OPERACIÓN GLADIO: EEUU organizó la mayor red terrorista de la historia, a través de los nazis, la mafia, el narcotráfico y el Vaticano (y 7) (2ª parte)

 

 

ULTIMO SUSPIRO: ¿EL FIN DE GLADIO?

 

En 1988, al propio tiempo que una buena parte del contingente de tropas soviéticas iniciaba su retirada de Afganistán, señala Paul Williams, la Operación Gladio llegó a su fin en Europa Occidental. Las cifras oficiales de la Comisión Gladio mostraron que 14.591 actos de violencia con «motivación política» se produjeron entre el 1 de enero de 1969 y el 31 de diciembre de 1987, tan sólo en Italia. A través de Gladio, 491 personas murieron y 1.181 resultaron heridas o mutiladas. Las cifras no tuvieron paralelismo alguno en toda la historia italiana.

¿Investigar Gladio? ¿Meter mano al terrorismo de Estado? ¿Quién iba a ser el audaz y atrevido? El intento por salvar los muebles de la Europa terrorista de Gladio y dar una imagen democrática se cristalizó en Italia en 1988 mediante la denominada “Comisión Parlamentaria del Senado italiano para la Investigación del Terrorismo en Italia» que fue presidida por el senador Libero Gualtieri. Pero oponerse a una estructura mafiosa tejida desde el mismo Estado resultó ser, como dice Williams, una tarea desalentadora: testigos dispuestos a ofrecer testimonio fueron retenidos, documentos fueron destruidos y entre los comisionados hubo discrepancias sobre la cantidad de información a revelar al público. Pero el juez Felice Casson, miembro de la Comisión, finalmente descubrió documentos que revelaron que una estrategia militar secreta había estado trabajando durante los años de plomo.

El descubrimiento que hizo Casson de la trama criminal de Estado Gladio es tan clarificador y contundente que, a pesar de todo, jamás ha sido objeto de debate en los grandes medios hegemónicos, sean escritos o en programas audiovisuales, extendiendo un velo de censura sobre ello. Williams deja bien claro el alcance de Gladio: La estrategia de Gladio, que implicaba un ejército clandestino, había sido redactada por fuentes gubernamentales y ejecutada por una agencia extranjera con una gran cantidad de dinero. En julio de 1990, Casson obtuvo el permiso del primer ministro Andreotti para acceder a los archivos de la sede del SISMI (servicio de inteligencia italiano) situados en el Palazzo Braschi, en Roma.

Dentro de los archivos, prosigue Williams, el juez encontró documentos de alto secreto que hablaban de una operación encubierta llamada Gladio que había sido creada por la inteligencia de Estados Unidos para participar en una “guerra subterránea” en toda Italia. Casson se dio cuenta de inmediato que por desenterrar esta información se había colocado en grave peligro, ya que cada investigador que había tropezado con Gladio había tenido un final violento. Casson más tarde recordó, «yo era el único que sabía algo [sobre la Operación Gladio] y esto pudo haber sido una desgracia para mí

A Casson no le quitaron de en medio por una sencilla razón: el expediente Gladio fue relegado forzosamente al olvido y los nombres y apellidos de los principales planificadores de los crímenes fueron debidamente ocultados y protegidos mientras que algunos actores de cierta relevancia relacionados directamente con Gladio fueron asesinados (Michele Sindona, Roberto Calvi) y otros pocos procesados. Se trataba no ya de terrorismo de ámbito nacional sino supranacional donde estaba implicado el país más poderoso del mundo, EEUU, y una organización militar omnipotente como la OTAN. Prueba de ello fue que tras poner en conocimiento de la Comisión Gladio un informe de máximo secreto presentado por Andreotti titulado “El llamado SID-Operación Gladio paralela”, el presidente de la Comisión, Gualtieri, dijo que su contenido suponía “una violación de la seguridad de la OTAN” por lo que fue censurado y el resultado del mismo se hizo público, pero ya completamente diluido y sin ningún dato trascendente.

