El monaguillo de la CIA en Venezuela
El ex jefe de GAL-Gladio está reconviniendo muy seriamente a sus correligionarios del PSOE después de echar cajas destempladas a los futuros socios políticos de la formación socialderechista española, es decir, a los socialcapitalistas del Mesías de la Coleta, Podemos, llamándolos nada menos que «monaguillos de Maduro». Siguiendo con el mismo guión deformador pactado en las cloacas del régimen biparticida español, Podemos (nos lo repiten con burda y pueril propaganda casi a diario) son la encarnación misma del bolivarianismo (y la re-encarnación del bolchevismo). Esta cansina y deploraba sonata parte, fundamentalmente, de dos partidos (PPSOEGAL) que han consensuado la mayor maquinaria de corrupción y delincuencia de Estado conocida desde que su mentor, Francisco Franco Bahamonde, pusiera en práctica la suya durante cuarenta años de reinado nacionalcatólico.
Isidoro (apelativo cariñoso que le pusieron sus protegidos de la policía política franquista, en los años previos a la muerte del dictador) se fue a Venezuela, como viejo agente de la CIA para tocar un poco las pelotas al presidente Nicolás Maduro, a entrevistarse con golpistas y a hacerse la víctima por si le echaban a patada viva del país. En definitiva, fue a lo que fue, a montar un pollo para que tuviera gran repercusión internacional, puesto que Isidoro jugaba con el valioso aval de ser un ex presidente de gobierno. No fue un viaje de bajo perfil como dice este mentiroso patológico sino una operación diseñada para provocar con evidente ánimo propagandístico de modo que tuviera el suficiente eco mundial, algo que no se improvisa de la noche a la mañana si no es con la aprobación de quienes más están haciendo por destruir la convivencia en Venezuela y cambiar el actual orden político por medio de la violencia y el terrorismo de las guarimbas. Me refiero a EEUU y su escuadrón de la muerte, la CIA, los más activos en orquestar un Maidan en suelo venezolano.
GALzález ha salido por la puerta de atrás de Caracas, eso sí en avión de la narcodictadura colombiana (otra provocación más), un país que también está interesado en mover los hilos de la desestabilización en Venezuela, como siempre actuando coordinadamente a las órdenes del amo americano. He leído en la prensa de la progresía pro-podemita o social-progre que a “González no le fue permitido ver a los presos políticos ni participar en su defensa como tenía planeado”. El concepto erróneo es creer que en Venezuela existen presos políticos cuando lo que se constata sobre el terreno es que hay delincuentes políticos acusados de conspiración para ejecutar un golpe de Estado. Un asunto muy serio que cualquier otro país, de esos que suelen llamar “democrático”, no se andaría con medias tintas y actuaría en consecuencia, inclusive condenando a cadena perpetua a los conspiradores. La conspiración no es un invento del régimen, ni de Maduro. Existe desde que Chávez accedió al poder y está documentada. Venezuela, como lo es Cuba (o lo fue Ucrania), Siria o Irán, es objetivo del depredador imperio estadounidense.
Las intenciones de GALzález en Venezuela fueron las de ejercer de ariete propagandístico de unos probados conspiradores golpistas y dar un recital de infame injerencismo en los asuntos internos de la República bolivariana. El emisario de la CIA se despachó contra el actual sistema político venezolano etiquetándolo como un régimen «catastrófico en seguridad, crisis social y económica y de derechos básicos”. Impresionante la caradura de este sinvergüenza puesto que, aunque así fuera, ni él ni nadie está autorizado para ejercer de gendarme moral o político sobre ninguna otra nación. A partir de aquí ya sabemos lo que suele venir después, la subversión terrorista financiada por el país más irrespetuoso y violador del derecho internacional que existe en todo el planeta, EEUU, con el objetivo ya conocido de colocar a “demócratas-dictadores” con los que salvaguardar los derechos de pernada de las transnacionales norteamericanas y europeas.
