dos cizallas. Los agentes del capitalismo y la maquinaria de propaganda de Occidente comenzaron, entonces, una desenfrenada campaña de demolición controlada de todo el Este socialista de Europa.

La traición del gobierno húngaro a sus socios socialistas del Pacto de Varsovia, tuvo lugar en un momento en que 4,3 millones de ciudadanos de la RDA estaban de vacaciones fuera del país, sobre todo en habituales lugares de recreo de Hungría como el Lago Balatón. Esta planificada operación de largo alcance se produjo, “casualmente”, después de que Gorbachov, en junio de 1989, durante su encuentro con el canciller federal Helmut Kohl, en Bonn, hablase del «derecho de los alemanes a determinar su propio futuro” (Gorbachov estaba claramente desentendiéndose de su aliado germano oriental y dando vía libre a la anexión).

A partir de ahí, se exacerbó la «oposición interna en la RDA». Las iglesias protestantes de la RDA, junto a los medios de comunicación de la RFA, realizaron una verdadera campaña masiva de intoxicación informativa, histeria e incitación a los ciudadanos de la RDA que estaban en Hungría para que se fugaran hacia las embajadas de Budapest y Praga, desde su lugar de descanso vacacional. Muchos ciudadanos de la RDA no regresaron de sus vacaciones, «huyendo» a través de la frontera entre Checoslovaquia y Austria con el objetivo de llegar a la RFA. Otros ocuparon las embajadas de la RFA en Budapest y Praga.

Pero no fue un «escape», como quien lo hace para huír del castigo de la justicia, sino una campaña orquestada de evasión que se hizo efectiva gracias a la suspensión temporal unilateral por parte de Hungría de las disposiciones básicas del acuerdo entre el Gobierno de La RDA y el gobierno de la República Popular de Hungría sobre tráfico transfronterizo. Hungría adoptó dicha suspensión en materia de fronteras con el sólo objetivo de desacreditar y echar abajo al gobierno de la RDA, facilitando la huida masiva de ciudadanos de la RDA. Hungría estaba actuando a las órdenes de Bruselas y EEUU.

El llamado “Picnic Paneuropeo” fue la plasmación injerencista llevada a cabo por agentes de la Unión Paneuropea y el gobierno húngaro para provocar la huida de ciudadanos de la RDA. Es lo que hoy denominaríamos una “revolución de color” o «golpe de Estado blando», cuyo objetivo era facilitar la caída y anexión de la RDA. La propaganda oficial del evento tildó el “Picnic” como “una manifestación “de paz” de la Unión Paneuropa en la frontera austrohúngara, cerca de la ciudad de Sopron, el 19 de agosto de 1989, que condujo a la ruptura del bloque oriental”. En realidad, el “Picnic” fue la escenificación de un acto de agresión, sin armas, contra la RDA.

En el llamado «picnic», 661 ciudadanos de la RDA que se encontraban en Hungría fueron convencidos para abandonar la RDA e ingresar en Austria y Checoslovaquia en dirección a Alemania Occidental. Se organizaron más salidas, apoyadas por la Cruz Roja Internacional y el Servicio de Cáritas Malteser húngaro quienes ejercieron de traficantes de estos desplazados. El 28 de agosto de 1989, Gyula Horn, ministro de Exteriores húngaro, informó al subsecretario de Estado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bonn, Jürgen Sudhof, sobre la apertura oficial de las fronteras en la noche del 11 al 12 de septiembre.

El gobierno húngaro pagó a los ciudadanos que querían dejar la RDA altas cantidades de dinero diarias para su mantenimiento. Estaba todo perfectamente organizado para la desestabilización. Había convoyes de automóviles reunidos, encabezados por vehículos de Alemania Occidental y también trenes para la salida de “refugiados” procedentes de la RDA. La Checoslovaquia pseudocomunista, del amortizado Gustav Husak, también fue muy activa en la colaboración injerencista. La Embajada de Praga en la República Federal de Alemania realizó gestiones con las que convencer a ciudadanos de la RDA para que abandonaran el país.

Uno de los catalizadores o directores de la transacción de ciudadanos de la RDA hacia Hungría y Checoslovaquía, a los que convenció para que no regresaran a su país, fue el entonces ministro de Relaciones Exteriores de Alemania Federal, Hans Dietrich Genscher, un antiguo miembro del Partido Nazi (NSDAP), agente de la CIA y que apenas ocultaba su odio a la RDA. El gobierno húngaro recibiría más tarde un préstamo preferencial de 500 millones de marcos alemanes del gobierno federal de Helmut Kohl y Genscher por su apoyo a los “refugiados” de la RDA, es decir, por haber liquidado el Tratado de Varsovia y haber contribuido al desplome de la RDA. El conspirador Gyula Horn, siendo Primer Ministro de Hungría, recibiría, años más tarde, la Cruz del Mérito Federal de Alemania.

El pleno celebrado en septiembre de 1989 por el Politburó del SED (Partido Socialista Unificado) pospuso una reacción política, que debía ser enérgica y decidida, al 10 de octubre, es decir, tres días después del 40 aniversario de la RDA. Un mes clave de “inacción» de los líderes del SED durante el cual los partidarios de la Perestroika y la Glasnost redoblaron sus esfuerzos para galvanizar la inversión de sentimientos entre los sectores de la población. Por ejemplo, entre los representantes de la influyente iglesia protestante, el obispo Werner Leich, de Turingia, hizo encendidas declaraciones oficiales a favor de la Perestroika y la Glasnost en la RDA. Ni el Politburó ni el gobierno, paralizado, reaccionaron ni tomaron las medidas necesarias.

Precisamente, fuerzas centrífugas pro-Perestroika actuaron secretamente en el interior de la RDA para acelerar la desintegración del país. Y provenían del lugar que menos esperarían en la RDA: de la propia Unión Soviética. ¿Quién iba a suponer que en la RDA, en el otoño convulso de 1989, estaba actuando, en nombre de Gorbachov, un grupo especial de la KGB con el nombre en clave de «Lutsch» y con objetivos desestabilizadores?

El grupo de agentes de la KGB de Gorbachov recopiló información e influyó en ciertas personas relevantes de la RDA para que tomaran el camino en dirección a la Perestroika. Se sabe, por ejemplo, que uno de los jefes de la KGB en la RDA, V. Kryuchkov, tuvo como contacto al renombrado físico alemán oriental Manfred Von Ardenne.

Personajes de las altas esferas políticas de la RDA como Günther Schabowski, miembro del Politburó del SED, fueron informado sobre las conversaciones del KGB con Hans Modrow (último presidente de la RDA), Wolfgang Berghofer (“reformista” del SED y alcalde de Dresde) y Markus Wolf ex jefe de la Stasi. Estas fueron todas las personas (o una parte significativa de ellas) que jugaron un papel decisivo dentro del SED para dar un giro en el país a favor de la contrarrevolución de Gorbachov. El grupo especial de la KGB, cuyas actividades fueron indetectables, apoyó activamente la oposición interna en el partido para destituir a Erich Honecker.

Gorbachov, como ya se mencionó anteriormente, había decidido la «no interferencia en los asuntos internos» de los estados socialistas, lo que suponía una rendición incondicional ante Occidente. Sin embargo, de hecho, Gorbachov interfirió masivamente en los asuntos internos del gobernante partido comunista SED y la propia RDA, para acabar destruyendo el país. Las “tesis gorbachovianas” de la Perestroika y Glasnost eran una estrategia de camuflaje que escondían la liquidación en dominó de todo el socialismo en Europa del Este.

En particular, en el proceso de división y descomposición del SED, Gorbachov utilizó especialmente al KGB para llevar a los miembros del SED a la línea revisionista-rupturista y pro-capitalista del PCUS, siendo uno de los hombres clave en la RDA el antiguo «espía sin rostro» del MfS (Stasi), Markus Wolf.

Así pues, el “éxodo” de miles de germano orientales en el verano de 1989 no fue una decisión planificada espontáneamente por ellos, sino que fueron conducidos hábilmente gracias a una extraordinaria campaña propagandística y a una conspiración conjunta de la RFA con las fuerzas antisocialistas que se habían hecho con el poder en Hungría junto a sus aliados austríacos, checos y el grupo de agitadores “paneuropeos” de Kalergi, mientras EEUU actuaba a distancia controlando el ansiado derrumbe de la RDA.

 

 

ESTE ARTÍCULO SE PUEDE REPRODUCIR POR CUALQUIER MEDIO, SIEMPRE QUE SE CITE LA FUENTE ORIGINAL (BERLÍN CONFIDENCIAL) TAL COMO ESTABLECE LA LICENCIA CREATIVE COMMONS. DE LO CONTRARIO QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

 

 

El genocidio silencioso: las víctimas de la contrarrevolución de 1989 en la RDA (y 2)

 

 

LA CACERÍA CONTRA ACADÉMICOS Y JUECES DE LA RDA

 

El profesor Weissbecker, uno de los autores de la ola de suicidios en la RDA, es quien escribe sobre una de esas miles de víctimas, colega suyo, el Profesor Gerhard Riege, quien había trabajado, en la RDA, desde 1965 como profesor de derecho constitucional en la Universidad de Jena y fue un académico extremadamente popular y respetado. Aunque fue elegido democráticamente en 1990 como rector de su universidad (Jena) no le permitieron seguir en su puesto, siendo despedido por motivos políticos (su pertenencia comunista al SED).

Riege, se suicidó el 15 de febrero de 1992 colgándose en el jardín de su vivienda, debido a la feroz campaña de odio desatada contra él por partidos políticos y medios de comunicación. Riege dijo, antes de suicidarse,: «No tengo la fuerza necesaria para luchar y vivir, le tengo miedo a un público cuya opinión es creada por los medios y contra la cual no puedo defenderme, tengo miedo al odio que se ha ido propagando desde el Bundestag (Parlamento alemán)«

El científico Otto König (1929-1990) se licenció en química en la Universidad Friedrich Schiller de Jena, donde se graduó en 1951 como químico. Posteriormente, encontró trabajo en la gran planta química de Piesteritz (que llegó a dar empleo a 10 mil trabajadores), donde trabajó hasta 1960 como gerente de pruebas. Desde 1961 hasta 1963, König dirigió su propio departamento en Piesteritz. Este salto profesional fue acompañado por la entrada de König al Partido Socialista Unificado de la RDA, el SED, en 1961. Asímismo, ascendió y ocupó durante muchos años el cargo de Director General de la VEB Kombinat Agrochemie Piesteritz, fue miembro del Consejo de Investigación de la RDA y recibió los más altos honores estatales del país.

Cuando llegó la contrarrevolución de 1989, como resultado del cambio político, se cuestionó el trabajo de König sólo porque había militado en el SED, por lo que puso fin a su vida el 22 de enero de 1990.

El caso del destacado científico Armin Ermisch, (1935-1995), neurobiólogo por la Universidad Karl Marx de Leipzig, Profesor de Neurobiología, Zoología General y Biología Celular, es otro ejemplo, como el de Otto König o el de Hans Schmidt (el que sigue a continuación), de cómo la persecución implacable del nuevo neohitlerianismo alemán llegó a todos los espectros de la sociedad de la RDA, incluido el científico. El curriculum de Ermisch, que incluye una veintena de publicaciones o “papers”, se puede consultar aquí y no creo que haya duda acerca de la injusticia que se cometió contra este gran científico por parte del revanchismo de la RFA.

La causa de la defenestración de Ermisch no fue otra que el delito de haber pertenecido, como tantos otros ciudadanos de la RDA al Partido comunista, el SED, por lo que, consumada la contrarrevolución de 1989, fue despedido de su puesto de profesor en la Universidad de Leipzig. La maquinaria de coacciones y desmemoria histórica puesta en marcha en la nueva Alemania hizo que Ermisch no recibiera ninguna declaración de solidaridad de sus colegas, ni en Leipzig ni fuera de Alemania, como tampoco de sus alumnos, que le dieron la espalda. Ermisch recurrió su expulsión a un tribunal de Dresde quien, después de un litigio de cuatro años, validó la afrenta de su separación de la Universidad. El 1 de noviembre de 1995 Ermisch decidió poner fin a su vida suicidándose.

La reparación de la injusticia cometida contra Ermisch fue la creación en 1997 del Premio Fundación Armin Ermisch para jóvenes científicos. De esta forma se maquillaba, a duras penas, la indignidad del crimen cometido contra Ermisch varios años antes.

Hans Schmidt, nacido el 20 de junio de 1943 en Wroclaw (Polonia) fue uno de esos casos de purga político-académica que uno consideraría de los más siniestros que se llevaron a cabo en la nueva Alemania. El brillante historial de Schmidt se puede resumir de la forma que sigue. Después de asistir a las escuelas primarias y secundarias en Marksuhl y Eisenach (Bachillerato), Schmidt trabajó en el Consejo de distrito y en el Banco central alemán en Eisenach. Finalizó sus estudios universitarios en 1967, especializándose en los campos de estadística y procesamiento de datos en la Facultad de Economía de Berlín-Karlshorst, donde realizó una disertación en 1970 sobre «cuestiones básicas de la distribución de los ingresos nacionales en el socialismo». Más tarde trabajó como asistente principal y profesor universitario en el Departamento de Economía de la Universidad Humboldt de Berlín Oriental (RDA). Durante este tiempo completó estudios adicionales en la Universidad de Leningrado. En 1980 fue nombrado profesor de economía política en la Universidad de Humboldt.

A partir de 1989 y con los cambios producidos tras la anexión de la RDA a la RFA no parecía que Schmidt fuera a ser apartado por las purgas de la Alemania “unificada”, a tenor de un informe de la Universidad Libre de Berlín de 1992, que decía “el Dr. Hans Schmidt, actualmente profesor de economía en la Universidad Humboldt de Berlín, es uno de los más respetados economistas de la antigua Alemania del Este, situándose al mismo nivel de conocimientos que los que imparten otros profesores en las universidades occidentales». Incluso el centro de Ciencias de Berlín para la investigación social y la Facultad de Economía de la Universidad de Viena reconoció el alto nivel teórico de su trabajo, su dedicación y sus actividades de publicación de fama internacional.

Sin embargo, el Dr. Schmidt, como muchos otros científicos y profesores de la RDA, se topó con los nazis de la antigua RFA y fue expulsado de la actividad académica mediante una artimaña vengativa que no respondía a criterios de competencia profesional, de los que Schmidt estaba sobrado como bien señalaban los informes anteriores, sino que subyacían motivos, para no variar, de índole política. Su verdugo fue nada menos que un antiguo criminal de guerra nazi, Wilhelm Krelle, que había sido nombrado, después de la desaparición de la RDA, decano del Departamento de Economía de la Universidad Humboldt en la Berlín unificada.

