11-s (X). Popular Mechanics, fascismo 'científico' al servicio de una mentira de Estado

POPULAR FASCIMECHANICS

EL CIRCO CONSPIRANOICO DE «MECÁNICA POPULISTA»

La revista Popular Mechanics (PM), editada en Nueva York, es uno de los referentes y soportes ideológicos de la ciencia oficialista estadounidense para tratar de explicar todos los sucesos acontecidos el 11-S. El papel jugado por este medio ha sido, sobre todo, el de manipular a la opinión pública desde el ámbito de la “ciencia” intoxicando con falsos dogmas científicos elaborados casi siempre con las conclusiones de la Comisión 9/11 y el NIST (el Instituto de Estándares y Tecnología). Su base metodológica carece de todo presupuesto racional que no sea apoyarse en falacias empíricas, bajo las cuales pseudoargumenta con mala fe una y otra vez contra los llamados despectivamente “truthers”. Si indagamos quien está detrás, ideológicamente, de Popular Mechanics vemos que forma parte del imperio Hearst Corporation (cuyo fundador fue el conocido magnate nazifascista William Randolph Hearst –retratado por Orson Welles en Ciudadano Kane-, una pieza clave en la desinformación y propaganda anticomunista de EEUU y sus satélites contra la Unión Soviética, durante la llamada “guerra fría”). En la parte puramente económica, Popular Mechanics obtiene sus ingresos publicitarios de la mano de contratistas militares y de Defensa, algo que se puede deducir fácilmente, ya que PM tiene una especial predilección por la publicación de artículos que versen sobre tecnología militar y policial (la portada de julio de este año no deja lugar a la duda), en especial los que se refieren al control de ciudadanos y a operativos antiterroristas. Así pues, un repertorio de republicanismo filofascista y orientación mlitarista, conforman el modus operandi mediático de PM. Lógicamente, no iban a morder la mano de quien les da de comer y de quienes, presumiblemente, puedan haber suministrado apoyo logístico a los perpetradores del 11-S. Si a ello añadimos que PM tiene todas las papeletas para ser una revistucha fachada de la CIA, el círculo conspirador se cierra en su integridad.

Los pueriles argumentos de PM y sus refutaciones de baja estofa cercanas a la milagrería, en relación a aquellos acontecimientos, son de sobra conocidos y han sido desmontados y refutados, entre otros, por el ingeniero de estructuras Jim Hoffman, sobre todo cuando PM cita en uno de sus pedestres artículos que el NORAD sólo había interceptado un avión civil en toda su historia (el del golfista Payne Stewart, que se despresurizó en el aire y murieron todos sus ocupantes), algo que entraba en contradicción con las afirmaciones que hizo el comandante Douglas Martin, uno de los referentes de la revista en materia militar («From Sept. 11 to June, NORAD scrambled jets or diverted combat air patrols 462 times, almost seven times as often as the 67 scrambles from September 2000 to June 2001, Martin said»). Por descontado, PM omite los testimonios de las explosiones en las Torres Gemelas, se pasa por el aro el metal fundido encontrado en la base de las Torres Gemelas o no toma en consideración las declaraciones del arquitecto y gerente de la construcción de las WTC, Frank De Martini, quien afirmó que las torres gemelas eran edificios estructuralmente robustos –más que, por ejemplo, el madrileño Windsor- y a prueba de aviones. Y así decenas de incongruencias anticientíficas de PM, a cada cual más embustera.

 

La bazofia cientificista de PM acerca del 9/11 la ha propagado, básicamente, a través de su editor-mercenario, James Meigs, y en medios televisivos donde tipos tan fascistas como el ultrarrepublicano Bill O’Reilly le pueden dar bola gustosamente (Reilly presenta un programa-engendro en la Fox News llamado El Factor O’Reilly, donde siempre que puede intenta ridiculizar a gente seria e intelectualmente honesta como  los disidentes del 9/11).