«Hay órdenes del ejecutivo venezolano de a quién hay que detener o a enfrentar», dice GALzález, exactamente cómo hizo su gobierno durante la guerra sucia contra ETA o en las actividades del terrorismo de Gladio en territorio español, dirigiendo sus operaciones y proporcionando apoyo y protección a delincuentes terroristas. Por no hablar de las actuaciones realizadas durante su mandato (y los de otros que le sucedieron) contra colectivos políticos o trabajadores, para las cuales utilizó a sus tribunales de justicia como órganos de represión política (en particular, la Audiencia Nacional, un vasallo judicial subordinado a la Moncloa y, también, a EEUU).
Que este tipo hable en esos términos de Venezuela cuando un sujeto de la calaña de Carlos Andrés Pérez, amigo suyo de la Internacional social-neofascista, fue uno de los más conspicuos asesinos de Estado que se conocen en Latinoamérica, es cuanto menos lacerante. Por ejemplo, la brutal represión que desató Andrés Pérez, siendo presidente del Gobierno venezolano, en las revueltas del pan que acontecieron en todo el país, pero fundamentalmente en Caracas, en 1989, que se saldaron con más de 4.000 muertos (al nivel de dictadura militar del Cono Sur), los cuáles figuraron en los tabloides de Falsimedia en un rinconcito apenas perceptible. El gobierno de Andrés Pérez, en los años setenta, también dio protección al terrorista Luis Posada Carriles y su banda criminal a sueldo de la CIA, después de que estos gángsters realizaran un atentado contra un avión de las líneas aéreas cubanas (Cubana de Aviación), en 1976, causando 76 muertos.
Monaguillos de Maduro (sic), dice este triste muñeco diabólico (con rasgos físicos similares al personaje cinematográfico de Chuky) para referirse a los de Podemos. Y lo patético es que ni siquiera estos chiquilicuatres podemitas han sabido estar a la altura de las circunstancias para criticar esta desvergonzada visita del ex galoso presidente español. Más al contrario, se han mostrado comprensivos con el involucionismo de un personaje que no sólo ha faltado a la verdad, sino (y lo que es peor) ha querido reeditar sus años de agitador terrorista de Estado, esta vez en territorio ajeno. Espero que la próxima vez se lo impidan o emitan una orden de detención nada más pisar tierra venezolana. Sería interesante verle enjaulado junto a sus colegas golpistas de trena.
Es que partimos de la base de que en España no hay verdadera democracia, en tanto que no hay división de poderes ni representación del pueblo. Los partidos solo representan al poder del Estado, el económico y a Sí mismos.Tomad mi miedo y hacedlo vuestro, así mi monstruosidad os parecerá belleza frente a los hijos de mis desmanes, aquellos que he vestido de demonios en este akelarre en el que pretendo perpetuarme gracias a la farsa y la mentira. Creando fantasmas seguiréis viéndome como un mal menor y así os acostumbrareis al peso de mi codicia.
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Con independencia de otras cuestiones y matices, todo ha sido una burdo, falaz e hipócrita circo con el único objeto de poner de manifiesto el futuro, terrible e hipotético reino de los podemitas en caso de llegar al gobernar. Todo lo demás le importaba un comino y medio al bueno del «panas», a salvo, eso sí, de mantener continuos contactos con sus millonarios amigos que están tan cerca de la libertad y la justicia como yo de creer en un dios salvador.
Cuando vemos lo que está pasando en nuestro país, las votaciones y sus resultados, los elegidos por el pueblo, el teatro nacional de corrupción, despelote intelectual, amagos de invocación a los sables en forma de frentes salvadores contra las hordas comunistas, deterioro de las instituciones y demás fauna; uno se da cuenta que nuestros presidentes han sido y son el más puro y exacto reflejo del ecosistema ibérico.
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Estoy de acuerdo contigo al menos en la percepción de que la esencia de esta democracia es utilizar la perversión como arma política. Independientemente de que uno esté de acuerdo o no con las «nuevas» formaciones que han surgido como réplicas de los viejos partidos herederos del neofranquismo hay algo que es inherente a este régimen: caciquismo, clientelismo y agarrarse al sillón utilizando todos los resortes del miedo, la mentira y la demonización contra el oponente, aunque éste no sea precisamente quien vaya a hacer la revolución de arriba a abajo.
Saludos
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