El complejo médico-farmacéutico, delincuencia organizada contra la salud (4). Hipocresía, mafia, crimen y ciencia unidas de la mano

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Un niño no fue vacunado en Olot por sus padres y, desgraciadamente, falleció hace unas semanas de difteria debido, sin duda, a un cúmulo de disparates que no debieron nunca ocurrir. Se monta el subsiguiente cirio por la brunete pseudoescéptica en contra de los “anti-vacunas” exigiendo medidas penales contra los padres, los hijos y el Espíritu Santo. Pero del fiasco de vacunas como la del VPH, Gardasil, que sigue su particular conteo de víctimas, no guten los muy…..a pesar de sus contrastados y nefastos efectos secundarios que han llevado a la silla de ruedas a la gimnasta Erika Carrilero y a otras chicas a la muerte. También de las drogas legales que causan miles de muertos o deformaciones físicas (o psíquicas) cada año callan y otorgan. Recordemos, sólo por refrescar la memoria a los desmemoriados, el reciente caso de las indemnizaciones denegadas a los afectados por aquel medicamento siniestro llamado talidomida, de la que ninguna página del cientifismo militante se hizo eco, como suele ser habitual en los defensores de la iatrogenia farmacéutica cuando de las drogas legales se trata. Un «escepticismo» un tanto curioso, la verdad, tanto que que roza (o sobrepasa con creces) la superchería pseudocientífica.  

La talidomida no fue un fármaco cualquiera sino que fue creado nada menos que por médicos del régimen nazi de Hitler y probada en los campos de concentración, según dos investigadores que llegaron a la conclusión, en 2009, que la farmacéutica propietaria de la patente, Grünenthal, había mentido, ya que presentó el caso de su descubrimiento (el de la talidomida) como una suerte de “carambola” allá por el año 1954, cuando lo cierto es que ese fármaco ya se había gestado durante el régimen nacionalsocialista de Hitler. La cruda realidad es que mientras que en la República Democrática de Alemania el Estado de Obreros y Campesinos confiscó todas las empresas del nazismo y las puso al servicio del pueblo, la otra Alemania (la Federal neohitleriana) mantuvo las empresas del III Reich a disposición de sus dueños nazis, librándose «trust» químico-farmacéuticas como Bayer, Boehringuer Ingelheim, Grünenthal, y otras como Goedecke Pharma ahora integrada en Pfizer, de la llamada pomposamente “desnazificación” (una fachada política de la postguerra inventada por EEUU y Alemania para dejar de perseguir al grueso de los criminales de guerra nazis). Más recientemente, hablando de drogas letales, tenemos el conocido caso del medicamento Vioxx, que provocó más de 60 mil muertos, sólo en los EEUU. Hombre, parece que esto si tiene caracteres de genocidio farmacéutico ¿no? Y perseguible por un Tribunal penal internacional, como mínimo. Pero el caso es montar traca demagógica contra las llamadas “pseudomedicinas”, pero a las oficiales (que matan y rematan) ni tocarlas. Como dice el doctor Juan Gervás, en el caso de difteria aparecido en Olot, todo fue “alimentar los bajos instintos y carne para las fieras. Manipulación sin ética”

Sin duda que hay algunos médicos con vocación humanista, exigentes consigo mismos y volcados en dar una atención de calidad a los pacientes (incluso a veces invidualizada), aunque también los hay prepotentes, soberbios y  despreciables, que faltan al trato humano más elemental (como alguien ha dicho por ahí Bordes trabajando en la Seguridad social y amables cuando por las tardes trabajan en la sanidad privada) Pero lo que verdaderamente cuenta en buena parte de los galenos es estar sponsorizados por la Farmafia por lo que, lógicamente, no pueden morder la mano del amo que les da de comer. Un ejemplo de esto último es la médica Esther Samper que tiene tres blogs en Internet, en la práctica desactualizados (MedTempus, Naukas y Doctora Shora en ELPAIS), donde nos cuenta cuáles son sus principios de actuación: acercar la medicina a todos los públicos y en todas sus formas (avances médicos, consejos de salud, tratamientos, prevención…). Una estrategia mediática de promover la ciencia médica de manera idealista, como suele ser el patrón sobre el que se mueven, cara a la galería, esta gente. El problema es que cuando alguien te empieza a cuestionar la ortodoxia… te quedas sin argumentos y recurres al conocido mantra de la conspiración y el «magufismo», el lamentable recurso de todos los teólogos de la ciencia.

