Gonzalo Puente Ojea (1924-2017), silenciaron su voz hasta el final

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GONZALO PUENTE OJEA. SU VIDA FUE UNA CONSTANTE CONTRA LA ALIENACIÓN RELIGIOSA

La creencia en una vida —celeste o infernal—
en un ilusorio más allá, hace la mente disponible para la sumisión
a los muy reales poderes del más acá
(Gonzalo Puente Ojea, Elogio del Ateísmo)

Gonzalo Puente Ojea ha sido el pensador ateo (o irreligioso, como a él le gustaba llamarse, además de republicano y marxista) más importante de este país en las últimas décadas. Sin embargo, fue objeto, en vida, de censura en los principales medios españoles, si acaso apareciendo esporádicamente en algún debate televisivo, bastantes años atrás, conducido por Fernando Sánchez Dragó o José Luis Balbín (La Clave), o en algún programa radiofónico del que luego fue defenestrado….Ayer, don Gonzalo Puente Ojea, presidente de honor de Europa Laica, falleció en Getxo (Vizcaya) a la longeva edad de 92 años.

Ningún medio de comunicación (o manipulación), de los llamados «importantes» de este país, ninguno, se dignó ayer a hacer un mísero hueco en sus noticias para reflejar tan importante pérdida. Indigno y despreciable comportamiento, pero no hay nada de extraño en ello si tenemos en cuenta que el ex embajador en la Santa Sede fue silenciado sistemáticamente en vida por esos mismos medios para evitar divulgar su pensamiento crítico contra la todavía influyente iglesia católica española, entidad que sigue estando protegida mafiosamente por el Estado español y sus medios de deformación masiva. En contraposición al fallecimiento de Ojea, al filósofo Gustavo Bueno  (con quien Puente Ojea mantuvo una interesante dialéctica tanto sobre el ateísmo como sobre algunos aspectos del libro de Bueno, El Animal Divino) se le dispensó una amplia publicidad mediática. Bueno, cuyo giro ideológico de los últimos años fue del gusto del establishment, recibió todo tipo de plácemes y ditirambos editoriales.

Gracias a Puente Ojea profundicé en el conocimiento de la religión católico-romana, en sus fabulados mitos supersticiosos, en sus falsedades dogmáticas sostenidas por las «ilusiones de una fe» construida sobre el desprecio a la vida de los demás. Todo ello, desde una perspectiva reflexiva y racional y bajo los presupuestos de su consistente y fecunda obra (Elogio del Ateísmo, Ateísmo y religiosidad, El Mito del Alma, etc..). El trabajo de erudición de Puente Ojea, para desmoronar el fraude las religiones (en particular, la cristiana), fue enciclopédico, con un dominio magistral de la filosofía de la religión y un rigor expositivo que difícilmente estaba al alcance (y comprensión) de cualquiera que no estuviera dispuesto a asimilar de forma ordenada y constructiva el difícil y a veces árido mundo discursivo irreligioso de Ojea. Fue, el del ex embajador, un trabajo sobre la historia de la religión cristiana, exhaustivo, conceptualmente inatacable, realizado sin contemplaciones ni lenguajes elusivos o complacientes con la gran secta de Dios, dejando al desnudo la indigencia de sus postulados teológicos, tanto como con el statu quo político dominante (todavía bajo el paraguas del Vaticano y sus Acuerdos antidemocráticos de 1979).

Pero si por algo se caracterizó Puente Ojea, además de por liquidar y sepultar argumentalmente las creencias y dogmática de las que se nutren las religiones proféticas monoteístas (incidiendo, particularmente, en la secta católica), fue por retratar de forma «malencarada» el imperante régimen borbónico español (conoció personalmente al anterior Rey, el de Franco, del que dijo que «no toleraba que se hablara mal del dictador en su presencia»), señalándole como un fraude de ley, con sus orígenes franquistas; en sus palabras, «una pseudodemocracia asquerosa», con una monarquía corrupta y legataria del dictador, con su infecta «transición» (según Ojea, «dictada desde arriba y el pueblo ni se enteró»). Ni siquiera se libró de sus afiladas invectivas el cantado fraude del referéndum de la OTAN («un pucherazo»), de 1986, o esa farsa deprimente del 15-m («llena de desarrapados», según Ojea, o lo que es lo mismo, el perroflautismo «anticapitalista»). O, en fín, esa visión destemplada de una sociedad española todavía compuesta de «aldeanos ignorantes y fanáticos, consumidores de mitos y leyendas ancestrales»

