Cataluña no es Kosovo, pero…podría serlo

 

 

Hay un poso irónico en el titular de esta entrada, obviamente. Después del Congreso Eucarístico patriótico-constitucional español de ayer, cuantificable por el número de autobuses procedentes del resto del Estado que aterrizaron en Cataluña, podemos empezar reflexionar sobre qué es lo que se vio y vivió en las calles barcelonesas. Lo más destacable fue observar en la manifestación pro-España, antes “roja” que rota, la presencia del marqués Vargas Llosa, viejo fascista, aspirante fracasado a la presidencia del Perú, asistiendo sin su consorte filipina, ya que lucir joyas de Versace y Dior no encaja, lógicamente, con una cosa tan plebeya y andrajosa como es manifestarse en las calles. Vino a decir el peruano que todo nacionalismo es una mierda, menos el español que nos legó el Caudillo que es incorrupto e inmarcesible.

Otros cruzados de la España imperial “lepantista” secundaron a Llosa con esa horterez cateta de llevar la bandera rojigualda a la espalda (yo no llevaría ni una chapa), como si eso les diera un plus de patriotismo especial respecto del resto de españoles a los que nos provoca gran desafecto tal cosa. Algunos de ellos mostraron brazo en alto, embebidos de alcohol, montando bronca y desplegando amor incondicional por las porras policiales y la España eterna de Primo de Rivera. Los medios extranjeros otra vez atónitos. No les verás, no, a esos patriotas montando manifestaciones masivas luchando por sus derechos no sea que al final las flores a la policía se tornen en lamentos contra el orden represivo.

Al final, llegó el discurso principal a cargo de uno de la vieja guardia galosa del PSOE: el ex ministro Josep Borrell, el muñeco parlante elegido por Felipe González. Sus palabras sobre Cataluña fueron, fundamentalmente, que el territorio catalán no es “ni Lituania, ni Kosovo, ni Argelia” ya que el feudo del burgués Puigdemont no está ocupado ni militarizado. Cualquiera lo diría cuando para el 1-O se envió a Cataluña un batallón de 10.000 policías y guardias civiles al grito de “a por ellos”, en una manifestación de intrusismo político “ultra” que no es nueva en funcionarios policiales. Como, también, injerencia han sido los bulos prefabricados por el diario de la CIA y Qatar, ELPAÍS, para acusar a Rusia de inmiscuirse en el llamado proceso soberanista. Y es que Rusia está en todas hijos…en EEUU, en Francia, en Alemania, en Londres y…en Siria, donde Putin está jodiendo la marrana a todos esos patrocinadores del terrorismo de ISIS. Esta última, es la esencia del meollo rusofóbico occidental.

Esa analogía infecta y mentirosa que se permitió lanzar el pedante Borrell a cuenta del “procés” separatista, mencionando a Kosovo como ejemplo de Estado militarizado y ocupado, es una falacia desvergonzada que se autodestruye echando mano de lo que fue el holocausto perpetrado por Occidente contra la Yugoslavia de Slobodan Milosevic. Cualquiera que haya estudiado el conflicto yugoslavo de finales de los años 90, al margen de las mentiras y patrañas oficiales de EEUU y sus mariachis-propagandistas europeos, sabe que el objetivo de Occidente fue destruir Yugoslavia y despedazarla en varios Estados clientes de la OTAN. Se trataba de acabar con un Estado que era un potencial aliado de Rusia para luego recolonizarlo a través de sus mini-Estados y servir como lanzadera imperialista hacia Moscú y el Cáucaso.

Occidente, en particular EEUU y Alemania, más la OTAN comandada entonces por el criminal de guerra socialista Javier Solana (compañero, por tanto, de Borrell), aplicaron en Yugoslavia el más feroz separatismo organizando, a través de la CIA y el BND (la inteligencia alemana) grupos terroristas de extrema derecha y combatientes islámicos de AlQaeda, para utilizarlos sobre todo en Bosnia, Kosovo y Croacia, y de este modo propagar el caos étnico y la división en aquellas regiones. Este fue el peso específico que acabó desmembrando el ejemplar estado unitario de Yugoslavia, no las bombas de uranio empobrecido, gases tóxicos y minas antipersona lanzadas deliberadamente contra la población civil yugoslava por la criminal OTAN, que también hicieron lo suyo.

