Historia de una contrarreforma laboral: cómo secuestrar la democracia o lo que quede de ella

Ya tenemos encima de la mesa la tan cacareada y escandalosamente lesiva reforma laboral española, panacea para dinamizar, nos dicen, el mercado de trabajo de este país, aunque la motivación principal de esta medida, vía decretazo, ha sido la de satisfacer la bulimia usurera, incurable, de los empresarios españoles y, por extensión, la de sus comilitones europeos y americanos, verdaderos artífices en la sombra del engendro. Voy a dejar unas breves pinceladas de la contrarreforma parida al alimón por el gobierno español, la CEOE, Merkel, Obama y sabandijas del totalitarismo económico como el FMI o el BCE, apoyándome en un brillante artículo del Catedrático de Derecho del Trabajo, Joaquín Aparicio, que fue publicado en el diario digital Nueva Tribuna y que lleva como título (hacer click) La reforma: violencia empresarial, degradación del trabajo y mala fe.

Empieza el artículo de Joaquín Aparicio señalando que

“La reforma laboral hecha por Decreto-Ley da un enorme poder al empresario afectando profundamente a todas las instituciones centrales del Derecho del Trabajo y, como reverso de la moneda, expropia derechos de los trabajadores 

Se consolida, de este modo, una forma de gangsterismo laboral decretado por el Estado, que otorga al empresario, de forma arbitraria y unilateral, poderes y derechos de pernada para extralimitarse a su gusto sobre los trabajadores. Y se retorna, de alguna manera, a una situación que en otras épocas hubiera dado lugar a movimientos pre-revolucionarios. Aunque, esto último no deja ser un espejismo hoy en día, dada la deriva (que ya viene de lejos) de unos sindicatos amaestrados por el poder y el conformismo-resignación que se observa en una masa de trabajadores que ha perdido cualquier capacidad de maniobra y determinación para desmantelar las entreguistas cúpulas sindicales.

Un apunte interesante  a remarcar, en el escrito de Aparicio, es que este autor considera el despido como un “acto de violencia”. Siempre la violencia, recordémoslo, es la de los oprimidos, la de los pobres y desheredados, la de los “protestones” asalariados que cada vez que levantan su puño o hacen huelgas son considerados personajes hostiles, a veces salvajes, hacia un “sistema” al que deben adherirse como borreguitos, casi sin rechistar. 

Aparicio cita unas palabras del economista británico Sir William Beveridge, para afirmar lo siguiente:

«Perder el trabajo es para el trabajador un drama, mientras que para el empresario ese hecho es un inconveniente, el resultado de un cálculo de conveniencia. En el acto del despido se manifiesta con toda crudeza la diferente posición de poder de las partes en el contrato de trabajo, una posición de poder ya socialmente desequilibrada pues el empresario dispone de los medios de producción y el trabajador solo de su fuerza de trabajo

Por tanto, queda claro que existe, indubitadamente, violencia patronal. Esto me recuerda que todavía existe una vieja canción marxista que debería resonar en estos tiempos de dictadura de los mercados y delincuencia bancaria. Cuanto más se incrementan los beneficios-plusvalías de los banqueros y empresarios, en su fabulada “crisis”, más se intensifica la extorsión laboral.  Don Carlos Marx nunca se ha ido, pero vuelve con más fuerza que nunca, aunque suene paradójico, a pesar de que le habían dado matarile por anticipado los paladines de esta nueva (vieja) economía de casino y burdel. En lenguaje marxista: el sistema de libre mercado es un régimen despótico que casi siempre representa, o favorece, un tipo de estructura que se presta a la explotación laboral de forma permanente y a las consecuentes relaciones de desigualdad, por encontrarse siempre en inferioridad los poseedores de la  “fuerza  de  trabajo”, es decir los trabajadores, frente a los dominadores capitalistas. Puesto  que  la disyuntiva es…o te integras en el nuevo modelo de explotación capitalista o te quedas en la miseria. Mientras, en la otra orilla, los propagandistas de las agresivas contrarreformas laborales, a “sensu contrario”, nos ofrecen sus cansinos remiendos ideológicos neoliberales en forma de “competitividad”, término defraudatorio que esconde una conculcación de derechos sociales y la demagogia de una espuria y siempre capidisminuida “creación de empleo” (en términos casi siempre de basura).

