El complejo médico-farmacéutico, delincuencia organizada contra la salud (5). La cultura de la corrupción como “modus operandi”

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El norteamericano Jay S. Cohen es doctor en Medicina y no es precisamente de los que son muy condescendientes con la situación actual de ese “pacto de caballeros” que existe entre médicos y empresas farmacéuticas. En dos interesantísimos artículos titulados Cultura de la corrupción en la profesión médica deja bien a las claras que las cosas, en la llamada medicina oficial, están alcanzando unos derroteros que rozan (o sobrepasan) la prostitución de la profesión médica. Los conflictos de intereses de los galenos con la farmafia son moneda de curso común, mientras que esa industria intenta influir en los médicos a través de la promoción de sus drogas legales que son a veces útiles (pocas) e inservibles y iatrogénicas (en una buena parte). El doctor Cohen lo refleja en la primera parte de su artículo Decenas de miles de representantes de ventas aparecen en los consultorios médicos todos los días. Los pacientes en las salas de espera a menudo son superados en número por los representantes de la industria del medicamento (por lo general mujeres jóvenes y atractivas); aquí, lo único «atractivo» son unos buitres gordos encorbatados, apostados con sus maletines al acecho. Sobre este asunto Cohen apunta un dato de relevancia. Y es que, según el galeno norteamericano, los estudios han demostrado que la influencia de las compañías farmacéuticas sobre los médicos suelen dar lugar a decisiones irracionales y tienen un impacto negativo en el tratamiento de los pacientes.

Con ser ese un aspecto importante del entramado médico-farmacéutico, quizás la parte más decisiva de este fraude y corrupción generada por la industria de las drogas legales y las complicidades del establishment médico sea que, según Cohen, ellos (las corporaciones) no sólo ofrecen regalos, cenas y seminarios, sino que seleccionan cuidadosamente los estudios que apoyan el uso de sus medicamentos. El objetivo general es el control de la información que reciben los médicos acerca de los fármacos. Los estudios con resultados desfavorables no se publican. Es decir, los representantes de la industria farmacéutica no incluyen estudios independientes donde existan conclusiones menos favorables.

Marcia Angell, ex editora en jefe del New England Journal of Medicine, quien ya denunció, en su momento, la poca credibilidad de las investigaciones sobre ensayos clínicos, se hace eco de esta cuestión reflexionando acerca de esa telaraña de intereses creados mutuamente entre médicos y la mafia de las drogas legales: algunas instituciones académicas, dice Angell, han entrado en alianzas con las compañías farmacéuticas para establecer centros de investigación y programas de enseñanza en el que los estudiantes y miembros de las facultades de Medicina llevan a cabo, esencialmente, investigación para la industria farmacéutica. Cuando los límites entre esta industria y la medicina académica se ha vuelto tan difusos, como lo son actualmente, los objetivos de negocio de las multinacionales del medicamento influyen de múltiples maneras en esas Facultades de medicina. Entonces ¿qué se puede esperar de la gran mayoría de los médicos si éstos tienen vínculos financieros con la industria farmacéutica la cual marca las directrices, recomendaciones y prescripción de medicamentos que incluso pueden dejar graves secuelas físicas y psíquicas, como así ha sucedido?

Pamela Hartzband y Jerome Groopman afirman en el New York Times que los médicos son recompensados (por la Farmafia) por mantener el colesterol de sus pacientes y la presión arterial por debajo de ciertos niveles objetivo. Jay S. Cohen habla en el mismo sentido que sus colegas anteriores Los métodos de prescripción de los médicos están muy influenciados por los incentivos de las compañías farmacéuticas. Pero ¿Esto no sería, además de corrupción, un delito contra la salud pública? ¿Qué grado de complicidad y encubrimiento tienen las agencias nacionales gubernamentales de salud de los países, sobre todo desarrollados? ¿Tienen algunos la desvergüenza de hablar en contra de la homeopatía y silenciar esta campaña de iatrogenia masiva? Cohen remarca el hecho de que Durante años, muchos de nosotros (los médicos) nos hemos opuesto a las compañías farmacéuticas que ofrecen regalos, cenas caras, viajes, vacaciones, entradas para espectáculos en Broadway, eventos deportivos, campos de golf y otros regalos. Hoy en día, los representantes de las compañías farmacéuticas frecuentan los pasillos de muchas Facultades de Medicina, ofreciendo regalos, almuerzos y seminarios gratuitos. La Asociación Médica Americana (la AMA) y otras organizaciones están de acuerdo en “limitar” estas prácticas y han establecido directrices voluntarias (SIC) que restringen la aceptación de regalos que no vayan más allá del mero valor simbólico. Pero, por desgracia, estas directrices no han funcionado nunca.