 

ANTECEDENTES HISTÓRICOS: EL PLAN NAZI PARA DIVIDIR YUGOSLAVIA QUE LA OTAN APLICÓ CON LOS MISMOS MÉTODOS CINCUENTA AÑOS DESPUÉS

 

El investigador británico Patrick Thursfield, en 2001, hizo un estudio pormenorizado de cómo la Alemania nazi y la Italia fascista de Mussolini tenían previsto repartirse el botín de una Yugoslavia fracturada después de que las tropas de Hitler invadieran el país en 1941. Su artículo, escrito al calor de la reciente agresión a Yugoslavia, se llama La partición de Yugoslavia: recordando el plan nazi. Dice Thursfield que el plan, originalmente concebido en Italia y posteriormente acordado por Alemania, se desarrolló con la idea de que el Eje esperaba complacer a sus aliados pro-nazis europeos en tiempos de guerra, así como asegurar la ineficacia permanente de la pequeña Serbia, que era ferozmente reacia a ser conquistada. Este plan, obviamente, llegó pronto a los oídos de la oficina de guerra británica así como un mapa de la partición propuesta para la Yugoslavia de la post guerra que se iba a convertir en varios estados balcánicos. Dicha copia, anotada en inglés, fue impresa en 1944 presumiblemente con fines de planificación militar. Una copia de este mapa recientemente vino de forma inesperada a mis manos y tengo una copia de ella delante de mí mientras escribo en estos momentos. Hace un estudio fascinante, para cualquier persona que esté interesada en ello, sobre la arrogancia de los planificadores nazis a la hora de manipular el futuro de los Estados derrotados.

Thursfield apunta que Ya en enero de 1939, antes de la invasión de Italia y la ocupación de Albania y Montenegro, en abril del mismo año, el gobierno de Mussolini había iniciado las negociaciones con Ante Pavelic (notorio criminal terrorista pro-nazi) para subvencionar su movimiento separatista croata. En los dos años transcurridos antes de que Alemania invadiera Yugoslavia meridional y Grecia (a través de Bulgaria), en abril de 1941, Italia estaba ocupada planeando (una vez que la guerra hubiera sido ganada) restaurar Montenegro como reino independiente así como crear un nuevo reino en Croacia.

No está claro cuándo Italia y Alemania finalizarían sus planes para la partición de Yugoslavia,  después de la guerra, señala Thursfeld, pero las nuevas fronteras propuestas debían haberse redactado antes de 1944, pues para entonces la mayor parte de Italia estaba en manos aliadas, el plan de Churchill de reunirse con el ejército soviético en El Danubio había sido abandonado y nuestros servicios de inteligencia ya habían comenzado a prepararse para la liberación (y la restauración del status quo) del estado yugoslavo. Sin embargo, lo que más interesa hoy en día sobre las disposiciones del plan italo-germano es que combinan una insensible indiferencia a lo que la gente de los Balcanes podría querer en un mundo de posguerra, incentivando una astuta explotación de sus viejas pugnas y recelos.

 ¿Les suena lo anterior a lo que ocurrió durante la mal llamada “guerra” de Yugoslavia en 1999? Croacia, en definitiva, dice Thursfeld, sería un Estado cliente de Italia como recompensa por la ayuda que Mussolini le había dado a Alemania en la guerra. El nuevo reino croata incluiría la mayor parte de Eslavonia y Bosnia-Herzegovina. Italia también recibiría la mitad meridional de Eslovenia, mientras que la mitad norte aparecía marcada como ‘Para Alemania’. Montenegro volvería a ser independiente, presumiblemente también como Estado cliente de Italia. Similitudes asombrosas se dieron cincuenta años después.

Thursfield señala otra semejanza extraordinaria con lo que fue el objetivo de la OTAN años más tarde y que es lo que nos ocupa: Serbia también debía perder Kosovo, quien se uniría a una Albania independiente, presumiblemente en parte debido a la mayoría étnica de albaneses en esa tan apreciada provincia serbia, y en parte, sin duda, para ir más allá de estrangular y humillar a Serbia. Bulgaria también iba a ser recompensada con Macedonia. Mi mapa no va más allá de una milla o dos al sur de la frontera antigua (y presente) entre Macedonia y Grecia pero, a juzgar por el tipo de línea utilizada para marcar el mapa, parece como si Grecia también, o al menos su provincia más septentrional, que incluía Salónica, fuera cedida a Bulgaria. Es irónico que la intención alemana de dividir Yugoslavia, unos 40 años después de la derrota de Alemania, haya sido perturbada por la disparidad de pueblos de esa región.

