Rivales, melodrama realizado con talento

EDWARD ARNOLD Y FRANCES FARMER
Rivales (Come and Get It, 1936), es una de las pocas películas que fueron rodadas por más de un director, no por cuestiones meramente técnicas sino, en esta ocasión, por discrepancias de uno de ellos con la productora Metro-Goldwyn-Mayer. Por tanto, para Rivales se hicieron cargo dos pesos pesados del mejor cine clásico: Howard Hawks (El Sueño Eterno, Tener y no Tener, etc.) se hizo con la mayor parte del rodaje y William Wyler (Brigada 21, Los Mejores Años de Nuestras Vidas o Ben-Hur) concluyó el resto. Las desavenencias de Hawks con el todopoderoso Samuel Goldwyn, hizo que éste le despidiese y contratase a Wyler para terminar el metraje que faltaba.
La historia de Rivales, basada en una novela-folletín de la escritora Edna Ferber, es simple. Ambientada a principios de siglo XX describe las andanzas de un terrateniente maderero que se dedica a esquilmar los bosques como si fuese su cortijo particular (con cierta permisividad de las autoridades, aunque luego le llamen al orden). Tiene un hijo que le ha salido un tanto revoltoso (o moderadamente ecologista) al que no le gusta demasiado esa faceta depredadora de su padre para con el medio ambiente. Pero el eje central de este Rivales no son los desencuentros familiares por la industria maderera, sino que la trama reside en que hay una bella chica de origen sueco de por medio, que será el factor desencadenante de las disputas entre padre e hijo por conquistar a la bella muchacha nórdica.
La película de Hawks-Wyler es, en líneas generales, sólida, sin fisuras ni costuras relevantes, sin caídas de tensión dignas de destacar y sin alardes folletinescos gratuitos, con espléndidas actuaciones en sus actores principales, además de estar excelentemente ambientada. Hablando de reparto, tenemos al fenomenal Edward Arnold haciendo de magnate maderero, papel con el que se desenvuelve como pez en el agua. Aunque el resto de protagonistas no son unos mantas cualquiera, como el siempre metódico y fino estilista Joel McCrea (que tarda, por cierto, en aparecer una eternidad) un actor que dejó buen sabor de boca en todas las incursiones cinematográficas en las que participó (de vaquero, especialmente).

FRANCES FARMER
La fascinante y sensual Frances Farmer, (aquí el peinado no le favorece, todo sea dicho), hace un doble papel (madre e hija) que lo resuelve con bastante acierto. Una actriz, la Farmer, que pronto marcó su carácter rebelde (en 1930 viajó, por decisión propia, a la Unión Soviética -izquierdista que era la niña-, siendo jovencita -con tan sólo 16 años-, tras ganar un concurso literario en su ciudad natal). Pero la Farmer fue conflictiva, adicta patológica al alcohol, indisciplinada, irascible…tanto que tuvo, como no podía ser de otra forma, unas trifulcas monumentales con los mandarines de los estudios de cine de la época, que terminaron por marginarla y acabar con su carrera cinematográfica antes de la cuenta. Una lástima porque fue un proyecto de grandísima actriz (la nueva Greta Garbo, decían). El que gana la partida en Rivales es, con diferencia, Walter Brennan, el mejor actor secundario de todos los tiempos pero que muchas veces ganó por KO técnico a algunas de las “prima-donnas” del gremio; actor que fue oro líquido en cualquier registro que interpretó. Por algo le dieron tres Oscar, uno de ellos por esta peli.
Resumiendo, Rivales es una muy buena muestra del cine de antaño. No tiene rival alguno en muchas de las películas de hoy en día sobre temática idéntica o similar.
No pasa nada..jeje. Para mí era una gran desconocida hasta no hace mucho. Pero ver ahí a esos dos directores…me llamó la atención. Y no me defraudó. No es una joya inmarcesible del cine clásico, pero se deja ver bastante bien.
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imagino que visto lo que dices, me azotaras por ello, pero ni idea de esta pelicula. La veo y te comento
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