No han funcionado y, señalo yo, no funcionarán nunca porque la cultura de la salud hoy día es la cultura de la corrupción médico-farmacéutica gracias, entre otras organizaciones, a la AMA estadounidense, quien tolera y promueve la ciencia de la corrupción (como antes ejerció el gangsterismo contra investigadores como Royal Raymond Rife). Y lo refiere además, acertadamente, Sydney Wolfe, de Public Citizen: Las directrices voluntarias de la AMA no son nada más que una campaña de relaciones públicas apenas disimulada. No confío en la industria farmacéutica o en la AMA para practicar lo que predican porque ya llevan articulando directrices similares durante 11 años y solamente en el último par de años hemos encontrado un gran número de violaciones de esas normas. Este chalaneo, consentido desde los gobiernos en su calidad de gestores de la salud pública de los ciudadanos, les convierte en delincuentes de Estado al servicio de unas transnacionales que actúan del mismo modo que la mafia.

Cohen insiste en la cultura de la corrupción médica: La presencia de la industria de las drogas legales en algunas conferencias médicas es tan penetrante que a veces es difícil saber si se trata de conferencias médicas o de convenios sobre publicidad farmacéutica. Cohen cita al Washington Post para señalar el despiporre de este festival de mangoneo clientelar montado conjuntamente por gobiernos, médicos y la mafia del medicamento: En los días previos a la reunión de la Asociación Americana de Psiquiatría, en Filadelfia [2002], las compañías farmacéuticas enviaron por correo a los asistentes cientos de tarjetas telefónicas gratuitas, así como invitaciones a museos, conciertos de jazz y cenas de lujo. Le faltó decir, también, visitas guiadas a los mejores burdeles de lujo de la ciudad con su inexcusable pack de condones de colores (con la bandera americana, faltaría más).

Pero no hace falta ir tan lejos. Aquí, en España, las sociedades médicas también se “pegan la vida padre” en los congresos que organizan bajo el “mecenazgo” de la farmafia. Un ejemplo. El reciente congreso (junio de este año) de la SEPAR (Sociedad española de Neumología y cirugía torácica) se celebró en la isla de Tenerife y los asistentes se hospedaron en un lujoso hotel (el Baobab) que llaman “resort” (una forma hortera y anglofilizada de neocolonizar el lenguaje español, que significa que está ubicado en un entorno privilegiado, con “extras” como el spa, campo de golf, etc..). En el Palacio de Congresos donde se desarrollaban las actividades de los médicos (conferencias, charlas, debates), se podían ver, de forma preeminente, casi diría que omnipotente, los “stands” de farmacéuticas como Roche, Boehringer o AstraZeneca. Eso sí, novedades médicas para “intentar curar” (es un decir) enfermedades crónicas o letales, propias de la especialidad (asma, fibrosis pulmonar, EPOC, cáncer de pulmón, etc), ninguna que no fuese la habitual y farragosa monserga dialéctica médica, tecnicista, ambigua, amalgamada de “prometedoras promesas” con la que embaucar a los enfermos,  todo ello bajo el patronazgo de una industria del medicamento a la que, sobradamente, lo único que le interesa es expandir el negocio de enfermar y, también, a veces, matar. Aquí les paso algunas fotos del “evento”:

CONGRESO DE LA SEPAR, TENERIFE, JUNIO 2015

 

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LA FARMAFIA EN PRIMERA LÍNEA

 

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Escribir una leyenda

 

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SERVICIO DE MAYORDOMOS PARA LA ÉLITE MÉDICA

 

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CENA DE LUJO, CON JAMÓN IBÉRICO DE BELLOTA…..JOSELITA

 

La estrategia de la farmafia es, pues, la compra de voluntades y que el enfoque médico esté orientado a la iatrogenia de sus fármacos, a cualquier precio, prescindiendo de una visión nutracéutica de la salud que proporcione métodos más curativos y menos agresivos que los de las drogas legales de Big Pharma. Pero no sólo la medicina oficial representada por los galenos es la mina que explota en exclusiva ese lobby mafioso. También las asociaciones de pacientes están en su objetivo, utilizando el siempre sutil chantaje emocional sobre el enfermo. Así lo señala en su artículo Cohen: las compañías farmacéuticas están invirtiendo millones de dólares en grupos de defensa de pacientes y organizaciones médicas para ayudar a expandir los mercados para sus productos. Muchos grupos de pacientes se han convertido en gran parte o totalmente dependientes del dinero de la industria farmacéutica,

