11-s (y XI). Michael Chertoff, el halcón sionista de Bush, ideólogo y orquestador del 11-s

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MICHAEL CHERTOFF, IDEÓLOGO DEL 11-S

El perfil de un asesino de Estado

El investigador norteamericano Patrick Briley (*), en el ya casi lejano año de 2005, se encargó de analizar a un oscurísimo personaje de la política estadounidense que tenía las trazas de ser el estratega (o al menos uno de ellos) de todas las guerras sucias, internas y externas, del imperio del tito Sam. Aparecía, por entonces, como uno de los conspiradores más activos de las Administraciones de Bush padre e hijo. No era otro que Michael Chertoff que en aquel momento estaba a punto de ocupar la influyente jefatura de la Secretaría de Seguridad Nacional. Es sorprendente que nadie, entre los teóricos de la disidencia al 11-S oficial (o al menos yo no tengo conocimiento de ello) se haya planteado indagar, siquiera superficialmente, sobre este sombrío, enigmático y maquiavélico Chertoff como la cabeza “pensante” del renovado imperialismo y militarismo norteamericano; un digno sucesor del viejo genocida Kissinger. El artículo de Briley señalaba a Chertoff como un criminal de Estado y denunciaba su implicación en infinidad de asuntos sucios relacionados con el terrorismo, en particular, el de “falsa bandera”. En la gran parodia sangrienta del 11-S además de dejar al desnudo las inconguencias y falsedades de los informes oficiales había que empezar a esclarecer quienes pudieron estar detrás de los atentados terroristas de Nueva York, Pentágono y la escenificación falseada de Shanksville, como autores intelectuales y programáticos.

Briley tituló su reseña de este concluyente modo: “Chertoff creó el pretexto del terror contra EEUU para instaurar un Estado policial”. Y es que Chertoff ya había sido, en el año clave de 2001, responsable de la división criminal del Departamento de Justicia de EEUU nada menos que para investigar (cruel ironía) el 11-s y fue escalando posiciones, a velocidad de vértigo, dentro de las esferas de poder estadounidense próximas al conglomerado golpista neocon. Briley le señala como uno de los grandes conspiradores terroristas de EEUU señalando “el papel inequívoco jugado por Michael Chertoff en el atentado de 1993 contra el WTC, el atentado de Oklahoma y los ataques terroristas del 9-11, así como el encubrimiento que hizo Chertoff del FBI, con el previo conocimiento del Departamento de Justicia, en la planificación de aquellos ataques”. Briley no se anduvo con medias tintas e “implicó concluyentemente” a Chertoff como un ideólogo criminal de Estado, cuya doctrina política la diseñó “para financiar, crear y provocar intencionadamente actos terroristas, con el fin de proporcionar un pretexto para la mayor parte de las controvertidas disposiciones que han configurado el actual Estado policial, materializado mediante unas leyes que Chertoff ayudó a redactar”. O lo que es lo mismo, la consecución, entre otras, de la ley llamada Patriot Act, puesta en práctica para espiar a ciudadanos estadounidenses, algo que, teóricamente, estaba prohibido por la Constitución de ese país.

La corrupción institucional en las altas esferas del poder usaco que recrea Briley, en lo que concierne sobre todo a los aparatos de seguridad nacional de EEUU (FBI, CIA, etc…), y sus estrechas conexiones con el terrorismo yihadista, son para hacer una saga épica del mejor “thriller” político de todos los tiempos. Pero estamos hablando de realidades, que a veces superan a las ficciones cinematográficas. Queda claro, según Briley, que la planificación y ejecución del terrorismo de Estado en el país del Tío Sam había girado, desde los años noventa, en torno a este tipo de aspecto draculiano con galones de nacionalsocialista del III Reich. El tan citado “inside job” estaba servido, de alguna manera, desde hacía bastante tiempo. El 11-S fue solamente la culminación final de ese “trabajo” interior. Como ya ha señalado anteriormente Briley. el pistoletazo de salida de Chertoff como gran terrorista de Estado tuvo lugar con el primer atentado a las Torres Gemelas en el año 1993, del que, según nuestro autor “el FBI tuvo pleno conocimiento de que se iba a producir y Chertoff, como Secretario de Justicia de EE.UU (en Nueva Jersey), estuvo plenamente involucrado en aquella operación terrorista”. Luego vino, en orden de importancia, el brutal atentado de Oklahoma de 1995 (donde se destruyó con un camión-bomba un edificio federal que ocasionó 168 muertos, acto que fue atribuido, prácticamente en solitario, a un fanático llamado Timothy McVeigh utilizado como oportuno y manipulado fantoche; oliendo a la misma mierda falseada, entonces, que la del “asesino solitario” noruego Breivik). El “false flag terrorism” estaba empezando a tomar cuerpo y a surtir efectos entre la opinión pública más desinformada.

