OTAN: dibujando golpes de Estado en Siria. Un año de injerencia criminal exterior

Es difícil tragarse a estas alturas, para el lector más informado, independiente, perspicaz y con criterio, la información sesgada y pusilánime que los distintos medios del capital y la OTAN nos ofrecen acerca de lo que está ocurriendo en Siria. Se nos vienen informando desde hace un año de revueltas “populares” en el país árabe, al principio pacíficas luego reconvertidas mágicamente en “resistencia armada rebelde”. Esos grupos opositores nos dicen que están siendo aplastados por el ejército sirio sin oponer prácticamente resistencia y con una crueldad contada casi al detalle, a pesar de que no existen más pruebas sobre el terreno que las aportadas por los voceros de la oposición siria, la ONU y los escribanos de EEUU y la OTAN. No hace falta ser un estratega internacional para adivinar que sobre el tablero de ajedrez árabe y sus bendecidas “revoluciones” primaverales, sobre todo en Siria y Libia, no hay nada más que un diseño golpista ejecutado desde el exterior. Lo que ocurre es que el cálculo de probabilidades puede que no le haya salido tan bien al entramado sionista otaniano de los Obama, Sarkozy y compañía al aupar al poder a facciones yihadistas (o de fachada “integrista”) en países como Libia (gracias a las matanzas de la OTAN), Túnez y a la espera de lo que ocurra en la inestable Egipto.

En Siria se están reeditando, de alguna manera, los esquemas neocolonialistas de Libia. Primero se prepara a la opinión pública con fabulaciones sobre supuestas “atrocidades” del régimen de turno y luego se da paso a la intervención militar con el apoyo de mercenarios comprados a las monarquías feudales del Golfo (Qatar y Bahrein), o bien a contratistas de las empresas satélite del Pentágono y la OTAN. El guión, por cansino, repetitivo, intoxicador  y monocorde sigue siendo el mismo: unidireccionalidad en la desinformación, testimonios en exclusiva de grupos opositores, matanzas del ejército sirio a civiles desarmados, cifras de muertos conteadas al azar, Homs, la ciudad siria, martirizada por los tanques del régimen de Asad y su Africa Korps. Ya no pueden disimular por mucho tiempo; la injerencia armada occidental en Siria, mediante redes terroristas financiadas por la OTAN, era un hecho demostrable y resulta categórico que haya tenido que verificarse a través de los cables de Wikileaks. Según las fuentes independientes más fiables, grupos criminales organizados que están siendo apoyados desde el exterior son los que están perpetrando asesinatos contra la población civil para luego endosárselos al ejército sirio. Un manual de contrainsurgencia que ha dado siempre buenos dividendos a los patrones imperiales grancapitalistas. El juego macabro involucionista de las potencias occidentales en Siria ha sido cuidadosamente planificado aunque, de momento, su banda terrorista OTAN está maniatada en su desbocado ardor imperialista gracias a un veto de Rusia y China en la ONU. Pero, como ya hemos dicho, la alianza atlántica no ha perdido el tiempo y ha enviado al país árabe una avanzadilla de mercenarios para que le hagan el trabajo sucio como preparativo a una posible agresión militar. 

Sobra decir que el papel jugado por los medios de comunicación (españoles, en lo que nos atañe) es deshonesto y miserable a partes iguales, sobre todo por aquellos que dicen defender trincheras de “izquierdas” (que no antiimperialistas) como el decididamente otaniano Público o el innombrable diario pronorteamericano neoliberal ELPAIS. En particular, Público, se ha situado siempre en una línea beligerante pro-atlantista en la información que ha ofrecido sobre Siria (antes hizo lo mismo con Libia). Sucede que el fenecido diario de Jaume Roures, actualmente en quiebra (sólo funciona en formato digital), tiene algo más que intereses ocultos en todo este negocio de la tergiversación mediática. Si no cómo es posible que publicase una semana más tarde, después del bombo y platillo de su exclusiva sobre Stratford, la implicación de la OTAN en la desestabilización de Siria, cuando ya se sabían, desde la aparición de la info de Wikileaks, los entresijos golpistas de esa multinacional militar del crimen. La prueba, o una de ellas, del “delito” de Público está en una reseña informativa que ha publicado un medio digital, La República.es: 

“Mediapro, propietaria de Público, tiene montada una sede en Qatar (uno de los países implicados en la introducción del terrorismo en Siria y, en su momento, en Libia)[,,,]También tiene negocios de retransmisiones deportivas en la región, uno de cuyos principales clientes es Aljazeera, responsable fundamental de la desinformación sobre las guerras coloniales de Libia y Siria”. 


Estas y otras complicidades son las que conforman el descrédito y nauseabundo servilismo al imperio del que hacen gala los medios españoles a la hora de tratar cualquier asunto de política internacional, sobre todo donde siempre estén en juego los intereses de las multinacionales. La República.es se hace eco, también, de las palabras de un periodista del diario británico The Guardian, John Pilger,  que debe ser uno de los pocos plumillas independientes que le quedan a Falsimedia, a propósito de lo que está sucediendo en Siria, señalando en un artículo titulado The dirty war on WikiLeaks que:

War by media, says current military doctrine, is as important as the battlefield. This is because the real enemy is the public at home, whose manipulation and deception is essential for starting an unpopular colonial war. Like the invasions of Afghanistan and Iraq, attacks on Iran and Syria require a steady drip-effect on readers’ and viewers’ consciousness. This is the essence of a propaganda that rarely speaks its name” (“La guerra mediática, según la doctrina militar actual, es tan importante como la que sucede en el campo de batalla. Esto es así porque el verdadero enemigo es la opinión pública, a quién resulta esencial manipular y confundir para comenzar una guerra colonial impopular. Como en las invasiones de Afganistán e Irak, en los ataques contra Siria e Irán se requiere de un “goteo” desinformativo constante para influir sobre los lectores y los espectadores. Ésta es la esencia de la propaganda, de la que que rara vez se habla). Esclarecedor ¿no?

  1. plared

    Una banda de chiripitiflauticos la izquierda de este pais. Que si la derecha no sirve, los que están enfrente simplemente dan risa, en especial por sus bandazos internacionales. Mientras se habla, se informa y desinforma sobre eso tan en boga ultimamente de la primavera árabe y demas, que solo un tonto puede pensar que surgió por generación espontánea…

    El sufrimiento ya enquistado de el pueblo Saharaui, que realmente si que nos toca de cerca. Ya que en tiempos de Franco les abandonamos a su suerte y cuarenta años despues ahí siguen. Ni dios dice nada, mas que un par de titirteros que imagino que lo hacen por quedar bien y conseguir algo de publicidad. Asco de vida esta y política, que no se ni como todavía te molestas en indignarte. Ni merece la pena, seas del signo que seas….

    Y por cierto de Sierra leona y de otros cien países parecidos de África, ni dios habla. Sera que no interesan ni a los americanos ni a los europeos…Vamos que ni existen. Cuidate

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    • uraniaenberlin

      Con el caso saharaui simplemente se han pasado la pelota el PPSOE. Hassan, es el tirano-amigo español y de USA. Y ésta última es la que dicta nuestra política exterior. Da igual las carnicerías que haya montado el rey feudal marroquí con los saharauis…Ahí sigue..en palmitas y en su trono de oro…. y, por supuesto, la CIA no va a montar una «primavera» árabe en Marruecos porque es su fiel y lacayo-aliado. Si no hay petróleo, zonas geoestratégicas, ni recursos naturales, no hay guerras y no hay subversión financiada por la OTAN…

      Saludos

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