Krelle había pertenecido, en la Alemania nazi, a la división de las SS-Sturmbannführer en Grecia (una unidad de asesinos nazis especialistas en matanzas de civiles) que estuvo involucrada en bárbaros crímenes de guerra en Italia. A pesar de ello, Krelle, como tantos otros criminales nazis, desarrolló su actividad en la RFA con total normalidad e, incluso, en sus años de vejez fue galardonado con la Gran Cruz del Mérito de Alemania y, en el colmo de la infamia, fue premiado con un doctorado honoris causa por la Universidad Humboldt de Berlín. Krelle nunca había ocultado sus intenciones contra el profesor Schmidt ya que había declarado públicamente que «no permitiría que los marxistas volvieran a la Universidad» y «eliminaría al Dr. Schmidt de la Universidad Humboldt a cualquier precio y bajo cualquier circunstancia». No le asesinó como hubiera querido en “sus buenos tiempos” de las SS, por la vía criminal, sino que lo hizo por la vía civil gracias al apoyo que le otorgó el Estado neohitleriano reunificado.

Después de una larga disputa legal de cuatro años, que se tornó agotadora y degradante, donde se cuestionó el trabajo de Schmidt, y que no estuvo exenta de consecuencias para la salud del académico de la ex RDA, el 8 de mayo de 1996 Hans Schmidt decidió poner fin a su vida saltando desde el piso 13 del edificio de apartamentos donde vivía.

Mientras tanto, el nazi Wilhelm Krelle, como tantos criminales acogidos-protegidos en la RFA, murió plácidamente en su villa de Bonn el 23 de junio de 2004, bien pensionado a la edad de 88 años. Nunca tuvo que responder a preguntas desagradables sobre su participación en crímenes de guerra y de lesa humanidad y menos sobre su persecución al profesor Schmidt.

Otro caso llevado a las más altas cotas de indecencia revanchista y depuración fascista de la Alemania “reunificada” fue el del ex juez de la RDA Otto Fuchs. Este valeroso juez, en la RDA, había llevado a juicio a varios criminales de guerra nazis. En una mañana de enero de 1992 agentes de policía de la “renovada” Gestapo asaltaron el apartamento del matrimonio Fuchs en la Grunaer Strasse 12, de Dresde, y arrestaron a Otto Fuchs, con su mujer Martha presa de un ataque de nervios que requirió su hospitalización. No era extraña la reacción de la mujer de Otto Fuchs puesto que pensó en su subconsciente que habían vuelto de nuevo los nazis (los malos) a Alemania, como en 1933, puesto que la señora Fuchs, judía, en la II Guerra Mundial había estado prisionera en un campo de concentración y, además, había sido esterilizada por las SS, dentro de su programa de genocidio planificado contra los judíos.

El “crimen” de Otto Fuchs, para la Alemania neohitleriana, es que había iniciado entre abril y junio de 1950, junto con otros jueces de la RDA, procesos sumarios que abarcaron 3.385 juicios contra criminales de guerra nazis, en la prisión de Waldheim, en la RDA. En cuatro casos se dictaron sentencias absolutorias, en 32 casos se impusieron penas capitales y de éstas, en 24 casos, se hicieron efectivas. La RDA tuvo que soportar, aunque no lo crean, presiones internacionales para “detener” la justicia anti-nazi y al final la RDA cedió parcialmente a las presiones concediendo la libertad a algunos criminales de guerra.

Según la opinión de un tribunal Federal de la Alemania unificada los juicios de Waldheim representaron un «abuso grosero del poder judicial de la RDA», por lo que había que iniciar juicios políticos contra los que pretendieron impartir verdadera justicia contra los asesinos del régimen de Hitler. Era otro ejemplo de cómo la Alemania “reunificada” estaba no sólo blanqueando al nazismo, sino al igual que hizo la RFA, seguía protegiendo y no juzgando a miles de asesinos nazis. No faltó tampoco el apoyo del sicariato literario para deslegitimar los juicios de Waldheim, como fue el caso del historiador alemán Wolfgang Eisert, quien escribió un libelo repugnante (Die Waldheimer Prozesse: der stalinistische Terror 1950 : ein dunkles Kapitel der DDR-Justiz) para apoyar la tesis anticomunista, reaccionaria y delirante de que aquellos procesos fueron producto del “terror estalinista”.

La fiscalía de Leipzig (que en realidad eran lacayos neohitlerianos de Alemania Occidental enviados por el gobierno a la antigua ciudad germano oriental) acusó a Fuchs de “asesinato” al haber sentenciado a muerte a personas “inocentes”. Pero de inocentes no tenían nada los condenados por Fuchs, sino que en la RDA estaban haciendo lo que no hizo la RFA durante décadas con sus criminales nazis, es decir, juzgarlos y, en su caso, condenarlos y ejecutarlos. Mientras tanto, Alemania Federal (la anterior y la actual) daba y sigue dando lecciones de autoridad moral, hablando de que la justicia antinazi de la RDA no fue nada más que “propaganda de la dictadura comunista”. Eso sí, la RFA fue un oasis «democrático» donde criminales o colaboradores nazis entraron por la puerta grande a altos puestos de poder (como Cancilleres, Presidentes, Ministros o asesores) en el período comprendido entre 1949-1990 o bien ese Estado federal neofascista reclutó a numerosos criminales de la Gestapo y las SS para su servicio secreto, el BND. Pero la RDA era el Estado “orwelliano” del espionaje masivo con su “Stasi”.

Gracias a la acción de su abogado, Otto Fuchs fue liberado provisionalmente por un corto período de tiempo. Pero para no permitir a los jueces la satisfacción de ver como era humillado a través de una “muerte procesal lenta y dolorosa», Otto Fuchs y su esposa decidieron poner fín a sus vidas, saltando ambos desde el balcón del séptimo piso de su apartamento el 13 de febrero de 1992. Sus cuerpos quedaron completamente destrozados. La prensa revanchista de Alemania sacó todo lo peor del amarillismo y la difamación posible calificando a Otto Fuchs como el «juez de la muerte que escapó a la justicia con un suicidio”.

Otto Fuchs dejó, antes de morir, una carta de despedida que decía: «Mi esposa no sobreviviría a la separación de mí. Les aseguro que en mi división judicial solo condenamos a los criminales de guerra y estoy seguro de que no debemos avergonzarnos de ningún veredicto. Pero ahora quieren convertirme en un criminal en un juicio espectáculo. (…) Hoy día, después de incontables crímenes nazis, muchos se sienten como si fueran personas completamente inocentes. La represión fue de tal magnitud que algunos incluso presentan a Auschwitz como una mentira. Bajo tales condiciones y la presunción de que los jueces provienen de los Länder de Alemania Occidental, donde la no persecución de los crímenes nazis era una práctica común, podemos esperar poca comprensión de nuestros juicios sobre tales crímenes”.

Otro co-demandado por “asesinato”, inculpado al igual que Otto Fuchs, fue Otto Jürgens, de 87 años, quien fue condenado no por “crímenes” específicamente probados, sino por sus convicciones ideológicas. Otto Jürgens, que había sido detenido y torturado en 1933 por la Gestapo, fue condenado por un tribunal alemán a dos años de libertad condicional y al pago 6.000 marcos de multa, así como a asumir las costas judiciales. En sus alegaciones finales Jürgens dijo, «Otto Fuchs debería haber estado sentado aquí. Los criminales nazis condenados en Waldheim habían merecido sobradamente su castigo. Mi firme voluntad en ese momento fue estar siempre del lado de la ley y de la verdad democrática”.

Gerhard Feldbauer (1933) periodista, historiador y ex diplomático de la RDA, reivindicó la figura de Otto Fuchs señalando que: “Yo mismo recordé los juicios de la RDA donde numerosos criminales de guerra alemanes fueron condenados por asesinato masivo en Italia. Uno de esos asesinos de las SS en Italia fue Wilhelm Krelle (el criminal “académico” que expulsó al profesor de la RDA, Hans Schmidt, de la Universidad Humboldt de Berlín, en 1992) quien cometió crímenes de guerra en Italia. Pues bien, en la República Federal de Alemania, al igual que sucedió con Krelle, gran cantidad de criminales nazis salieron indemnes de recibir cualquier castigo. Para procesos iniciados contra los nazis en el extranjero las autoridades alemanas de la República Federal negaron la extradición. En cambio, jueces de la RDA como Otto Fuchs que impartieron justicia condenando a criminales nazis fueron llevados, tras la anexión de la RDA a la RFA, como convictos ante tribunales penales de Alemania Occidental.”

Apartándome un poco del eje central de la temática de esta entrada sobre los suicidios en la RDA, pero siguiendo la argumentación de Feldbauer (la RFA como protector de criminales nazis), reseñaré tres casos de genocidas nazis que cometieron atrocidades en el frente occidental y que fueron respaldados totalmente por Alemania Federal:

(a) Uno de ellos fue el general de las SS Heinz Lammerding, ordenante de las masacres en las localidades francesas de Tulle (noventa y seis civiles) y Oradour Sur Glane (toda la población menos cinco personas fueron asesinadas, incluyendo niños y mujeres, en total 645 personas). Una vez finalizada la II Guerra Mundial y capturado Lammerding por los británicos, éstos se negaron a enviarle a Francia como reclamaba este país para ser juzgado y decidieron llevarle a Düsseldorf (RFA), sin duda, en un acuerdo pactado con la Alemania del Oeste. En Francia se inició un proceso judicial contra Lammerding quien fue condenado a muerte “en absentia”. Francia solicitó la extradición del criminal nazi a la RFA, pero este país no sólo se negó a extraditarle sino que incluso le dio la oportunidad de rehacer su vida y ser un empresario de éxito. La muerte del criminal de guerra nazi Lammerding en 1971 congregó en su funeral, ante la total complacencia de las autoridades de Alemania Federal, a un numeroso grupo de ex miembros de las SS para rendirle honores.

(b) El segundo criminal de guerra, Joachim Peiper, dio las órdenes para ejecutar la masacre de Malmedy (Bélgica), donde 80 soldados norteamericanos, prisioneros de la Wehrmacht, fueron asesinados uno a uno mediante disparos efectuados a bocajarro. Tras un juicio donde fue condenado a muerte por un tribunal norteamericano, posteriormente se le conmutó la pena por la de cadena perpetua y luego fue liberado. Tras una estancia apacible en Alemania Occidental, donde estuvo trabajando como empleado en Porsche y Volkswagen, Peiper fue delatado como criminal de guerra y hostigado por lo que se vio obligado a emigrar a Francia con su familia a un pequeño pueblo (Traves) donde creía que iba a estar a salvo. Sin embargo grupos franceses de la resistencia antinazi dieron con su paradero y se colocaron carteles denunciando la presencia de Peiper en el pueblo. En la noche del 15 de julio de 1976 un grupo de personas  asaltó la casa de Peiper disparándole y lanzando cócteles molotov sobre la vivienda. Peiper murió carbonizado.

(c) El tercer genocida, Erich Priebke, salió, al igual que Lammerding, airoso de sus crímenes, esta vez en Italia. Priebke, como comandante de las SS en Italia, estuvo implicado en la matanza de las fosas ardeatinas, en Roma el 24 de marzo de 1944, donde bajo sus órdenes fueron asesinados 335 civiles italianos. Priebke se había fugado, como miles de nazis, a Sudamérica con la ayuda del Vaticano y la inacción de EEUU y Alemania Occidental, y se estableció en Bariloche (Argentina), una pequeña ciudad al sur del país que congregó a una importante comunidad alemana, todos fieles del régimen nazi.

Priebke fue director del Colegio alemán en Bariloche, un centro educativo pro-nazi en el que se enseñaban valores del nacionalsocialismo y estaba prohibido hablar mal de Hitler. Dicha institución contó con el apoyo de las autoridades locales del peronismo y luego de la dictadura de Videla, las cuales asistían a celebraciones y otros eventos del Centro, con la complicidad de la embajada de la RFA en Buenos Aires, que conocía sobradamente el paradero de muchos criminales nazis refugiados en el país sudamericano, entre ellos Priebke, quien finalmente fue extraditado por Argentina en 1995 a Italia y tras un juicio-farsa (con varias apelaciones), se le impuso un cómodo arresto domiciliario que se mantuvo hasta su muerte natural a los 99 años en 2013.

 

EPÍLOGO AL GENOCIDIO SILENCIOSO CONTRA LA RDA

 

El número de víctimas (sobre todo anónimas) de la RDA, a raíz del “cambio político”, sería interminable, por lo que, a modo de conclusión final, citaremos a Gerhard Uhe, primer secretario del SED en el distrito de Perleberg (suicidio: 7-11-1989), Erwin Primpke (sucidio: 7-12-1989), Gerhard Lange, General del Ministerio del Interior de la RDA y director del MfS en Suhl, (suicidio: 30-1-1990). Otras víctimas que desempeñaban trabajos comunes, no vinculados al Estado (ni siquiera pertenecían al SED), como Renate Wittke, secretaria del editorialista, profesor de Literatura soviética y miembro de la Asociación de Escritores de la RDA, Leonhard Kossuth, no pudieron soportar la pérdida de su trabajo. Wittke se suicidó lanzándose al paso de un tren el 8 de noviembre de 1990. Otros, como el médico Rudolf Mucke, alemán oriental, paradójicamente opositor al gobierno de la RDA en la contrarrevolución de 1989 y miembro de Alianza 90/Los Verdes, fue acusado de haber pertenecido a la Stasi. Se suicidó lanzándose desde un puente ferroviario en Treptow-NeuKölln el 15 de enero de 1995.

La élite política reaccionaria de Alemania ha guardado silencio ante este crimen, equiparable, en resultados, a los que cometió su antecesor, el nazismo contra la disidencia interior, mientras que sus medios e historiadores han intentando deslegitimar esos suicidios. Y lo han hecho cargando las tintas, cómo no, contra la RDA diciendo que aquellas muertes no deben de ser un “contrapeso” a las que el “régimen comunista” ocasionó a los que cruzaron ilegalmente la frontera antifascista de Berlín, que es lo que hace, por ejemplo, el historiador Udo Grasshoff en su libro «In einem Anfall von Depression: Selbsttötungen in der DDR”.

