El Haydn de Karajan en EMI: sinfonías nº 83, 101 “El Reloj” y 104 “Londres”

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Estas versiones sinfónicas de Franz Josef Haydn (1732-1809) a cargo de Herbert Von Karajan, grabadas en 1970/1975, lo son a la antigua usanza, es decir, con un contingente orquestal numeroso, algo que era la tónica dominante entre los maestros de la vieja escuela directorial. Hasta que llegó la “moda” por los instrumentos de época, que tuvo como resultado la plasmación de recreaciones más fidedignas y más ajustadas al espíritu de las composiciones de autores del período barroco y clásico (inclusive el romántico, aunque aquí ya es más discutible). El resultado fue una notable reducción de efectivos orquestales dando lugar a una mayor claridad de texturas y tempi mucho más vivaces, además de un sonido más “afilado”…más áspero, con mayores sutilezas tímbricas si cabe, para que las obras estuviesen dotadas de mayor autenticidad. Que si Nikolaus Harnoncourt -Concertgebow- y su acerado e intenso Haydn,…que si el Haydn rústico de Le Petite Bande..con Sigiswald Kuijken…, el siempre transparente Christopher Hogwood y su Academy of Ancient Music o ese Frans Bruggen y la holandesa Orquesta del Siglo de las Luces con unas sinfonías de París, en mi opinión, un tanto epidérmicas. En definitiva, la objetividad como piedra angular del universo haydiano

Estamos, pues, ante un Haydn con una concepción musical diametralmente opuesta a lo que se estila hoy en día, pero no por ello exenta de musicalidad, vivacidad, refinamiento y buen gusto. Un Haydn que puede parecer en algunos momentos “cuasibrahmsiano” (sinfonía nº 104 “Londres”, excepcionalmente ejecutada por su orquesta de siempre, la Filarmónica de Berlín, con un Finale asombroso) pero de una belleza e ímpetu incuestionables (Sinfonía 83), por no hablar de una conseguida versión de la Sinfonía «El Reloj» (en su Andante, imitando el tic tac de ese instrumento). Puede que no sea un Haydn superlativo, pero está cerca de ello (como pueda serlo, con algunos matices, el del director norteamericano Leonard Bernstein, Filarmónica de Nueva York y los mismos, o parecidos, presupuestos musicales). Pocas veces habrá estado tan acertado Karajan en el repertorio del músico de Rohrau, en contraposición a otras versiones suyas de este mismo autor (las sinfonías de París y Londres con Deutsche Grammophon, de mediados de los 70) en las que predominaba la opacidad, la pesantez, el amaneramiento y la ausencia de gracia. En definitiva, versiones de las sinfonías de Haydn a la altura de las circunstancias en manos de aquel excepcional director y mercader de la música clásica que se llamó Herbert Von Karajan.

Sinfonía nº 83 «La Gallina» (Menuetto. Allegro vivace: 3’58»)

 

 

Sinfonía nº 104 «Londres» (Finale. Allegro Spirituoso: 4’51»)

 

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