En algún lugar cualquiera hoy día, señala irónicamente Thursfield, las sombras de esos planificadores nazis durante la guerra deben estar riéndose entre ellos al pensar que algo de las líneas que habían previsto eventualmente en su tiempo serían finalmente plasmadas por la nueva Alemania, quién había buscado de forma igualmente drástica disgregar Yugoslavia para sus propios y muy diferentes propósitos.

Como señala Michel Collon Las actividades encubiertas del BND alemán contra la Yugoslavia de hace casi treinta años, concordaban, no sólo con la de sus antepasados nazis del III Reich, sino con el propósito de Helmut Kohl de expandir su «Lebensraum» [espacio vital] por los Balcanes. Antes del comienzo de la guerra civil en Bosnia, Alemania y su ministro de Exteriores, Hans Dietrich Genscher habían apoyado activamente la secesión; habían «forzado el camino de la diplomacia internacional» y presionado a sus aliados occidentales para que reconocieran a Eslovenia y Croacia. Tanto Alemania como Estados Unidos favorecieron (aunque no de manera oficial) la creación de una «Gran Albania» que englobara Albania, Kosovo y partes de Macedonia. Alemania buscaba obtener vía libre por parte de sus aliados para «proseguir con el dominio económico en toda Mitteleuropa»

 

KOSOVO, UN ESTADO MAFIOSO TERRORISTA “INDEPENDIENTE” ROBADO A SERBIA CON EL BENEPLÁCITO DE LA OTAN

 

DOS TERRORISTAS SANGUINARIOS: EL PRESIDENTE DEL PSEUDOESTADO KOSOVAR HASHIM THACI Y LA GRAN ASESINA HILLARY CLINTON, RECORDANDO LOS «BUENOS» TIEMPOS DE CUANDO EL MARIDO DE ESTA ÚLTIMA DESTRUYÓ YUGOSLAVIA

 

Desde que Yugoslavia fue invadida por la OTAN en 1999, el Estado-farsa de Kosovo ha sido siempre un territorio bajo control militar-jurisdiccional de EEUU y la Alianza Atlántica. El actual gobierno está dirigido por, Hashim Thaci, ex Primer Ministro y miembro terrorista del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), organización criminal conocida por tener estrechos vínculos con los sindicatos del crimen albaneses y europeos. La CIA apoyó directamente, a mediados de los años noventa, al ELK así como los servicios de inteligencia alemanes (el nazi BND), para ser utilizado como frente de guerra en 1999.

Kosovo, recordemos, decretó su independencia unilateral en 2008 con el apoyo total de EEUU y otros estados vasallos. España, a pesar de no respaldarla, si lo hizo con el resto de Yugoslavia, pero el “alabado” Josep Borrell dijo ayer que Kosovo era un Estado “oprimido” y, por tanto, reconoció su derecho a “independizarse” en contra del criterio del entonces gobierno “socialista” español de Zapatero. Este es, a grandes rasgos, el Kosovo, de Josep Borrell y los constitucionalistas del 8-O.

Veamos ahora un retrato sórdido del actual presidente de Kosovo, Hashim Thaci. Fundador del Partido “Democrático” de Kosovo, Thaci es conocido por pertenecer a un sindicato del crimen organizado implicado en el tráfico de drogas y la prostitución.. En los años noventa Thaci fundó el llamado «Grupo Drenica», un sindicato criminal con base en Kosovo y relacionado con las mafias albanesas, macedonias e italianas. Los barones de la droga en Kosovo, Albania y Macedonia (que mantenían relaciones con la mafia italiana) se habían convertido en los años noventa en las nuevas elites económicas, asociadas con frecuencia a los intereses de los negocios de multinacionales occidentales. La recaudación financiera del tráfico de drogas y de armas se recicló a otras actividades ilícitas (y viceversa), incluyendo una vasta red de prostitución entre Albania e Italia. Los grupos criminales albanos que operaban en Milán, dijo Michel Collon, «se habían convertido en redes de prostitución tan poderosas que incluso habían desbancado a los calabreses en fuerza e influencia»

