EEUU ya tiene nuevo gendarme mundial

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Contra todo pronóstico, todo hay que decirlo. Porque parece ser que las maquinitas de votar (sic) americanas, incuestionable paradigma de la «limpieza» electoral mundial, acertaron con el candidato que «nadie» quería, en detrimento de la que decían era la favorita de la CIA: la asesina patrocinadora del ISIS, abanderada del lobby LGBT y de las clases acomodadas norteamericanas, Hillary Clinton. Que se joda…pero ¿alguien cree, objetivamente, que Donald Trump es un tipo que va a actuar al margen del establishment de su país y hacer borrón y cuenta nueva de lo más sórdido del imperialismo norteamericano? Tan ilusorio como real es el complejo de ludópatas que pierden dinero a diario en sus casinos.

Que el recién elegido mandarín mundial haya mostrado en público algunas verdades pre-electorales, otras manifestaciones de contenido filo-fascista y cierta cercanía hacia líderes como Vladimir Putin no significa, de ningún modo, que vaya a poner patas arriba al imperio y menos cambiar drásticamente la habitual y repugnante política exterior imperialista de su país. Su lema electoral «Hacer de nuevo a EEUU un gran país» es una proclama patriotera que hemos escuchado en otras ocasiones con diferentes tonalidades y que sirve para tener narcotizada a toda una nación a golpe de sensiblería supremacista «made in USA», que equivale a decir: somos los mejores y vamos a seguir siéndolo, poniendo nuestra bota donde nos plazca en cualquier parte del mundo.

Estoy cansado de escuchar que este multimillonario, cuyo patrimonio ha sido conseguido con negocios tan sucios como los tramposos casinos y las casas de apuestas (a través de la Trump Entertainment Resorts), con la prostitución como trasfondo familiar de su fortuna, y cuyo libro favorito es la «Biblia», es considerado por algunos (incluidos neofascistas lepenistas, identitaristas «blancos» y ex nazis como Jorge Verstrynge) como el cambio «esperado» que va a trastocar poco menos que el Nuevo Orden mundial. Me suena esta vieja canción a otra de antaño cuando el gran asesino Barack Obama fue considerado por la progresía mundial la gran esperanza negra de EEUU. Acabado su mandato, el negro de la Casa Blanca se ha convertido en «rojo» teñido de sangre, siendo digno sucesor de George Bush y otros criminales que le precedieron en el poder. Aunque Pablo Iglesias cree que regalándole al negro Obama un libro sobre la Brigada Lincoln (que recogió el tendero de la Casa Blanca) ya queda como super-progre imperialista.

Trump pertenece al Partido Republicano que es algo así como la versión práctica «usana» del nacionalsocialismo alemán (aunque el otro partido, el «Demócrata», es calcado al anterior en eso de masacrar a otros pueblos). Por tanto, no hay margen para la sorpresa. Y si se le ocurriese al «pelucas» descabezar alguno de los poderes oscuros del imperio que vaya pensando en hacer las maletas, si es que no acaba como el tibio JFK, a quien se le ocurrió reordenar un poco la política exterior de su país y terminó siendo ejecutado por la mafia del complejo militar-industrial. Siendo mal pensado…uno diría que las «máquinas de votar» «eligieron al magnate del juego porque éste suavizó su discurso ante los «poderes ocultos» que son los que verdaderamente mueven los hilos de EEUU, mientras que la desequilibrada mental Clinton era una opción, a corto plazo, desechable.

Que los grandes emporios de manipulación mediática de EEUU hayan cargado contra Trump es una circunstancia puntual y una pugna intergrancapitalista por ver quién se lleva el pastel del poder. Cada uno trabaja de siervo para quién le da de comer. A Trump no le ha faltado publicidad de esos medios para propagar sus discursos. Que la candidata psicópata Clinton haya sido «elegida» como la «niña bonita» de los mass-media mundiales es irrelevante. Si Trump hubiera hecho un discurso «clásico» al modo americano, se hubieran decantado por él. Trump ha interpretado su papel y ha conectado con eso que llaman puerilmente «populismo», nada más (la diferencia entre un asesino de masas y un «populista» creo que está bien clara).

Ahí tienen a ELPAISIS y sus estúpidos plumíferos soltando meditada bilis. Leo lo siguiente: Los votantes eligieron a un demagogo, un hombre que ha reavivado algunas de las tradiciones más oscuras del país, que ha colocado en el centro del discurso político el insulto y la descalificación, un admirador de Vladímir Putin que amaga con reformular las alianzas internacionales de EE UU y lanzar un desafío al vecino del sur, México. Lo importante no son los insultos y descalificaciones del republicano, sino la pestilente rusofobia que destila el mensaje del medio prisaico, a cuenta de una vaga simpatía que Trump ha mostrado por el presidente ruso. El cataclismo llegará en forma de alianza Trumputin…ya verán. Un colaborador del medio «cebriánido», el británico John Carlin, se lo toma a la tremenda: Un loco a cargo del manicomio, se llama su columna, en la que expone frases como esta: Los analfabetos políticos que votaron a Trump han caído en lo que la historia juzgará como un acto de criminal irresponsabilidad hacia su propio país. ¿Pero es que ha habido un sólo presidente estadounidense en toda su historia que no haya sido votado «analfabetamente» con «irresponsabilidad criminal»? Su candidata Clinton es el ejemplo de homicida más potable de los últimos años y….sacó más votos que su colega Trump.