Cuando un usuario escribía hace unos años a Samper en su blog de ELPAÍS lo siguiente: “creo que las farmacéuticas animan a los médicos a que continúen hablando un idioma no entendible para los pacientes, pues es la manera que tienen de vender sus fármacos” aquélla le respondió con un “eso son conspiraciones surrealistas”. Al margen de que sea discutible o no la afirmación del lector…lo cierto y verdadero es que la conspiración más realista que existe es la de una medicina como asalariada, ideológica y monetaria, de la FARMAFIA. La doctora Samper poco puede hablar de conspiraciones cuando está trabajando actualmente como asesora médica para Roche, una de las multinacionales con mayores prácticas delictivas contra la salud en el planeta y empresa creadora de uno de los antivirales más conocidos para la gripe A, el Tamiflú, un medicamento-asesino sintetizado a partir, cómo no, de un remedio herbal chino conocido como “anís estrellado”. El tamiflú fue conocido mundialmente durante la mediática «epidemia de gripe A» de hace unos años. Este fármaco no ha servido, en la práctica, absolutamente para nada que no sea provocar incluso potenciales efectos letales.

Roche (recordemos, la del “pelotazo” de otro medicamento poco recomendable pero sospechosamente “rehabilitado” por Prescrire, la Pirfenidona) es patrocinador de innumerables congresos, revistas y sociedades médicas y, como muchos de sus “colegas” de mafia y omertá, posee una buena colección de actividades criminales relacionadas con sus fármacos. Veamos algunas de ellas:


Medicamentos de Roche causan inquietud

Tres productos de Roche, Tamiflu, Accutane y Lariam, despiertan sospechas en Estados Unidos. Se presume que esos medicamentos tienen efectos psiquiátricos secundarios potencialmente mortales.

Roche debe indemnizar pacientes por ocultar riesgos de un popular medicamento para el acné

Farmaceutica Roche investigada por ocultar informacion sobre 15 mil muertes en Estados Unidos

Avastin, de Roche, tiene más riesgo de lo que se pensaba

Aquellos  pacientes con cáncer tratados con el medicamento ‘Avastin’ , de Roche, en combinación con quimioterapia, tienen un 46 por ciento más de riesgo de morir por efectos secundarios relacionados con este fármaco que aquellos que recibieron sólo quimioterapia, según un estudio de la Universidad neoyorquina Stony Brook, publicado en ‘Journal of the American Medical Association’.

Italia multa a las farmacéuticas Novartis y Roche por estafa con los fármacos Avastin y Lucentis


Del mediático Tamiflú, es de sobra conocido que Roche falseó todas sus “evidencias científicas” para sacar al mercado un producto que iba a generarle millonarias plusvalías, diciendo que el Tamiflu era seguro y su eficacia estaba validada por una supuesta reducción del 61% en las hospitalizaciones de personas que habían contraído la gripe y luego fueron tratadas con Tamiflu. Roche se lo inventó todo, algo que incluso denunció la revista British Medical Journal. Si tenemos en cuenta que organismos mercenarios de la farmafia como el CDC (el Centro de Control para las Enfermedades de Atlanta) y organizaciones corruptas como la OMS hicieron oídos sordos a las acusaciones sobre las falsificaciones de Roche sobre su antiviral-estafa y que, incluso, la FDA, otros amanuenses de la industria del medicamento, señalaron que el Tamiflú y el placebo eran indistinguibles, se puede llegar a algunas conclusiones de cómo son y actúan las grandes corporaciones del medicamento, cuya estrategia se podría resumir en:

1)   El Departamento de marketing de la multinacional de turno elabora la idea de que el medicamento funciona utilizando una evidencia fraudulenta previa, con el fin de obtener su aprobación

2)  La empresa farmacéutica utiliza, posteriormente, esa idea mediante sutiles mecanismos de coerción psicológica para obtener la demanda necesaria del producto entre gobiernos y, por extensión, entre futuros pacientes

3)   Los organismos nacionales de Salud validan como ciertos los estudios fraudulentos sobre que el medicamento es eficaz y seguro, remitiendo a los ensayos falseados por esa industria, por lo que, al final, lo que sobrevuela es una aureola de corrupción e intercambio de mutuos favores entre gobiernos y multinacionales mientras que el paciente es el pagano y chivo expiatorio de todo ello.

Según este artículo de Prescrire, la farmacovigilancia a cargo de las compañías farmacéuticas es, en la práctica, inexistente ya que se dedican a encubrir todo lo que pueden de forma engañosa las consecuencias desfavorables de sus drogas. De este modo las empresas farmacéuticas tienen un interés innegable en minimizar o incluso ocultar los efectos adversos de los medicamentos. Pero, lo que es más importante y que remarcan en el artículo citado es que distintos actores como son los profesionales sanitarios, las autoridades gubernamentales y las  fuentes de financiamiento de los sistemas de salud (que, por diversas razones, desean que las compañías farmacéuticas continúen participando en el suministro de información a los pacientes y al público) están exponiendo a los pacientes a riesgos inaceptables.

