Las atrocidades de la OTAN, la CIA y el Mossad: cincuenta años de falsas banderas (2). De Madrid a Noruega pasando por Berlín, Lockerbie y Londres (I)

 

terror factory

 

Voy a centrarme solamente en los acontecimientos terroristas europeos de falsa bandera, digamos, más “mediáticos” y relevantes, sobre los que ha sobrevolado la sombra siniestra del Mossad (y sus agencias amigas) y obviar otros hechos que igualmente tendrían el sello de una “black-op”  en Europa (secuestro del barco Achille Lauro o el atentado contra la escuela judía de Toulouse) también importantes pero menos relevantes que las que siguen. Dejo de lado el 11-m español puesto que este tema ya se ha tratado en varias entradas que se pueden ver en este enlace: (11-M).

ATENTADO CONTRA EL RESTAURANTE EL DESCANSO, TORREJÓN DE ARDOZ (MADRID), 1985. LA PRIMERA FALSA BANDERA «ISLAMISTA» EN ESPAÑA. UN CRIMEN CON LA HUELLA DE GLADIO-MOSSAD

 

Atentado contra el Restaurante El Descanso, Torrejon de Ardoz (Madrid), 1985

 

Un episodio terrorista con aparentes ramificaciones «internacionales», nunca aclarado, se produjo en España en el año 1985. Se trata del atentado cometido contra el restaurante El Descanso, local cercano a la base militar norteamericana de Torrejón de Ardoz que solía ser frecuentado por soldados de esa base. En la madrugada del día 11 de abril de 1985 una potente bomba hizo explosión en el interior del mismo ocasionando la muerte de dieciocho personas y una cincuentena de heridos, todos ellos de nacionalidad española. Dicho atentado se atribuyó oficialmente a un grupo islamista “chiíta”, muy activo durante los años ochenta en el Líbano, quien, supuestamente, lo reivindicó bajo la conocida organización Yihad Islámica. Este grupo tenía todas las papeletas para ser otra de tantas facciones terroristas con marchamo islámico que habría fabricado de forma artificial, indirectamente, la inteligencia israelí con el fin de demonizar a Irán.

El entonces portavoz del gobierno socialista, Eduardo Sotillos, dijo que “existen indicios de que la Yihad haya sido la autora del atentado, aunque pero no se tiene la seguridad absoluta”, a pesar de que esta organización se había autoproclamado, supuestamente, autora del mismo desde el Líbano mediante un comunicado en el que justificaba la venganza por una “mártir” suya (Abu Zeinab) que recientemente se había “inmolado” ante una patrulla militar israelí (¿una venganza por un suicidio provocado por la propia “yihadista”?). La investigación llevada a cabo tras el atentado no pudo determinar la autoría del, supuestamente, primer ataque “islamista” en territorio español. Un individuo, joven, al que nadie vio huir, ni en coche, ni acompañado, ni del que tampoco pudieron reconocerse sus rasgos físicos a pesar de que, según algunos testigos, fue el que, presuntamente, vieron entrar a los lavabos del restaurante y luego salir y dejar una bolsa junto a la entrada de los mismos.

El tipo de explosivo utilizado, según las fuentes oficiales, fue cloratita, algo muy poco o nada creíble dados los efectos devastadores que produjo la explosión. Lo más lógico es pensar que pudo haber sido utilizada perfectamente una  cantidad indeterminada de explosivo militar C4, menos voluminoso, inestable y volátil que la cloratita, además de resultar más mortífero. ¿Cómo si no se vino abajo el primer piso del restaurante y mató a la mayoría de personas que estaban cenando debajo? Los daños causados por la explosión así lo demuestran. Tuvo que tratarse de un explosivo de alto poder destructivo puesto que una simple bolsa con cloratita no hubiera dejado un edificio tan devastado como el que se puede apreciar en las fotografías que recogieron el suceso.

En la noche del atentado habían estado cenando en el restaurante, según la versión oficial, cincuenta militares de la base norteamericana de Torrejón pero ninguno, casualmente, fue víctima mortal de la explosión (les debieron salir mal los cálculos o la “chapuza” a los que idearon el crimen) ni tampoco se conoció la identidad de los que dijeron ser heridos estadounidenses. Solamente hubo una lista con  españoles  fallecidos y heridos. Sorprendentemente, no hubo ni un solo detenido, no se sabe muy bien por qué, como tampoco llegó a esclarecerse nunca el crimen. ¿Cómo es posible que un atentado de factura “islamista” no dispusiera de una red de “integristas” que planificaran y organizaran la ejecución del atentado, así como un operativo de huída? ¿Quién se cree que un sólo islamista vino, ex profeso, del Líbano a cometer un atentado a España y se fue tan ricamente de vuelta a Beirut sin estar controlado por el espionaje español? ¿Cómo es posible que no se supiera nada desde el Estado español, el CESID y la policía y  no se practicara ni una sóla detención a través de los controles fronterizos y de carreteras? ¿Tal vez no hubo detenidos de origen árabe porque la comunidad islámica en España era, en aquellos años, prácticamente inexistente y no había cabezas de turco musulmanes disponibles o porque, quizás, prefirieron dejarlo como “estaba” por razones de las “cloacas de Estado” de Gladio-Mossad?.