Nuestro autor incide en tres puntos cardinales de singular importancia sobre la supresión de facto del concepto  garantista de “causalidad del despido”:

«En primer lugar porque el nuevo contrato “para emprendedores” de menos de 50 trabajadores consiente un periodo de prueba de un año durante el cual el “emprendedor” podrá despedir directamente sin alegación de causa alguna, desnaturalizando la función propia del citado periodo.

En segundo lugar, el nuevo procedimiento del despido colectivo permite al empresario imponer su voluntad unilateral en las negociaciones con los representantes sindicales y elimina el control de la administración laboral.

En tercer lugar, la nueva formulación de las causas económicas, técnicas, organizativas y productivas justificativas del despido colectivo se ha hecho de tal manera que dan un poder extraordinario al empresario y dificulta en extremo el control de la causa por el juez. La mera disminución de ingresos o ventas durante tres trimestres es ya una “situación económica negativa” justificativa del despido, sin que sea necesario que haya generado pérdidas en la empresa, puede, incluso, que la empresa tenga pingues beneficios.»

Es decir, una verdadera orgía de violencia empresarial para organizar y ejercer toda suerte de prácticas coercitivas en un marco laboral que le es idóneo, absolutista, diría que fascista, para degradar aún más las condiciones de los trabajadores y también para destruir empleo. Utilizando para ello toda clase de elementos justificativos, enmascarados en ficticios “incrementos de costes” o “razones productivas”; en definitiva, todo un repertorio de palabrería hueca adornada con tecnicismos legales que sólo sirven para desvalijar los pocos derechos que ya les quedan a los trabajadores. Y no hablemos ya de las indemnizaciones por despido o bajas por enfermedad.

Aparicio señala una de las tarjetas de visita que más se han utilizado en los últimos tiempos por la nueva “modernidad” empresarial y política: la fachada del “emprendedor”.

«El exceso de poder que se da a los empresarios refleja una idea de minusvalorización del trabajo y a cambio de exaltación de la figura del “emprendedor” que los medios de formación de opinión llevan años promoviendo»

Emprendedor es la nueva trampa semántica, más “asequible” y “cercana”, para trabajar a una opinión pública manipulable y acrítica. Una acepción balsámica para suavizar los contornos de la explotación laboral marginando el ya, al parecer, devaluado y rústico término de “empresario”.

Finalmente, Joaquín Aparicio hace una reflexión de la mayor consideración:

«Esta reforma, al minusvalorar el trabajo, degrada a la persona que trabaja a cambio una llamada a la fe en una futura creación de empleo, que todas las evidencias niegan y es, además, incoherente, porque si la  persona desempleada alguna vez es contratada para trabajar en merma de derechos, será también degradada. No cualquier empleo vale, los esclavos tenían empleo, hay que recordar»

La reforma laboral del PP queda retratada, pues, como la voluntad de seguir suministrando codicia y rapiña a los empresarios españoles, ávidos defraudadores y expertos en favorecer la fuga de sus empresas y capitales a países que ofrecen nulos costes a cambio de esclavitud laboral -incluida la infantil-, o a los bien protegidos paraísos fiscales. Con este decretazo se socavan las relaciones laborales y convierte a los empresarios en un instrumento de chantaje que es lo más parecido a la mafia, eso sí, con el soporte legal que les han proporcionado sus ideólogos políticos. Los de esa marca hortera de España, una, empequeñecida y servil, que decía Bergamín.