En EEUU algunas voces, desde la medicina oficial, se atreven a denunciar a ese lobby mafioso del medicamento. Ya se habló de Daniela Drake en la primera entrada. Drake sabe de lo que habla dejando bien a las claras algunas cosas: Las grandes farmacéuticas es la nueva mafia de EEUU para a continuación señalar: Las compañías farmacéuticas tienen más poder que nunca, y el pueblo estadounidense está pagando el precio, demasiado a menudo con nuestras vidas. Por si no había quedado claro, la doctora Drake mete a fondo el dedo en el ojo al Tito Sam: Estados Unidos es la nación más medicada de la Tierra, con un 70 por ciento de los estadounidenses tomando medicamentos con receta y, sin embargo, tenemos peores resultados de salud que otros países industrializados.

Para la doctora Inma González el negocio médico-farmacéutico se resume en una serie de puntos bien ilustrativos que sintetizan de forma  transparente qué tipo de ciencia médico-farmacéutica se practica hoy día bajo el falso paraguas del «evidentismo científico»:

  1. La medicina basada en la “evidencia” está financiada por la industria farmacéutica y no es cuestionable por el “establishment” médico porque hay conflicto de intereses.
  2. Los investigadores están pagados por los mismos laboratorios, no teniendo obligación de publicar resultados negativos de sus estudios.
  3. Los ensayos clínicos son cortos y las prescripciones son largas, extrapolando resultados, los cuáles se pueden manipular.
  4. A la industria de la farmafia le interesa (lógicamente) vender su producto e investigar sobre la población sana.
  5. Sólo un 10 por cien de las patentes de la industria del medicamento, utilizadas entre los años 1982 y 2003, ha tenido alguna utilidad terapéutica.
  6. Los médicos se dejan seducir muy a menudo por viajes y regalos de la Farmafia que es la que patrocina, por otra parte, sus Congresos (y, añado yo, de las diferentes Asociaciones de Pacientes)

Un Comentario

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  2. PCR

    La revista Discovery Salud nº 186 / Octubre 2015 en su artículo titulado “¡Ninguna vacuna es obligatoria!” menciona la muerte del niño de Olot. De forma resumida en el articulo se dice:

    “Sinceramente, cuando apareció la noticia pensé que debía tratarse de un error de diagnostico. Y lo sigo pensando. (…) Los expertos y políticos que se han pronunciado repiten una y otra vez que el niño se contagió porque no estaba vacunado pero entonces, ¿quién lo contagió? ¿Alguien que no estaba enfermo pero era portador de la bacteria como se ha alegado? Porque se nos ha dicho que se analizó a los 57 niños con los que estuvo en un campamento y 10 eran portadores de la bacteria -estaban pues infectados- pero no contrajeron la enfermedad porque estaban vacunados. Es decir, 10 “infectados” entre 57 de una enfermedad considerada erradicada hace décadas; eso implica un porcentaje del 18%. (…) si se sometieran miles de personas al test de portador de difteria (…) éste daría probablemente positivo en un alto porcentaje de casos. (…) Debe entenderse que el bacilo de la difteria, con sus cuatro o cinco subespecies, está presente de forma natural en nuestras vías respiratorias y digestivas. (…) todos tenemos bacilos diftéricos y no por eso enfermamos. (…) Sin disponer de su historial médico y sin conocer las circunstancias concretas es obvio que no se pueden hacer afirmaciones categóricas pero con los datos disponibles a mi juicio padecía en realidad una amigdalitis aguda; es decir, anginas. (…) El cuadro clínico entre difteria y lo que comúnmente llamamos anginas o amigdalitis es similar. Tienen los mismos signos y síntomas. Por eso le tuvieron que hacer el test de la PCR. (…) Sin embargo los propios documentos oficiales de los protocolos de actuación ante casos de difteria reconocen su falta de fiabilidad. (…) Pero lo importante es hacerse la siguiente pregunta: si para la Medicina solo es infalible el test que se usa desde hace apenas 8 o 10 años, ¿con que criterio diagnóstico se anunció la aparición y desaparición de epidemias de difteria durante la primera mitad del pasado siglo XX? (…) A ese niño se le sometió a un tratamiento que se abandonó hace décadas por su discutible eficacia y alta toxicidad. Luego la causa de su muerte está en entredicho.

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