Se olvidan que la RDA estaba custodiando la soberanía del país mediante una frontera donde violentarla a la fuerza suponía enfrentarse a medidas coercitivas, se olvidan que antes de edificarse el “Muro de Berlín”  grupos criminales se introducían libremente en la RDA para efectuar operaciones de sabotaje y terrorismo, se olvidan de que una vez edificada la frontera fue violentada innumerables veces por agentes terroristas procedentes de Berlín Occidental, se olvidan que muchos soldados fronterizos de la Volkspolizei fueron asesinados por ello. En definitiva, se olvidan que la RDA proporcionó a los ciudadanos germano-orientales seguridad en protección social, pleno empleo y una vida digna y fueron despojados de repente de todo ello, además de ser, muchos de ellos, perseguidos penalmente, acosados, ridiculizados y difamados. Entonces, habría que preguntarse cuántos de esos ciudadanos estaban dispuestos a soportar esa carga revanchista y la desaparición del que hasta hace poco era su modo de vida.

La contrarrevolución encabezada por el criminal Gorbachov, Alemania Federal y EEUU masacró a sus oponentes políticos después de “derrotar” a la RDA, promoviendo la persecución y la exclusión social y política (salvo los que cambiaron de bando y chaqueta rápidamente para acomodarse al nuevo régimen), menospreciando la dignidad de los alemanes orientales, utilizando mentiras y campañas de odio, siendo enviados muchos de ellos ante unos tribunales de justicia que carecían de legitimidad alguna para juzgar supuestos delitos cometidos por una nación extranjera.

A los que verdaderamente había que haber juzgado, tras la caida de la RDA, era a los orquestadores y criminales que atentaron contra la soberanía de esa nación durante cuarenta años seguidos, en los que Alemania Federal, y su patrono norteamericano, conspiraron, un día sí y otro también, para liquidar cruentamente a la RDA utilizando toda suerte de medios delictivos y terroristas. Entonces, uno se pregunta qué se podía esperar tras la anexión por parte del Estado legatario del nazismo sino, una vez consumada la misma, efectuar un ajuste de cuentas contra quiénes combatieron a sus antecesores y los que aún pervivían en la RFA. Mientras tanto, la Wikipedia y los libros de historia se dedicaban a blanquear a los nazis del Oeste y ponían en marcha una medida campaña para acusar de “Estado totalitario y propagandista” a la RDA.

El periodista francés Gilles Perrault llegó a una conclusión que resumía, de alguna manera, cuál había sido la política de la RFA desde 1949 contra la RDA y, sobre todo, acerca de las condiciones que se dieron, a partir de la Alemania unificada, para los ciudadanos del Este: «La política de destrucción de la memoria histórica es, esencialmente, un crimen, un segundo asesinato de los que han sufrido el martirio a manos de los nazis. Sabemos por experiencia que el fascismo de Hitler fue absolutamente malvado. Si la llamada nueva Alemania niega la memoria de quienes la han combatido, ¿cómo uno podría soportar con angustia la verdadera naturaleza de esta Alemania?

Como dicen, tal vez ingenuamente, algunos alemanes que vivieron en la RDA, en un futuro lejano, cuando se desvanezca la todavía Guerra Fría contra la RDA, es de esperar que también se coloquen placas conmemorativas y se reconozca a las víctimas de la mal llamada “reunificación” alemana.

 

FUENTES:

http://totgesagtelebenlaenger.blogsport.de/zeitzeugenberichte/opfer-der-konterrevolution-19891990-teil-1/
http://totgesagtelebenlaenger.blogsport.de/zeitzeugenberichte/opfer-der-konterrevolution-19891990-teil-2/
http://www.dkp-online.de/uz/3847/s1502.htm
http://offen-siv.kommunistische-geschichte.de/die-konterrevolution-trieb-zehntausende-in-den-tod/
www.wikipedia.de

 

 

ESTE ARTÍCULO SE PUEDE REPRODUCIR POR CUALQUIER MEDIO, SIEMPRE QUE SE CITE LA FUENTE ORIGINAL (BERLÍN CONFIDENCIAL) TAL COMO ESTABLECE LA LICENCIA CREATIVE COMMONS. DE LO CONTRARIO, QUEDA PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

El intento de golpe contrarrevolucionario de 1953 en la RDA: lo que no te contarán nunca los medios hegemónicos

 

Cientos de miles de berlineses se manifestaron en la tarde del 26 de junio de 1953 ante la Cámara de Ministros en la Leipziger Strasse, expresando su apoyo al gobierno de la RDA y al Partido Socialista Unificado (SED). Foto: Jóvenes de Berlín Este desfilan por la avenida Karl-Marx-Allee [antes Stalinallee]. La pancarta dice «Nuestra respuesta a los provocadores: la confianza firme en nuestro gobierno»

 

 

Este año (hoy 17 de junio) se cumple el 65 aniversario del llamado propagandísticamente por Occidente “levantamiento de 1953”, una serie de revueltas supuestamente “populares” que acontecieron en varias ciudades de la República Democrática alemana contra el gobierno del país. El descontento de un sector de los trabajadores por la difícil situación económica de la RDA, país que había partido desde un contexto desfavorable tras la II Guerra Mundial, fue aprovechado por un numeroso grupo de agitadores venidos de Berlín occidental, previamente adiestrados para la realización de sabotajes y actos terroristas, quienes pretendieron desestabilizar y cambiar el curso socialista del país. No sólo en los medios de comunicación, sino también en los libros de historia de la República Federal de Alemania y, en general, de Occidente, hoy se difunden amplias falsedades de lo que fue el intento de golpe contrarrevolucionario en la RDA, el 17 de junio de 1953, cuyo objetivo no era otro que el de provocar la anexión “expréss” de la RDA a la RFA e integrarse en el área de influencia de EEUU y la OTAN.

En los textos escolares de Alemania, y en los libros de historia occidentales, se pueden leer falsificaciones como las siguientes: “Los trabajadores de la RDA exigieron libertad política, elecciones libres y secretas y la retirada del Ejército Rojo”. Esto es completamente falso ya que esas demandas provinieron, fundamentalmente, de los agentes provocadores que EEUU y la RFA enviaron a la RDA, a través de Berlín Occidental, para radicalizar las protestas y cometer violencia en varias ciudades alemanas orientales, de modo que condujesen a la caída del gobierno comunista. Gracias a la intervención del ejército soviético y la firme determinación de la mayoría del pueblo de la RDA se pudo evitar un golpe de Estado. Pero el rodillo capitalista se ha encargado siempre de dar una versión sobre el golpe de 1953, y sobre la historia de la RDA, absolutamente manipulado.

Resulta cuanto menos curioso cómo la versión de aquellos acontecimientos de 1953 propagada por la Alemania Federal-Unificada es coincidente con la de algunos criminales de guerra nazis como el caso del que fue comandante de las SS en Italia, Erich Priebke, (quien ordenó la matanza de 335 civiles en las Fosas ardeatinas de Roma) cuando éste, en una alocución dada en el Colegio Alemán-nazi de Bariloche (Argentina), en 1975, donde estaba prófugo, dijo que el “levantamiento de 1953 fue un acto pacífico y popular” al mismo tiempo que se atrevía a recordar a las supuestas “víctimas” de aquellos hechos. De las suyas, en Italia, nunca se acordó, claro. Pero lo que verdaderamente recordaba y homenajeaba Priebke era a sus amigos nazis reclutados como grupos terroristas por Alemania Occidental (el Grupo de Lucha contra la Inhumanidad, entre otros) que fueron enviados a Berlín Este para ejecutar la fallida contrarrevolución fascista con el apoyo de los que estaban infiltrados en los comités de huelga, muchos de ellos con pasado nazi.

De lo que no cabe la menor duda es que el “experimento” occidental del “levantamiento” de la RDA, de 1953, sirvió como modelo a Occidente para ser puesto en práctica años después en Hungría (1956), Checoslovaquia (1968), en la guerra de EEUU, Alemania y la OTAN contra Yugoslavia (años 90) y más modernamente en las llamadas  “revoluciones de colores” (Georgia o el golpe nazi de Maidan, en Ucrania, apoyado por EEUU y la UE), el derrocamiento de Gadafi en Libia o en la campaña terrorista de EEUU, Israel y la OTAN en Siria apoyando a sus diferentes marcas “yihadistas”.

 

ANTECEDENTES HISTÓRICOS: LA GUERRA ENCUBIERTA DE OCCIDENTE CONTRA LA RDA

 

El 7 de octubre de 1949, el primer estado socialista se había fundado en suelo alemán con la constitución de la República Democrática Alemana.  A diferencia de la “otra” Alemania, en la RDA los criminales nazis fueron barridos casi en su totalidad (por supuesto, quedaron simpatizantes o ex militantes del NSDAP) y no se les permitió que accediesen a ningún tipo de responsabilidad gubernamental sino que, al contrario, recibieron su justo castigo en los Juicios de Waldheim siendo condenados y sus bienes expropiados, algo que, obviamente, sentó muy mal en Alemania del Oeste que se había convertido en un cómodo refugio para miles de criminales de guerra nazis y fervientes militantes de la causa nacionalsocialista (aunque ahora integrados, la mayoría de ellos, en las siglas conservadoras del CDU-CSU).

La revancha contra los que iniciaron aquellos juicios contra el nazismo en la RDA, se materializó tras la ilegal anexión de la RDA en 1989, lo que hizo posible que se abriesen procesos penales contra jueces y fiscales de la RDA, como Otto Fuchs, (del que hablaré en la segunda parte del genocidio silencioso contra la RDA) que habían condenado a criminales de guerra nazis. Otro elemento revanchista lo constituyó el hecho de que en la RDA, tras la constitución como Estado, se había iniciado una reforma agraria que supuso que a los grandes terratenientes, industriales y bancos, la columna vertebral crucial del régimen de Hitler, les fueran expropiados sus bienes sin compensación alguna. Tras la “reunificación” alemana en 1990 aquéllos bienes fueron reintegrados a sus antiguos propietarios nazis.

EEUU, nada más terminar la II Guerra Mundial, comenzó su andadura anticomunista, cerrando el falso teatro anti-nazi de Nuremberg con la ejecución de los más relevantes del III Reich, y empezó a hacer borrón y cuenta nueva con el acopio de notables nazis que habían dirigido o ejecutado asesinatos masivos de civiles (sobre todo en el frente oriental) con el objetivo de utilizarles en la demolición del bloque soviético. En particular, servicios de espionaje como la CIA, y su aliado neohitleriano, el BND de la República Federal de Alemania, más el MI6 inglés, reclutaron ex miembros de la Gestapo y ex soldados las Waffen SS como tropas mercenarias de combate. La política exterior de EEUU y sus lacayos imperialistas de Europa Occidental se encaminó a la tarea de “liquidar” el comunismo a cualquier precio.

La estrategia operativa anticomunista de Washington fue encabezada por los hermanos Dulles, el que era jefe de la CIA, Allen Dulles (quién dijo, en plena II Guerra Mundial, en referencia a los nazis “nos hemos equivocado de enemigo”) y John Foster Dulles, a la sazón Secretario de Estado, cuya tarea fue la de hacer creer a la opinión pública estadounidense que el plan de lucha contra el comunismo no era otra cosa que una “cruzada por la libertad”. La doctrina era bien nítida: era legítimo interferir en los asuntos internos de otros países, especialmente los socialistas, mediante cualquier método, ya fuese el uso del terrorismo u otros tipos de intimidación para socavar el orden comunista.

Para hacer efectiva esta doctrina había que cercar a los países socialistas a través del uso, por ejemplo, de bases militares y tratados bilaterales que reforzasen la presencia estadounidense en Europa. La creación, en 1949, de un instrumento militar agresivo, neocolonial e imperialista como fue la OTAN sirvió para este pretexto, consolidando, al mismo tiempo, el dominio estadounidense sobre sus vasallos europeos. Esta fue la principal herramienta de ataque contra los países socialistas en el área europea e incluso para extender la influencia imperial incluso mucho más allá y el punto de partida para la creación de nuevos sistemas de pactos en otras partes del mundo, donde el imperialismo estadounidense decidió reforzar su dominación sobre otras regiones, como se ha podido ver recientemente con la adhesión de Colombia a la OTAN.

El vínculo decisivo en la estrategia neocolonial estadounidense contra los estados socialistas del Este de Europa fue la Alemania Federal del canciller Konrad Adenauer, un personaje del que cabe recordar fue blanqueado su pasado por los Aliados occidentales para comandar el país heredero del III Reich. Adenauer, siendo alcalde de Colonia, había sido muy condescendiente con la parafernalia nazi (desfiles, estandartes nazis en el Ayuntamiento, etc), además de pertenecer a la pronazi Orden Teutónica, cuya simbología copió el régimen nacionalsocialista, y de estar presuntamente implicado en el intento de golpe pro-nazi del ex Secretario del Ministerio de Propaganda de Goebbels, Werner Naumann, en 1953. La idea imperialista del Secretario de Estado norteamericano de Eisenhower en los años 50, John Foster Dulles, para la RDA era la siguiente: “Al llevar a Alemania Oriental a la esfera occidental de poder, se podría obtener una posición estratégica avanzada en Europa Central que socavaría las posiciones militares y políticas comunistas soviéticas en Polonia, Checoslovaquia, Hungría y otros países vecinos»

Con este fin, los EEUU diseñaron una campaña de agresión dirigida contra la RDA, la República Popular de Polonia, la Unión Soviética y Checoslovaquia con la que pretendían liquidar el sistema socialista y reorganizar territorialmente Europa Central y Oriental. El gobierno neohitleriano de Bonn (RFA), con el Canciller Adenauer, consideró que esta «política de fuerza» era el principal instrumento para la plasmación de sus objetivos agresivos y revanchistas. Esta fortaleza debía lograrse mediante el poder económico, la remilitarización y la potenciación de sus propios poderes sobre la OTAN, donde la RFA, a través de la influencia militar de los criminales de guerra nazis de Hitler (Erich Von Mannstein o Adolf Heusinger, entonces en la cúpula  militar del ejército heredero de la Wehrmacht, el Bundeswehr) estaba buscando puestos de mando.

Después de 1949, en la RFA esperaban que la RDA pudiera ser “engullida” rápidamente debido a su menor territorio, población y poder económico. En la RFA se esforzaron en presentar a la RDA como un Estado que no existía en el Derecho internacional, que no tenía legitimidad alguna y que pertenecía por derecho a la RFA. La llamada “doctrina Hallstein” (en honor a su promotor, el ex nazi Walter Hallstein, uno de los fundadores de la Comunidad Europea, luego Unión Europea, otro personaje al que también le fue blanqueado oportunamente su pasado nazi) propugnaba el aislamiento y el no reconocimiento de la RDA en los foros internacionales.