Gladio era ya un “secreto” a voces. Y cuando se inquirió a funcionarios estadounidenses y británicos sobre esta cuestión se obtuvo la callada por respuesta o simplemente dijeron que “no podemos discutir cuestiones de seguridad”. Con centenares de muertos y miles de heridos de Gladio se atrevían a responder en esos términos tan cínicos y con esa frialdad de haber sido cómplices-planificadores de una trama criminal. Aunque a algunos, como cita Williams, se les vio inmediatamente el plumero terrorista de Gladio, como fue el caso del almirante Stansfield Turner, director de la CIA desde 1977 hasta 1981, quien se negó rotundamente a responder preguntas sobre Gladio durante una entrevista en un canal de noticias de la televisión de Italia en diciembre de 1990. Cuando el presentador insistió en que Turner respondiera con un gesto de respeto a las víctimas de las numerosas masacres en Italia, el ex director de la CIA con rabia gritó «¡dije, que no habría preguntas sobre Gladio!» Entonces, se quitó el micrófono y abandonó el set.

En España no se suscitó debate alguno sobre Gladio donde, al contrario que algunos (pocos) medios europeos, aquí hubo el clásico cerrojazo de la prensa canalla española (salvo unos pequeños apuntes del otrora aceptable diario ELPAIS) no dando cobertura alguna al escándalo terrorista de EEUU y sus mercenarios de Europa. Creo que fue un diputado de IU, Antonio Romero, el que entonces, cuando la aparición del escándalo, conminó al gobierno “socialista” de Felipe González a aclarar el pudridero terrorista de Gladio en España, obteniendo la misma respuesta que en el resto de Europa: “No sabemos, no contestamos, no tenemos conocimiento”. Ello a pesar de que España era un conocido centro de operaciones de Gladio desde los mismos inicios de la dictadura franquista cuya base (o una de ellas) estaba situada en Canarias. ¿Cuántos periodistas y medios españoles fueron comprados para silenciar Gladio? Recordemos que en Italia medios prestigiosos como el Corriere Della Sera estuvieron implicados en la trama Gladio como frentes de propaganda, tergiversación y ocultación del terrorismo de Estado.

Gladio actuó en España ejecutando varios crímenes y otros actos violentos, básicamente durante la “transición”, aunque también con el régimen de Franco ya agonizante mediante la implementación de falsas banderas como la del atentado de Madrid (1974) en la calle Correo, contra la cafetería Rolando, que era frecuentada habitualmente por policías de una Comisaría cercana, pero ese día no hubo, curiosamente, ninguno, muriendo más de una decena de personas ajenas a los Cuerpos de seguridad. Dicho atentado fue atribuido a ETA y a un grupo de comunistas a los que usaron y manipularon como chivos expiatorios para demonizarles, al igual que estaban haciendo la CIA, el SISMI italiano o el BND alemán esos años en Italia y Alemania, e impedir que gozaran de apoyo político por la ciudadanía. El agente de la transición franquista, Santiago Carrillo, Secretario General del PCE, se negó entonces, en redondo, a asistir jurídicamente a los comunistas que fueron detenidos y torturados como  consecuencia de aquel atentado.

Para activar el Gladio español e impulsar la estrategia de tensión se utilizaron a organizaciones y elementos fascistas italo-españoles, con notorios asesinos profesionales como el italiano Stefano Delle Chiaie, alias Cacotta (o «cagada» en español), muy activo tanto en Europa como en Sudamérica organizando escuadrones de la muerte, así como la creación (e infiltración) de grupos de extrema izquierda creados y controlados para ese fin (Grapo, FRAP, etc), todos ellos bajo la supervisión de la CIA y coordinados por la inteligencia (el CESID) y  policía españolas. La posición del PSOE gobernante cuando se destapó la red Gladio no sorprendió por cuanto ese partido y varios de sus dirigentes estuvieron plenamente implicados en otra trama subterrorista vinculada a ella (GAL).