En definitiva, no sería descabellado, poniendo punto final a esta larga crítica de Jay S. Cohen, sobre este sistema de extorsión planificada y consentida, que las grandes corporaciones farmacéuticas fuesen (quiméricamente) llevadas ante un tribunal penal internacional independiente (porque el de ahora es una pantomima compuesta por verdugos que sirven de instrumento a los crímenes de EEUU e Israel) para que fuesen enjuiciadas, entre otros muchos delitos, por impedir de forma deliberada el fomento e investigación de alternativas naturales para la salud.

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  2. Joaquin Castillo

    He conversado con muchas personas que comunmente van a los medicos y estos creen que los pacientes son propiedad privada de ellos a los que le pueden recetar lo que deseen para mantenerlos presos de las consultas, a traves de las cuales obtienen grandes ganancias, prolongando malestares, ante los que siempre recetan otros medicamentos con su consabidos efectos secundarios de los que no les informan al paciente…
    Particularmente conozco de un caso en el que ya no sentia dedos ni piernas con las quimo que le proporcionaban, hasta que el decidio no seguir con las aplicaciones de las mismas, diciendole al doctor que lo atendia preferir que lo matara el cancer a la quimoterapia. Habia bajado de peso (109 libras). Hoy tiene 145 libras y usa sus manos y piernas de manera normal y mejorando. El medico se le molesto por la decision de dejar de aplicarse el tratamiento… Que le parece?

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    • uraniaenberlin

      Pues que me va a parecer…fatal el matasanos y correcta la actitud del paciente. Ya va siendo hora de que los enfermos tengan autonomía y criterio propio para decidir sobre su salud y no que caiga en manos exclusivas de (a veces) unos cenizos incompetentes, prepotentes y soberbios que siguen aferrados al dogmatismo de la sacrosanta ciencia médica, pero sobre todo siguen apegados a las farmacéuticas. .Ese señor afectado por la yatrogenia de la médica hubiera sacado más partido (y si está a tiempo todavía, lo puede hacer) de un contrastado médico naturista o simplemente buscando activamente por Internet remedios herbales (también contrastados) para su dolencia, combinados o no con las medicinas que esté tomando. Suplementos efectivos para casi todas las enfermedades los hay, seguro. Sólo se trata de hacer la búsqueda (a veces exhaustiva) y la elección correcta.

      Le puedo exponer mi caso. A mi madre le he dejado de dar medicina complementaria conjunta con la oficial para pasar a ser exclusivamente medicina alternativa. ¿Por qué? Pues porque el propio neumólogo ha dicho que no existe un sólo tratamiento médico efectivo que provoque una mejoría en la enfermedad que padece. Le aplica el protocolo (el corticoide de turno) y sanseacabó para cumplir su expediente. Pero al menos ha sido sincero y le dice que no hay fármaco que mejore y menos que cure su enfermedad. Así está la investigación científica…vendedores de humo, no más. Salvan vidas, por supuesto, pero también causan infinidad de muertos «gracias» a sus medicamentos.

      Que le parece que le recete a una persona de ochenta años un inmunosupresor que provoca infecciones pero, supuestamente, sería beneficioso para su dolencia…Pues, a espaldas del galeno, me negué a que mi madre tomase ese medicamento. ¿Razones? Hay un estudio científico que dice que la combinación de ese medicamento con otro que está tomando ha provocado un incremento de ingresos hospitalarios y empeoramiento de la enfermedad en los pacientes afectados, incluidas tasas relevantes de mortalidad. ¿Qué ha ocurrido -han pasado seis meses- desde que no lo ha tomado? Nada, está estable dentro de un pronóstico nada bueno. El médico ha preguntado extrañado en la siguiente visita. ¿No ha tenido infecciones de oído, orina, etc..?..En fin, que solamente gracias a mi ardua tarea de búsqueda en Internet, dedicando muchísimo tiempo, he podido llegar a tener un conocimiento de muchas cosas relacionadas con la medicina (oficial y natural)..

      Para terminar. Antes de que le empezara a dar suplementos naturales a mi madre, tuvo una racha de cuatro ingresos hospitalarios en cuatro meses. De esto hace dos años…A partir del alta ha estado tomando varios suplementos naturales que, sin duda, han hecho que no volviera al hospital…aunque no han detenido la enfermedad…Ahora veremos….

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