El cártel de HollyCIAwood (3): cine de propaganda al servicio de la CIA y el Pentágono (II)
6. Skyfall (2012)
Reconozco que el conservador, monárquico, anticomunista y mujeriego (o putero de alto “standing”) James Bond (JB) de Sean Connery o Roger Moore tenía un punto de nostalgia, sentido del humor y “savoir faire” casi empático…si lo comparamos con los prototipos de JB que han ido apareciendo en las últimas paridas del remozado JB. El actual sale perdiendo por goleada, incluido su predecesor (Pierce Brosnan, un actor que únicamente estuvo aceptable en la serie televisiva Remington Steele). Y es que reinventar el personaje en el siglo XXI es, literalmente, dejarlo deformado y, por tanto, irreconocible. Ese chulo diseñado con escuadra y cartabón, body-gym inexpresivo y anodino, llamado Daniel Craig, ya me resultó descafeinado cuando apareció en escena como el “nuevo” JB (Casino Royale). Así que no se podía esperar gran cosa de este Skyfall y menos de las anteriores entregas con papel protagonista para el susodicho armario.
Pero hablamos de la vieja propaganda política imperial. Y aquí (al igual que ha sucedido siempre con JB) hay repertorio en favor de la OTAN y los hijos de la Gran Bretaña. La excusa es el “ciberterrorismo”, como una suerte de analogía sobre Wikileaks (o PufoLeaks) para que veamos qué tipo de gente son los que filtran, supuestamente, los delitos de Estado. Aquí el malo de la peli (Javier Bardem) pilla secretos de la banda armada OTAN y otros conspiradores de Estado, como el servicio secreto británico en el exterior, el MI6, no por amor a una causa justa, como así debiera ser, sino por la típica y sobada venganza contra sus ex colegas de contubernio y cloaca.
El autor del blog sobre los once panfletos proCIA, Jon Reynolds, señala atinadamente que “los verdaderos James Bond de la vida real se infiltran en grupos como el ANC (la que fue organización guerrillera de Nelson Mandela), el Occupy Wall Street y otros movimientos de activistas en el mundo para engañarlos y manipularlos. De esta forma se organiza desde el Estado la represión contra la disidencia. Y, sin embargo, dice Reynolds, Skyfall está destinada a que sintamos lástima por esos tipos (los espías) cuando un mal llamado ciber-terrorista expone su engaño o crimen (el de los servicios de inteligencia) al mundo. Es decir, estamos ante un ejemplo de psy-op cinematográfica que, sin duda, funcionará hábilmente entre el rebaño (grande o pequeño) de crédulos. Que les aproveche a ellos y a la Reina Isabel de las Cogorzas.
7. La noche más oscura (2012)
He aquí como legitimar la tortura y el asesinato de Estado en una pantalla de cine. La imperialista Kathryn Bigelow (que se empeña en mostrar que es más marimacho testosteronada que nadie) expone al espectador una construcción ideológica basada en una gigantesca mentira. Bajo el patronazgo absoluto de la CIA (como en su anterior obra “iraquí”) Bigelow realiza un subproducto fascista basado en una grosera representación de la “verdad” americana sobre la engañifa del teatro-“ejecución” de Bin Laden en Pakistán por los marines de EEUU. La diferencia entre esta película y el montaje que orquestó el Pentágono para mostrarlo al mundo es, como es lógico, ninguna. Ambas se funden en una sola por lo que cabe decir que primero se escenificó la farsa “real” (el “matarile” de Laden) y luego se realizó el metraje para dar consistencia a la opereta bufa binladesca.