La charada europea final sobre Gladio, un tanto para que viésemos lo formalmente demócratas que eran sus dirigentes (donde muchos de ellos manifestaron aparentemente desconocer el engendro homicida), se plasmó en una condena de la conspiración terrorista mediante una Resolución del Parlamento Europeo de 1990, que decía en sus líneas básicas lo siguiente:

-Durante 40 años una inteligencia paralela y clandestina realizó operaciones en varios Estados miembros de la CEE (ahora UE)

-Dicha organización paralela ha escapado a todos los controles democráticos y ha sido dirigida por los servicios secretos de los Estados interesados, en colaboración con la OTAN

-Determinados servicios de inteligencia de los Estados miembros fueron involucrados en graves casos de terrorismo y delincuencia, interfiriendo en los asuntos políticos de los Estados de la CEE

-Dichas organizaciones operan y siguen operando fuera de la ley ya que no están sujetas a ningún control

-Las diversas organizaciones Gladio tienen a su disposición arsenales y recursos militares que les dan un potencial de ataque desconocido, poniendo en peligro las estructuras democráticas de los países donde operan o han operado. [Los arsenales, cabe recordar, estaban ocultos…y tan sólo en Italia se hallaron más de un centenar de escondites, tales como bosques, prados, cementerios e iglesias. El armamento incluía armas portátiles, municiones, explosivos, granadas de mano, cuchillos, dagas, morteros de 60 mm, varios cañones sin retroceso de 70 mm, rifles de francotirador, transmisores de radio, binoculares y diversas herramientas]

Se condena:

-La creación clandestina de esas redes operativas y se pide una investigación completa sobre la naturaleza, estructura, objetivos y otros aspectos de esas organizaciones clandestinas

-La asunción, por cierto personal militar de EEUU (en el SHAPE y la OTAN) para fomentar una red de inteligencia y operaciones clandestinas

Se pide:

-A los poderes judiciales de los países dilucidar plenamente la composición y el modus operandi de esas organizaciones militares para aclarar cualquier acción que hayan adoptado para desestabilizar la estructura democrática de los Estado miembros

-El establecimiento de Comisiones parlamentarias y una lista completa de organizaciones que trabajan en ese campo así como sus vínculos con los respectivos servicios de inteligencia del Estado y, en su caso, de éstos con organizaciones terroristas

Etc…

Dicha resolución se envió al Secretario General de la OTAN de entonces, el alemán Manfred Wörner, y al presidente de los EEUU, George H.W. Bush (padre) quienes urgentemente enviaron la nota europea a la papelera de reciclaje más próxima, al igual que hicieron, no nos engañemos, en Europa.

Es interesante advertir que después de toda esta gran escenificación teatral de condenas a Gladio por la clase política parlamentaria europea….llegó el Gladio B, con sus terroristas islámicos y el mismo modus operandi que el Gladio anticomunista: atentados en Madrid, Noruega, Londres, París, Bruselas, Niza, Charlie Hebdo, Manchester, nuevamente Londres, Turquía, etc…por no hablar de la guerra de la OTAN para destruir Yugoslavia  o la del Cáucaso, en Chechenia, para desestabilizar Rusia. Ni se ha visto, ni se verá, atisbo alguno de una declaración similar…porque saben en Europa que hay que postrarse a los designios del Nuevo orden anglosionista, mucho más fructífero (en términos de saqueo de recursos naturales y conquista) que aquel donde atizaron el espantajo comunista de la guerra fría. El terrorismo de falsa bandera sigue presente en Europa con otros protagonistas, pero con los mismos directores de orquesta.

 

LA CIA Y EL FOIA: OTRA MASCARADA SIN IGUAL

 

Dice Paul L. Williams que, en el marco de la investigación sobre la trama Gladio, El 15 de abril de 1991, Malcolm Byrne, director adjunto del Instituto Nacional Security Archive de la Universidad George Washington en Washington, presentó una solicitud en consonancia con el Acta de Libertad de Información (FOIA) para que la CIA facilitase información en relación con Gladio. En concreto, pidió «todos los registros de la agencia relacionados con la decisión original del Gobierno de los Estados Unidos para patrocinar, apoyar o colaborar con cualquier tipo de ejércitos, redes, u otras unidades establecidas para resistir una posible invasión de Europa Occidental por los países comunistas o llevar a cabo actividades de la guerrilla en los países de Europa Occidental en caso de ser dominado por comunistas, de izquierda o regímenes pro-soviéticos”

Indudablemente, en la solicitud de Byrne a la CIA había viejas falacias conocidas de Gladio como la referida a que “Europa Occidental podía ser invadida por países el Pacto de Varsovia”. Esa había sido la “justificación” originaria de Gladio que le daba un aire de cierta “legitimidad”, cuando la realidad es que Gladio fue creado no para contener una irreal “invasión” de la URSS y los países socialistas (algo que incluso negó el terrorista de extrema derecha de Gladio Vincenzo Vinciguerra), sino para impedir que en los países de la OTAN hubiera un giro a la izquierda de la mano de los influyentes partidos comunistas (o eurocomunistas) de entonces, mucho más organizados y combativos de lo que hoy queda como una pantomima casi testimonial.