Un Comentario

  1. Benny_blanco

    Al tratarse de un mundo globalizado yo creo que no sirve o no es aplicable la logica entre trabajadores y empresarios que se podria dar muy bien dentro de un estado…

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  2. ALTAICA

    Ojalá reviente esto de verdad y muchos se vayan a la puta mierda y entonces ya vendrán los lamentos. Ojalá pudiera ver lo que dentro de un siglo dicen sobre lo que está sucediendo. Lo mismo no dicen nada o parecido a lo que ahora dice la mayoría, sí esa mayoría gilipollas y anestesiados. Pero claro la ignorancia es parte del sistema para que funcione adecuadamente. Os dejo esto y de estoicismo nada, mejor la guillotina y su significado.

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  3. Javier

    Hasta la poya de alarmistas, lloricas, gente que no da la talla pero que le gusta criticar todo del país que le cobija, tiesos y demás perdedores que no pagan las cosas al contado.

    Trabajad c***!!!!!!!! y menos chatear!

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    • uraniaenberlin

      Coño…apareció un «emprendedor»…ya tardaba…ya. Eso sí con los razonamientos propios de la caverna, esa que busca borreguitos dóciles para con la mafia político-empresarial del clan Corleone-Rajoy-Rosell …Mira yo más que chatear, si pudiera me dedicaría a afilar guillotinas por si las cosas se ponen crudas y tienen que rodar cabezas de ganado…

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  4. uraniaenberlin

    Sobra decir quien pierde siempre….siempre, y en cualquier circunstancia, el trabajador. Antes había unos mínimos garantistas, habiendo vulneración de derechos y jugarretas sucias de los empresarios (que no han parado, por otra parte, de recibir subvenciones y beneficios fiscales todos estos últimos años, amén de largarse a la India o Marruecos a explotar como ellos saben)..Mi oposición es por militancia ideológica, la poca ortodoxa que todavía me queda, y sentido común. Estamos en manos de la dictadura de los mercados y si la gente no espabila le robarán hasta el cinturón de castidad…

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  5. plared

    Quizas la reforma sea necesaria, quizas el gobierno tenga razon. Quizas la situacion este sumamente jodida. No entro en debates de ese tipo, pero si hay algo claro. Para que nos ganen, otros tienen que perder. Y en este caso ganan los empresarios, por lo que sobra decir quien pierde.

    Que sea necesaria, a saber, que los otros lo hicieron mal y hay que tomar medidas, seguramente. Pero quien va a terminar pagando esto soy yo y todos lo que trabajamos. Que automaticamente nos meten el miedo en el cuerpo. Ya que si mi empresa me paga un sueldo decente, debido al tiempo que llevo y lo caro que le sale mandarme al carajo…

    Si esto cambia, que le impide mandarme al paro y contratar a un que haga lo mismo mas o menos que yo, no por la mitad de lo que gano o viendo los sueldos que pagan por ahí, tres veces menos..

    No esto no es política, que yo de eso paso y si hay que considerarme algo, desde luego de izquierdas no soy. Pero lo que se esta cociendo aquí, es el beneficio para los empresarios.

    Para levantar el pais o lo que me quieran contar. A costa de la desproteccion del trabajador, que no olvidemos que gana la mitad que en Europa y si pierde su trabajo es casi imposible encontrar otro. Cosa que allí no pasa. Me refiero a los países serios, por supuesto. Por lo que el argumento ese de que en Europa el despido es casi libre, a mi no me sirve ya que. Allí si te largan de uno tienes otro, siempre que seas valido y realmente quieras trabajar. Aqui, pues a las pruebas me remito……

    Vamos que tenga o no razón en hacer la reforma. Que realmente no lo se, si es necesaria o no. La van hacer a costa mía y eso, no me parece justo y mas viendo el derroche que hay en el pais. Autonomias inventadas, puestos ficticios y demas……