Personajes de tan alto bagaje intelectual y moral como Puente Ojea suponían un «riesgo» para los cimientos ideológicos neofranquistas del sistema, ya que no podían de ninguna manera aparecer en esos bienintencionados, políticamente correctos, previsibles y amañados debates o tertulias repletas de ignorantes, cretinos, babosos y demás gentuza que trabajan de palmeros propagandistas de las mentiras del régimen pro católico español. Hablar mal del clero y la «transición» neofranquista en la España de Puente Ojea o la de ahora mismo, en 2017, seguía y sigue siendo un tabú en la mayoría de los llamados medios hegemónicos (audiovisuales y escritos), porque eso de ser «anticlerical» y denunciar los privilegios y fechorías de la iglesia de Cristo está pasado «de modé» y debe quedar reducido a los círculos de un grupo de «ateos extravagantes».

En definitiva, Gonzalo Puente Ojea (orgulloso de ser el primer embajador español ateo en el Vaticano, el lugar del mundo donde, según el pensador, menos se creía en Dios) marcó un fecundo itinerario intelectual, el de un (en sus propias palabras) «disidente autodidacta» que podría pasar por un hombre polémico, un personaje atípico, incluso por un lobo solitario. He querido que la nota dominante de mis trabajos fuese la sinceridad, virtud que, para mí, en un mundo de relatividades y azares, es el valor primero, el fiel contraste de lo auténtico frente a lo bastardo, de lo real frente a lo fingido, del respeto a la dignidad del otro frente a su instrumentalización, del coraje moral frente a la hipocresía.

Gracias por todo, embajador. Fue un gran honor haberle «conocido».

  1. Rafael granados

    Un autor , sin duda de gran categoría, yo tengo algunos de sus libros publicados en Siglo XXI, cómo su clásico de 1974, sobre los orígenes del cristianismo.Era un verdadero erudito, si recuerdo su polémica en 2000-2002, con Gustavo Bueno y algunos de sus discípulos en la revista «Catoblepas», se han llevado unos meses en su óbito, pero intelectuales así , me temo que ya no va a haber.

    He leído el Obituario que le dedica Juan Bedoya en «El Pais»:

    http://politica.elpais.com/politica/2017/01/11/actualidad/1484168604_427272.html

    Descanse en paz.

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    • uraniaenberlin

      Para mí Puente Ojea ha sido un referente absoluto, un intelectual total, por el que sentía casi devoción (y sin casi). Lamentablemente, como bien dices, no volverá a haber un ensayista de su talla…aunque esto no deja de ser una «creencia» que tal vez se diluya en el tiempo, a la espera de otro referente… pasados unos cuantos eones…Puente Ojea se ha ido prácticamente en el anonimato…No era merecedor de reconocimiento por toda esa pléyade de mediocres, incluidos intelectuales orgánicos del régimen. ElPais le dedica el obituario que es como decir…una nota necrológica cualquiera…En fin, queda su obra, que no es poco…y sus magistrales intervenciones desmontando los mitos y creencias religiosas..

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  2. jucabomaso

    No se el nombre de la persona que escribio este articulo, pero comulgo con todo lo que has redactado. Hacia tiempo no leia nada asi, libre de censuras y de falsedades. Me gusta hablar claro y que se entienda y es lo que has conseguido en este articulo. Te felicito.
    Habia oido poco de este señor pensador, filosofo y VALIENTE, pero ahondare en internet y tratare de leer algun libro suyo o articulos relevantes. Personas como Gonzalo Puente Ojea hacen falta muchas, muchas, cada dia mas. Estamos incluidos en un estado no de pseudodemocracia sino de dictadura democratica que nos lleva al desastre total. es hora de despertar o de al menos decir lo que uno siente pero callamos por el temor de ser señalado o expulsado.
    Me siento feliz cuando leo la verdad y cuando escribo en libertad.
    juca

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    • uraniaenberlin

      Muchas gracias por tus palabras Juca. Estrictamente, Puente Ojea no fue filósofo sino un ensayista de las religiones, si acaso filósofo autodidacta a cuyo lado algunos conocidos filósofos de «profesión» palidecerían. Los libros que he citado en la entrada son un buen comienzo para adentrarse en el pensamiento de Ojea

      Saludos
      Javier

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