Durante la administración Clinton Hashim Thaci fue un protegido de la secretaria de Estado estadounidense Madeleine Albright y tanto la Interpol como el Congreso estadounidense estaban al tanto de las relaciones de Thaci con sindicatos criminales, pero hicieron la conveniente vista gorda. El Partido Democrático de Kosovo, sucesor del ELK, se constituyó como una fachada política que estaba formada por ex-miembros de una organización terrorista que había mantenido (y mantiene) relaciones con el crimen organizado. De hecho, gran parte del espectro político de Kosovo hoy día está dominado por ex-miembros del ELK. Esta organización, con el apoyo imprescindible de la CIA, el BND y la OTAN, tuvo estrechas relaciones con mercenarios de AlQaeda para ejecutar incontables actos terroristas y crímenes durante la guerra de Yugoslavia.

La «agenda oculta» del presidente alemán Helmut Kohl y el norteamericano Bill Clinton de cara a destruir Yugoslavia, consistió en fomentar y armar a los movimientos nacionalistas de liberación en Bosnia y el Kosovo de Hashim Thaci con el propósito, en última instancia, de provocar violencia étnica y masacres para luego atribuírselas a la Yugoslavia o Serbia del “rebelde” Milosevic. Mercenarios financiados por Arabia Saudí y Kuwait habían estado combatiendo en Bosnia y el modelo bosnio se copió a rajatabla en Kosovo: mercenarios yihadistas procedentes de diferentes países islámicos lucharon en Kosovo junto con el ELK e instructores alemanes, turcos y afganos adiestraron a los terroristas kosovares en tácticas de guerrilla y de extorsión.

La contraprestación de la “independencia” unilateral de Kosovo ha consistido en que la mafia terrorista gobernante se ha dedicado a apoyar los intereses de las compañías petrolíferas y contratistas de Defensa de Occidente, sin olvidar el tráfico multibillonario de heroína procedente desde Afganistán que tan bien ha manejado y maneja la CIA para financiar a opositores políticos de países “enemigos” o a la subversión en otras partes del mundo, según la doctrina Gladio. Geoestrategia de manual. Pero, sobre todo, Kosovo sirvió para acantonar en su territorio bases militares estadounidenses y tropas de la OTAN ya que los Balcanes constituían la perfecta puerta de entrada hacia Eurasia con la que cercar con tenazas a Rusia.

El profesor canadiense Michel Chossudovsky señala que la base militar norteamericana kosovar de Camp Bondsteel no fue el producto de una “guerra justa” o humanitaria en defensa de los albano kosovares. La construcción de Camp Bondsteel se había planificado mucho antes de los bombardeos e invasión de Kosovo en 1999. Los planes para construir Camp Bondsteel bajo un lucrativo contrato multibillonario del Departamento de Defensa estadounidense con la subsidiaria de la empresa Halliburton basada en Texas, KBR, se formuló cuando Dick Cheney era presidente de Halliburton. La construcción de Camp Bondsteel se empezó poco después de la invasión de 1999 bajo la administración Clinton. Se acabó de construir durante la administración Bush, después de que Dick Cheney dimitiera de su puesto como presidente de Halliburton. Antes de 1999 Estados Unidos y la OTAN habían presentado los planes para bombardear Yugoslavia y ahora muchos creen que Estados Unidos utilizó deliberadamente el bombardeo de Yugoslavia para establecer la base militar de Camp Bondsteel en Kosovo.

Kosovo es el resultado de un fraude jurídico internacional que se ha cristalizado en un Estado títere conformado por terroristas y que es sostenido por EEUU y sus acólitos de la OTAN, donde a un país soberano, primero Yugoslavia, luego Serbia, se le sustrajo ilegalmente una parte de su territorio para satisfacer los intereses geopolíticos de Occidente. Kosovo está gobernado por gángsters y es respaldado internacionalmente por otros de su misma calaña. Algo que el premeditadamente amnésico Borrell ha olvidado en su discurso entre demagógico y trilero.