    Por eso me opongo. No por política, mas bien por sentido común. Ya que esto significa ayudar al empresario, a consta de la desproteccion del trabajador. Necesario o no, me la refanfinfla. Y esos cantos de sirenas sobre la situación del pais, me resbalan como la música estridente. Ganan unos y pierden otros. Resultado final y lo demas mas cantos de jilgueros al despertar…lejanos y apenas audibles

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  6. Antxon, Bilbao

    No acabo de entender bien. Un empresario , ahora, tiene la capacidad para deshacerse de un trabajador cuando quiera, incluso de bajar su sueldo. Parece una situación nueva y que deja desequilibrada la relación entre patrono y empleado. Sin embargo, no es tan claro. Si yo soy empresario y despido a López, será seguramente porque López no rinde lo que me cuesta.
    a.- Es muy vago, para lo que cobra
    b.- Es muy caro, para lo que trabaja

    Así que si lo suplo por uno más joven y con más ganas, salgo ganando.

    Entonces ¿Cual es el problema?

    Si yo mismo soy consciente de que no estoy siendo útil a mi empresa ¿Obligaremos al empresario a tenerme a toda costa? ¿Y lo mismo a todos los que como yo costamos más de lo que producimos?

    Está claro que la empresa incurrirá en pérdidas, ¿quién las asumirá? ¿El EStado? ¿COn el déficit que tiene?

    Hay unas cuantas cosas que conviene meditar…

    He trabajado en una cooperativa industrial, nacida de la quiebra de una empresa privada, con deudas a la Seguridad Social, Hacienda, porveedores, etc. Al final, asumiendo los propios trabajadores la responsabilidad del resultado…siempre acaba en reducir, limitar y unir con los beneficios, los salarios.

    NO HAY SALIDA.

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    • anónitrol

      Perder el trabajo es un drama para el trabajador, mientras que para el empresario es un inconveniente, el resultado de un cálculo de conveniencia (Beveridge).
      Esta sociedad se basa en un *contrato* implícito, un acuerdo por el que la mayoría desposeída no reclama los recursos con la violencia a cambio de que las otras partes cumplan su cometido: que los empresarios no traten a sus trabajadores como mercancia, que los bancos presten dinero, porque esa es su función. Y se supone que el estado está para arbitrar.
      Si los que lo tienen todo olvidan su parte del acuerdo, y usan libremente su punto fuerte (el dinero y la influencia) para manipular al estado hacia sus intereses, entonces no pueden argumentar contra que los que no tienen nada usen libremente su punto fuerte (el ser millones) para recuperar con los medios necesarios los recursos.
      Los trabajadores no son mercancia, no se pueden evaluar con criterios mercantiles. Ese es el pacto. No todo vale para salir ganando. Es muy fácil de entender.
      Y eso de que la empresa incurrirá en pérdidas… así ha estado hasta ahora y la gran empresa GANA y GANA y GANA.
      O sea que:

      a- Lo ha pensado usted muy poco.
      b- Escribe para quien piense poco.

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  7. lenz

    salud Urania. Una continuada coincidencia con Dherzinsky me trae hasta aquí.
    Cómo puede ser que alguien tenga verdadera disposición a luchar contra una reforma inútil e ineficaz. ¿De que cabeza indigente puede salir semejante consigna?.
    ¡Trabajadores todos unidos por una reforma útil y eficaz! ¡Entregad vuestro sueldo, vuestra libertad, vuestra vida, si fuera necesario producir pánico para rehacer el tráfico,. por una reforma útil y eficaz!
    Si resulta que el problema de los patronos, banqueros , terratenientes y obispos es que no están bien asesorados, que no tienen la suficiente consideración con esa pareja de TBO . Ellos si tienen las claves para una buena reforma útil y eficaz. Y nosotros debemos poner la carne para que se den cuenta y les inviten a la mesa de las risas.
    Entonces qué hacer ante esta convocatoria?
    1. Mandar a la mierda, sin acritud, a los paracaidistas sindicales que aparezcan por el centro de trabajo.
    2. Hablar con los compañeros y proponer una, llámale reunión, asamblea para ver qué decisión colectiva al respecto tomamos y responsabilizarnos de ella.
    3. Mandar a la mierda a aquellos que propaguen que la participación en la huelga es una opción individual que hay que respetar (el paracaidista sindical estará de acuerdo con ello porque es un demócrata e incluso luchó contra Franco [ y ahí sigue, de liberado de toda la vida]).
    4. Si somos mayoría, hacerla valer y discutir cómo y con quién nos agregamos al conjunto. Divulgar cómo hacemos las cosas.
    5. Si somos minoría, ver cuánta minoría somos, ir a la huelga, y cubrir de vergüenza a los esquiroles (lucha de ideas, no pasar ni media, para que en la próxima seamos mayoría).
    6. Si me quedo solo, esperar, que ya vendrán. O no. Y vuelta la mula al trigo.