La llamada “crisis de Berlín de 1961” (un conjunto de provocaciones militares de Occidente destinadas a desestabilizar el territorio de la RDA que hizo que el líder soviético Krushchev emitiese un ultimatúm a las potencias occidentales para que retirasen de Berlín Occidental todas sus tropas mlitares y la ciudad se convirtiera en zona neutral) fue abortada por la determinación del poder de los trabajadores y campesinos de la RDA, así como por la unidad del resto de países socialistas que fraternalmente dieron su apoyo a la RDA y que culminó con la construcción de la Barrera Protectora Antifascista en agosto de 1961 (llamada despectivamente en Occidente “Muro de Berlín” o de la “vergüenza”).

El llamado «Muro» fue una necesidad histórica del país, no sólo para cerrar el paso a las redes nazi-fascistas del Oeste (la Organización Gehlen y otras como el Grupo de Combate contra la Inhumanidad, que actuaba disfrazada de organización de “derechos humanos”), impermeabilizando con una frontera el paso de terroristas, sino también para evitar una invasión de la OTAN quien tenía planes preparados para ello (el llamado plan DECO II) y, sobre todo, para acabar con el ignominioso contrabando económico que estaba afectando gravemente a la economía de la RDA. Occidente dio otro relato propagandístico a la «crisis de 1961»: la RDA quería impedir la fuga de sus ciudadanos del país.

El peligro inmediato de una nueva guerra, que habría convertido a Alemania en un infierno 16 años después del final de la Segunda Guerra Mundial, fue evitado por la prudencia de la RDA de construir la barrera antifascista de 1961. Un peaje, no obstante, oneroso que tuvo que pagarse ante el grave error de Stalin de conceder a EEUU, Reino Unido, Francia y la futura RFA, la división de Berlín en dos sectores (oriental y occidental) lo que contribuyó a que Berlín Oeste, que estaba situada en mitad del territorio de la RDA, se convirtiera en una plataforma de agresión permanente de Occidente contra el Estado socialista alemán.

 

LA CRISIS DE 1953 Y EL FRACASO DEL GOLPE DE ESTADO DE ALEMANIA FEDERAL Y EEUU CONTRA LA RDA

 

El comienzo del rearme de la República Federal de Alemania a principios de los años cincuenta, su inclusión en el sistema de alianzas occidentales y la campaña de Occidente de pasar a la “acción” contra el socialismo en detrimento de la política de “contención”, requirió contramedidas apropiadas en los países socialistas y en la RDA.  Para la RDA, esto significaba la necesidad de hacer nuevos planes, a través de la tarea adicional de desarrollar sus propias fuerzas de defensa en una medida mucho mayor de lo planeado. Como no había recursos financieros y laborales disponibles para esta tarea, esto significó recortar todos los demás programas presupuestarios del plan económico.  Las dificultades a las que vió abocada la economía de la RDA se evidencian claramente en un borrador de una carta del Comité Central del SED dirigida al Gobierno de la URSS en enero de 1953.

De este modo, El 20 de enero de 1953, el Buró Político del Comité Central del SED confirmó que el proyecto de presupuestos para 1953 se basaba en un programa de medidas de austeridad, donde se iba a contener el gasto en administración, cultura, salud, aumento de precios en varios productos básicos, la supresión de reducciones en tarifas y otras 33 medidas de austeridad que totalizaron, finalmente, alrededor de un billón y medio de marcos.

Así pues, ya a comienzos de 1953, especialmente bajo una fuerte presión política, económica e ideológica del imperialismo, hubo disrupciones en la economía de la RDA.  Esto ocasionó dificultades en la población, lo que a veces condujo a la insatisfacción entre las capas pequeñoburguesas de la gente, pero también entre la clase trabajadora, lo que ocasionó una situación muy favorable para todas las fuerzas antisocialistas de dentro y fuera de la RDA. El Politburó del Comité Central del Partido Socialista Unificado (SED, 9 de junio de 1953) y el Consejo de Ministros de la RDA (11 de junio de 1953) adoptaron inmediatamente medidas para superar las dificultades. Bajo estas premisas, las fuerzas reaccionarias imperialistas decidieron intentar, aprovechando una coyuntura que les era favorable, un golpe contrarrevolucionario contra la RDA, antes de que las medidas del partido y el gobierno fueran exitosas.

El 17 de junio de 1953, fue el día señalado por el Oeste para dar comienzo al golpe de Estado contra la RDA. Innumerables agentes de varios servicios de inteligencia occidentales (entre ellos la CIA y el BND de la RFA), fueron transferidos desde Berlín Occidental a la capital de la RDA (Berlín Este) y a algunos otros distritos-ciudades del país (recordemos que no existía la frontera o Muro de defensa antifascista y Berlín Oeste estaba en territorio RDA). Los agitadores tuvieron éxito, en un principio, en su cometido, tanto en Berlín Este como en otros lugares de la República Democrática ya que lograron promover paros temporales y manifestaciones.  Mientras, en algunas ciudades, grupos perfectamente organizados de provocadores y criminales se dedicaron al saqueo, a ejecutar incendios, arrancar lemas socialistas e incluso a golpear y asesinar a trabajadores. También lograron sacar de las cárceles a criminales de guerra nazis y pidieron el derrocamiento del Estado de Obreros y Campesinos.

Sin duda, se trataba de una prueba de fuego para el joven Estado socialista de la RDA que, pese a la perversa propaganda que ha ido vertiendo a lo largo de los años la República Federal alemana y el resto de Occidente sobre estos acontecimientos, hay que decir que una mayoría aplastante de la clase trabajadora y el resto del país se mantuvo al lado del gobierno socialista de la RDA. En numerosas empresas, las más grandes, como la Eisenhüttenkombinat Ost, en las fábricas de hierro en la parte oeste del país (Calbe), en la industria minera, así como en la acería y las factorías de laminación de Brandenburg, los trabajadores rechazaron enérgicamente a los provocadores.

Para proteger al país del hampa subversiva de Occidente se organizaron guardias obreros de combate en las fábricas y los que no estaban, en un principio, al tanto del carácter golpista de las movilizaciones contrarrevolucionarias luego se fueron dando cuenta de ello y se distanciaron de los agitadores violentos. Regresaron al trabajo y ayudaron, en muchos casos, a arrestar a los delincuentes-provocadores. Gracias a la acción decidida de los sectores de vanguardia de la clase obrera y sus aliados, junto a las fuerzas soviéticas y las fuerzas armadas de la RDA, el golpe contrarrevolucionario fue destruido en 24 horas. El intento de eliminar por la fuerza a la RDA y el socialismo en suelo alemán había fracasado.

Una manifestación multitudinaria, el 26 de junio de ese año, en Berlín Oriental, de cientos de miles de personas mostró su apoyo al gobierno de la RDA y en contra de las provocaciones golpistas de Occidente. Otto Grotewohl, primer jefe de gobierno de la RDA, dijo del intento de golpe de 17 de junio de 1953: «Muchos trabajadores con conciencia de clase presenciaron los sucesos y afirmaron: Hemos visto muchas huelgas, pero donde se destruyen casas de trabajadores, se saquean empresas nacionales, se derriban banderas rojas y se incendian allí ya no se habla de una lucha por los intereses de los trabajadores sino que el enemigo de clase está actuando contra ellos»

Sin embargo, a pesar del revés sufrido en 1953, en la RDA, Occidente no abandonó su política agresiva hacia la RDA.  Por el contrario, persistieron en sus acciones hostiles contra la RDA y el resto de los países socialistas. Dos años después del intento fallido de golpe de Estado contra la RDA, en la primavera de 1955, se elaboró en los EEUU un plan de acción detallado contra la RDA para el cual se crearon organizaciones e instituciones especiales para la desestabilización del Este socialista de Europa.  El principal centro de propaganda fue el «Comité para una Europa Libre», que, si bien era oficialmente considerado como una institución privada, en realidad estaba financiado y dirigido en su totalidad por el gobierno de los Estados Unidos.  El Comité creó la estación de radio «Europa libre» en Munich y dirigió innumerables acciones criminales contra los países socialistas.

El ejemplo de lo sucedido con los acontecimientos golpistas en Hungría en 1956 puso de relieve el papel involucionista desempeñado por las naciones imperialistas. La analogía húngara con la alemana de la RDA en 1953 fue muy similar. La economía húngara, al igual que las de otros países socialistas, tuvo que luchar casi en solitario frente al boicot capitalista, por lo que sufrió fuertes desequilibrios que provocó dificultades de suministro e insatisfacción entre la población.  A estas dificultades de desarrollo en la construcción del socialismo en Hungría, se añadió el informe-basura “antiestalinista” del líder soviético, Nikita Kruschev, en febrero de ese año, durante el XX Congreso del PCUS, que posibilitó que hubiera un escenario adecuado para Occidente con el que forzar la propaganda antisoviética dentro del país magiar.

Aunque la contrarrevolución húngara de 1956 ya se trató ampliamente en otra entrada conviene, de nuevo, recordar, que el imperialismo jugó en Hungría con las mismas bazas subversivas que en el mal llamado “levantamiento de 1953” en la RDA: introdujo armas y elementos hostiles golpistas en Hungría, propagó y diseminó en el país, incesantemente, publicidad agresiva llamando al derrocamiento del gobierno socialista húngaro a través de Radio Free Liberty o lanzando propaganda que había sido fabricada en Baviera, en Alemania Federal, mediante el envío de globos al espacio aéreo húngaro y también mediante la infiltración de grupos de terroristas (pro-nazis y pro-occidentales) que cometieron innumerables crímenes contra funcionarios comunistas húngaros o simples ciudadanos no conformes con la violencia perpetrada por las bandas nazi-húngaras.

En definitiva, en el levantamiento de 1953 en la RDA no estuvieron en juego ni “elecciones libres”, ni mejorar el nivel de vida de los germano orientales, ni la manoseada “libertad capitalista”, sino que grupos bien organizados de provocadores procedentes de Berlín Occidental se aprovecharon de la buena fe de una parte de los trabajadores de Berlín Este y otras ciudades de la RDA para organizar paros armados y manifestaciones violentas de modo que desembocasen en una represión que hiciera caer al gobierno comunista. El Politburó del SED aplicó todas las medidas necesarias y correctas para eliminar las causas de la insatisfacción en la población y mejorar el sustento de los trabajadores, algo que pretendieron evitar los agentes terroristas enviados desde el Oeste cuya intentona golpista, finalmente, fue aplastada por la fuerzas  populares de la RDA y el ejército de la Unión Soviética.

A partir de entonces, el acoso contra la RDA fue “in crescendo”, con Occidente conspirando, un día sí y otro también, para derrocar el Estado de obreros y campesinos a través de sus agentes terroristas y saboteadores, algo que finalmente fue cortado o evitado en agosto de 1961 cuando las autoridades de la RDA decidieron poner fín a la campaña de provocaciones terroristas y contrabandismo en el país con la construcción de la Barrera Protectora Antifascista en Berlín Oriental, que no evitó, a pesar de ello, ni la construcción de túneles desde “el otro lado del Muro” ni el asesinato de guardias fronterizos de la RDA (que cumplían su deber de proteger el país).

Lo que queda en el aire es la cuestión de por qué el movimiento comunista, tanto en la RDA como en otros países socialistas, no encontró las fuerzas internas necesarias para poner fin al proceso revisionista iniciado por Krushchev en la URSS en 1953, un proceso que hizo que el bloque socialista (incluida la Unión Soviética) optara por seguir la senda tramposa de la “coexistencia pacífica” y el postcomunismo-farsa del prestidigitador soviético y fueran capitulando por etapas hasta llegar a la implosión precipitada por el agente de Occidente en la URSS, Mijail Gorbachev. en 1985. Tal vez la respuesta, o una de ellas, esté en que había una inevitable (por tanto, necesaria) dependencia militar y también económica de los países socialistas con el gigante soviético que condicionaba cuestionar las directrices del Kremlin. Una prueba de ello es cuando Stalin falleció: Moscú ordenó que todos sus retratos y calles fueran retirados/suprimidas en todos los países del Pacto de Varsovia.

En cualquier caso, como decía el historiador comunista alemán occidental, Kurt Gossweiler “Solo cuando se dé la respuesta correcta, el movimiento comunista volverá a ser una fuerza que dé forma al futuro”.

 

 

ESTE ARTÍCULO SE PUEDE REPRODUCIR POR CUALQUIER MEDIO, SIEMPRE QUE SE CITE LA FUENTE ORIGINAL (BERLÍN CONFIDENCIAL) TAL COMO ESTABLECE LA LICENCIA CREATIVE COMMONS. DE LO CONTRARIO, QUEDA PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

El genocidio silencioso: las víctimas de la contrarrevolución de 1989 en la RDA (1)

 

 

 

Después de la rendición incondicional de la República Democrática de Alemania (RDA) a Alemania Federal en noviembre de 1989 es de sobra conocido lo que nos vendió la propaganda anticomunista del Oeste en aquel momento y en los meses y años posteriores: lo ocurrido fue una “revolución pacífica” donde miles de personas, hábilmente manejadas desde el interior y exterior de la RDA, se manifestaban contra el régimen de Erich Honecker, al mismo tiempo que se producían éxodos masivos de ciudadanos germano orientales hacia el Oeste, igualmente manipulados e incitados desde dentro y fuera de la RDA. Sin embargo, pronto esos ciudadanos se dieron cuenta, apenas un año después de las “celebraciones” por la “caída del Muro” y la “anexión-expréss”, que echaban de menos no sólo la RDA sino la que fue a todos los efectos la barrera antifascista de Berlín, la cual, de haber podido, la hubieran levantado de nuevo, como señalaba entonces el escritor Julio Llamazares en una crónica (no complaciente) para ELPAIS de noviembre de 1990, llamada Nostalgia del Muro.

En definitiva, esos germano orientales, de los que hablaba Llamazares, eran conscientes de que en tan sólo un año, desde el show mundial del “derribo del Muro”, les habían dado gato por liebre y de que les habían obsequiado con un tongo de proporciones históricas. Uno de los principales fraudes fue precisamente que al pueblo de la RDA, que en su mayoría no quería la anexión sino la democratización del Estado socialista, se le hurtó, o más exactamente, secuestró, en 1990, el derecho a decidir sobre el destino del país, si querían o no la anexión con la neohitleriana RFA. Una minoría “opositora” (que no llegaba, cabe remarcarlo, ni al 10% de la población de la RDA) generosamente respaldada por Occidente y sus agencias de inteligencia, el que se llamó Neues Forum (Nuevo Foro), los “Verdes” y la iglesia protestante, fue la que pilotó el proceso de destrucción final de la RDA y se convirtió (o le convirtieron) en el engañoso activista del “cambio”, en los co-protagonistas de una contrarrevolución-golpe de Estado, o lo que ahora se llamaría más modernamente una “revolución de color”.

