Contrainformando desde el imperio (y 2). Alex Jones y Jesse Ventura: agentes desinformadores de diseño

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                 ALEX JONES: EL GRAN NEGOCIO CONSPIRADOR DE UN HISTRIÓNICO

Existe una clasificación oficiosa a la hora de determinar qué tipo de agentes de desinformación existen en la feria de lo “alternativo” y que suelen ir con el caché de mercaderes de la “verdad”. Por una parte estarían los que se podrían llamar de “alto nivel” , es decir, personajes que están forrados de “pasta” gracias a la inmensa publicidad que reciben, sobre todo en base a promocionar historias muy bien elaboradas repletas de medias verdades o habilidosas falsedades  y, por otra parte, existirían otros,  los de “bajo nivel”, que sólo sirven para propagar por Internet bulos de baja estofa completamente desacreditados, generalmente (aunque no siempre) en el campo de las paraciencias, las sectas New-age y otros aledaños esotéricos. Un tercer grupo podría ser muy bien una combinación de ambos. Así pues ”un agente de desinformación puede ser alguien que trabaja estrechamente para una entidad muy importante (por lo general un gobierno o una gran empresa) utilizando una identidad falsa o, en otro caso, ser simplemente alguien que hace ciertas afirmaciones que tienden a beneficiar a los que manejan secretos oficiales, generalmente turbios, ya que en su actuación va creando una sensación permanente de dudas acerca de esos secretos , y su estrategia suele ser la confusión, negando cualquier posibilidad de conocer la verdad”. En cualquier caso,  siempre habría más información manipulada que aparentes medias verdades.

El común denominador de todos los agentes desinformadores suele ser el trabajo en equipo, ya sea públicamente o en secreto. Una estratagema que les suele dar buen resultado es la creación de falsas disensiones o controversias entre el grupo, cuyo único objetivo es, naturalmente,  mantener el rebaño expectante y crear una situación de incertidumbre. ¿Quién es quién en el extravagante mundo de contrainformadores y desinformadores? Da la sensación de que todo se entremezclase y si miras en Internet la fauna es exuberante: para muchos teóricos de la conspiración extrema (normalmente gente con escasas luces o simplemente negacionistas de todo, crédulos en fenómenos paranormales, videncias, advenimientos, profecías, etc.) algunos de los supuestos “contrainformadores” son agentes sionistas, jesuitas, iluminatis, agentes del NWO, reptilianos, anticristos, informadores de la CIA (algo con cierta lógica) o charlatanes con amor a los dólares. Se esconde, a veces, una imprecisa ideología de extrema derecha entre los más integristas. ¿Pero hay diferencias entre gente teóricamente “seria” que se mueve en la disidencia y esos showman de lo alternativo?

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Alex Jones y Jesse Ventura serían las caras más exclusivas del show de las conspiraciones en EEUU o, directamente, en el negocio de desinformar. Es una “verdad” que la CIA ha dirigido operaciones para controlar la información en todo buen medio masivo que se precie. Lo que ocurre es que esto suele suceder en grandes corporaciones mediáticas como el New York Times, Washington Post, CNN, Reuters o Associated Press, pero también podría ser rentable dirigirse hacia la falsa disidencia. La cuestión es saber si este tipo de personajes (Jones-Ventura) está realmente en el bando de la verdad o forman parte de un premeditado fraude mediático con aroma a “psy-op”. Quizás no habría que complicar tanto las cosas y decir simplemente que ambos personajes son una máquina de hacer dinero a costa de explotar la credulidad y entretenimiento más estúpido con programas formato CSI.

Alex Jones es el que va de “más creíble” de los dos (o se lo hace creer con su potente verborrea y capacidad de persuasión). Tiene una multinacional conspirativa construida a través de varias plataformas mediáticas: Infowars, el Alex Jones Channel (Youtube) o PrisonPlanet donde la provocación suele sustituir a la información: bajo esa apariencia disidente, es cierto que nos encontramos con medias verdades pero también con montajes-conspiraciones de lo más ridículo (los famosos campos de concentración del Fema y sus ataúdes, en un vergonzante numerito que hizo al alimón con Jesse Ventura) todo con el ánimo de distraer y alejar a la gente de las verdaderas tramas ocultas de Estado. Para adornar su discurso con más “realismo” Jones suele asistir con megáfono en mano a reuniones tipo Bilderberg para hacerse notar como “star system”. 