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    • uraniaenberlin

      Salud lenz…Del sindicalismo socialcapitalista ya poco se puede esperar, a pesar de que sigue siendo el único que saca a la calle, todavía, a los trabajadores. Pero no nos engañemos, son reformistas y querrán pactar una salida airosa para ellos y una operación cosmética para sus afiliados..Todo lo que no pase por una derogación total de esa aberración fascista no sería nada más que un burdo tejemaneje sindical..Articular una movilización al margen de la burocracia de Méndez y Toxo parece estar muy verde a día de hoy…pero habrá que seguir insistiendo. Huelga general sí, contundente, pero con la nariz tapada respecto de ese sindicalismo trapacero, ahora bendecido por el Psoe (tiene santos huevos).

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  8. ALTAICA

    No sé si habéis estudiado a fondo la reforma laboral, pero es sencillamente brutal y de tal calado que nos dejan a los pies de los caballos. Jamás, digo jamás en nuestro país se han dado unas condiciones más miserables legislativamente al respecto que la de ahora. La situación es de tal gravedad que hablar de sindicatos y demás gilipolleces me resulta patética. Ojalá no os afecte, pero el grado de ignominia es vomitiva. Desde el tener que demostrar el trabajador que el despido es improcedente y tener que afrontar un proceso judicial costoso, a poder despedirte por acumular días de baja aunque sean con parte médico, pasando por bajarte el sueldo como y cuando le de la gana al empresario e indemnizaciones de risa. Por no hablar de los salarios de tramitación y demás barbaridades que no merecen calificativos como el despido libre con un periodo de prueba de un año. No es para una huelga general es para algo mucho peor. Nos estamos jugando mucho más de lo que nos imaginamos. Mi indignidad ha sobrepasado mis naturales límites de violencia.

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    • uraniaenberlin

      A fondo no, Altaica, pero sí en sus líneas esenciales y si este país gozaba de explotación laboral encubierta (sé de buena tinta bastantes casos)…ahora se le da cobertura legal. No deja de ser una atrocidad de unos miserables políticos que no son más que delincuentes al servicio de los mercados europeos. Es canallesco lo que se está ventilando. Y sí esto no carga las armas de la violencia, que me digan que lo hace. El autor sobre el que me basé para postear esta entrada ya lo dice clarito: es pura, dura y gangsteril violencia político-empresarial. La sumisión absoluta de un gobierno a los intereses privados de una élite económico-mafiosa.

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  9. plared

    Una reforma brutal si. Pero quien llama a la huelga es una parte de los responsables de que ahora se acometan estas medidas. Lo que lleva a una reflexion verdaderamente demoledora… Ya que si acudo a su llamada, estoy siguiendo el juego a los que ahora, simplemente braman por la perdida de poder que ven en el horizonte. No por defender mis derechos, que sinceramente pienso que les importan un huevo

    Y si no acudo. Es que estoy a favor de este brutal ataque a los derechos conseguidos. Ya que si somos uno de los países de toda Europa que menos ayudas sociales tenemos, sueldos mas bajos y demas. Por lo menos hasta ahora eramos de los mas protegidos en cuanto al despido. Ya, ni eso….
    Por eso, digo. Que brutal dilema. Si acudo, le sigo el juego a unos inoperantes que son en mucha parte culpables de lo que esta pasando. Por dejación de funciones y cien motivos mas. Y si no lo hago, me pongo de parte de quien me esta hundiendo para salvar un sistema que hace aguas por todos los lados. En fin, como siempre los jodidos los trabajadores, que hagamos lo que hagamos…pactaremos con el diablo.

