La "omertá" de Bilderberg

Todos los años, por estas fechas, una organización de delincuentes internacionales llamada Bilderberg se reúne con la flor y nata de la clase político-financiera del planeta, sus mejores y más avezados lacayos mundiales, para imponer fanáticas políticas neoliberales a espaldas de todos los ciudadanos. No faltarán aviones privados, limusinas, hotelazo y (supongo) putas de lujo para esta nuevo congreso del expolio de los mercados. Aristocracia, reyes, banqueros, periodistas o empresarios se dan cita para debatir en esa sociedad secreta el destino y empobrecimiento de millones de personas en todo el mundo. El club Bilderberg, nos dicen, siempre “celebra sus conferencias anuales a puerta cerrada, sin informar a los medios de comunicación de sus debates y sin publicar conclusiones de los mismos”. A veces no queda más remedio que tirar de etiqueta fácil. Pero es que te lo ponen a huevo, sobre todo para las teorías más retorcidas del universo conspiranoico. Pero, dejando de lado a los teóricos de las elucubraciones “illuminati”-reptilianas que se apuntan a todo lo que pillan para seguir viviendo del negocio «new age» (como el campeón de Bilderberg Daniel Eschulín o el tarado ultraderechista Alex Jones; o aquí, en la Españabankia del PP, los ya mencionados en la entrada anterior), las cosas hay que llamarlas por su nombre: un grupúsculo privado, elitista, de mafiosos y criminales está secuestrando la voluntad popular de la ciudadanía para imponer la doctrina monetarista más agresiva del capitalismo financiero internacional. A los gobiernos que le son afines, pero también diseñando estrategias para derrocar o asfixiar económicamente a quienes no son dóciles con la tiranía de los mercados. Conviene recordar que Bilderberg fue fundada por un miembro de la realeza holandesa, el príncipe Bernardo, militante en su juventud de las SS y del partido nazi. Los antecedentes ideológicos, pues, se sincronizan perfectamente con la situación actual.

Este año Chantilly (Virginia, USA) va a ser el centro de operaciones del golpismo financiero de Bilderberg. Y hasta allí ha viajado nuestra rolliza-fashion Soraya Sáenz de Santamaría, la cotorra oficial del gobierno mariano, para poner la soberanía económica de este país a los pies de ese refinado club de fascistas. Como antes lo hizo, no lo olvidemos, el infame mercachifle Zapabildebergtero. Según los falsimedios la barbie del PP ha aterrizado en Yankilandia para llevar la promesa de portarse bien con los mercados y los mercaderes. Le acompañan otros pájaros de cuenta como el comisario “socialista” Almunia, la florero real Sofia de Grecia (los borbones siempre metidos en los negocios más sucios), la hija del capo Botín, el presidente de Tele-estafa-fónica o el intoxicador profesional del imperio PRISA, Juan Luis Cebrián, así como su presidente Don Polankone Jr. Todos estos truhanes-trileros estarán bien parapetados bajo decenas de ametralladoras y miles de agentes policiales, para atender los mandatos imperativos de los Rockefeller boy’s. Hasta tendrán la suerte de codearse con genocidas como el casi nonagenario terrorista Henry “Himmler” Kissinger, el cerebro de los golpes de Estado en Latinoamérica en los años sesenta y setenta y responsable del asesinato, en todo el mundo, de miles de opositores políticos de izquierdas durante más de cuarenta años. Yo no estaría tan orgulloso de asistir a ese encuentro si no pensara que soy como él.

En la mafia global de Bilderberg no hay transparencia, todo se discute entre bastidores, sin luz ni taquígrafos. El secretismo y la «omertá» es su «modus operandi». Es una organización fantasma que en la práctica no está constituida por ninguna persona física ni tampoco jurídica. Su poder no reside en las urnas, ni su constitución como entidad o club procede de algún tipo de acuerdo internacional. No tiene estatutos ni proyecto programático alguno que sea visible siquiera en Internet. Así que el papelón de la repipi Soraya, como portavocera del neofranquismo gobernante, es el de ir a depositar jirones de servidumbre a una camarilla de sinvergüenzas, terroristas y depredadores económicos. ¿Es qué hace falta hablar más claro? ¿O es mejor quedarse en las medias tintas para no molestar excesivamente a estos hijos de puta? En fin, que yo pensaba, sin mala leche, que Sorayita iba a Estados Unidos a rodar una película de Walt Disney (como sex-symbol cerdita Peggy le vendría al pelo) pero resulta que al final va a traerse bajo el brazo el garrote vil del pinochetismo económico para todos los españoles. Más miseria empaquetada en lujoso papel couché, con lacito rosa de Bilderberg incluido.

 

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