No hace falta decir, por enésima vez, que el terrorista saudí Bin Laden estuvo a sueldo de la CIA en sus “años mozos” talibánicos, luchando contra los soviéticos, y que luego cayó en desgracia para Washington porque ya no le era útil, una vez caído el bloque comunista. Más exactamente, no les fue tan inútil del todo puesto que el barbas les vino de perlas para explotar el otro Gladio, el islámico, y sus prefabricados enemigos musulmanes. Bin Laden es altamente probable, y así se documentó en su día por diversos medios (incluida la ultraconservadora Fox News norteamericana), que falleció de muerte natural (era conocido que padecía una enfermedad renal) en diciembre de 2001, en las montañas de Tora-Bora, en Afganistán. Desde entonces, la CIA (hasta el año oficial de la muerte-ejecución de Laden, 2011) se dedicó a fabricar videos y audios falsos del saudí para seguir alimentando el mito del propio terrorista y, por extensión, el del terrorismo islámico, patrocinado por EEUU e Israel, básicamente mediante falsas banderas, para consolidar el dominio geopolítico de los globalistas.
Volviendo a los nexos de la CIA con este film, Jon Reynolds, sirviéndose del FOIA (el Acta de la libertad de información estadounidense) afirma que el guionista de La Noche más Oscura, Mark Boal, realizó cinco llamadas de conferencia a la Oficina de Asuntos Públicos de la CIA, a finales de 2011. Durante esas llamadas Boal informó a la CIA, línea a línea del guión, para que la Agencia editase las partes que “no le gustasen”. Además, Boal se sabe que visitó la misma sede de la CIA. La colaboración de la directora y el guionista de La Noche más Oscura con la CIA se hizo con el pleno conocimiento y aprobación del entonces director de la Agencia, Leon Panetta.
Por tanto, esta bazofia (que dejé de ver a mitad de proyección) se hizo, exclusivamente, para glorificar propagandísticamente a la CIA y sus métodos oscarizables de tortura y asesinato.
8. Argo (2012)
Ergo…tocaba Irán y ya tardaban en las cloacas de HollyCIAwood en hacer la correspondiente propaganda contra la Revolución islámica a cuenta de la “crisis de los rehenes” de 1979. Algunos apuntes iniciales sobre este otro panfleto de la CIA son prometedores. Dice Jon Reynolds: Argo comienza así: «En 1950, el pueblo de Irán elige de Primer ministro al laico Mohammad Mossadegh, quién nada más tomar el poder nacionalizó las explotaciones petroleras británicas y estadounidenses, para devolver el petróleo de Irán a su pueblo.» Vaya, esto sí qué es una gran novedad. Una película norteamericana que critica, sin ambages, el imperialismo “usano” y se “posiciona” con los oprimidos. Pero nuestro autor echa rápidamente un jarro de agua fría: A partir de ahí, todo va cuesta abajo. Efectivamente, el engaño es para principiantes y hasta uno se creyó que la cosa iba a tener unas lecturas menos complacientes para los amos del mundo.
Una película que parecía iba a ser narrada en clave “progresista” (risas), deja de serlo a los pocos minutos para mostrarse como lo que realmente es: se trivializa el golpe de Estado de la CIA contra el presidente democrático Mossadegh y pasa directamente a configurar a los iraníes como previsibles fanáticos sedientos de sangre, mientras que la CIA es elogiada por la operación de rescate de los rehenes en la embajada USA en Teherán. Lógico que la Casa Blanca y la propia CIA estuvieran entusiasmadas con esta película. Una monumental patraña de este calibre (con el engañabobos “progre” del comienzo) no podía dejar de lado a sus “sponsorizadores”. Pero en el guión hollyCIAwoodiense faltaban algunos flecos capitales que hubieran dejado en evidencia toda la operación de la CIA en el asunto de los rehenes y que, lógicamente, habrían trastocado todo el film.
Fara Mansoor, un destacado intelectual iraní disidente, sostuvo hace algunos años, mediante miles de documentos que obraban en su poder, que la “crisis de los rehenes” fue una operación política creada por la facción pro-George Bush de la CIA con el propósito de crear una alianza con el fundamentalismo islámico de Jomeini. Todo ello con dos objetivos:
1) Que Irán estuviese libre de comunistas bajo el control del Ayatollah
2) Para desestablizar al gobierno del entonces presidente norteamericano, el demócrata Jimmy Carter, y colocar a George Bush en la Casa Blanca.