    Por cierto felicidades por tu articulo. Que aunque sabes que no tenemos ideas politicas parecidas. Comparto en la mayoria las ideas principales que tan certeramente muestras. Abrazos

    R

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    • uraniaenberlin

      Gracias por tu aporte plared, y ya veremos que se cuece a partir de ahora. Aunque mucho me temo que los trabajadores no vamos a recuperar poder adquisitivo en decenios…bueno, los que lo recuperen. Que seguro los sindicatos no van a ver mermados lo suficiente sus ingresos de la teta del Estado, para seguir apañando malamente el teatro de las luchas sociales..El inmovilismo es total y si en Grecia, con la que ha caído, no han logrado tumbar a los Papandreu y demás marionetas de los mercados, en España, país abonado tradicionalmente a la resignación, no habrá grandes movimientos salvo estas «grandes» fachadas sindicales.

      Un abrazo y nos tendremos que ir, creo, al Este del Edén..

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  10. ALTAICA

    Han cometido muchos errores es cierto y su comportamiento deja mucho que desear, pero si una reforma laboral como esta no motiva una huelga general es que estamos muertos. Aquí se juntan los errores de los grandes sindicatos y la sistemática dinamitación por parte de los medios de comunicación afines a la derecha, que llevan años con la misión de hacer desaparecer la fuerza sindical, argumentando su servilismo y su compra con subvenciones, algo que es obvio pero que no se dice igualmente de los pagos públicos a la CEOE y a miles de instituciones, o es que solo los sindicatos reciben dinero. En tal sentido habría que hacer crítica hacía muchos frentes.

    Pero ojo que una sociedad asindical en una sociedad sustentada en la barbarie y en la explotación. La historia sindical no es que haya sido importante, ha sido esencial para los logros que a lo largo de los siglos se han obtenido. Destrozar la estabilidad de fuerzas en cualquier negociación colectiva es la misión de muchos y la desunión el gran peligro. Hay momentos en los que no se permiten discrepancias, pues en caso contrario estamos perdiendo el norte. Y no se puede caer en semejante disparate, pues estaríamos ante la peor situación posible, esto es, negociaciones personalísimas entre el empleador y el trabajador de forma directa, con lo que conlleva de abuso de poder e iniquidad de fuerzas (algo que proyecta especialmente la nueva reforma laboral). En caso contrario estaremos solos, muy solos.

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    • uraniaenberlin

      De acuerdo Altaica, huelga general, con la nariz tapada y huyendo de los dos máximos cabecillas sindicales. Una sociedad sin sindicatos no es libre (y menos en la capitalista) pero estos son sólo gestores de un sindicalismo cuasiverticalizado. ¿O esto o nada? Hay que pedir más implicación a las masas trabajadoras (a pesar del descreimiento generalizado en las luchas obreras) y llevar los cambios y propuestas sociales al modo asambleario o cómo sea. El descrédito de los sindicatos españoles es absoluto, en parte por su posicionamiento pequeño-burgués y a favor de pactar migajas a un sistema que ha ido usurpando jirones de conquistas sociales a los trabajadores en los últimos años. Y buena parte de culpa la tienen estos asalariados sindicales del Estado. Estoy bastante cansado de esta gentuza. Y lo dice uno que militó durante diez años en CCOO.