De ahí que organizaciones terroristas creadas por la CIA como las Brigadas Rojas italianas o la RAF (Fracción del Ejército Rojo)-Baader Meinhoff alemana sirvieran a los propósitos demonizadores anteriores, al igual que la infiltración de Gladio en los partidos políticos de izquierda, consiguiendo inocular en el subconsciente colectivo de la población, durante dos décadas, de que estábamos ante un verdadero “carácter malvado del comunismo”. El III Reich y el Ministerio de Propaganda de Goebbels no lo hubieran podido hacer mejor. Pero la actividad de Gladio en la guerra fría fue mucho más allá que manipular formaciones políticas de izquierda y atentar contra civiles inocentes en Europa occidental.

Gladio se dedicó a introducir, junto a la propaganda de la Radio Free Liberty y la actividad de la CIA, saboteadores profesionales en los países socialistas del Este de Europa para provocar el caos, el descontento y las protestas ciudadanas (a modo de las revoluciones temáticas de colores de hoy). Esto sucedió en Hungría, en 1956, en la RDA (durante toda su existencia, pero particularmente en 1953) en Checoslovaquia, en 1968, durante la “famosa” Primavera de Praga, o en Polonia, a principios de los años 80, donde la CIA y el Vaticano financiaron tanto las actividades subversivas del sindicato clerical Solidaridad como las de la propia iglesia católica polaca. De hecho, las iglesias en Polonia, en aquella época, servían como centros de adiestramiento anticomunista contra el gobierno del general Jaruzelsky.

Volviendo a la CIA y Byrne, la Agencia le dijo al investigador que se olvidara del asunto de Gladio ya que estaba en juego el “interés de la defensa nacional”. Y, por tanto, el FOIA estadounidense, una fachada de dudosa “transparencia democrática” (siempre filtran, tachan y sesgan hasta dejar una “información desclasificada” casi irrelevante) no se hizo efectiva. En Europa también pidieron el recibo de la luz a la CIA sobre Gladio. Siguiendo a Williams: En marzo de 1995, una comisión del Senado italiano encabezada por Giovanni Pellegrino solicitó a la CIA que le facilitase todos los registros relativos a las Brigadas Rojas y al secuestro de Aldo Moro. Ellos, también, recibieron la respuesta de memoria: «La CIA no puede ni confirmar ni negar la existencia de la documentación relativa a su consulta.». Qué educados, oye, al menos decían implícitamente que habían estado en el ajo.

La negativa a revelar información acerca de la empresa Gladio está en consonancia, dice Williams, con la que fue la Operación Sinsonte (soborno de medios de EEUU por la CIA para acusar de narcotráfico a China en los años 50). Es decir, también los medios hegemónicos de Occidente han puesto el candado a los delitos de Estado, bajo la supervisión de los servicios de inteligencia. Williams nos cita el ejemplo de una acreditada mamporrera de la CIA, Katharine Graham (1917-2001), editora del Washington Post (periódico conocido por estar controlado por la CIA) y que fue miembro del operativo Mockingbird (Operación Sinsonte). Graham dijo: «Hay algunas cosas que el público en general no necesita saber y no debería. Creo que la democracia florece cuando el gobierno puede tomar medidas legítimas para mantener sus secretos y cuando la prensa puede decidir si desea publicar lo que sabe. Esto se llama, lisa y llanamente, periodismo comprado por las cloacas del Estado, el que denunció valientemente Udo Ulfkotte.