La sombra del referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN, a celebrar el año siguiente, a pesar de que el hombre de la CIA en Madrid, Felipe González, ya tenía preparado el pucherazo para garantizar a EEUU que España permanecería en la Alianza Atlántica, pudo ser un factor terrorista adicional para desencadenar una operación Gladio en territorio español y conseguir el “shock” deseado entre los españoles. Lo cierto es que ni una sóla vez volvió a actuar en España, oficialmente, claro, el llamado “terrorismo yihadista” hasta pasados nada menos que veinte años, el tristemente célebre 11 de marzo de 2004. Otra falsa bandera de libro, no hace falta decir. Después del 11-m (hasta el día de hoy) han ido apareciendo como setas “islamistas” por todo el territorio nacional y detenciones policiales contra multitud de células islámicas, casi todas ellas operaciones con aroma a «prefabricación» (Operación Nova, el comando Dixan, etc) conforme, como es sabido, a la estrategia que han marcado durante los últimos veinte años desde EEUU e Israel con el terrorismo del Gladio B de la OTAN y las subsecuentes huellas de «falsa bandera» de la inteligencia occidental.

En cualquier caso, este irresuelto “primer” atentado islamista en España es casi seguro que se trató de otra operación terrorista de falsa bandera con una más que factible huella del Gladio de la OTAN o el Mossad Israelí. Sobre todo, en el caso de la inteligencia judía, porque guardaba unas extraordinarias similitudes con el ataque que se produjo el año siguiente a la discoteca La Belle, en Berlín Occidental, también frecuentada, curiosamente, por soldados norteamericanos.

 

ATENTADO CONTRA LA DISCOTECA LA BELLE, BERLÍN OCCIDENTAL (1986). PROBADA AUTORÍA TERRORISTA DEL MOSSAD, JUNTO AL BND Y LA CIA

 

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En un documental, del año 2003, la cadena pública alemana ZDF tuvo la audaz iniciativa (alguna vez dejan de ser marionetas del poder o….¿es que ya estaba todo “atado y bien atado”?) de poner al descubierto pruebas incontestables de que los principales sospechosos del ataque con bombas a la discoteca La Belle de Berlín Occidental, en 1986 (que motivó la excusa de EEUU para bombardear posteriormente Libia) trabajaban para la CIA y el Mossad israelí, aunque las implicaciones llegaban hasta el mismo servicio secreto alemán federal, el BND. El atentado contra la discoteca, que era frecuentada por militares estadounidenses, ocasionó tres muertos y doscientos heridos.

El entonces presidente de EEUU, el siniestro (¿ha habido alguno que no lo haya sido?) Ronald Reagan, justificó el posterior ataque aéreo contra la Libia de Gadafi (que ocasionó más de treinta muertos, muchos de ellos niños, entre ellos un hijo del líder libio) asegurando de que tenía pruebas “irrefutables” de que Libia estaba detrás de la explosión en la discoteca berlinesa. Pero el documental de la televisión alemana mostró una versión totalmente diferente de las, en su día, fabricadas patrañas en las que se basaba el presidente norteamericano, sin duda, falseadas previamente por la CIA.

El documental alemán, basado en un informe de la revista política Frontal, desmontaba punto por punto toda la falsa bandera orquestada por EEUU e Israel. En particular:

  1. El principal acusado, Yasser Chraidi, quien trabajaba como conductor para la embajada libia en Berlín Oriental, era completamente inocente y estaba siendo utilizado como chivo expiatorio por la CIA y el Mossad.
  2. Uno de los acusados del atentado, Musbah Eter, había trabajado para la CIA
  3. Otro sospechoso del atentado, Mohammed Amairi, era un agente del Mossad.

Varios de estos sospechosos, a excepción de Chraidi, no comparecieron ante los tribunales ya que estaban siendo protegidos por los servicios secretos occidentales. El acusado-cabeza de turco Chraidi fue extraditado desde Líbano a Alemania en 1996, pero las pruebas contra él eran tan poco consistentes que el juez alemán del caso propuso dejarlo en libertad si no aparecían más pruebas, por lo que se organizó en Malta una reunión a cuatro bandas entre el fiscal de Berlín occidental (Detlev Mehlis), un inspector de la policía de esa ciudad (Uwe Wilhelm), un miembro del BND y el “acusado” Musbah Eter. El objetivo era incriminar al “chivo expiatorio” Chraidi y, de este modo, el hombre de la CIA, Eter, saldría indemne de la “acusación”, como así sucedió.

Se supo que, en los meses previos del ataque terrorista a La Belle, otros implicados en el mismo, y nunca desenmascarados, un grupo de “terroristas profesionales”, se reunían prácticamente a diario en Berlín Oriental (RDA) con los que luego fueron formalmente acusados. Horas antes del atentado se tuvo la certeza de que los primeros se trasladaron a Berlín Occidental ya que sus movimientos estaban siendo controlados por el servicio secreto de la Unión Soviética, el KGB y también por el Ministerio para la Seguridad del Estado de la RDA (la Stasi), quienes determinaron que aquéllos terroristas estaban trabajando para el espionaje occidental, algo que se confirmó en todos sus extremos cuando el terrorista Mohammed Amairi se trasladó a Noruega y su abogado Odd Drevland, a la pregunta concreta de si había sido agente del Mossad, respondió afirmativamente.

El atentado contra La Belle fue una operación de falsa bandera, absolutamente demostrada, realizada conjuntamente por la CIA y el Mossad, con conocimiento del servicio de espionaje alemán occidental (BND),  con el objetivo de dar un escarmiento y seguir demonizando a un enemigo declarado del sionismo: el régimen libio de Muammar El Gadafi

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