En USA habrían buscado a su Bin Laden-B (Jomeini) para luchar contra el laicismo comunista en Irán. Nada nuevo en las alianzas anticomunistas usanas, con tal de frenar y aniquilar a su gran enemigo histórico. Así pues, una vez logrado el objetivo interno de los “ayatollahs” del exiliado Jomeini de neutralizar a los comunistas iraníes, al igual que sucedió con el saudí Bin Laden en Afganistán, en Washington utilizaron la maquiavélica fórmula de demonizar a su anterior y provisional aliado teocrático para crear una guerra progresiva de desgaste contra el país iraní, que ha continuado hasta el día de hoy.
En síntesis, y volviendo a Argo, éste es otro subproducto realizado a mayor gloria de la CIA que tuvo la recompensa de llegar hasta los Oscars y hacerse con algunos de ellos. Pero los verdaderos triunfadores fueron, además de la propia CIA, el Pentágono y el lobby sionista de Israel.
9. Capitán Phillips (2013)
Después de deformar la realidad del 11-s, con una potable porquería propagandística, como fue el United 93, el maniobrero y bufón británico de la CIA, Paul Greengrass, dejó hace un par de años otro recado intoxicador cinematográfico. Esta vez el turno era para los que dicen son “piratas” que actúan en las costas somalíes contra buques del Primer Mundo, esos que van a faenar (o robar) recursos pesqueros a las zonas más deprimidas del planeta. En el negocio sucio de la desinformación occidental los llamados “piratas” somalíes han sido, en los últimos tiempos, objeto de demonización cotidiana en los medios que manipulan y sesgan a su antojo a través de sus “noticiarios” y tabloides escritos.
¿Qué podía esperarse, entonces, de una película norteamericana sobre ese «conflicto» sino que resultara un instrumento en favor de la propaganda imperialista económica occidental? El autor del blog de referencia, Jon Reynolds, pone el dedo en la llaga cuando dice que se estima que 300 millones de dólares de recursos pesqueros es robado de las aguas de Somalia cada año. Sin embargo esto parece que no es peor que el secuestro de buques de carga occidentales. Y citando a The Independent señala que en 1991, el gobierno de Somalia colapsó en una crisis sin precedentes. Sus nueve millones de habitantes se han hundido en el hambre desde entonces y las multinacionales del primer mundo capitalista vieron una gran oportunidad para robar alimentos del país mediante sus barcos de pesca, además de verter residuos nucleares en sus mares.
Así es, los desechos radiactivos de las centrales nucleares, europeas o americanas, es el regalo envenenado que ha entregado Occidente a los somalíes como contrapartida del robo pesquero. Ironías aparte, (el autor) pone sobre la mesa algunas cuestiones incómodas sobre este muy serio asunto de la contaminación nuclear: tan pronto como el entonces gobierno somalí se fue del poder, misteriosos barcos europeos comenzaron a aparecer en las costas de Somalia, vertiendo enormes barriles con residuos nucleares en el océano. La población costera comenzó a enfermar. Al principio sufrieron erupciones cutáneas extrañas, náuseas y bebés malformados. Luego, después del tsunami de 2005, cientos de barriles con fugas radiactivas aparecieron en las costas somalíes. La gente comenzó a sufrir enfermedades por radiación y más de 300 personas murieron. Este acto de bandidaje internacional por parte de los depredadores de Occidente apenas tuvo trascendencia alguna en las brunetes mediáticas del Primer Mundo y tampoco Greengrass quiso reflejarlo en su película, ofreciendo únicamente una imagen distorsionada y pro-imperialista del “conflicto”.
