La (ma) traca anti-Podemos
El fantasma del comunismo sigue siendo utilizado, aunque ya pocos crean en él, como un viejo argumento demonizador por los rancios representantes de la imperante ideología neoconservadora-pinochetista española, la del bipartidismo de partido único. Los que, con alborozo, certificaron el final de la ideología de Marx, Engels y Lenin, hace 25 años, están retomando de nuevo el lenguaje de guerra de “que llega la extrema izquierda colectivista” como parte (fundamental) de su estrategia para salvaguardar sus intereses delictivos. Es un Gladio “blando”, para entendernos…pero sin perder de vista su carácter de “dialéctica subterránea armada”. Deslegitimar a un oponente político (en este caso, los de Podemos) que, nos advierten desde la caverna bipartidista, puede amenazar el “actual estado de cosas” ha propiciado que hayan entrado en escena todo tipo de descalificaciones con color, y sabor, a vieja propaganda “anticomunista”.
De Podemos han dicho de todo las brunetes galosas, el facinerosismo derechista español y sus teleñecos mediáticos: desde chavistas, hasta totalitarios ultraizquierdistas pasando por bolcheviques y finalizando por (ahí es nada) leninistas. Una maniobra que no tiene nada de improvisada por los perros falderos de EEUU, Israel y la OTAN y sí de una campaña hábilmente inquisitorial. Pero no para salvar a este país de la llegada de una revolución rojelio-soviética (sic) de los “rastas” de Podemos, sino para que la red mafiosa que han tejido los dos partidos que mangonean este país, junto a empresarios, banqueros, monarquía, jueces y periodistas, prosiga en la impunidad. No es, por tanto, la ideología lo que está juego, lo importante, sino conservar lo que ellos (el biparticidio) han “arreglado” con las mafias de dentro y de fuera del país.
Podemos es una formación de apariencia política novedosa que llegó a la escena electoral para suavizar algunas estructuras del corrompido régimen del 78. El partido de Iglesias ha demostrado, sobre el camino, que no son nada más que un grupúsculo de arribistas jugando al tramperismo político, ya desenmascarados hace tiempo. Podemos es un neocapitalismo social de diseño que garantiza muchas cosas, entre ellas que este país siga estando a las órdenes de los grandes expoliadores internacionales, como ha hecho su cromo repetido en Grecia (Syriza). La prueba es ese desmedido afán del personalista Iglesias por hacerse con carteras ministeriales y pactar con un partido, los galosos del PSOE, otánicos al ciento uno por cien, fervorosos capitalistas de Wall Street y profundamente rastreros con EEUU.
Así que el lenguaje falaz y estafador anti-podemista de los que llevan asesinatos a sus espaldas, los que ordenaron que el GAL y Gladio aquilataran la Transición de EEUU para España, o los que participaron en un crimen masivo de proporciones similares a un Holocausto (como fue el de Irak), no es nada más que una “creencia” impostada; es decir, señalar a Iglesias y sus seguidores del 15-m como paladines de la defunción del “constitucionalismo”, de los capitales y mercados, de la abolición de la “transacción franquista”, además de dar vía libre al secesionismo vasco y catalán, es un delirio indigerible pero, repito, bien calculado. La cosmética propuesta para el Estado español, por los «morados» de Iglesias, en nada se parece a la «catástrofe» que anuncian los siervos de EEUU.
El criminal de guerra, Aznar, ha vuelto por donde solía y sentencia a Podemos como un partido “chavista-comunista financiado por Venezuela e Irán”, además de constituir un “riesgo político”. La esquizofrenia del sujeto alcanza límites paroxísticos cuando afirma que Podemos “No creen en un sistema democrático y quieren subvertirlo; no creen en el Estado de derecho; no creen en la independencia judicial; no creen en un sistema democrático libre ni en la economía de mercado, ni en las libertades de las personas”. La primera impresión, tras leer semejante cascada de alucinaciones del ex carnicero de las Azores, es que este individuo o está beodo o para una camisa de fuerza, o en el papel de un enloquecido y demencial personaje salido de la propaganda más paranoica de la guerra fría. Pero…nada es lo que parece, puesto que se trata de la escenificación de una farsa para seguir inoculando en el ciudadano medio la vieja satanización del “peligro rojo”, que con tan buena fortuna ha propagado durante décadas el régimen español tutelado por EEUU. Una vez más lo que está en juego es la enmarañada estructura de corrupción que la mafia bipartidista ha construido durante cuarenta años en este país. Una corrupción que sigue gozando del voto cautivo-clientelar de una mayoría de ciudadanos que vive entre el franquismo sociológico y aquello de “mejor me quede como estoy”. Da igual que roben, repriman, maten o asalten los de “arriba”. La “ideología” del miedo es, por definición, el espantapájaros para la conservación del actual contubernio borbónico, «statu-quo» u «orden» impuesto por el amo americano, que es lo que verdaderamente importa.