A la descapitalización y robo del sector productivo de la RDA, construido con el esfuerzo de millones de personas durante cuatro décadas, mediante un consorcio especulador llamado Treuhand que estaba presidido por una ultraderechista hija de un nazi, se unió la persecución judicial ilegal contra políticos, jueces, profesores, académicos, músicos, guardias fronterizos, policías y miembros del Ministerio para la Seguridad del Estado (MfS o “Stasi”) e infinidad de purgas macarthistas contra otros comunistas o simples ciudadanos por el mero hecho de haber pertenecido al SED (el partido de la RDA) o ser fieles a su país. Es decir, lo que no hizo en cuarenta años la RFA con sus criminales de guerra nazis (negando extradiciones y no juzgándoles, salvo en casos muy puntuales) lo ejecutó sin piedad contra la RDA.

La Alemania neohitleriana del canciller Helmut Kohl hizo con la RDA lo mismo que los nazis hicieron con judíos y comunistas nada más acceder al poder en 1933: perseguir, encarcelar y expulsar de sus puestos de trabajo a profesores, músicos, funcionarios, intelectuales o artistas por el mero hecho de estar vinculados al partido socialista unificado alemán oriental, el SED, lo que se tradujo, entre otras cosas, en que miles de ciudadanos de la RDA fueran empujados al suicidio. Utilizando los mecanismos de una profusa propaganda de guerra fría en los medios alemanes y la consabida literatura anticomunista se mantuvo viva, de este modo, la demonización anti-RDA, necesaria para deslegitimar, el día después (1989), al Estado de Obreros y Campesinos.

En particular, los medios de Alemania-OTAN se centraron, como era lógico, en criminalizar al antifascista Ministerio para la Seguridad del Estado, MfS-“Stasi” al que acusaron de espiar de forma implacable a prácticamente a todos los ciudadanos de la RDA. ¿Pero realmente esto fue así? ¿Y si fue así qué le llevó a ello? ¿Acaso el MfS espiaba a sus ciudadanos por diversión o, tal vez, por deporte nacional? ¿O es que era porque la “malvada” élite comunista del país sólo quería controlar ciegamente a sus ciudadanos? Según el historiador alemán Matthias Uhl cerca de 10.000 personas de la RDA espiaron para el Servicio Federal de Inteligencia de la RFA, el nazi BND, en el período comprendido de 1949 a 1989. Esto ya era motivo suficiente para que el MfS decretase el espionaje de largo alcance en toda la RDA dada la enorme gravedad, equivalente a una emergencia nacional, que suponía tal cantidad de traidores a su propio país. Pero sobre todo el MfS tuvo que hacer frente al acoso que Occidente y, en particular, Alemania Federal, sometieron a la RDA durante los 40 años de su existencia. Las acusaciones contra el MfS se pueden considerar, de facto, como basura plagada de propaganda mercenaria (admitiendo que se pudieran haber perpetrado excesos), donde se omiten, deliberadamente, todos los actos involucionistas y terroristas que Occidente cometió contra el territorio de la RDA.

Se podría afirmar con total seguridad que la mayor parte de los que pasaron por la sede del MfS ni eran pacíficos activistas ni monjas de la caridad, sino espías, criminales o saboteadores venidos de la otra Alemania. El dispositivo de violencia terrorista utilizado por Occidente para implosionar la RDA es de sobra conocido: desde las redes nazis creadas por el jefe de los espías de Hitler en la URSS, Reinhard Gehlen (la Organización Gehlen, luego a través del espionaje de Alemania Federal dirigido por él mismo, el BND) hasta los nazis del Servicio Técnico de la Federación Alemana de la Juventud y el KampfGruppe gegen Unmenschlichkeit o Grupo de Combate contra la Inhumanidad (que tenía reclutados a unos 3.000 mercenarios terroristas bajo control de la CIA). Se podrían contabilizar, igualmente, otros grupos de “lucha anticomunista” similares, todos bajo la supervisión de las agencias de inteligencia occidentales y conocimiento de las autoridades de la RFA y EEUU, quiénes junto al servicio de espionaje exterior británico, el MI6, en Berlín Occidental y la emisora norteamericana RIAS planificaron y coordinaron numerosos actos criminales en el interior de la RDA. Muchos de estos delincuentes, infiltrados en la RDA, fueron capturados gracias a la eficaz acción del MfS-Stasi y condenados a muerte, a largas penas o a multas. De esto, no oirás hablar en los medios controlados.

Respecto de las víctimas del “Muro”, se olvidan en Occidente que más de un centenar de policías fronterizos de la RDA fueron asesinados por agentes terroristas (incluidos policías de la RFA) enviados desde Berlín Occidental, excavando ilegalmente túneles para acceder a Berlín Oriental con los que infiltrar espías y criminales, o simplemente asesinar a los guardias fronterizos de la RDA en el marco de las provocaciones de la «guerra fría». Así sucedió, por ejemplo, con los asesinatos  de los policías Werner Schmidt y Heinz Janello, de 21 y 19 años, respectivamente, secuestrados en la RDA y asesinados brutalmente en territorio de la RFA por soldados norteamericanos el 2 de marzo de 1951. O el caso del también policía Herbert Liebs, de 21 años, que fue tiroteado y asesinado dentro de la propia RDA por soldados americanos el 21 de febrero de 1951. Los «agit-prop» en el Oeste ignoran, a sabiendas, que en cualquier país del mundo atravesar una frontera ilegalmente, por la fuerza, hacia otro territorio extranjero es motivo suficiente para usar métodos expeditivos contra los que intenten vulnerarla ya que así lo establecen las leyes. Y, en el caso de la RDA, tenían motivos sobrados dado el feroz hostigamiento, interno y externo, que se estaba ejecutando contra el país. Y a los hechos anteriores me remito.

El frente literario anti-“Stasi” no podía faltar a la cita con una amplia variedad de publicistas trabajando en el frente cultural de la CIA (esa asociación de malhechores de la que nunca mencionan que ha ocasionado más de seis millones de muertos en el mundo, gracias a sus golpes de Estado y la creación de escuadrones de la muerte). Desde la hiperactiva anticomunista Anne Applebaum hasta Anna Funder (Stasiland) pasando por Gary Bruce, John Koehler y su Stasi: The Untold Story of the East German Secret Police, o nazis como David Irving han construido narrativas basadas en patrañas, testigos comprados, tergiversaciones y falsificaciones. El amarillismo anticomunista se cobra por adelantado. Y la Stasi ha dado mucho juego en ese sentido.

Después del robo de los archivos de la sede del MfS, a través de la llamada Operación Rosenholz en 1989, preparada por la CIA y el BND alemán, Occidente se incautó de lo que presuntamente eran las pruebas de cargo contra la “Stasi” en la RDA, es decir, el supuesto espionaje masivo contra “millones” de personas y la persecución política contra “disidentes” así como el desenmascaramiento de agentes e informantes que participaron en esas operaciones. Un escaparate idóneo que iba a suponer la utilización propagandística de esos archivos para los intereses de Occidente; ficheros que, en manos del “enemigo”, iban a ser susceptibles de ser manipulados con enmiendas o la supresión de páginas sensibles, o directamente no iban a exponerse públicamente aquellos documentos que, con total seguridad, dejaban al descubierto no sólo las operaciones terroristas de los servicios de espionaje de Occidente contra la RDA, sino la comisión de actos criminales que el MfS había documentado de las agencias de inteligencia occidentales, como los cometidos por la infame Red Gladio de la CIA-OTAN en toda Europa occidental, desde los años 60, de las que el MfS tenía conocimiento, al igual que la KGB.

¿Por qué no hablamos ahora de Occidente? ¿Del pudridero que esconden agencias de seguridad e inteligencia como la NSA, la CIA, el FBI, el BND, el SISMI italiano, el MI5/6 británico  o el CNI español en asuntos tan turbios como los atentados de falsa bandera islamistas (no ya del Gladio anticomunista) de los últimos años en Europa? ¿Saben que España, a través del CNI, ha proporcionado a la NSA americana millones de datos de personas de este país? ¿Espionaje masivo? ¿Se atreven a hablar contra la “Stasi” cuando la seguridad nacional de la RDA estuvo verdaderamente amenazada por Occidente durante cuatro décadas?. Pero ¿y las “democracias”? ¿quién las amenaza si ellas son la mayor amenaza para el mundo gracias a sus conexiones con el crimen organizado, el narcotráfico, financian organizaciones terroristas y perpetran los mayores delitos que uno se pueda imaginar?

Mientras la maquinaria anti-RDA y anti-“Stasi” funcionaba a todo tren en la década de 1990, conviene hacer un inciso, o punto y aparte, y echar una mirada sobre cómo la nueva Alemania de Kohl abrió, precisamente en esa década, un frente militar-terrorista junto a EEUU y la OTAN para despedazar Yugoslavia. Y, precisamente, su servicio secreto nazi, el BND junto a la CIA, tuvieron un papel muy activo en la organización, financiamiento y entrenamiento de grupos terroristas kosovares como el UCK y yihadistas de AlQaeda, con los que propagaron el caos étnico con el fin de atomizar los Balcanes y, en última instancia, deponer al presidente serbio Milosevic. Sin contar el dinero que fue empleado por la CIA, como señala su ex agente Steven Bauer, para comprar a periodistas de los medios hegemónicos occidentales de forma que se distorsionara la realidad bélica en favor de la OTAN y se satanizara a Milosevic. El plan de Alemania y EEUU para destruir Yugoslavia resultó ser un calco completo del que Hitler y Mussolini emprendieron en la II Guerra Mundial para dividir aquel país (incluido Kosovo) y repartirse áreas de influencia.

El intento de “desahuciar” la memoria de la RDA, a base de “Stasi-satanizar”, crear museos anti-Stasi, etc, es una hipocresía de los vencedores de la “guerra fría” (dados los crímenes cometidos por Occidente y la propia Alemania Federal), que ha resultado ser un fracaso puesto que encuestas realizadas en el antiguo territorio alemán oriental en los años posteriores a 1989 (hasta hace tres años) no han hecho nada más que confirmar el fracaso de esa operación “desmemoria-demonización-RDA”, algo que ha hecho “saltar las alarmas” en la clase política y periodística de Alemania. El 78 por ciento de esos germano orientales todavía considera que el sistema escolar de la RDA era mejor, incluso más que en una encuesta de 1995. Entonces fue del 76 por ciento.

Los juicios de los alemanes del Este sobre las fortalezas de la antigua RDA…sistema de salud-seguridad social, igualdad de derechos para mujeres y hombres, protección contra el crimen y la delincuencia y el sistema educativo seguían siendo muy positivos. Dos de cada tres alemanes orientales también calificaban el sistema de atención médica de la RDA de manera más positiva (66% de la RDA) que el de la República Federal de hoy. ¿Realmente creen que si esos ciudadanos hubieran sido víctimas masivas de la “opresiva” Stasi y “conociendo” los bulos que ha ido propagando la prensa occidental sobre el espionaje tendrían un solo gramo de nostalgia por la RDA?

De los suicidios en la ex RDA, tras la anexión a Alemania Federal, no hay estadísticas oficiales publicadas porque es algo que no ha preocupado nunca a los signatarios del Estado alemán “reunificado”. Las estadísticas exactas no existen ni existirán. No hay un interés político real sino en enmascarar aquellos suicidios como consecuencia de “decisiones personales” sin una relación causa-efecto (desaparición de la RDA-anexión). Sólo se pueden manejar cifras extraoficiales. Por ejemplo, la agencia de noticias francesa AFP publicó una información en 1990 estimando que 4.294 personas se habían suicidado en los nuevos estados federales (en decir, en la antigua RDA). Sólo en la pequeña localidad de Potsdam de la RDA, el número de suicidios aumentó de 126 (1989) a 202 en 1990 (según el medio alemán Berliner Zeitung de 18.2.1991).

Sin embargo, cuarenta y seis autores alemanes compilaron un estudio en la revista de teoría social, derechos humanos y cultura llamada «Ícaro» de la GBM (Der Verein Gesellschaft zum Schutz von Bürgerrecht und Menschenwürde, es decir, Sociedad para la Protección de la Ciudadanía y la Dignidad Humana, en sus números 3 y 4, a principios de los años 90) analizando que es lo que llevó a seguramente decenas de miles de personas a la muerte-suicidio. El estudio llegó a una conclusión demoledora: la «revolución pacífica» de 1989 en la RDA fue un mito donde miles de personas fueron víctimas mortales de la “gran purga capitalista del Oeste”. Algunos, incluso, aventuran que pudieron llegar hasta las cien mil personas.

La GBM fue creada el 3 de mayo de 1991 en Berlín por ex funcionarios del MfS, científicos, artistas, teólogos y abogados de la RDA que fueron represaliados, en mayor o menor medida, por la revanchista Alemania del Oeste. Organización, la GBM, que no tardó en ser puesta bajo la mirilla de una amplia gama de detractores: desde supuestas “víctimas” de la Stasi y Asociaciones “víctimas del comunismo” (integradas por muchos ex nazis) a periodistas ultraconservadores o “socialdemócratas”, pasando por historiadores blanqueadores del nazismo o la vigilancia gubernamental de la Oficina de Protección de la Constitución, un instrumento político de carácter fascista para controlar y perseguir las ideas comunistas en Alemania.

Entre los Investigadores más reconocidos que publicaron el informe en la citada revista Ícaro figuraban el historiador Manfred Weißbecker,  el economista de la ex RDA, Harry Nick (1932-2014), miembro del Foro Marxista y la Sociedad Leibniz, el Pastor protestante Dieter Frielinghaus (no toda la iglesia de la RDA era reaccionaria) que fue y es a sus 89 años, curiosamente, miembro del Partido Comunista Alemán y miembro fundador de un grupo de apadrinamiento de la Juventud Libre alemana (en 1995), la actriz alemana oriental Käthe Reichel (1926-2012), una disidente-disconforme en su momento con las autoridades de la RDA o el “controvertido” abogado Peter Michael Diestel, miembro del partido conservador CDU en el primer gobierno capitalista surgido de las elecciones “libres” en la RDA que eligió a Lothar De Maiziere, también del CDU. Unas elecciones, por cierto, que de “libres” no tenían nada más que la fachada chantajista impuesta por Occidente en unas condiciones absolutamente antidemocráticas donde a los votantes se les conminó a elegir a las fuerzas reaccionarias de la RFA o no recibirían ayudas tras la anexión.