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  11. uraniaenberlin

    Por cierto, ya pueden meterse la huelga los burócratas sindicales por donde les quepa. Son el ejemplo del entreguismo y pactismo más asqueroso. Mucha fachada, mucha farsa y después del 29-M seguirán pactando lo impactable, siempre bajo mínimos para los trabajadores. Otra escenificación más de los vendidos a la patronal y a las subvenciones de papá Estado. Huelga general sí, pero no bajo el cobijo de estos granujas

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  12. ALTAICA

    Magistral artículo que radiografía certeramente la mayor barbarie contra las relaciones laborales y el mundo en el que se desarrollan. Una reforma brutal que de un plumazo y, eso sí, basada en la que aprobara el anterior gobierno sociacuentista, sin anestesia destroza y aniquila derechos de la manera más miserable posible y todo ello en un «ecosistema» herido de muerte, con lo que la posibilidad de actos de dignidad frente a los abusos que se avecinan, son imposibles pues la facultad de encontrar en el mercado otra opción laboral es inexistente o de similar o peor miseria. Y todo ello con una sociedad narcotizada por unos medios de «incomunicación» propiedad o al servicio del poder económico, político, eclesiástico y demás corporaciones sin moral, ética o principio. Un cuadro desolador que se convierte en un círculo vicioso para todos y para el propio Estado. Una sociedad española que se articula en base a un puñado de millones de nóminas de mileuristas que ahora pasarán al paro o a cobrar la mitad (bajar el suelo de un alemán puede tener cierta lógica para impedir el despido de otros, pero hay que tener en cuenta que ese sueldo es muchísimo más alto y permite una rebaja), con lo que la cotización será menor y dejará de pagar por IRPF, con la consiguiente disminución para las arcas públicas. Más paro es mas gasto para el Estado para cubrir las prestaciones por desempleo (las rebajarán dentro de nada) y así sucesivamente. Acaban de llegar y ya avisan de 600.000 parados más en estos próximos meses, más los ciento y pico mil que ya llevan, y se quedan tan tranquilos después de una campaña electoral en la que la mentira es igual que la del saliente sobre la crisis. Espero y deseo equivocarme, pero vamos a cientos de miles de desempleados más, entre los que me temo estaré en breve, y nuevos contratos por el SMI para jóvenes que no pasarán del año y así sucesivamente. Total un país lleno de viejos (bajarán las pensiones), jóvenes desempleados o trabajando por 600 euros, investigadores sin laboratorio ni ilusión, médicos operando a corazón abierto por 2000 euros al mes, profesores y alumnos pasando frío, los más brillantes licenciados en el extranjero, empresas cerrando, los pocos millones de empleados trabajando media jornada o con sueldos de becario, funcionarios degradados al máximo, y todo el PIB al servicio de instituciones financieras, con bancos amasando el dinero dado al 1% por el BCE para volver a darlo a los estados al 4%, y políticos con grandes sueldos, vendidos a poderes económicos y dirigentes exteriores.

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    • uraniaenberlin

      Simplemente, nada más que añadir, salvo que tu reflexión es una perfecta continuación de lo aquí escrito. Este país padece de un gravísimo déficit de credibilidad democrática.. La gente tiene anulada la capacidad de reacción salvo algunos movimientos esporádicos, pacíficos que sólo reclaman cosas tan elementales como el derecho a manifestarse, que son duramente reprimidos por los salvajes de Estado. Está clara cual es la consigna desde la cloacas del poder: intimidarnos a todos con su policías-gorilas, con sus empresarios-gángsters henchidos de placer, con sus instituciones corruptas europeas, con sus decretazos por la vía de urgencia…….esto es lo que hay y se agarran (sin querer, claro) a ese viejo aforismo marxista de «La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos». Nuestro, dirán.

      Y así seguiremos. Como bien dices bajo la batuta de unos medios que intentan por todos los medios hacernos ver que no hay otra salida que la que marcan sus amos, los tiranos capitalistas. Es decir, nos quieren narcotizados y sodomizados.

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