El estilo explicativo de Meigs es puramente fulanista y obvia elementos esenciales del 11-s (por ejemplo, la destrucción de pruebas tras el derrumbe de las WTC). Para rematar la faena de la complicidad de Meigs con la Administración Bush, el cabeza visible de PM escribió un libro que es la síntesis y extensión de toda la conspiración oficial, Debunking 911 Myths, un panfleto-basura prologado por un guerrero psicópata de extrema derecha (el senador republicano John McCain). Lo que ha hecho Popular Mechanics ha sido, ni más ni menos, que encubrir el autoatentado terrorista del 11-S. Como bien afirmaba Chris Bollyn, «en PM la propaganda gubernamental ha sustituido a los artículos científicos». Un lector desencantado escribió una carta al editor de PM en los siguientes términos: ‘yo creo que ustedes son sólo una herramienta más en la maquinaria de propaganda de los gobiernos’”.

Y…MÁS CIENCIA BOBA REFUTANDO LO IRREFUTABLE

Aunque no guarde relación alguna con PM, pero sí indirectamente, en cuanto que desde determinada ciencia oficialista se intenta avalar una mentira de Estado, he buceado algunas otras fuentes “científicas” con el pedigrí de autoridad en la materia. Leo un artículo en el site Ciencia Kanija con un título un tanto llamativo: “Las teorías de la conspiración del 11-S desafiadas por una investigación de Cambridge”, (septiembre de 2007), donde aparece otro paladín del 11-S oficial, Keith Seffen, ingeniero por la prestigiosa y elitista Universidad de Cambridge (UK), pero retratado básicamente como un cretino que intenta refutar la teoría de la demolición controlada con argumentos tan peregrinos como pueriles, tan esotéricos como falaces. Según Seffen “el colapso de las Torres Gemelas estaba destinado a ser rápido y total”, y para ello utiliza “modelos dinámicos” en base al “cálculo de la capacidad residual del edificio para resistir el peso de los pisos superiores bajo las condiciones de colapso”. El artículo fue publicado, al parecer, en el Journal of Engineering Mechanics (USA), una revista intuyo que controlada por el oficialismo reinante para cerrar filas en torno a la farsa oficial.

Lo que ocurre es que por muchos globos sondas matemáticos, ecuaciones diferenciales y juegos de ordenador con la que nos obsequie Seffen, resulta que para obtener un rápido colapso de un sólo piso se necesita provocar el fallo simultáneo de todas las columnas de apoyo (para que aquél ocurra). Y sin explosivos no sólo es imposible..sino que es…imposible (para que quede más claro), como han sentenciado mil expertos científicos, aparte de vulnerar el principio de conservación de momento y energía antes mencionado. En fin, una completa chorrada las aseveraciones de Seffen, señor que se empeña en ocultar las verdaderas realidades y alcance del 11-S con malabarismos tecnicistas. Con gente como ésta desde luego la ciencia entra en colapso y en caída libre.

 

  1. magufo

    «gente seria e intelectualmente honesta como Richard Dawkins»

    ¿Gente honesta Dawkins? Por favor, se sabe que Dawkins es un mentiroso que protege los intereses de los seudoescépticos y de charlatanes de la talla de James Randi.

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    • uraniaenberlin

      Si me tengo que quedar entre Dawkins o Bruno Cardeñosa…desde luego no hay color en favor del inglés. De Dawkins me gusta casi todo lo que ha escrito (Destejiendo el arco iris…El espejismo de Dios..), pero sobre todo su inatacable posición atea. ¿Protege los intereses de los pseudoescépticos? Si se trata de defender creencias religiosas, ovnis o sectas new-age, me parece bien que Dawkins sea un azote de estos fantasmas. Desconozco su postura ante el 11-s, pero me importa más bien poco, sobre todo si es la indefendible de los que suscriben el timo oficial. No se puede estar de acuerdo con todo el mundo en todas las cosas. Randi es otro tema, es un mago, no un científico, un showman barato con tufo a demagogia al estilo de Alex Jones, pero en la trinchera contraria.

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