Las víctimas del genocidio silencioso contra la RDA abarcaron desde profesores universitarios, hasta jueces o simples trabajadores, granjeros cooperativos, maestros, ingenieros y periodistas, médicos, artistas y científicos, todos ellos, o en su inmensa mayoría, víctimas la cacería macarthista que desataron Helmut Kohl y sus secuaces, muy seguramente también a instancias de la Rusia de Gorbachov-Yeltsin y de EEUU.

 

LA CACERÍA POLÍTICA CONTRA LA RDA

 

La persecución ideológica contra miembros del SED (Partido Socialista Unificado), que estaban al frente de cargos públicos en las instituciones de la RDA, fue uno de los principales mecanismos represivos que se utilizó por los revanchistas del Oeste. Ello supuso que algunos integrantes del SED que estaban en las estructuras políticas de la RDA optaran por el suicidio. Entre ellos:

Herbert Heber (1927-1989), primer secretario de distrito del SED (Partido Socialista unificado), en Köthen, Berlín Oriental, fue uno de los primeros en dar por terminada de forma dramática su singladura política en la RDA (del primero del que se tiene constancia que se suicidó es otro secretario de distrito del SED, el de Bautzen, Helmut Mieth). Cuando la contrarrevolución en Alemania Oriental estaba alcanzado niveles de acoso y difamación insoportables, Heber, que estaba «dividido entre su convicción honesta como comunista y sus dudas sobre la convulsa situación de la RDA, se sintió abandonado por su partido y sus camaradas, pero también se sintió responsable de no poder resolver los problemas de la población”, decidió el 4 de noviembre de 1989 pegarse un tiro en su oficina con su arma reglamentaria.

Horst Böhm (1937-1990) fue el último jefe de la administración del distrito del Ministerio de Seguridad del Estado (MfS) de la RDA en Dresde. Nacido en Zwickau, fue hijo de padre panadero y madre manufacturera textil. En 1954 se unió al SED. De 1962 a 1967 estudio ciencias sociales en la Universidad Karl Marx de Leipzig, siendo profesor graduado de marxismo-leninismo. Fue Mayor general en 1982 y jefe del MfS en Dresde. En 1989, se disolvió el Ministerio de Seguridad del Estado de la RDA y Horst Böhm se suicidó el 21 de enero de 1990

Peter Koch (1929-1990) fue un general de división alemana del Ministerio de Seguridad del Estado (Stasi) y jefe de la sede del MfS en Neubrandenburg. De 1945 a 1948 aprendió la profesión de cerrajero y luego trabajó en una fábrica de maquinaria de tractores. En 1946 se convirtió en miembro del SED y asistió desde 1950 a 1952 a la Academia Administrativa Alemana en Forst-Zinna, obteniendo el graduado en economía. En 1976 fue nombrado jefe adjunto operativo de la administración del distrito de MfS Neubrandenburg y en 1977 sucedió al General de División Alfred Böhm, como jefe de la administración del distrito. En 1980 fue nombrado mayor general. En noviembre de 1989 se convirtió en jefe de la recién creada Oficina de Distrito para la Seguridad Nacional, pero ese mismo mes, el 9 de diciembre, se produjo su cese, al disolverse la Oficina del MfS con la “caída de la RDA”. En enero de 1990, fue detenido y puesto temporalmente en libertad. Koch se suicidó el 3 de mayo de 1990.

Franz Rydz (1927-1989) fue un alto funcionario deportivo en la República Democrática Alemana (RDA). Trabajó entre 1966 y 1989 como vicepresidente de la Federación Alemana de Gimnasia y Deportes y de 1970 a 1989 fue miembro del Presidium del NOK (Comité olímpico Nacional de la RDA). Además ocupó la jefatura del Sector de Cultura Física y Deporte en el Comité Central del SED.  También perteneció al Consejo Central de la Juventud Libre alemana de 1959 a 1976 y fue vicepresidente de la Asociación Alemana de Fútbol de la RDA en 1961. El 20 de noviembre de 1989, con motivo del “cambio político” y la puesta en marcha del revanchismo en la RFA contra la RDA, se quitó la vida en la localidad de Kienbaum.

 Wolfgang Junker (1929-1990) fue Ministro de la Construcción de la RDA. En 1949 se unió al SED (Partido de la Unidad Socialista de Alemania). Estudió hasta 1952 en la Escuela de Ingeniería de Construcción en Osterwieck. De 1952 a 1953 fue nombrado gerente en el proyecto de construcción de la avenida Stalinallee de Berlín. Desde 1963 hasta 1989 fue Ministro de Construcción de la RDA. Junker fue galardonado entre otras, con la Orden Karl Marx en 1976, en 1984 con la Estrella de la Amistad en Oro y en 1989 con la Gran Estrella de la Amistad. En enero y febrero de 1990, Junker estuvo bajo custodia de la policía neohitleriana con la vaga, arbitraria e ilegal acusación de haber sido “sospechoso” de “abuso de poder”. El 9 de abril de 1990 Junker se suicidó en Berlín.

 

LA CACERÍA CULTURAL Y SOCIAL CONTRA LA RDA

 

Hanno Coldam, de nombre real Heinz Matloch (1932-1992), fue un conocido domador de leones en el circo estatal de la RDA, galardonado con el Premio Nacional de la RDA. Después de la “caída” del muro antifascista el circo estatal se disolvió tras 30 años de existencia. Matloch se suicidó el 13 de abril de 1992.

Johanna Töpfer (1929-1990) fue miembro desde 1945 de la FDGB (Freier Deutscher Gewerkschaftsbund o Confederación Sindical Libre Alemana) y del SED (Partido Socialista Unificado) desde 1955. Ostentó el cargo de Directora adjunta de las escuelas centrales FDGB en Beesenstedt y Grünheide. De 1971 a 1989 fue miembro del Comité Central del SED y de 1973 a 1977 Vicepresidenta del Consejo de la Paz de la RDA. Töpfer, después de estar sometida a continuos ataques hacia su persona, sin posibilidad de defensa alguna, se suicidó el 7 de enero de 1990 en Berlín. Según el profesor de Economía de la RDA Harry Nick (1932-2014):  Si me preguntaran sobre una persona a la que se le calificara, sin temor a resultar una frase vacía, como «representante de la clase trabajadora de la RDA”, me viene a la memoria el nombre de Hanna Töpfer.

El Dr. Detlev Dalk (1944-1992), como muchas personas del Este de Alemania, fue expulsado de su vivienda por antiguos propietarios (muchos de ellos nazis) de Alemania occidental. Eligió suicidarse “públicamente” mediante un comunicado, para protestar contra la injusticia y la revancha infligida a los alemanes orientales por la RFA. Dalk, curiosamente, había sido uno de los partidarios de los “cambios democráticos” en la RDA, ya que fue uno de los líderes de los contrarrevolucionarios Neuen Forum-Alliance 90, por el municipio de Zepernick y miembro del consejo de distrito de Bernau. Ante la perspectiva de perder su casa, Dalk escribió una nota antes de suicidarse «no me dejan otra posibilidad que la muerte pública». En una carta abierta al Canciller Helmut Kohl, Dalk escribió: «Estoy preparado para irme. Voy a sacrificar mi vida para que mi familia y otras familias en las llamadas áreas de anexión puedan vivir sus vidas pacíficamente donde viven hoy. La decisión no ha sido fácil para mí”. En marzo de 1992, Dalk se ahorcó en su ciudad de Zepernick como un acto de protesta desesperada. Un mes después del suicidio de Dalk, un segundo residente de la RDA también se ahorcó. La policía dijo que el hombre, Fred Haupt, estaba a punto de ser expulsado de su pequeña casa para dejar paso a la ex propietaria, una mujer del oeste de Berlín.

Thomas Schleusing (1937–1993) fue un ilustrador y caricaturista alemán conocido por sus dibujos en el periódico semanal de la RDA Wochenpost. En 1961 obtuvo su diploma en la Facultad de Artes Visuales y Aplicadas de Berlín-Weißensee. Fue miembro de la Sociedad Pirckheimer y del colectivo de artistas Grupo 4. Ganó notoriedad al diseñar la portada de la revista juvenil Neue Leben y diseñó numerosos libros para niños en Berlín Oriental. Schleusing se suicidó en 1993.

Christoph Ehbets fue ilustrador de carteles de teatro y portadas de libros en la RDA. Su primer trabajo fue diseñar, en 1960, la portada discográfica de la ópera «Der Freischütz», de Carl Maria Von Weber, para el legendario sello de la RDA Eterna. Ehbets no solo tenía la habilidad para crear sus propias imágenes. Como comisario y organizador, realizó numerosas exposiciones en Schloss Köpenick y Kulturbundgalerie, incluyendo obras de Fritz Cremer, Arno Mohr y Gabriele Mucchi. Con la anexión de la RDA a la RFA en 1989, cito textual de un medio de Alemania occidental, “Christoph Ehbets tuvo la oportunidad de la libertad de viajar y de expresarse”. Pero lo que encontró Ehbets, como resultado de la llegada de la “libertad capitalista”, fue desempleo y caer en una profunda depresión, lo que le llevó al suicidó en otoño de 1992, dos años después de la anexión.

Wolf Kaiser (1916-1992) fue uno de los más importantes actores  de cine y teatro alemán en la RDA. En 1965, Kaiser fue galardonado con el Premio Nacional de la RDA y fue contratado dos años más tarde en el Volksbühne. Desde 1969, se centró principalmente en la actividad frente a la cámara y perteneció hasta 1990 a la unión de actores de televisión en la RDA. El 22 de octubre de 1992, cuatro días antes de su 76º cumpleaños, Wolf Kaiser se suicidó tirándose por la ventana de su apartamento en Berlín, situado cerca del emblemático Berliner Ensemble.

Herbert Kegel (1920-1990), fue un reputado director de orquesta de la RDA, el más importante, que realizó innumerables grabaciones de compositores clásicos y, sobre todo dio voz a los contemporáneos (Blacher, Hindemith, Dessau, Orff, Hartmann, Lutoslawski) al frente de su orquesta, la Sinfónica de la Radio de Leipzig (luego renombrada como “MDR” ya que había que eliminar todo vestigio cultural de la RDA, incluidos los nombres de orquestas) o la Filarmónica de Dresden, de la que se hizo cargo en 1978. De 1975 a 1978 también trabajó como profesor honorario de dirección en el Conservatorio de Música «Felix Mendelssohn Bartholdy» de Leipzig.  Entre las grabaciones de Kegel se pueden citar acercamientos magistrales a Johannes Brahms (Sinfonías, Requiem Alemán, Concierto para piano nº 2), las sinfonías 3 a 9 de Anton Bruckner o su Mahler y Beethoven. Además fue director del gran Coro de la Radio de Leipzig.

Kegel, después de consumarse la anexión de la RDA a la RFA, fue destituido de todos sus cargos (esto no lo verás en las biografías de Wikipedia), en sintonía con la cacería cultural que estaba desatando el neohitlerianismo, y víctima de depresión y de ver como la RDA desaparecía de un plumazo, se suicidó el 20 de noviembre de 1990.

 

 

ESTE ARTÍCULO SE PUEDE REPRODUCIR POR CUALQUIER MEDIO, SIEMPRE QUE SE CITE LA FUENTE ORIGINAL (BERLÍN CONFIDENCIAL) TAL COMO ESTABLECE LA LICENCIA CREATIVE COMMONS. DE LO CONTRARIO, QUEDA PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

 

 

FUENTES:

http://totgesagtelebenlaenger.blogsport.de/zeitzeugenberichte/opfer-der-konterrevolution-19891990-teil-1/
http://totgesagtelebenlaenger.blogsport.de/zeitzeugenberichte/opfer-der-konterrevolution-19891990-teil-2/
http://www.dkp-online.de/uz/3847/s1502.htm
http://offen-siv.kommunistische-geschichte.de/die-konterrevolution-trieb-zehntausende-in-den-tod/
www.wikipedia.de
https://www.presseportal.de/pm/7880/2837960
http://www.berliner-woche.de/koepenick/kultur/sonderausstellung-fuer-einen-fast-vergessenen-kuenstler-d69769.html

El último 1º de Mayo multitudinario en Alemania Oriental: ¿Por qué se hundió la RDA seis meses después? (y 3)

 

Berlin, Parade von Kampfgruppen zum Mauerbau

25 AÑOS DEL MURO ANTIFASCISTA, REZA LA LEYENDA EN EL PALCO DE AUTORIDADES

 

El fin de la RDA se debió, fundamentalmente, a dos hechos no concurrentes en el tiempo y no, necesariamente, relacionados entre sí. En primer lugar, gracias a una elaborada estrategia de tensión, acoso y derribo que hizo fortuna en la llamada “guerra fría” donde la propaganda de Radio Free Europe, la infiltración de saboteadores (el muro antifascista de Berlín sirvió para frenar, de alguna manera, la penetración de la OTAN y la CIA) y también, probablemente, a algunos errores políticos de bulto de las autoridades germano-orientales hicieron que el país fuese minado paulatinamente. Por otra parte, se gestó, en la ya “histórica-histérica” fecha de 1989, el conocido golpe de Estado a cargo de varios miembros del partido comunista germano oriental (Gregor Gysi, Hans Modrow, etc), quiénes pactaron con los presidentes de la entonces URSS, Mijail Gorbachov, Helmut Kohl de la RFA y Ronald Reagan, de EEUU la rendición de la RDA y su anexión, incondicional, a la Alemania del Oeste y, por tanto, a la OTAN, en lo que constituía la piedra de toque de la expansión imperialista de la Alianza Atlántica a toda la Europa del Este (incumpliendo, de este modo, el “pacto”-farsa al que Gorbachov y Occidente habían llegado para que la OTAN se “quedase” donde estaba y no fuese más allá de las antiguas fronteras del bloque oriental).