El otro carnavalesco personaje es Felipe “Isidoro” González, el que fue protegido político de la dictadura franquista y agente a tiempo completo de la CIA en la “transacción” española. Isidoro (apodo cariñoso, sin ningún componente peyorativo, que le puso la policía de Franco), el recadero de EEUU, junto a Carrillo y el falangista Adolfo Suárez, hizo el trabajo sucio de demolición controlada de los comunistas y de los que pedían ruptura con el pasado y también con el vasallaje hacia Washington. Después de cumplir fielmente los objetivos que le marcaron en la Casa Blanca, el jefe de los GAL y el terrorismo mercenario de Gladio, sigue activo para, ahora, dedicarse a azuzar el espantajo “comunista” de Podemos, ya que Mr. GAL “ha advertido a Sánchez de llevar a cabo un pacto con el «leninismo 3.0» de Podemos”. González nunca ha ocultado su fobia anticomunista, al igual que no la ocultan muchos jueces, periodistas, políticos e instituciones de «inteligencia» como el CNI. En realidad, la ideología de Isidoro es, propiamente, el socialfascismo, un poco de falange por aquí, un poco de Mussolini por allá y un mucho de capitalismo de la Escuela pinochetista de Chicago. De hecho, Isidoro, es partidario de un acuerdo con la marca blanca del PP, Ciudadanos, para llevar al vacuo y mediocre Sánchez a la presidencia de Gobierno, con tal de dejar a “Pol Pot” Iglesias en el “gallinero” del Congreso. Pol Pot…¿se acuerdan? Aquel genocida camboyano que estuvo al frente de los llamados Jemeres Rojos, una fachada terrorista de asesinos en serie que entrenó y financió la CIA (como el “ISIS”) para perpetrar asesinatos masivos que luego pareciesen obra del “comunismo”. Gladio no fue una novedad.
Todo lo que huela a “liquidacionismo” del régimen, que Isidoro atribuye falsamente a la formación del “Podemos y no queremos”, supone, hay que insistir en ello, una amenaza para los intereses de sus bolsillos (bien repletos de la “plata” que le paga ENDESA y la que ha acumulado de otras procedencias inconfesables). Hace ya bastante años, cuando la Unión Soviética todavía estaba en pie, Felipe el Galoso dejó bien claro cuál era su ideario político, por si todavía nadie lo había advertido, con una frase para la posteridad: ”prefiero morir apuñalado en el Metro de Nueva York a vivir en Moscú”. Pero no fue a New York, no, a probar el filo de la navaja fascista americana o de un marginal negro cualquiera. La puso en práctica aquí contra miles de trabajadores y decenas de ciudadanos vascos con sus Vera, Galindo, Amedo, Barrionuevo o Corcuera (ese ex ministro macarra que ideó la “ley de la patada en la puerta” para secuestrar y torturar a disidentes, ahora gran estrella invitada y mimada en la televisión de la ultraderecha obispal).
El régimen no se tambaleará con Podemos, lo sabe el de la sonrisa de hiena y su compinche Isidoro. El sólo hecho de que Podemos haya mencionado tibias reformas sociales y propuesto que esta pseudodemocra-cia sea un instrumento más participativo y transparente, aunque manteniendo el statu-quo esencial del régimen, es motivo suficiente para que la Camorra política, agrupada en torno al borbonismo, sustentada por EEUU y Bruselas, por los capitales financieros internacionales y el sionismo, haya puesto en marcha una guerra sucia (con los «vínculos» podemistas de siempre…Venezuela, Irán, ETA..) que muchos sabemos a qué resultados prácticos llegó en la Europa de Gladio. No sé si aquí llegarán a tanto ya que, curiosa amnesia de los dos gangs de arriba, su odiado Iglesias profesó fidelidad al embajador de la CIA en Madrid, el año pasado. Y eso es tanto como decir que “la vida (y el capitalismo ordenado por USA) sigue igual”.
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