Washington planea atacar con armas nucleares a Rusia y China

Washington planea atacar con armas nucleares a Rusia y China

Paul Craig Roberts

(ex Subsecretario del Tesoro con Ronald Reagan y ex editor de The Wall Street Journal)

A todo el mundo no le gusta oír hablar de la amenaza de una guerra nuclear. Algunos prefieren refugiarse en el negacionismo y decir que la guerra nuclear es imposible porque no tiene ningún sentido. Desafortunadamente, la Humanidad tiene un largo historial de hacer cosas que no han tenido sentido.

En artículos anteriores, publicados por mí en los últimos años, he señalado que existen documentos escritos y cambios en la doctrina de guerra de Estados Unidos que indican que Washington estaría preparando un ataque nuclear preventivo contra Rusia y China. Más recientemente, he mostrado que la demonización de Rusia por Washington y el presidente Putin, las incesantes mentiras sobre las acciones y las intenciones rusas, y la negativa de Washington a cooperar con Rusia en cualquier asunto han convencido al gobierno ruso de que Washington está preparando a las poblaciones occidentales para una ataque contra Rusia. Es obvio que China ha llegado a la misma conclusión.

Resulta extremadamente arriesgado decir que Washington va a convencer a la Humanidad de que está preparando un ataque nuclear preventivo contra dos potencias nucleares. Es imposible imaginar un acto tan imprudente e irresponsable. Sin embargo, esto es precisamente lo que Washington está dando a entender en los últimos tiempos.

El teniente general Viktor Poznikhir, Jefe Adjunto de Operaciones del Estado Mayor de Rusia, ha señalado que Washington está empeñada en conseguir la hegemonía global por lo que está implementando un sistema de misiles antibalísticos que Washington cree que puede prevenir una respuesta nuclear rusa ante un ataque preventivo estadounidense.

http://www.fort-russ.com/2017/04/us-forces-preparing-sudden-nuclear.html

Rigurosos estudios han convencido a los rusos de que Washington está invirtiendo y diseñando en componentes militares que no tienen otra función que devastar a Rusia y paralizar la capacidad de represalia del país. En resumen, Washington se está preparando para lanzar una guerra nuclear.

https://www.rt.com/news/386276-us-missile-shield-russia-strike/

Como he explicado anteriormente, la teoría detrás de este demencial proyecto es que después de un ataque preventivo de Estados Unidos a Rusia ésta quedaría tan devastada que el país no tendría capacidad de contraatacar con lo que quedase de su ejército, por temor a que Washington lanzase un segundo gran ataque. Washington también planearía usar agentes en el interior de Rusia para asesinar a tantos miembros del gobierno ruso como fuese posible, dejando así al Kremlin en un estado de confusión y ausencia de liderazgo. Sí, efectivamente, la locura de los neoconservadores americanos-israelíes está haciendo que estén determinados a ejercer la hegemonía sobre el mundo.

La locura de Washington es lo suficientemente criminal como para arriesgar la destrucción de la vida en la Tierra, basada en la suposición de que la ofensiva funcionará correctamente y que las capacidades militares de Rusia y China serán tan devastadas que no habrá respuesta de represalia.

Se podría esperar que los pueblos estadounidense y, en general, de Occidente se indignaran por el hecho de que Washington, en su enloquecida carrera por el control del poder global, llegue al punto de que someta toda la vida del planeta a tales riesgos. Pero no hay signos de un movimiento contra la guerra. La izquierda occidental ha degenerado en políticas identitaristas, donde la única amenaza proviene de hombres heterosexuales blancos que son retratados como misóginos, racistas y homófobos. La izquierda occidental ya no es consciente de la guerra. De hecho, la izquierda se ha desviado hacia irrelevancias estúpidas como los derechos transgénero aseados a su elección. La impotencia de la izquierda occidental es tan abrumadora que bien podría decirse que no existe.

¿Dónde está entonces la esperanza? Rusia y China no pueden sentarse y esperar el ataque nuclear preventivo de Estados Unidos. Es posible que Washington no pretenda realizar un ataque preventivo, sino tan sólo convencer a Rusia y China de que sus preparativos son un aviso de que ambos países tendrían que someterse a la hegemonía de EEUU. Pero esta interpretación de las intenciones de Washington no implicaría menos riesgo. ¿Por qué Rusia y China iban a esperar a que Washington completase sus preparativos para la guerra que permitirían a Washington convertir a aquéllos en Estados títeres?

El complejo militar y de seguridad de Estados Unidos ha prevalecido claramente sobre la intención de Trump de normalizar las relaciones entre Estados Unidos y Rusia y el veneno antirruso sigue esparciéndose entre los estados vasallos europeos de la OTAN y Washington. La mayoría del pueblo estadounidense parece haber aceptado la propaganda de que Rusia es la principal amenaza para los Estados Unidos. Con la propaganda mediática controlando la narrativa oficial, las acciones agresivas de Washington se explican como defensa contra una amenaza y no como una política que pondrá fin a la vida en la tierra.

Las posibilidades son altas de que la vida en la tierra se acerque a su fin. La responsabilidad recae en gran medida sobre el pueblo estadounidense, cuyos logros, debido a los errores de otros, hicieron que los norteamericanos creyesen que eran excepcionales y privilegiados. Inconscientes de la amenaza inhumana a toda la vida en la Tierra, que se encarna en la afirmación neoconservadora de que los estadounidenses son excepcionales e imprescindibles, el pueblo americano, autosatisfecho, no está al tanto de las consecuencias de tal arrogancia. La prepotencia los está llevando, y al mundo entero, al matadero de una guerra termo-nuclear.

La reivindicación neoconservadora del excepcionalismo norteamericano es una afirmación idéntica a la que fue hecha por la Alemania de Hitler. Si los estadounidenses son imprescindibles todos los demás son prescindibles y pueden ser «bombardeados hasta llevarlos a la edad de piedra», como afirmó un funcionario del gobierno de los Estados Unidos, o bien ser destruidos como Washington pretende hacer con Rusia y China, países que no aceptan la afirmación del excepcionalismo norteamericano. Por tanto, los monstruos enloquecidos que gobiernan Occidente, vía Washington, son los que pondrían fin a la vida en la Tierra.

Y no verás protestas. Los idiotas británicos, los idiotas alemanes, los idiotas franceses, los italianos, los canadienses, los australianos, los belgas, los griegos, los portugueses, los españoles, los japoneses, van como rastreros tras la locura que representa Washington.

De este modo, aparentemente, todos ellos hacen que el pueblo estadounidense sea una población estúpida más allá de toda creencia.

TRADUCCIÓN PAUL CRAIG ROBERTS: BERLINCONFIDENCIAL

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