La pomposamente llamada “reunificación”, por los medios capitalistas occidentales, no fue tal sino una herramienta de propaganda para tergiversar y manipular la historia, puesto que para que hubiera existido tal “reunificación” debería haberse plasmado la misma en un acuerdo mutuo, expreso y firmado, en igualdad de condiciones y respetando todos los pactos previos (la no expansión de la OTAN), por parte de los presidentes de las dos Alemanias, no mediante la imposición de una de las partes a la otra. La RFA, apoyada fuertemente por EEUU y sus socios de la OTAN, hizo su particular “anschluss” con la RDA a precio de saldo. Lo que ocurrió después, con éste último país, es de sobra conocido: fue descapitalizado de forma salvaje. Las empresas públicas de la RDA, instituciones culturales y toda actividad económica de la Alemania del Este fue vendida a un consorcio mafioso, constituido al efecto desde la entonces RFA, llamado Treuhand, con el que se enriquecieron delictivamente decenas de empresarios con pasado nazi (que recuperaron sus bienes confiscados justamente por la RDA) y políticos de la Alemania del Oeste. También se produjo una gran purga entre funcionarios de la RDA, muchos de los cuáles fueron perseguidos judicialmente, incluso por haber juzgado a elementos terroristas, pagados por Occidente, que se habían infiltrado en la RDA para realizar acciones de sabotaje y propaganda subversiva. Otra de las consecuencias del “neues kapitalismus” es que más de tres millones de trabajadores de la RDA, como consecuencia de la venta de las empresas públicas a la RFA, fueron a la calle.

La RDA poseía, en 1989, un valor económico por un monto total de 1200 millones de marcos, con una renta per cápita/habitante más que aceptable. Tras la anexión, todo ese capital se trasladó a Alemania Federal. Esta riqueza social de la RDA se convirtió en 1,2 billones de marcos alemanes del imperialismo capitalista. Es decir, décadas de trabajo provenientes de los escombros y de las cenizas de la II Guerra mundial habían caído en manos del neohitlerianismo alemán, las cuales fueron totalmente destruidas. Un ejemplo de todo ello fue el desmantelameinto del tejido industrial de la RDA. Un caso particular, a recordar, fue el de una gran planta química de propiedad estatal (VEB Stickstoffwerk) que estaba situada en el distrito de Piesteritz, en Wittenberger. Empleaba a unos 10.000 trabajadores y ocupaba el tamaño de un pequeño pueblo. Fue liquidada, como tantos activos económicos de la RDA, para ponerla en manos del capitalismo salvaje privatizador del Oeste (el conglomerado especulador Treuhand). VEB pasó de tener diez mil trabajadores a poco menos de 700. El nuevo orden político impuesto por la República Federal de Alemania tuvo un objetivo: el enriquecimiento del sistema capitalista de la RFA y la destrucción completa de toda actividad económica de la RDA. Esto se pudo ver muy claramente (los inmensos aumentos de beneficios en todos los ámbitos de la economía de la RFA) durante los primeros años después de la anexión. La venganza del imperialismo alemán, tutelado por EEUU, sobre el otro Estado alemán, la RDA, era palpable. ¿Cuál es la situación de las personas en el este de Alemania hoy en día?. Una ola de miseria recorre la antigua RDA, acompañada de recortes sociales y desempleo masivo. No es de extrañar que la antigua RDA sea considerada actualmente como una de las regiones más pobres de Europa

En definitiva, el revanchismo tomó carta de naturaleza y lo que no hicieron en Alemania Federal durante cuarenta años con miles de nazis a los que dieron cobijo, pensiones y trabajo en la Administración pública, lo ejecutaron, de forma sistematizada e implacable, no sólo contra los miembros del partido comunista germano oriental, el SED, sino contra el conjunto de los alemanes de la RDA, a los que llamaron despectivamente «ossies». Los alemanes orientales pasaron de vivir en un Estado anti-fascista a saborear las ¿mieles-hieles? del capitalismo y su fascismo “blando”. Ya estaban, por fín, en “democracia”. La anexión de la RDA a la RFA fue un acto ilegal y una estafa para los ciudadanos alemanes democráticos. Fue la ejecución de un plan que ya se había elaborado en la Alemania de Adenauer de los años 50, pero que se mantuvo en la nevera para ser puesto en práctica en cuanto se dieran las condiciones adecuadas, reactualizándolo, lógicamente.

Mientras, y de cara a la opinión pública, lo que se vendió en aquel agitado año de 1989, fue la escenificación, por los media pro-imperialistas, de una avalancha de propaganda, manipulación y sensacionalismo no vista desde la guerra fría. Entonces no existía Internet para contrarrestar aquella orquestada campaña de mentiras y abrumadora intoxicación de los medios controlados, donde se nos mostraba, con grandioso aparato publicitario anticomunista, una muchedumbre de “refugiados” germano-orientales yendo a toda pastilla a abrazar el capitalismo hedonista occidental (luego se arrepintieron) y, supongo, que algunos de ellos a hacer cola en la sede de la CIA, en Berlín Occidental, para recibir la paga por los servicios prestados.

Tampoco la banda corrupta política capitalista perdió el tiempo. Según un neocon español (seguramente de esos que aplaudían a la red Gladio que asesinaba ciudadanos inocentes en Europa Occidental) y que fue franquista a tiempo completo (no me acuerdo de su nombre), los comunistas (después de los sucesos del Este europeo) debían “arrodillarse” ante el “capitalismo” y “pedir perdón”. Por su parte, un promocionado mediocre vasallo de los que masacran civiles por petróleo, Francis Fukuyama, proclamaba con aire de insultante obscenidad “el fin de la historia”…para que comenzase la nueva del IV Reich de EEUU-Israel y la OTAN. Se había consumado, definitivamente, la pantomima de la disolución del Muro, con toda su exuberante iconografía de falseada y deformadora propaganda para la posteridad. A este respecto, recuerdo una carta (sorprendentemente publicada) de un lector del diario ELPAIS, durante aquellas jornadas de histeria colectiva anticomunista, en la que mostraba su malestar e indignación por el tratamiento informativo que dicho diario “independiente” estaba dando acerca de los “sucesos” en el Este socialista, en particular, en la RDA. El lector tildaba la información del periódico polanquista de (más o menos) “amarillismo y de caer en unas cotas de miseria moral e indignidad bochornosas”, parafraseando una cita de Groucho Marx, que no recuerdo ahora (la pondré cuando me haga con el recorte de periódico que aún, creo, conservo de aquella fecha). (* ver cita al final)

El descontento o malestar de la ciudadanía germano oriental con sus dirigentes, y cualquier otra actividad subversiva ocurrida en la RDA, en los días previos a la disolución del Muro, fue fagocitado, puntual y meticulosamente, por EEUU y la OTAN, al igual que en el resto de la Europa socialista, usando los mismos mecanismos involutivos que en las recientes “revoluciones” árabes o en el sainete golpista sangriento de Kiev, como es sabido, acontecimientos instigados fundamentalmente por Washington, Israel y la OTAN y coordinados por dos personajes siniestros, sobrados, ambos, de criminalidad: el terrorista del ISIS John McCain y la hiena predilecta (tiene cara de ello) de la Casa Blanca, Victoria Nuland, la portavoz de Obama, ambos bajo órdenes directas del presidente estadounidense. En la RDA, en 1989, se materializó esa “ayuda” con la creación del llamado “Nuevo Foro” (ya mencionado en la parte primera) formación que agrupaba a la iglesia protestante reaccionaria de la RDA (a la cabeza de las “protestas» el pastor anticomunista Joachim Gauck, hoy jefe de Estado de Alemania) y un maremágnum político de conversos al capitalismo, troskistas, neoliberales, engañados, etc…todos ellos supervisados por la CIA y el espionaje alemán federal, el BND. También hubo, todo hay que decirlo, honestos ciudadanos de la RDA (la mayoría), que creían en un cambio de rumbo de la política socialista del gobierno alemán oriental, exigiendo unas dimisiones que fueron impuestas, básicamente, desde el lado Occidental, pero no entró nunca en los planes de aquéllos la disolución de la RDA.

En el resto de Europa, igualmente en 1989, el Papa polaco Wojtyla, la premier inglesa Margaret Thatcher y el presidente USA, Ronald Reagan, fueron los activadores principales de eso que dieron en llamar “revoluciones de terciopelo”, eso sí, alfombradas  todas ellas en los salones de la CIA, el MI6 y en las cloacas vaticanas a través de sus marionetas que tenían repartidas por el Pacto de Varsovia (Gorbachov-Yeltsin en la URSS, el ultraderechista Vaclav Havel en Checoslovaquia, el reformista Janos Kadar, en Hungría, los golpistas de Rumanía que asesinaron al presidente del país, Nicolae Ceaucescu, bajo órdenes directas de la CIA, o el contemplativo Wojciech Jaruzelsky en Polonia, dando vía libre al sindicato meapilas polaco Solidaridad, enteramente creado y financiado por la CIA). Todos ellos fueron quiénes se encargaron de ejecutar la tramoya para el triunfante y emergente imperio euroamericano. Un muro de alambrada y hormigón que la OTAN, construyó con la sangre de Gladio y del añejo pasado nacionalsocialista. Finian Cunningham nos recuerda ese pasado: El reclutamiento de miles de agentes nazis, oficiales militares y científicos, por parte de Occidente, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial para librar una guerra clandestina contra la Unión Soviética, fue la señal inequívoca de los objetivos estratégicos occidentales.

Uno de los personajes más decisivos en todo aquel proceso de demolición controlada de la RDA, el último jefe de Estado de la RDA, en 1990, Hans Modrow, quien participó activamente por el “cambio” en los últimos días de la RDA y contribuyó resueltamente al proceso de anexión, hipócritamente, ya a sus 85 años, en una entrevista realizada en 2013, retomaba el viejo lenguaje marxista anti-imperialista de que el fascismo es una forma del capitalismo, un capitalismo imperialista, intentando ¿expiar? los pecados de la traición de 1989. Aunque ahora vaya de apóstol de la izquierda alemana y recupere la bandera de la RDA diciendo con cierto aire de no sé si impostada nostalgia que “Nosotros queríamos una nueva Alemania, y esta nueva Alemania tenía que ser socialista. Esto es lo que constituye para mí el problema fundamental: aquello por lo que yo luché, o sea, una Alemania socialista y pacífica, ya no existe; y eso es lo que yo extraño, porque lo que existe hoy es una Alemania que quiere volver a ser una potencia mundial, que está al lado de los Estados Unidos y que juega un papel de dominación en Europa. Yo estoy en contra de eso, yo quiero una nueva Alemania.” “Yo no puedo recuperar la RDA porque la historia siempre va hacia adelante”.

Un “gran” descubrimiento, el de Modrow. El ex jefe de la RDA luchó por una Alemania antifascista y socialista a la que él mismo se encargó de expedir el certificado de defunción en 1990 y ahora reconoce que Alemania quiere ir de la mano de EEUU. ¿Alguna vez dejó de estarlo? ¿Hubo alguna probabilidad, después de liquidar la RDA, de continuar con una “nueva” Alemania unida, neutral, solidaria, socialista y verdaderamente libre?. La respuesta es no y Modrow  ya lo sabía en 1990 y no tuvo problemas a la hora de entregar la cuchara, el tenedor y el plato completo a Helmut Kohl, Mihail Gorbachov y Ronald Reagan. Hans Modrow creía, ¿ingenuamente? que la unificación alemana debía comportar una Alemania ajena a la OTAN, un planteamiento que el golpista Gorbachov (a quien Modrow llama traidor, a buenas horas mangas…). se negó en redondo a admitir, confirmándoselo incluso al entonces representante de Exteriores de EEUU en aquel momento. Modrow, es cierto, que también clamaba, en enero de 1990, porque la RDA no se deshiciera en pedazos. Pero lo hizo después de arriar la bandera del compás y el cincel; entonces, ya sólo quedaba el teatro de jugar un papel de comparsa ante Gorbachov, Reagan y compañía…La RDA iba a anexionarse, sí o sí, a la RFA y ser parte integral de la agenda de la OTAN.

Modrow tiene, eso sí, el detalle de contar una anécdota que debería haberle hecho reflexionar, a él y a los sinvergüenzas que promovieron la caída de la RDA. Cuenta Modrow que estando en el Metro: “una señora mayor (ex alemana oriental) estaba sentada frente a mí, me miró y me preguntó: “Señor Modrow, ¿me puedo sentar a su lado?”. Le dije: “Claro, ¿por qué no?”, y ella me replicó: “Yo nunca estuve en su Partido. Yo quería ser maestra y no lo logré, fui hermana en la diaconía de la iglesia y trabajé en un hospital. Yo le quiero decir con todo respeto que no quisiera que no se pierda todo aquello por lo que usted luchó, que no se pierda todo lo que fue la RDA”. Un lección de humildad para quién fue un intermediario más en la demolición controlada del Estado de obreros y campesinos.

Puede que La RDA no fuese ese “paraíso” para los trabajadores que señalaba en interrogante Bruni La Motte en su breve librito acerca de la RDA (RDA, ¿infierno de la Stasi o paraíso de los trabajadores? Lecciones que debemos aprender) ni fuese, tampoco, la perfección como sistema político socialista, pero esa imagen de país gris, opresivo, de gente poco agraciada, mujeres hombrunas y demás tópicos salidos de la factoría de la guerra fría occidental eran tan ridículos y grotescos como fácilmente contrastables, al menos hoy en día cuando la propaganda anti-RDA está completamente deshecha (salvo para los que siguen viviendo de ella), no sólo en lo que se refiere al modo de vida, a la cotidianeidad, en la RDA y otros países del Pacto de Varsovia, sino respecto de aquellos acontecimientos políticos que promovieron, instigaron y financiaron desde los países capitalistas (el “levantamiento” de Hungría de 1956, el mismo de Berlín, de 1953 o la famosa Primavera de Praga, de 1968, en Checoslovaquia) . Me ocuparé de ellos cuando tenga tiempo.