En definitiva, Capitán Phillips es otro producto hecho por y para el capitalismo expoliador de EEUU omitiendo hechos que podrían hacer que el espectador valorase de muy diferente manera una película que resulta ser, en lo sustantivo, un canto al neocolonialismo de Wall Street. Si a ello añadimos esa odiosa y estúpida forma de hacer cine (y TV) de hoy en día, a golpe de “steadycam” (o baile de san vito de la cámara, en el que acabas además de mareado de muy mala hostia), que el guión es patético (cuatro tontos somalíes adolescentes hacen frente a un ejército de Navy Seals), que Tom Hanks me repele….Capitán Philips es simplemente olvidable cinematográficamente y, ya no digamos, políticamente.
-Me acordé mucho de tí al leer en este blog, no puedo reproducir sus imágenes pero si no te importa agrego el enlace.
http://elterritoriodellince.blogspot.com.es/search/label/C%C3%B3mo%20nos%20manipulan%20%28o%20una%20de%20las%20drogas%29
Otra de espías (y de imbéciles)
Los espías, los de siempre (ellos). Los imbéciles, los de siempre (nosotros). Continuando la saga de servicios secretos, espías, traición a la patria y secretos de Estado que os comentaba el lunes -por cierto, el fiscal alemán ha sido «obligado» a dimitir por ello, estamos en periodos convulsos en Europa y no conviene mostrar demasiado la patita neonazi- vamos con el mentor de todos: Estados Unidos.
Han llegado a mis manos dos documentos, uno del Ejército de Tierra y otro del Ejército del Aire de EEUU sobre…. ¡películas y documentales que hay que ver y que no hay que ver! Son miles y miles de películas y documentales que el Pentágono estadounidense considera que hay que ver, o que no, en las y los que han influido, etc. Películas y documentales tanto de EEUU como de otros países. Pero no sólo, también programas de entrevistas en la televisión. O sea, de todo. Como son miles de páginas y no os vais a entretener con todas, os pongo sólo la primera parte para que al menos os hagáis una idea de lo que digo si no os molestáis en pinchar.
Es de suponer que las democracias -¡ironía!- informen en los cines, en las televisiones o donde sea que tal película ha sido «supervisada» por el Ejército y ha dado su visto bueno para que se emita. Porque es sabido que las democracias no censuran y respetan la libertad de expresión. Supongo que nadie será tan estúpido como para pensar que es así. Hay un dato esclarecedor y que lo dice todo: el Pentágono censuró el guión inicial de la película «Iron Man». Eso supone que los estudios enviaron el guión a los militares antes de ponerse a rodar.
Los informes llevan unas calificaciones de las que desconozco su significado, pero seguro que son evaluaciones de películas y su idoneidad para transmitir los valores que le interesa al Ejército de EEUU transmitir. Y estos valores no sólo son de películas bélicas, sino de programas de entretenimiento en televisión como «MasterChef» o los numerosos «Got Talent» que se han puesto ahora de moda. Como no me puedo resistir, diré también que el Pentágono diseñó películas como «Gozdzilla», «Transformers» o «Superman, el hombre de acero».
Hay otras calificaciones que son claras: «la evaluación que se hace es que su cancelación está en el interés del Ejército de EEUU».
Os puedo ofrecer una muestra de dónde hay inversión e intervención directa del Pentágono ahora mismo. Es solo una muestra, hay más, mucho más.
Para mucha gente no será una sorpresa, pero sí merece la pena que lo difundáis por ahí. No por sabido deja de ser importante. Porque una cosa es saberlo y otra constatarlo. Tampoco falta el interés del Pentágono en los videojuegos como «Call of Duty», del que se dice «ayuda a nuestras instituciones y mantiene nuestra superioridad de combate».
Hollywood está al servicio del imperialismo, es sabido. Los productores (excepciones habrá, pero son eso, excepciones) no dudan en aceptar la censura, en rehacer personajes, en cambiar escenas, en incorporar escenas o lo que haga falta. Así tienen acceso a lugares militares, a vehículos o lo que sea. Todo a mayor gloria del patriotismo. Y de sus carteras, que llenamos nosotros, los imbéciles, cuando vamos a ver una de estas películas. Por no repetir lo de ver la televisión y demás.