Finalmente, el 11-S fue la traca final donde, vaya por dios, Chertoff fue el encargado de dirigir nada menos que la investigación de aquellos atentados (había sido nombrado por el entonces Fiscal General de Bush, John Ashcroft). Pusieron al hijo de zorra a cuidar de las gallinas, para aquilatar, con un pucherazo político-judicial, la conspiración de Estado.

Ejecutando el terror global

Briley citaba al diario The New Yorker (artículo de 5 de noviembre de 2001) describiendo el papel de Chertoff en la investigación de los atentados del 11-S del siguiente modo:

«Desde los ataques terroristas del 11 de septiembre, la oficina de Chertoff se ha convertido en el embudo de lo que es, probablemente, la investigación penal más importante de la historia de Estados Unidos. Fiscales e investigadores del FBI están en las manos de Chertoff. Para las decisiones del día a día, Chertoff tiene la última palabra».

La investigación estaba completamente contaminada y corrompida desde un primer momento, no sólo por nombrar a Chertoff, sino sobre todo por otorgarle unos poderes extralimitados, a alguien que tenía las papeletas para ser uno de los instigadores del 11-S. Si bien hay que matizar que Briley siempre habla de Chertoff como la cabeza pensante de la conspiración de Estado usaca, este autor da a entender (o eso es al menos lo que he podido deducir, que mi inglés tampoco es perfecto) que los ejecutores materiales del 11-s fueron Mohamed Atta y su supuesta célula terrorista. Chertoff sería simplemente el que dio el visto bueno. Pero ésta es una lectura que creo, sin duda, equivocada en cuanto a la participación de imaginados “terroristas” en el 11-S y acertada en cuanto que Chertoff representa el perfecto arquetipo de conspirador y terrorista de Estado. Encaja a la perfección en el autogolpe del 11-s, sin necesidad de contar con unos paniaguados “terroristas” para ejecutar el operativo de aquel día, ya que aquéllos solamente fueron utilizados como coartada justificativa de los crímenes del 11-s.

A partir de septiembre de 2001 el concepto de “guerras preventivas y contra el terror” fue llevado a la práctica por los mandarines del Pentágono y la CIA, con Rumsfeld, Chertoff y Cheney como principales impulsores y ejecutores. Para entender hasta que punto Chertoff tenía capacidad de decisión en las operaciones encubiertas que se realizaban en el exterior, cabe destacar que “Chertoff también fue consultado por la CIA sobre la tortura y las entregas extraordinarias de sospechosos de terrorismo a otros países para ser torturados”, asevera Briley. No hace falta imaginar que la Agencia de espionaje americana obtuvo su aprobación. Una tras otra, la cadena de complicidades, compra de mercenarios terroristas árabes, encubrimientos y sobornos jalonaban el historial de este funesto personaje. También “Chertoff deliberadamente silenció y encubrió, con el lavado de dinero, tráfico de drogas y armas, la financiación saudí (supongo que aquí Briley se refería a AlQaeda-familia de Bin Laden).

El peligroso y maquinador Chertoff tuvo tiempo el año pasado para sacarse de la manga un desvergonzado artículo en la página web de la Secretaría de Seguridad Nacional recordando el décimo aniversario del 11-S con el título de 9/11, Before and After, justificando irónicamente su ideario represivo-fascista. Por supuesto, para este tipo el gran montaje del 11-S no es objeto de discusión y el que contradiga la versión oficial, cito sus palabras textuales, también niega “el Holocausto judío”. Lo decía, obviamente, un sionista defensor de las masacres de Israel contra el pueblo palestino.

Decir, finalmente, que Patrick Briley (cito textual) presentó sus conclusiones, en relación con el atentado de Oklahoma, así como de los ataques del 9-11, en diversas reuniones informativas con funcionarios norteamericanos de alto nivel pertenecientes al Poder Judicial, al Senado, a los comités de Inteligencia de la Cámara de Representantes, así como al Presidente de dicha Cámara, Dennis Hastert y también a la Comisión oficial del 9-11. Huelga decir que obtuvo la indiferencia, rechazo e incredulidad como respuesta.

(*) Patrick Briley participó en la guerra de VietNam. Sirvió en una patrulla de submarinos Polaris en el Pacífico con misiles balísticos nucleares a bordo. Participó, también, en misiones excepcionalmente importantes y peligrosas en el extremo Oriente, sobre todo cerca de China.

También estuvo enrolado en el servicio Naval desde 1968 hasta 1976 durante el conflicto de Vietnam, como comandante de batallón de la unidad naval ROTC y fue guardiamarina a bordo del submarino de misiles balísticos, SSBN 624, Woodrow Wilson. Fue elegido por el Almirante Rickover como ingeniero de proyectos de reactores navales cerca de Washington DC. Patrick Briley empezó a investigar y analizar las causas de por qué se produjeron “ataques terroristas” en territorio americano poco después del atentado en Oklahoma City”.