 

(*) CITA TEXTUAL DEL LECTOR DEL DIARIO EL PAÍS, A PROPÓSITO DE LOS ACONTECIMIENTOS DE 1989 EN LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DE ALEMANIA, QUE TODAVÍA CONSERVO

CARTAS AL DIRECTOR

Título: Nada y miseria

«He dejado de comprar su periódico por no mostrar grandes diferencias entre la Prensa más reaccionaria y la suya. Las últimas portadas relativas al caso RDA son dignas de la mejor y más acentuada Prensa amarilla. Es sangrante el tratamiento que dan a las noticias relacionadas con países del Este. Es triste reconocerlo, pero parafraseando al genial Groucho Marx (¿les suena este apellido?), diría que ELPAÍS «surgiendo de la nada, ha alcanzado las más altas cotas de miseria….informativa». (Juan Antonio Díaz Gutiérrez, Madrid, octubre de 1989)

 

En fin, les presento, a continuación, algunas imágenes de la «fealdad siniestra» de la RDA. No, no van a aparecer Lenin, Honecker y San Jose Stalin devorando niños con patatas chips o explicando las bondades del socialismo a través de sus obras completas. Tampoco grandes marchas de apoyo al régimen con la hoz y el martillo a cuestas….sino imágenes que es posible, quizás, sorprendan (o no) a más de uno/a…y que representaban, fielmente, la polaridad opuesta a lo que propagaba el capitalismo de guerra del Oeste que, seguirá creyendo, conspiranoicamente, que también estaban «amañadas»…

TODAS LAS FOTOS SON DE LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA ALEMANA, NINGUNA PERTENECE A ALEMANIA FEDERAL U OTRO PAÍS . ALGUNAS DE ELLAS ESTÁN HECHAS POR EL FOTÓGRAFO PARTICULAR KLAUS MORGENSTERN, QUIÉN VIVIÓ EN LA RDA.

 

file-0000cd84-jpg-data

MAYO DE 1972, DISFRUTANDO DE UN DÍA RADIANTE EN LA FUENTE DE ALEXANDERPLATZ,  BERLÍN ORIENTAL

 

 

LEIPZIG1968

UNA ANIMADA CALLE PEATONAL EN LEIPZIG (RDA),  1968

 

 

 

 

22522288693_30f5c6567e

1973. PODÍAS IR A LA MODA

 

 

roessler-media.news_.de_

JÓVENES MODELOS DE LA RDA

 

 

la-moda-oltre-il-muro-perche-anche-la-ddr-sapeva-essere-fashion-1917465718[558]x[372]360x240

Y OTRA JOVEN DDR MÁS

 

 

 

modische_maschen_1967_4_1

TAMBIÉN EXISTÍAN LAS REVISTAS DE MODA. SE LLAMABA MODISCHE MASCHEN Y ESTA ES DEL AÑO 1967

 

 

poster-ddr-berlin-mokka-milch-eisbar-1969-138902

BERLINESES DEL ESTE EN 1969. PARECE LA UNTER DER LINDEN

 

 

baf1e7119b617ff5b773d56bbc36051f

UNA PORTADA DE UN ANUNCIO CUALQUIERA EN LA RDA 

 

 

juventudGdrplaya

JUVENTUD DE LA RDA EN LA PLAYA (AÑOS 70)

 

 

1973-mode-ddr-praesent-20

MUJERES EN BERLÍN ESTE A LA ÚLTIMA

 

 

Frauen-in-der-DDR

MUJER OBRERA EN LA RDA

 

 

Kranf_hrerin

DIRIGIENDO LAS OPERACIONES

 

 

roessler_855277710_800x600_4c49ad8c2d3f589a658d4c560685ca23

AGENTE CONFIDENCIAL…PREPARADA PARA INFILTRARSE EN LA RFA

 

 

poster-ddr-fernsehgeraetewerk-stassfurt-1973-138437

OBRERA EN LA FÁBRICA

 

 

artesaniaaños70

 JÓVENES ARTESANAS DE LA RDA EN LOS AÑOS 70

 

 

1972-mode-ddr

UN DÍA DE ASUETO

 

 

SIEMPRE OÍ QUE LA MUJER ALEMANA ORIENTAL ERA DE ASPECTO TOSCO Y DESAGRADABLE….AQUÍ VAN UNOS EJEMPLOS (SÍ, YA SÉ, VA CONTRA LAS CONVENCIONES DEL FEMINISMO DE LA TERCERA O VIGÉSIAMA OLA….)

 

mode2_9421328

 

 

21073806,16887136,highRes,bild-05

 

 

lottoingdr1973

INDIGNANTE……ALEMANES ORIENTALES JUGANDO A LA CAPITALISTA LOTO DE LA RDA…QUE ERA JUEGO OFICIAL…MALA SUERTE, ALGUNO YA SE HACÍA ILUSIONES DE QUE ESTABAN JUGANDO CLANDESTINAMENTE

 

 

size=708x398

QUÉ VERGÜENZA….NUDISMO-TOPLESS BAJO UN RÉGIMEN COMUNISTA..ESTO CON FRANCO NO PASABA.

 

 

1987-mode-ddr

EN LOS AÑOS 80 TE GUSTARA O NO EL PUNK O LA NEW-WAVE…TAMBIÉN SE DEJÓ VER EN LA RDA

 

El último 1º de Mayo multitudinario en Alemania Oriental: ¿Por qué se hundió la RDA seis meses después? (2)

 

WILLIAM BLUM DESMONTA LA PROPAGANDA OCCIDENTAL CONTRA LA RDA

 

William_Blum_d8033

WILLIAM BLUM

 

Hagamos un poco de historia en esta entrada. William Blum (1933), periodista y escritor estadounidense, ex funcionario del Departamento de Estado norteamericano, escribió (hace cinco años) poco antes de cumplirse el veinte aniversario del fin de la RDA, que “la caída del Muro de Berlín fue otro mito más de la guerra fría” Todos los clichés de la Guerra Fría, construidos por el  “mundo libre” en contra de la tiranía comunista, se sacarán de nuevo a relucir y la leyenda simplista de cómo se cayó el muro de Berlín volverán a repetirse”. Así es y así sucedió, hace cinco años y, también, el año pasado con la apisonadora desinformativa, anti-RDA, que desplegaron las democracias otánicas de Gladio. En su análisis (que figura también en su libro, Killing Hope (Matar la Esperanza, capítulo 8, Alemania años 50), Blum desbroza, con elementos objetivos y rigurosos, qué llevó a la RDA a construir la barrera protectora antifascista en 1961 y cómo se gestó la campaña de acoso masivo que recibió la RDA en los años previos y posteriores a la construcción del Muro de Berlín, algo que es necesario acotar para entender la ilegitimidad histórica de la reunificación (en propiedad, anexión) alemana de 1990.

En primer lugar, dice Blum, antes de que el Muro se edificase miles de alemanes orientales se desplazaban cada día a la parte Oeste de Berlín a trabajar y luego regresaban a Berlín Este por la tarde. Así que se puede decir que esos ciudadanos no estaban precisamente coaccionados para retornar al Este en contra de su voluntad. Aunque podría argumentarse que esos ciudadanos vivían con sus familias, lo cierto es que nadie les puso cortapisas para salir en cualquier momento de la RDA. Ya se ha tratado en varias entradas, pero Blum incide acertadamente en algo que a los quintacolumnistas de la OTAN no les gusta y huyen como de la peste. Blum pone el dedo en la llaga para hablar del «odiado» Muro berlinés, afirmando que esa barrera antifascista fue construida principalmente por dos razones:

  • El Oeste fue acosando progresivamente a Alemania del Este con una agresiva campaña de reclutamiento de profesionales de la RDA, sobre todo trabajadores cualificados, que habían sido educados con el dinero público del gobierno comunista. Esto llevó a una grave crisis tanto de trabajo como en el sistema productivo de toda Alemania del Este. Antes, durante la década de 1950, los “combatientes” de la guerra fría estadounidenses, acantonados en Alemania Occidental, promovieron una despiadada campaña de sabotaje terrorista y subversión contra Alemania del Este diseñada para paralizar la actividad económica y administrativa del país.
  • En segundo lugar, la inteligencia de la CIA y otros agencias militares de Estados Unidos, Europa y, en particular, Alemania Occidental reclutaron, equiparon, entrenaron, y financiaron tanto a grupos alemanes de extrema derecha como de otros países, para llevar a cabo acciones que abarcaron desde el terrorismo a la delincuencia juvenil. Todo era factible con tal de hacer la vida más difícil a los ciudadanos de Alemania del Este y debilitar, de este modo, su apoyo al gobierno de la RDA, de forma  que posibilitara su rechazo al comunismo.

Mientras en los años cincuenta la CIA derrocaba mediante golpes de Estado a legítimos presidentes democráticos, como el iraní Mossadegh o al guatemalteco Jacobo Arbenz, la RDA no era ajena al frente bélico desatado por el imperialismo y era hostigada desde todas las aristas de la guerra fría, inclusive desde dentro de la neonazi Alemania Federal, donde se asesinaba a jóvenes como Philipp Müller, en 1951, por la policía neohitleriana de Adenauer. El único delito de Müller había sido pertenecer a la FDJ (Juventud Libre Alemana) organización que fue prohibida en la RFA ese mismo año, al igual que el Partido Comunista. Todo valía para acosar a un Estado soberano antifascista, incluso las ya conocidas redes nazis con las que el ex jefe de los espías de Hitler y de la nueva Gestapo alemana occidental, el BND, Reinhard Gehlen, maniobró contra la RDA para sembrar, el caos, el terrorismo y generar, de este modo, malestar y descontento entre la población germano-oriental. 

Alguien se preguntará cómo es posible que que la CIA pudiera penetrar tan fácilmente en territorio de la RDA, en los años cincuenta, y organizar actos terroristas y financiar a grupos opositores en ese país. Muy sencillo. Entre Berlín Este y Berlín Oeste no había frontera y el tránsito hacia la RDA era relativamente sencillo, tanto como volver de nuevo al sector occidental de Berlín. La no existencia de barreras, incluida la idiomática, proporcionó, según Blum, una oportunidad sin parangón para que el espionaje de la CIA actuase sin oposición en la Europa del Este, a pesar de que centenares de sus miembros fueron detenidos y juzgados en la RDA. La lógica se impuso y la RDA empezó a endurecer, con buen criterio, la entrada a su país.

El detalle de los hechos que proporciona Blum acerca de las labores contrarrevolucionarias del Oeste en la RDA son bastante claras: Fue una empresa notable, prosigue Blum, los Estados Unidos y sus agentes a sueldo realizaron innumerables atentados criminales contra el sector productivo de la RDA. En particular, Blum cita algunos de ellos utilizando no sólo fuentes de la propia Alemania Oriental sino de medios imperiales como el New York Times, Newsweek, Der Spiegel (RFA) o el Saturday Evening Post de la época:

  • Se utilizaron explosivos y se provocaron intencionadamente cortocircuitos que ocasionaron incendios, así como otros métodos para dañar centrales eléctricas, astilleros, canales, muelles, edificios públicos, estaciones de servicio, transporte público o puentes.
  • Hicieron que descarrilasen trenes de mercancías, hiriendo gravemente a los trabajadores que iban en ellos: por ejemplo, quemaron 12 vagones de un tren de carga y destruyeron las mangueras de presión de aire del resto.
  • Compuestos químicos fueron utilizados para dañar la maquinaria en fábricas que eran de vital importancia, incluso los saboteadores pusieron arena en la turbina de una de ellas, dejándola completamente inutilizada.
  • Prendieron fuego a una fábrica productora de azulejos, con lo que provocaron la ralentización del trabajo en la misma
  • Mataron a 7.000 vacas de una cooperativa láctea mediante envenenamiento.
  • Añadieron jabón a leche en polvo que iba destinada a las escuelas de Alemania del Este.
  • A un arrestado se le encontró una gran cantidad de cantaridina, un veneno que se planeó utilizar con el fin de producir cigarrillos envenenados para matar a líderes alemanes del Este, así como bombas fétidas para interrumpir reuniones políticas o el intento de perturbar el Festival Mundial de la Juventud en Berlín Oriental con ataques mediante explosivos contra los participantes.
  • En definitiva, crearon incluso directrices a través falsos documentos gubernamentales de la RDA para fomentar la desorganización, división e ineficiencia en la industria y en los sindicatos.

Todas estas actividades terroristas fueron llevadas a cabo por el llamado Servicio Técnico de la Federación Alemana de la Juventud, una especie de avanzadilla de la Red terrorista Gladio de CIA-OTAN (su supuesto cometido era actuar, igual que la falsa coartada de Gladio, en caso de una “invasión de la URSS” a Europa Occidental). El ST estaba compuesto por al menos 2000 mercenarios que no eran precisamente jóvenes ya que su pasado estaba nada menos que en el no tan lejano nazismo. En concreto había ex oficiales de la Luftwaffe, la Wehmacht y las SS. Según Blum, quien cita al ministro para el Estado alemán federal de Hesse de la época (Georg August Zinn, 1952), los miembros del Servicio Técnico recibieron, durante más de un año, y en pequeños grupos, entrenamiento en una base militar de Estados Unidos en Alemania, adiestrándolos en el manejo de armas y explosivos, así como en «instrucción política»

Además de todo lo anterior, relatado por Blum, se desencadenó un hecho muy publicitado por el anticomunismo occidental: lo que se dio en llamar el “levantamiento” de 1953, una serie de movilizaciones de ciudadanos de la RDA que fueron coordinadas desde dentro por la iglesia protestante (quién también participó activamente en la disolución de la RDA, en 1989) y elementos pro-occidentales; y desde el exterior por la ya mencionada CIA, el BND y la conocida emisora RIAS, de Berlín Occidental, que hacía de incansable vocero radiofónico fascista, instigando y promoviendo la rebelión interna en la RDA (algo que jamás hizo la RDA, en contra de la RFA, quien adoptó siempre una actitud defensiva).

También en las manifestaciones de 1953, es cierto, tuvo que existir descontento entre una parte de los trabajadores de Alemania del Este por la débil situación económica que estaba atravesando el país, eso nadie lo duda, pero sus propuestas reformistas fueron canalizadas por la contrarrevolución anticomunista (interna y externa) y, de este modo, se convirtieron en una herramienta para la liquidación del Estado de obreros y campesinos. La supuesta espiral represiva que, según dicen los propagandistas de Washington, cometieron las autoridades germano orientales y las tropas soviéticas para aplastar las revueltas NO fue tal (no hubo víctimas mortales, sólo detenciones y encarcelados), sino que fue el resultado de la propaganda de guerra instrumentalizada por Washington y Bonn. Como señala JA González la historia ha demostrado que el denominador común de los grupos que nacieron dentro de los sistemas orientales durante la guerra fría para derribarlos eran prooccidentales y estaban financiados y promovidos por el imperialismo, fuesen conscientes o no las bases de estos grupos. Eso sí, las cúpulas dirigentes (como los casos del polaco Lech Walesa o el checo Vaclav Havel) sabían lo que hacían. En Hungría, en 1956 (otro “levantamiento anticomunista”), ocurrió exactamente lo mismo que en la RDA, en 1953, con los mismos actores externos e idénticas motivaciones de la guerra fría.