La verdad es que de Jones no se escriben precisamente ditirambos en Internet: desde fraude, doble agente, desinformador profesional, estafador, montajista, agente jesuita de la CIA (sic)…hay centenares de páginas dedicadas al personaje para glosar sus triquiñuelas y su carácter embaucador por parte de los detractores más militantes del abigarrado y pintoresco conglomerado anti-NWO. Yo lo dejaría en un hábil charlatán desinformador. Jones no deja de ser un traficante de rumorología bajo la apariencia de contrainformación, incluida la política (¿qué pinta en Siria?). Como han dicho por ahí “Alex Jones es, en definitiva, otra “falsa bandera”. 

JESSE VENTURA

                                                  JESSE VENTURA, CHARLATÁN-SHOWMAN CON PEDIGRÍ

Jesse Ventura es otro tunante, pero aún más efectista y trilero que Jones. Gobernador del Estado de Minnesota (¿cómo? ¿desde las cloacas institucionales se pueden denunciar públicamente los trapos sucios del imperio?)  y, según dice, ex marine “seal” en Vietnam, es muy poco probable que alguien que está trabajando desde “dentro del sistema” en un cargo político pueda atacar (públicamente) al propio sistema. Aunque ya sabemos que cualquiera de los telepredicadores más extravagantes puede acceder (con dinero) a la política estadounidense. Después vienen las payasadas. Su programa Conspiracy Theories es un “show televisivo a la americana”; por tanto, tiene cero credibilidad. Trabaja en equipo, un supuesto “team” de investigación, un poco al estilo de cualquier serie televisiva policíaca postmoderna,  siendo la desinformación (con apariencia de «verdad») lo más granado de su discurso: 11-s, Proyecto Haarp, futurología apocalíptica, falsas banderas, Kennedy…en fin, el mismo repertorio que Jones, personaje con el que ha actuado para algunos sketches de humor como los ya mencionados “campos de concentración del FEMA”, unas instalaciones que la Agencia Federal estadounidense para el Manejo de Emergencias, según Ventura, tiene preparadas para los disidentes en el supuesto de que ocurra una rebelión masiva contra el gobierno americano. Algo que por otra parte no va a ocurrir puesto que esas protestas se ahogarían en sangre y en Estado de sitio y, además, no parece que el tándem Jones-Ventura sean los que inciten a ello dado que les va muy bien montando sus tinglados falsamente conspirativos.

En el 11-s, Ventura, como buen agente desinformador, se ha destacado también por empozoñar el discurso alternativo, construido bajo presupuestos científico-lógico-racionales, sin implicarse el ex marine realmente en la trama, sino más bien todo lo contrario: “ha ensuciado la credibilidad del movimiento de la verdad del 11-s” o, como alguien ha dicho “se ha meado en toda nuestra credibilidad colectiva”, realizando incluso entrevistas-mascaradas al FBI, sobre esta cuestión para decir a los federales algo así como “que pasa tíos, por qué no se pueden ver los videos del Pentágono”, con puesta en escena “hollywoodiense” incluida (si Ventura fuera un disidente de verdad, el FBI le hubiera dado una soberana patada en el culo). Ventura no va más allá de ser un periodista de mascotas.

Hay quien intenta salvar de la quema a Ventura ya que “al menos dice algo”, pero el show  de Ventura sólo persigue el espectáculo por el espectáculo para beneficio propio y, además, en el 11-s, ha afirmado ladinamente y con calculada ambigüedad que “no creo que el Gobierno lo hiciera necesariamente”, para descartar cualquier “complot oficial”. Por ejemplo, las “falsas banderas” se reducen, para Ventura, a la operación Northwoods, que….nunca fue ejecutada. 

Alex Jones y Jesse Ventura son periodismo basura, amarillo, con ánimo de minar organizaciones más serias que buscan encontrar y desentrañar las mentiras oficiales del «tito» Sam, además de convertir en un circo temas de candente actualidad política. De otras temáticas (tipo ufología, iluminati) ni opino porque dan vergüenza ajena.

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