 

NewsWithViews.com

www.incpu.org/articles/briley_22105.pdf

Un Comentario

  1. Selenita putativa

    Hola Urania y compañía, como veo que los comentarios han derivado hacia la segunda guerra mundial, los nazis y demás, quería aportar un par de enlaces interesantes a mi parecer:
    El vídeo de la Operación «Paparclip» sobre cómo la CIA se hizo con los cerebros más brillantes del nazismo: http://youtu.be/MHHR6a9ZzwA y el enlace a la página Realy of life http://www.relay-of-life.org/nazi-roots/chapter.html donde podéis descargar en pdf el libro «Las raices nazis de la UE». Y ya que me pongo os dejo el documental del domingo de La 2, todavía ofrecen reportajes de calidad, en este caso sobre los lobbies de Bruselas http://www.rtve.es/television/20130221/documentos-los-negocios-bruselas/609745.shtml.

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  2. Fernando Capdevila

    Si, como afirma Usted, ( ni entro ni salgo en esa cuestión, pues no dispongo de información como para hacer tal afirmación ) 11-S no fue obra de los seguidores de Ben Laden, sino que fue un autogolpe perpetrado por los propios yanquis, podemos deducir que el 11-M fue entonces un autogolpe perpetrado por el partido popular que en aquel tiempo estaba en el poder?

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    • uraniaenberlin

      Las versiones ofrecidas tanto por el PP, como por el PSOE, sobre el 11-m son absolutamente fraudulentas. Ese atentado terrorista hay que enmarcarlo (a la vista de los hechos, chapuzas judiciales y pruebas ocultadas) en el único contexto de una operación de falsa bandera y en el marco de una pista «atlantista» (que no la pre-elaborada islamista), es decir, con la implicación directa de la OTAN o indirectamente (pero vinculada a la organización militar) a través de alguno de sus brazos armados. Los antecedentes y similitudes son muy notables: la red Gladio y su actividad terrorista en los setenta y ochenta en Europa (Los Ejércitos Secretos de la OTAN, Daniele Ganser). En esa época, 2004, la OTAN estuvo haciendo, entre el 4 y el 10 de marzo, uno de sus habituales ejercicios de «gestión de crisis», el CMX2004, cuyo contenido operativo era calcado a lo que ocurrió en Atocha el 11-m. Pero esto no dejaría de ser una simple coincidencia o anécdota si no fuera porque existen una cadena de descalabros judiciales y policiales que determinan ir en esa dirección. Por supuesto, con la CIA al tanto de todo. Yo tengo una visión general de este asunto, no tan desmenuzada como el 11-s..Nada más

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  3. Wilburg

    Todo está bien, pero según la Wikipedia:
    Chertoff was born in Elizabeth, New Jersey, to Rabbi Gershon Baruch Chertoff (1915–96), a Talmud scholar and the former leader of the Congregation B’nai Israel in Elizabeth, and Livia Chertoff (née Eisen), an El Al flight attendant. His paternal grandfather, noted Talmud scholar Rabbi Paul Chertoff emigrated with his parents from Czarist Russia, present-day Belarus.[3].

    ¿¿¿¿Un Judío Nazi????

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  4. plared

    Sabes, hace tiempo leí a un historiador de estos de la corriente reversionista sobre la segunda guerra. Curiosamente, aun presentando a los nacional socialistas como no mucho peores que los aliados….. También comentaba algo que fue un secreto a voces….

    Cuando la caída de Berlin era inminente, se produjo en realidad una competición entre aliados y rusos para llegar los primeros a esta ciudad. No para terminar al guerra,, mas bien para quedarse con las mentes mas privilegiadas, ya sea por inteligencia o por mera habilidad maquiavelista. Si, muchos fueron juzgados, pero científicos, ideologos y organizadores pasaron a formar parte de la maquinaria de los países vencedores……. En dos palabras una vergüenza.

    Esto puede parecer que no viene al caso, pero si y bastante. Ya que muchos de los que ahora rigen destinos, se educaron a las faldas de estos. Te sorprendería ver la cantidad de digamos que reciclados que siguen al pie de la letra las enseñanzas de espécimenes de estos o también del antiguamente temido telon de acero..

    Creo que el tocho este lo he soltado a raíz de la comparación con los nazis. Es lo que tiene esto de los blogs, cada uno entiende en un post lo que dios o el diablo le da a entender…..Cuidate

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    • uraniaenberlin

      Es cierto que tras la caida de Berlin en la II Guerra Mundial, lo que hubo (es de sobra conocido) fue un reparto de poder e influencias en la Europa arrasada por la guerra. En el caso de los americanos (o aliados), no tuvieron tragaderas para alistar a los mejores oficiales nazis de la inteligencia de Hitler (aunque tuviesen un historial manchado de sangre) como Reinhard Gehlen o les ayudasen a escapar a Argentina, haciendo la vista gorda con tal de que no hubiera fisuras en la causa anticomunista, que ya era palpable antes de la finalización de la II guerra. En esencia, el poder político en EEUU era bastante similar (salvo el componente supremacista de exterminio) a la Alemania hitleriana. En eso estoy de acuerdo contigo.

      Gracias por el post y saludos!

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