Olvídense del carnaval de exabruptos, «machismos» y otras demagogias prisaicas que señala el rotativo madrileño en boca del nuevo presidente usano y deténganse en su párrafo final: Hay momentos en los que las grandes naciones dan giro brusco. Cuando se trata de Estados Unidos de América, el giro afecta a toda la humanidad. El 8 de noviembre de 2016 puede pasar a la historia como uno de estos momentos. ¿Lo han leído bien verdad? Dependemos, sí o sí, del vasallaje hacia el imperio, estamos sometidos a sus designios, nos afectan sus decisiones…y este tipo, multimillonario, poco dado a la diplomacia verbal, no es el indicado para garantizar el expansionismo militar de la OTAN, agresiones imperialistas de EEUU como la de Siria, falsas banderas en Europa, guerras por petróleo…ni tampoco es garante Trump del negocio de mentir de medios como ELPAIS. No se lo creen ni ellos.

LO QUE MAL EMPIEZA…PEOR ACABA: TRUMP AGENTE DEL SIONISMO E INJERENCISTA EN VENEZUELA Y CUBA

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SON TODOS IGUALES. SE MIRE COMO SE MIRE…..

La prensa globalista anti-Trump ha insistido en el peligro del americano de «llevarse bien con Putin», de su oposición (más episódica que contractual) al TTIP (el tratado mercantilista de las multinacionales que tanto favorece a EEUU) y de desentenderse de Europa si Rusia «invade» los países vecinos a condición de que la OTAN se rearme. No veo donde está la «alternativa» al NWO que proponen los fans del empresario billonario. Un rico al que no le hacen ascos en Wall Street ni tampoco se ha propuesto «dinamitar la (pseudo) democracia americana», como bien señalan medios de la ultraderecha sionista. Todo ese fantasioso recital pre-electoral de Trump se acomodará a la real-politik del Pentágono en cuanto ponga su trasero en el sillón de la Casa Blanca, no más.

Nada más confirmarse que Trump fue el vencedor en las «elecciones de los candidatos ricos» lo primero que hizo el magnate fue llamar por teléfono al genocida de Tel-Aviv, Benjamin Netanyahu, para mostrar su fiel cooperación y amistad con el Estado terrorista judío. Resulta sintomático de hasta dónde rinden vasallaje los inquilinos de la Casa Blanca al lobby sionista que maneja el mundo financiero-empresarial global, especialmente el de EEUU. En Israel tienen motivos para estar eufóricos con Trump ya que parece ser que el nuevo gendarme mundial ha mostrado su rechazo a cualquier acuerdo que suponga la creación de un Estado palestino.

Todavía es más explícito (o en iguales términos) en su apoyo incondicional a Israel este nuevo paje del sionismo que los anteriores presidentes usanos, por lo que podría ser un indicador muy fiable de por donde podrían ir las políticas foráneas de Trump, en particular, en Oriente medio. El que crea que en Siria van a cambiar sustancialmente las cosas y que vaya a replegarse (si acaso tácticamente) el terrorismo subvencionado por EEUU es que no conoce quién diseña, verdaderamente, los planes de guerra imperialista por el mundo. Putin haría bien en desconfiar de este «ricachón» metido a presidente y no lanzar tantos cantos de sirena hacia su persona…

Otro aspecto importante (y preocupante) de la próxima singladura política de Donald Trump es que el multimillonario ya ha manifestado su intención de revisar la política hacia Cuba y Venezuela, en el sentido de seguir socavando la legitimidad democrática de esos dos países mediante, es de suponer, golpes «blandos» o….»duros» a cargo de su brazo armado terrorista: la CIA. Según se lee en medios latinoamericanos Trump sostuvo durante su campaña que «por toda Latinoamérica la gente está viviendo en opresión» y acusó Obama y a su rival electoral Hillary Clinton de abandonar a los «amigos» de EE.UU. en la región.De hecho, el presidente prometió «mano dura» contra el régimen de Nicolás Maduro.Durante un mitin en Miami, Florida, el pasado 2 de noviembre, aseguró que se solidariza con la oposición venezolana y que no continuará la política de Barack Obama de mantenerse al margen de la crisis que afecta al país suramericano. Los analistas consideran que Trump no andará con medias tintas en el tema de Cuba y Venezuela.

El peor escenario, respecto de Cuba, serían las palabras del segundo de Trump, Mike Pence, un tipo con perfil de halcón ultraderechista que afirmó hace unos días, con el típico lenguaje fascista-injerencista de la guerra fría, que Cuando Donald Trump sea presidente de EEUU, revocaremos las órdenes ejecutivas de Obama en Cuba». Apoyaremos que continúe el embargo hasta que haya verdaderas libertades políticas y religiosas para la gente de Cuba. Donald Trump estará con los cubanos que apoyan la libertad en su pelea contra la opresión comunista». Que no falte la «libertad religiosa» (ya garantizada, por cierto, en Cuba), esa gran involucionista amiga de la CIA y del terrorismo de Gladio. Por si acaso la Isla, al tiempo de ser elegido presidente Donald Trump, ha enviado un recado al imperio mediante el comienzo de unas importantes maniobras militares, que suponen «la preparación de las tropas y la población para enfrentar las diferentes acciones del enemigo».

En resumen, algunos pensarán que es pronto para afirmarlo pero Donald Trump es un candidato más del sistema aliñado con un toque estridente, díscolo, falsamente anti-establishment, con el único objetivo de «ilusionar» y entusiasmar tanto al hastiado ciudadano medio americano como al patrioterismo primario de las barras y estrellas que tanto se estila por allá. Como certeramente señala Kevin Barrett en Veterans Today «las diferencias entre candidatos o entre los últimos presidentes de EEUU son solo superficiales. En realidad, han sido diseñadas para hipnotizarnos, para imaginarnos que estamos viviendo en una democracia. Los presidentes de EEUU son sólo hombres creados por y para la élite mundial y los poderosos intereses que representa.

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