Se acaba de condenar a ocho años a un musulmán, de nombre Mudhar Hussein Al Malaki, residente en España durante treinta y cuatro años como autor del delito de ser (no se rían) el «bibliotecario de AlQaeda». Pero no es para reirse puesto que a la penúltima víctima de los montajes islamófobos contra chivos expiatorios musulmanes en territorio español no creo que le haga demasiada gracia»

Quiero encontrar algún tipo de lógica y coherencia probatoria a este nuevo desvarío de un tribunal de orden público absolutamente politizado, como es la Audiencia Nacional y no la encuentro por ninguna parte, como es costumbre. Estos son los que, al parecer, demandan «justicia universal»…a instancias de los EEUU, supongo. Las argumentaciones de los jueces y la fiscalía de la AN sobre este nuevo caso de «yihadismo a la española» no tienen desperdicio. Según el fiscal de la AN, tras el montaje cinematográfico de EEUU con la muerte de Bin Laden en Pakistán (esto último lo digo yo, claro) «Al Malak señaló como objetivos en internet a los presidentes de Estados Unidos George Bush -padre e hijo-, Bill Clinton y Barack Obama, a la ex secretaria de Estado estadounidense Madeleine Albright y al exprimer ministro británico Tony Blair. También Al Malaki habría señalado como «objetivos» al criminal de guerra Aznar y a otro criminal de guerra, esta vez el de la agresión a Yugoslavia, Javier Solana. 

Lo primero que llama la atención de la sentencia es lo de «señalar objetivos en Internet», algo que resulta ser un argumento entre peregrino, manipulable y disparatado, con nula base probatoria (salvo que hubiera una conexión directa probada entre el hecho «virtual» plasmado en la Red y la materialización o intento de ejecución real del atentado). Millones de personas  señalan cada día objetivos en Internet, desean la muerte del prójimo y de algún que otro hijo de puta que mata inocentes por petróleo…pero como este Al Malaki es musulmán automáticamente le han convertido en internauta «terrorista», y de los peores. Una doctrina, ésta, sin duda sacada de las cloacas de la CIA y el Mossad, en las ya clásicas y siniestras operaciones terroristas de falsa bandera utilizadas para endosar patrañas incriminatorias a los musulmanes.

La falta de credibilidad de esa sentencia es verdaderamente alarmante.. Pero el fiscal insiste en que el acusado «difundía manuales y enciclopedias de entrenamiento terrorista», algo que en el contexto general de esa sentencia suena como mínimo a delirante. ¿Enciclopedias? ¿Pero que broma pesada es esta? ¿Compartir información en un foro es ser poco menos que «enciclopedista volteriano» del terrorismo cibernético? Con razón un político dijo hace años que la «justicia era un cachondeo». Lo de «bibliotecario» es un mote que ya de por sí tiene connotaciones despectivas para menoscabar la personalidad del acusado en los medios que amarillean y magnificar, al mismo tiempo, la supuesta actividad «terrorista» del mismo. Nuevamente el fiscal insiste en algo dificílmente creíble: que Al Malaki se dedicaba en su casa a hacer «la yihad por Internet», actividad a la que dedicaba entre 8 y 16 horas diarias de una forma «metódica, como un perfecto funcionario». Toma ya…»la yihad por Internet» (y encima como el mejor funci, con la fobia que les tienen encima el fiscal de turno los compara con pérfidos yihadistas). Si señores, una supuesta yihad por telequinesia o por radiofrecuencia cuántica diferencial avanzada, a cargo de un enciclopedista de la «yihad», es motivo para criminalizar a todo moro, con o sin turbante, y colgarle el sambenito de mujaidin por la gracia de Allah. Por cierto, entre el material incautado a Al Malaki nos dicen que se encontró un potente arsenal terrorista a base de DVD y CD, más de 30.000 carpetas almacenadas en discos duros con esquemas, gráficos, dibujos y fotografías, entre las que destacan 30 imágenes de víctimas de los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004. Pero armas, lo que se dice armamento ligero o pesado nada de nada..aún así dicen que por ser «yihadista forero» a tiempo completo y disponer de fotos del 11-m es sinónimo de empuñar armas y ser terrorista en ejercicio. Detergente Colón y cromos con la efigie de Bin Laden todavía no le han encontrado. Todo se andará.

¿Y, finalmente, el condenado que ha dicho? ¿Ha reconocido su pertenencia a AlQaeda como así podría deducirse de su inquebrantable fanatismo de librero-«terrorista»? Nada, de nada. Qué yihadista de chirigota. Al Malaki reconoció que escribía en los foros islámicos soflamas, más o menos incendiarias, contra aquélla banda de criminales, es decir, los Bush, el Clinton, Obama, Blair, Aznar, etc.,como podría haberlo hecho cualquier persona decente de este mundo que tenga un gramo de sensibilidad contra esos homicidas. Según dicen, también coleccionaba «explosivos y venenos» (por Internet, claro). Así dicho, y con la «verdad» policial y judicial, tiene que ser culpable mientras no se demuestre lo contrario, por ser exclusivamente musulmán. En fin, como todo buen férreo yihadista que han pescado en territorio español Al Malik negó en redondo todas las acusaciones vertidas en una operación policial con aroma a encerrona. Se reafirmó en que no se trataba de un mensajero de AlQaeda y tampoco adoctrinaba a terroristas por la Red. Un fundamentalista de primera, clamando en su voraz integrismo, vamos. Pero hombre, si los yihadistas de verdad están en Siria, Libia, Yemen, Nigeria, Pakistán…, entrenados, armados y financiados por la OTAN, el Mossad y la CIA. En España, hay que recordarlo, decenas de ciudadanos musulmanes han sido víctimas de montajes policiales (11-m o la Operación Nova, el Comando Dixan, el correo de Bin Laden en España o la operación «antiterrorista» de Bilbao) en los últimos diez años.

La intervención del fiscal fue para mear y no echar gota «Recuerden lo que nos enseñó el 11M. El terrorismo islámico, a diferencia del de ETA o el de los Grapo, necesita una justificación religiosa y, para ello, es necesario el adoctrinamiento y eso es lo que Al Malaki hacía», dijo el ministerio público del miedo. Si el modelo para dictar esta sentencia es el 11-m aviados vamos. Puteros, golfos, traficantes de hachís, vendedores de móviles, juerguistas, confidentes moros a sueldo de la policía y el CNI para ser utilizados posteriormente como cabezas de turco…estas son las enseñanzas religiosas «yihadistas» que nos legó el 11-m. Claro, claro, de ahí salió una aberrante sentencia, a partir una refinada y milimetrada operación terrorista de falsa bandera.