 

CAIDA EN DESGRACIA…(RELATIVA) DE ANDREOTTI

 

Después de que Andreotti rompiera su silencio con Gladio, fue llevado ante los tribunales italianos por cooperar con el conocido jefe mafioso Toto Riina (fallecido hoy mismo en su jaula de oro) y la mafia siciliana en diversas actividades criminales, así como por la emisión de órdenes para asesinar al periodista Carmine Pecorelli (muerto de un disparo a bocajarro después de descubrir el pastel del crimen de Aldo Moro, ejecutado por Gladio-CIA). Finalmente, Andreotti fue exonerado por ambos cargos. Pero en 2002 un tribunal de apelación en Perugia dictaminó que el ex primer ministro fue culpable de complicidad en el asesinato de Pecorelli y le condenó a veinticuatro años de prisión. Al escuchar el veredicto, Silvio Berlusconi, que era entonces primer ministro, dijo que «la justicia se había vuelto loca.» Qué iba a decir un reconocido mafioso como Berlusconi…quien fue, al igual que Andreotti, miembro activo de la Logia Masónica P2 y Gladio.

El Vaticano no podía faltar a la cita y salir al auxilio de su viejo “camarada”, ya que también la Curia romana expresó su desprecio por la decisión del tribunal que condenó a Andreotti. Y es que no hay que olvidar que el Vaticano había sido parte integrante fundamental de Gladio, como organización terrorista y encubridora de la red creada por la CIA y la OTAN, además de servir su banco, el Ambrosiano, para el lavado del dinero procedente del narcotráfico de la CIA. El Cardenal Fiorenzo Angelini, al enterarse de la noticia de la condena a Andreotti, no se le ocurrió mejor idea que comparar al ex primer ministro con Jesucristo, otra víctima (según Angelini y el credo cristiano) de un veredicto injusto, por lo que el Cardenal esperaba, siguiendo con la analogía “jesucrística”, la «resurrección» de Andreotti en la Corte Suprema. L’Osservatore Romano, el periódico oficial del Vaticano, expresó su «plena solidaridad» con Andreotti, diciendo que el veredicto «debe ser rechazado por sentido común». El cardenal Camillo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana y asesor clave del Papa, aprovechó la ocasión de su discurso anual a los obispos para expresar su «estima personal inquebrantable» por Andreotti.

Como no podía ser de otro modo el veredicto de asesinato imputado a Andreotti fue anulado por el Tribunal Supremo de Italia en octubre de 2003. Era la inmoral conclusión a la Operación Gladio en Italia donde, a pesar de que Andreotti como político al más alto nivel fue el que destapó oficialmente la trama criminal conviene no olvidar, como referente principal, que Andreotti formó parte de la estructura de Gladio y estuvo lealmente al lado de terroristas y mafiosos como el masón Licio Gelli (jefe de la Logia P2), Michele Sindona (el “banquero de Dios” envenenado en la cárcel), Roberto Calvi (muerto en ajuste de cuentas en Londres) y Juan Pablo II (el hombre de Gladio para el Este socialista de Europa), sin olvidar su responsabilidad en la muerte del periodista Pecorelli. Andreotti murió plácidamente en 2013 a la edad de 94 años.

El fin “oficial” de Gladio tras la caída del bloque soviético y las revelaciones de Andreotti fueron un epílogo meramente transitorio. Gladio, como bien dice Williams, a pesar de todos los informes en sentido contrario, no estaba muerto. Simplemente, había metamorfoseado.

Y ese Gladio “metamórfico” no hizo otra cosa que transmutar al siguiente Gladio, el B, el islámico.

 

TRADUCCIÓN PAUL L. WILLIAMS: BERLINCONFIDENCIAL

  1. Pingback: OPERACIÓN GLADIO: Caballo de Troya de la oligarquía de EEUU mediante CIA, Nazis, Mafia, Narcotráfico y Vaticano III. – Analisis 06
    • berlinconfidencial

      Pues sobre Gladio y el libro de Paul L. Williams esta es la última entrada porque sino ya traduciría el libro completo y no es plan….ya que nadie me paga por las traducciones y el esfuerzo es muy grande. Me imagino que el libro sigue censurado y sin ser traducido al español después de más de dos años de su publicación casi de forma semiclandestina…

      Saludos

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