El Lince
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Excelente aporte y…totalmente de acuerdo con el autor de ese blog. La verdad es que cada día que pasa y reviso algunos clásicos del pasado cinematográfico que me entusiasmaron (y tal vez lo sigan haciendo) ahora pienso que no eran nada más que productos de propaganda controlados por la CIA y el Pentágono (salvo las contadas excepciones del cine social norteamericano, incluido el negro de los años treinta, cuarenta y cincuenta). Eso si, muy bien hechos…pero todo en orden para el imperio. Lo cierto es que la presencia de los brazos armados imperialistas del Tío Sam se han hecho muy omnipresentes en Hollywood, sobre todo en los últimos cuarenta años…
Saludos
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Admiro tu valor analizando esos engendros de propaganda directa. Yo empecé con la farsa de la Bigelow, lo mejor que hizo fue esa tontería de los surferos, y no entendí que una áctriz tan buena como Jessica Chastain participara en semejante panfleto. y además de coincidir en lo que comentas plenamente, recordar como a la difunta Benazir se le escapó lo de la muerte del mitificado rambo bin laden, es tan tan aburrida y mala como Argo. La de Tom Hanks no la he visto pero no tengo mucha gana de intentarlo tampoco, sí ví casi enteras las del nuevo Bond. Ahí el tema es como vestir a un garrulo con smoking, y vender un producto de la época de esplendor económico de espías finos y sofisticados en un mundo en crisis y en plena descomposición,Asi eligen a unl actor tiene pinta de currar en la construcción, para ofrecer un supuesto realismo, supongo o simpatías , la jefa es una señora mayor, siguen apareciendo mujeres guapísimas aunque se intente quitar el machismo, en fin un absurdo, y lo que permanece es el martini o lo que tomaran los Bond. El intento de modernizar al personaje de Fleming, a mi modo de ver, es un fiasco, para eso estaba Austin Powers, mal gusto con. escatologia y una añoranza directa de los años sesenta.
El papel de la CIA en la cultura es algo que excede lo imaginable, hasta calar en la mentalidad popular en el modo de evaular que es y que no es «artístico», El libro de Frances Stonor Saunders»La CIA y la guerra fría cultural» es demoledor y facilmente encontrable por ahí.
Por ejemplo en forocomunista está en pdf.
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Supongo que me habrá dado por meterme en el cine de propaganda por eso…precisamente, por ese lado oscuro y plenamente panfletario de este cine. Porque valores cinematográficos más bien pocos. Esto sí que es proyectar ideología bajo el disfraz de cine de entretenimiento. Lo del Bond…ya te digo, me resultaba más apañado y refrescante el de Connery y algún que otro de Moore. A pesar de que tenían, igualmente, una brutal carga de «guerra fría» anticomunista, estuviera o no reflejado en esas películas el «ogro rojo». Pero no se salvaban ni Spectra ni el gato persa, encarnaciones veladas del imperio del mal, comunista claro. Pero, al menos, eran malos de verdad, con glamour. Lo de ahora son efectos especiales mezclados con nada…Lo de las mujeres guapisimas..para mí tenía más encanto la Money Penny que esos otros floreros que se agenciaba el Bond..
Lo de la CIA es espeluznante..Es la mayor organización multicriminal de la historia que no tiene parangón posible ni con la mafia, ni siquiera con la Gestapo…A ver si tengo tiempo y me hago con el de Saunders, que ya lo había oteado por Internet…
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Eso es porque no conoces a la Mafia Jazara… esa es quien domina: La CIA, el FBI, los Bancos de la FED, el instituto Tavistock, las mayores org politicas del Mundo, incluyendo la ONU, la UE, etc…
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