 

TRADUCCIÓN PATRICK THURSFELD: BERLINCONFIDENCIAL

REFERENCIAS: MICHEL COLLON, MICHEL CHOSSUDOVSKY

Un Comentario

  1. Pingback: República Srpska rechaza integración de Bosnia en la OTAN / Cataluña no es Kosovo, pero… podría serlo | Tribulaciones Metapolíticas
  2. Rick

    ¿Y qué decir de la CUP? Se permiten el lujazo de incluir nada más y nada menos que a Leila Nachwatti Rego entre los ponentes de su «Escola d´Estiu 2017».

    http://escolacup.cat/#inici

    Ahora empieza a cobrar sentido, al menos para mí, el exabrupto de Anna Gabriel: «Independentistas sin fronteras». Muy «sorosiano» nombre para una ONG de las que suele financiar Soros.

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  3. Rick

    Entre trileros anda el juego:

    «¿Por qué un país de la UE y de la OTAN colabora con Rusia facilitando apoyo logístico a sus buques de guerra que participan en la guerra de Siria apoyando al dictador Bashar Al Assad? Esta es la pregunta que, junto a otras, el grupo parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) quiere que respondan los ministros de Asuntos Exteriores y de Cooperación y de Defensa en funciones, José Manuel García-Margallo y Pedro Morenés, respectivamente, en sede parlamentaria.»

    http://www.publico.es/politica/erc-exige-margallo-y-morenes.html

    ¡Joder con la «izquierda» independentista catalana!

    Ellos mismos se posicionan a la misma altura que quienes tildaban, y lo siguen haciendo, de dictador a Milosevic.

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    • berlinconfidencial

      La llamada «Izquierda» independentista catalana no me produce ningún entusiasmo. Rahola (de ERC) es sionista y estos tontos integrales de la CUP, más de lo mismo, ineptos totales en política internacional donde les vale todo…de Eslovenia a Kurdistán, Estados títeres del anglosionismo. Me recuerdan al GARA vasco, y sus filiales políticas, cuando defendía ardorosamente el terrorismo islamista checheno (financiado por la CIA) que intentaba arrodillar a Rusia. Que uno se solidarice con los represaliados, el pueblo, el 1-O de las palizas policiales y otras bandas fascistas no significa un cheque en blanco a nadie. Y menos después de contemplar el teatro vergonzante de Puigdemont «aplazando» el tinglado independentista.

      Es la izquierda multicultural de inmigrantes sin fronteras, la de revoluciones de papel, la del abandono de sus principios (si es que tuvieron alguno un día..). Mientras, el neoliberalismo, George Soros y los supremacistas de extrema derecha sacando pecho…y creciendo en Europa gracias al demencial negocio inmigratorio (con islamistas y subsaharianos) que han montado los globalistas…

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  4. Pingback: Cataluña no es Kosovo, pero… bien podría serlo. | ONG AFRICANDO SOLIDARIDAD CON AFRICA
  5. Francisco Cordero

    Como diría Barón Rojo, este mundo es un campo de concentración (y no es posible la evasión, rectifico la canción). Hay organismos que controlan qué países se deben dividir y partir, que a su vez están a las órdenes de las grandes corporaciones financieras, según los planes estratégicos y, desde luego, económicos que más les convengan a los magnates del nuevo orden capitalista mundial. Todo como vemos muy democrático y muy humano, contando siempre con la aprobación de los países que serán divididos, y sobre todo, de sus respectivos pueblos.

    Concluiría además advirtiendo el penoso servilismo de los súbditos de los habitantes (sé que injustamente estoy generalizando) de las restantes regiones del reino de España. Ya comenté en otro blog que en mi región hay una inquietante deriva hacia posiciones que se suponen (sólo se suponen) superadas con el paso del tiempo. No se discute ni se critica ninguna posición favorable al violento y arcaico nacionalismo español. Sólo se hace en pequeños grupos y muy por lo debajo, como si hubiese un escalofriante pavor (bastante justificable por otra parte) hacia las consecuencias que se derivasen de una opinión contraria. Además del detalle de las banderitas y demás trapitos en los balcones de los pisos. El miedo es el peor enemigo de la igualdad y la libertad de las personas, y ya me empiezo a imaginar que volvemos a un futuro tenebroso para los seres humanos que deseamos un mundo más humano, más justo, no sólo en este lamentable país y en Cataluña, sino en el resto del planeta. España se parece (no lo viví salvo una pequeñísima parte) a aquel régimen fascista que se originó del golpe de estado sangriento del año 1936. Realmente, no hemos salido de él, pero se podía opinar algo. Vuelve la pesadilla. ¡A seguir bien, si nos lo permiten!

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